martes, septiembre 29, 2009

Viage ilustrado (Pág. 432)

sepulcros; ni conserva aquellos baños de piedra preciosa de la suegra de Plinio el Joven, la célebre Pompeya Celerina.
El resto mas admirable de las obras de la antigüedad, que se conserva en Narni, es el gigantesco puente de Augusto. Llámase asi por haber sido construido por este emperador. Ya no es mas que una pesada mole ruinosa, que está amenazando hundirse para siempre en las aguas del Nera; pero aun llena de admiración al viagero al contemplar aquel magnífico arco y aquellas robustas columnas, que llenas hoy de florecillas silvestres, sostuvieron uno de los monumentos artísticos mas maravillosos del tiempo de los emperadores.
A poco que el viagero recorra las ruinas de Narni, encontrará vestigios que le traigan á la memoria el terrible asalto dado por los españoles á esta ciudad el 17 de julio de 1527. Y aun sin necesidad de que él se ocupe en recuerdos de esta clase, no dejará de encontrar al paso quien le pinte aquel sangriento cuadro, pero con los mas fuertes y rabiosos colores. Esto consiste en que escritores apasionados primero, y luego la tradición, se han encargado de dar el interés y efecto de novela al Saco de los Borbones, como ellos dicen, cuando aquel suceso nada tiene de extraordinario, atendidas la época eminentemente guerrera en que aconteció, y las circunstancias que indignaron los ánimos de las huestes del emperador Carlos V.
Después de muerto el condestable de Borbon en el sitio de Roma, y de haberse apoderado los españoles de la ciudad eterna, se estendieron las tropas por las ciudades inmediatas, presentándose algunas á la vista de Narni el 14 de julio, estableciendo el campo entre Sangemine y la Camminata, á una milla de la ciudad, donde aun hemos visto algunos restos de las fortalezas que construyeron. El objeto de los españoles no era otro que el de obtener hospitalidad en Narni, según también espresaba un breve del pontífice, el cual escitaba á las autoridades y á los ciudadanos narneses á que albergasen cortesmente y sin ningún género de sospechas á aquel pequeño cuerpo de ejército. Clemente VII aseguraba bajo su palabra á sus subditos, que nada, absolutamente nada, tenían que temer de las bizarras tropas imperiales.
Aquellos, sin embargo, poseídos por el miedo, ó engañados por algunos malvados, que suponian siniestras intenciones en los españoles, se negaron á dar la hospitalidad suplicada por los nuestros é impuesta por su monarca, el pontífice romano, y cerraron las puertas de la ciudad, fortificándose dentro y disponiéndose para sostener tenazmente su negativa. En Narni habia también un gran partido que opinaba por consentir en la entrada de los españoles, descansando en la buena fé y cumpliendo con los mandatos del papa, asi como también confiando en el prestigio de nuestras tropas, y en su probidad acrisolada.
Con el fin de decidir sobre la última contestación que habia de darse á los españoles, se reunió un consejo en el palacio Priori, á que concurrieron cuatrocientas treinta y siete personas; pero los malévolos, los revolucionarios, los que estaban por la guerra para hacer en ella su fortuna, amenazaron con el asesinato á los que querían abrir las puertas á los nuestros, y aun á los que pretendían sujetar á discusión un asunto tan importante. Así es, que por fuerza prevaleció al parecer de los díscolos, triunfando los malos sobre los buenos. Los turbulentos corrieron á las armas y cobraron aliento con una pequeña ventaja que alcanzaron sobre los españoles en una breve salida que hicieron de la ciudad, para replegarse otra vez tan pronto como se apercibieron de ello los imperiales, que con todo miramiento enviaban embajadores y esperaban el acuerdo de los narneses.
Mientras tanto, muchos habitantes de Terni, enemigos mortales de los de Narni por cuestión de territorio, y por la de güelfos y gibelinos, se unieron á los españoles que se preparaban para el asalto. No dejó éste de ser difícil por la resistencia obstinada de la ciudad y por las considerables fortalezas que tenia entonces; pero al fin los pendones de Castilla ondearon bien pronto sobre los de la triple corona pontificia.
Nada tiene de estraño, atendidas las leyes de la guerra en aquellos tiempos, y la provocación de los narneses, con mengua de la buena fama de los vencedores en Pavía, que la vencida ciudad esperimentase el rigor de los españoles. Mucha sangre, muchas lágrimas, hasta desmanes é incendios, creemos que costaría la entrada de estos, porque antes de declararse hostiles, ó mejor cuando se declaraban amigos, fueron ellos heridos, muertos, y lo que es peor, insultados y torpemente escarnecidos. Hasta no tenemos dificultad en admitir aquello que dice el marqués Giovanni Eroli, de que, molte donne di bellezza, e pudore, perdettero quel flore virginaleche con tanto studio e onesta lode avean servato; pero de ningun modo podemos creer jamás que los españoles, y menos los de aquel siglo, profanasen los altares é insultasen al Santísimo Sacramento. Los españoles han sido siempre eminentemente católicos, y muy reverente ante las imágenes divinas. Semejante acusación, lanzada sobre los españoles del siglo XVI, nos recuerdan que, precisamente en el mismo siglo, una alta dignidad del sacerdocio, el cronista del monarca de aquellas tropas, del emperador Cárlos V, decía, que el clero romano se parece á las campanas; que llaman á la gente á misa, pero jamás entran ellas en templo. No hacemos esta cita para injuriar al clero de Roma, cuyas virtudes admiramos con respeto, sino para aconsejar á los historiadores italianos que no crean aquello, asi como nosotros no creemos esto.
El mismo marqués de Eroli, dice, que los hijos Terni, acérrimos adversarios de los de Narni, y muchos de los de esta ciudad, se hallaron en el saqueo, en el incendio y en la devastación. ¿A qué arrojar sobre los españoles la responsabilidad de aquellos enormes desacatos? Tenga él muy presente, y ténganlo todos los que eso hayan podido creer de las tropas de Carlos V, que en Calvi, cerca de Narni, dieron muerte los españoles á dos italianos que les querian vender una fortaleza, colgándoles luego por los pies en las almenas del castillo, y estampando su infamia en el muro para ejemplo de traidores. ¡Esto lo hicieron los españoles, cuando necesitaban tomar á todo trance la fortaleza! Y prefirieron, á tomarla por medio de dos infames, el obtenerla á sangre y fuego. ¡Doble y sublime rasgo del carácter español, que ha podido menos de causar la admiración de los escritores italianos!
A cuatro millas de Terni se admira el espectáculo mas sorprendente y mas sublime de cuantos ofrecer la naturaleza entre sus caprichosos fenónemos. Aludimos á la magnífica cascada, conocida con el nombre de Cadutta delle Marmore, la cual, con sobradísima razón, ha constituido siempre el encanto

