zarse al animal cuando pasa de un salto en la grupa o en el cuello; entonces se apodera de él clavándole las uñas y los dientes con tanta fuerza, que le es imposible al animal escaparse. El rengífero salta, se revuelca en la tierra y emplea inútilmente todos los esfuerzos imaginables para desembarazarse de su terrible enemigo; pero este no se descuida un momento, sino que empezando á devorarlo vivo, concluye por hacerle una herida tan horrible, que el pobre animal cae muerto en la yerba. El gulo se come entonces á su sabor la presa, y cuando se halla satisfecho, oculta los restos
en el monte.
«Yo he visto, dice el mismo viagero poco antes citado, un animal peculiar de este pais, que es el leurning ó conejo de Noruega. Este cuadrúpedo es de las dimensiones de un gato, y tiene cinco dedos en las patas traseras; su piel tiene una agradable variedad; es negra y amarilla en el dorso, y en el vientre y piernas muy blanca. Vive en una cueva que él mismo se fabrica, pero no tiene almacén ni hace provisiones. Su alimento consiste en cortezas de árboles en el invierno, y abas en el verano. Por un instinto inesplicable, estos conejos adivinan si el invierno ha de ser muy rigoroso, y entonces emigran á países donde la temperatura es mas templada, y por consiguiente donde pueden encontrar de qué alimentarse. Marchan de noche, hacen alto por el día, y devastan los países que atraviesan. Casi nunca vuelven mas que la mitad, pues los leopaldos, las aves de rapiña y otros animales, la fatiga, el hambre, y los naufragios, porque atraviesan rios y brazos de mar, destruyen á mucha parte de ellos en los viages. Estos animales son dulces pero valientes, y se defienden hasta morir de los otros animales ó de los hombres que los atacan.
Hemos terminado con la Noruega.
en el monte.
«Yo he visto, dice el mismo viagero poco antes citado, un animal peculiar de este pais, que es el leurning ó conejo de Noruega. Este cuadrúpedo es de las dimensiones de un gato, y tiene cinco dedos en las patas traseras; su piel tiene una agradable variedad; es negra y amarilla en el dorso, y en el vientre y piernas muy blanca. Vive en una cueva que él mismo se fabrica, pero no tiene almacén ni hace provisiones. Su alimento consiste en cortezas de árboles en el invierno, y abas en el verano. Por un instinto inesplicable, estos conejos adivinan si el invierno ha de ser muy rigoroso, y entonces emigran á países donde la temperatura es mas templada, y por consiguiente donde pueden encontrar de qué alimentarse. Marchan de noche, hacen alto por el día, y devastan los países que atraviesan. Casi nunca vuelven mas que la mitad, pues los leopaldos, las aves de rapiña y otros animales, la fatiga, el hambre, y los naufragios, porque atraviesan rios y brazos de mar, destruyen á mucha parte de ellos en los viages. Estos animales son dulces pero valientes, y se defienden hasta morir de los otros animales ó de los hombres que los atacan.
Hemos terminado con la Noruega.
