sábado, febrero 16, 2008

Viage ilustrado (Pág. 174)

la juventud. En todas las ciudades de cierta consideración hay también una escuela establecida por el gobierno, donde se educa á los niños hasta la edad de once años, después pasan á los gimnasios, y cuando tienen diez y seis van á las universidades.
En Stoctolmo es donde el rey tiene su residencia ordinaria. En otro tiempo, el gobierno de Suecia era el de un estado libre; la nobleza, el clero, los ciudadanos y los campesinos nombraban los diputados de su respectivo cuerpo para componer los estados ó dietas. De los tres primeros cuerpos se elegían catorce personas que formaban el senado, y este senado era el que gobernaba con el rey ó mas bien, este no era mas que el presidente. Este gobierno republicano en cierta manera, habia sido establecido después de la muerte de Carlos XII; pero en 1772, Gustavo III se hizo proclamar rey absoluto. Este príncipe fué asesinado en 1792 por Ankarstroem, á consecuencia de una conspiración formada por muchos nobles descontentos.
La clase de campesinos suecos es muy feliz, y tan libre como pueden desearlo. En general son muy industriosos. «Cuando entraba en casa de alguno, dice Coxe, encontraba ordinariamente toda la familia ocupada en cardar lino, en hilar ó en tejer lienzo grueso y aun paño. Ellos saben aprovechar hasta las mas groseras materias, en hacer alguna cosa útil: con cerdas de puerco, con crines de caballo, con corteza de árboles y con pieles de anguila hacen bridas. Su principal alimento consiste en carne salada, pescado, huevos, leche y pan duro. Matan los bueyes por San Miguel, y los salan para comerlos durante el invierno y la primavera siguientes. Hacen el pan dos veces al año y le dan la forma de grandes tortas redondas que ensartan en unos palos y los conservan colgados del techo. Este pan están duro, que algunas veces es menester partirlo con un hacha; pero no es desagradable. Su bebida común es la cerveza y también les gusta mucho el aguardiente. Por lo regular van bien vestidos, con un paño grueso que ellos mismos fabrican. Sus casas, aunque de madera y de un solo piso, son buenas y cómodas; la habitación donde duerme la familia encierra una fila de camas, puestas las unas sobre las otras; sobre el cielo de estas camas se acuestan las mugeres, y para los hombres hay otras, á donde es menester subir por medio de escalas.»
La religión de la Suecia es la luterana, que se propagó bajo el reinado de Guslavo—Wassa, hacia el año de 1523.

NORUEGA.

La Noruega forma parte integrante de la Scandinavia. Limitada al Norte por el Océano Ártico, al Oeste por la mar del Norte, y al Sur por el Shager-Rack, se halla separada al Este de la Sajonia rusa por el Alten y el Tana, confluentes del Océano Ártico, y por los Alpes Escandinavos de la Suecia, con la cual, desde 1814, compone un solo reino. Su superficie es de 239,000 quilómetros cuadrados, y su población es de l.150,000 habitantes, Tres grandes regiones la dividen, y administrativamente considerada consta de diez y siete prefecturas: sus ciudades mas notables son Cristiana, Bergen y Drontheim.
La prefectura de Aggashuus, que ocupa el Mediodía de la Noruega, es el mejor país, y donde se encuentran las minas de hierro mas ricas del reino. Cristiana la capital, fué edificada en 1614 por Cristian IV, en el sitio de Opslo que acababa de ser abrasada por las llamas. Es una ciudad construida con regularidad, compuesta de calles anchas y derechas, y de casas generalmente muy bonitas. El antiguo palacio de Aggershuus que se levanta sobre la cima de una altura vecina, la domina y defiende. Cristiana está situada en la margen del Fiord ó golfo, cuyo nombre lleva. Este golfo penetra en distintas ramas muy dentro de las tierras, y proporciona grandes ventajas á esta ciudad, cuyo comercio y pesca favorece. Las naves que llegan al puerto están destinadas en su mayor parte al cargamento de planchas para Inglaterra y Holanda.
«Yo he vivido algún tiempo en Cristiana, dice un viagero, y me ha seducido la gran hospitalidad de sus habitantes, y el fácil acceso que he tenido para conversar con personas muy distinguidas por su clase, empleo ó talento. Me aconsejaron que no me fuera sin ver las minas de plata de Kongsberg, que se hallan a la distancia de dos pequeñas jornadas. El camino que conduce á ellas es sumamente agradable en el tiempo bueno. Se atraviesa el fondo de un valle que presenta sucesivamente hermosos prados y bosques de altísimos árboles. Los bosques, las verdes praderas, las casas esparcidas en la pendiente de las montañas, los arroyos, los torrentes, todo recuerda los valles de los Alpes en Suiza.
«Kongsberg está en el centro de un país árido, salvage, y limitado por montañas completamente estériles. Las minas de plata descubiertas en él han hecho que se construya una ciudad cuya población sube á 4,000 almas. Hay una casa de moneda, una escuela para instrucción de los mineros, y una comisión que tiene el encargo de inspeccionar todo lo relativo á las minas.
«En este viage me habia acompañado un sentimiento penoso, que estuvo para retraerme de él y es la creencia de que no iba á encontrar sino un pueblo desgraciado. Yo no podía creer que hombres que trabajan en antros, privados de la luz del día, con una faena siempre igual y fatigosa, pudiesen hacerlo sino á la fuerza, y con un sentimiento de disgusto y verdadera desgracia. Pero algunos dias pasados en Kongsberg bastaron para disipar mis temores. Todo este pueblo de mineros tiene salud, bienestar y satisfacción: están bien vestidos, bien alimentados, y su trabajo es moderado. Los que no tienen una conducta mala, viven con holgura en el seno de su familia, porque casi todos, se casan, y como dedican los hijos desde pequeños al trabajo, no les sirven de carga.
«Después de haber visto la casa de moneda partí á caballo muy de mañana, y no sin trabajo llegué á la cumbre de una montaña, donde ví al intendente de las minas, que en latin muy correcto, satisfizo todas mis preguntas. Después de habernos vestido todos de mineros, me condujo á la entrada de la mina mas rica que se esplotaba entonces, y aqui, tras de una nueva y corta exhortación en latin, para advertirme que pensara maduramente el negocio, pues tendría que bajar casi perpendicularmente y por escalas hasta una profundidad de 233 metros cuando menos, viendo que yo persistía en mi resolución, me hizo algunas prevenciones, y habiendo hecho encender lámparas, comenzamos á descender lenta y silenciosamente. Este ejercicio es fatigoso para los que no están acostumbrados, pero alumbrados y escoltados como nosotros íbamos, no hay peligro de ningun género. Las escalas son muy

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