LA MOLDO—VALAQUIA
La Valaquia y la Moldavia, designadas con el nombre de principados danuvianos, están situados entre la Turquía europea, el Austria y la Rusia, funesta vecindad; porque nunca escapan de cualquiera de sus vecinos, sino para ser inquietados por el otro. La Valaquia está limitada al Sur y al Este por el Danubio y la Bulgaria, al N. O. por la Transilvania, y al N E. por la Moldavia. Tiene 105 leguas de Oeste a Este, de Cernctz á Foscani, 50 de Sur á Norte, de Giengevo á Caineni. Su superficie ha sido valuada en 4,810 leguas cuadradas. La Moldavia, cuya superficie es de 3 907 leguas cuadradas, la longitud de 100 leguas de Sur á Norte ó sea de Galatz á Cernovitz, y la anchura de 50 de Oeste á Este, del monte Pion á Comoreni tiene por límites: al Sur la Valaquia, al Oeste, la Transilvania, al N. E. la Gallitzia y la Bukovina y al Este el Pruth que la separa de la Bessarabia. La Valaquia se eleva por grados desde las inmensas llanuras del Danubio, que no tienen sobre las márgenes de este rio, mas que una altura media de 15 metros sobre el nivel del mar, hasta 2,650 metros, punto culminante del monte Oinul, ó Cara—Iman, en la rama de los Alpes Bastárnicos ó Carpatianos, designados también con el nombre de Boutckedji que la atraviesa y cuyos cuatrocientos ochenta y un picos tiene cada uno su nombre propio. Bucharest está á 77 metros sobre el nivel del mar, Tirgovist á 262 y Braila á 15. La cumbre mas elevada de las montañas de la Moldavia el Pionu ó Cecliu, se halla á 2,720, Jasi á 318 y Galatz á 15 como Braila. Los principales rios de ambos principados son, ademas del Danubio, en Valaquia, el Gio, el Otto, el Ardgich, la Dimbovitza, la Jalomitza, y en la Moldavia el Prulh y el Seret. Desgraciadamente ninguno es navegable, y no se les ha canalizado todavía. Cinco de ellos arrastran arenas de oro. Los lagos son aun mas numerosos en los dos principados que las corrientes de agua sin nombre que descienden por todas partes de las montañas. En Moldavia no se conocen mas que tres manantiales de agua mineral, pero en Valaquia hay cuarenta y ocho. El suelo de la Moldo—Valaquia es tan fértil como bien regado. «Es difícil, dice Mr. Vaillant, encontrar puntos de vista mas risueños que los de los valles solitarios de estas montañas, los cuales no son otra cosa que verdes praderas, corrientes de agua limpia, bosques de rosas y de frambuesas, cintas de fresas y de variadas flores, y prados estensos de manzanos y albaricoques. Los únicos árboles europeos que no prosperan en la Moldo—Valaquia, son los olivos y el naranjo. En cuanto á la viña se cultiva mucho, y se obtiene vinos que igualarían al tokai, si se supiera fabricarlos, y de los cuales los mas conocidos son el cotnar y el drágaian. El primero tiene la fuerza de coñac cuando se le conserva tres años.
Las montañas, cubiertas, ó de magníficos bosque que proporcionan para esportacion una gran cantidad de maderas, ó de pastos tan grandes, que los turcos las llaman el Perú de su imperio, encierran oro, plata hierro, mercurio, cobre, betún, azufre, carbón de piedra, nitro, sal etc. Esceptuando algunas salinas cuyo monopolio se ha reservado el gobierno, ningún de aquellas minas se halla esplotada, pues en este pais se carece tanto de industriales como de capitalistas.
El reino animal no es menos variado que el vegetal, pues reúne casi todas las especies de cuadrúpedo conocidos en Europa. Sin embargo, lo que no es exacto hoy es el antiguo adagio turco que pretendía «que un jóven persa y un caballo moldavo son los dos seres mas perfectos de la creación,» pues la verdad es que el caballo de la Moldavia está muy lejos de merecer semejante elogio, y por lo que hace al de Valaquia se encuentra mas degenerado todavía. Entre los peces se distingue particularmente el esturión del Danubio. Los reptiles abundan poco, pero sí las sanguijuelas y las cantáridas. Las abejas, abundantísimas también, proporcionan una miel esquisita y una cera notable. La industria de los gusanos de seda, menos desarrollada de la que debiera estarlo, ha hecho mayores progresos en Valaquia que en Moldavia.
En la Moldo—Valaquia, no hay mas que dos estaciones, invierno y verano, porque en cuanto á la primavera y al otoño son tan cortos, que puede asegurarse que no existen. El invierno dura cinco meses, comienza el 1.° de noviembre y concluye el 1.° de abril, y el verano dura los siete meses restantes. Durante el invierno el frio es estremadamente rigoroso, y la tierra se halla completamente cubierta de nieve.
A pesar de lo que hayan dicho ciertos viageros, asegura Mr. Bellanger, que las fiebres y las pleuresías no son mas comunes en Moldo—Valaquia que en cualquier otro pais. El cielo, dice, es aqui tan puro, y el, aire tan sano como en nuestros países de Occidente. Hoy mismo, gracias á las precauciones sanitarias, apenas se acuerda nadie ya de la mortandad producida por las pestes que el comercio con el Asia le acar-
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