sábado, septiembre 26, 2009

Viage ilustrado (Pág. 431)

cios modernos, sufrieron gran detrimento cuando el terremoto de 1767. También se ven preciosos recuerdos de los antiguos y soberbios edificios de Spoleto en las iglesias de Santa María de la Stella y de San Gregorio Maggiose; en la casa de la familia Luparini se descubren trozos de la basílica; junto al arco de Druso Cesare Germánico, se admiran las ruinas del templo de Marte; en los subterráneos de la iglesia de San Anzano; en la puerta Ciclópea ó Umbra, cerca del palacio Mausi; al principio de la calle Mont'Atrone, y en el palacio Martorelli, junto á la plaza del mercado, también se encuentran grandes vestigios de fábricas antiguas. Los restos del palacio ducal y del de los Orsinis se hallan en los subterráneos del arzobispal, y en las casas de Casori y Cimarelli. Finalmente en el huerto de la casa de Falconi se distinguen los muros cíclopes, sobre los cuales se alzan los de bellísima construcción romana. La catedral que está al Septentrión del monte de San Elia, sobre el cual se ve la Rocca, edificio grande é importante de que hablaremos después, es la mas notable que hoy existe en dicha ciudad. En este sitio había antes una iglesia fundada por Teodelapie, tercer duque de Spoleto, sobre el palacio de Teodorico, que éste fabricó á costa de los muros de una iglesia cristiana del siglo IV. Asi a lo menos lo cuenta la tradición sin que tengamos datos para afirmarlo ni para negarlo. Pero puede establecerse que esta catedral fué construida en el siglo XIII, sobre el palacio ducal, incendiado y destruido el 27 de julio de 1155 por el emperador Federico I Barbaroja, cuya memoria es tan infausta para Spoleto. En la fachada de la catedral se ve un grande y precioso mosaico, que representa al Eterno Padre, con acompañamiento, en el momento de bendecir. A la derecha está la Virgen, y á la izquierda San Juan el Evangelista. Solamente en la mano derecha del Padre Eterno, cuyos dedos pulgar y anular están unidos en el acto de la bendición, según el rito de la iglesia griega, existe un dato para presumir que no es romano este mosaico. Entre los objetos mas estimables que hay en el interior del templo, se deben contar las admirables pinturas del célebre Filippo Lippi. Pero es indudable que, si no en mérito, en efecto aventaja á todas una de Cavallucci de Sermoneta, pintor boloñes del siglo pasado, de la cual puede decirse, como el poeta Angelo María Ricci decia de una Virgen de mármol que tenia en su gabinete: Esta es la enamorada de los españoles. Efectivamente la pintura de Cavallucci, como la Virgen del escritor rietino, arranca lágrimas de sentimientos á los corazones mas endurecidos. El pintor boloñes espresa la presentación en el templo de la Virgen María. La figura de esta tierna doncella está concebida de una manera poética, sublime; es una belleza sorprendente, pero una belleza que el artista no puede haber visto, como no la haya estudiado en los coros celestiales entre los ángeles y las vírgenes. ¿Podría espresarse, como dice un escritor italiano entusiasta por este cuadro, con mas verdad la modestia, la sencillez, el candor de la tierna Virgen? Seguramente que no seria posible describir mejor la aspiración de su alma purísima, ni con mas humilde ni respetuoso aspecto su amor ardentísimo hacia su criador, y la ansiedad de su corazón al subir las gradas del templo para consagrarse á su servicio. Al contemplar tan hermosa y angelical criatura, se comprende que solamente de tan celestial doncella pudo nacer el Hombre Dios, el Redentor del mundo. Todas las demás figuras del cuadro, las de San Joaquin, Santa Ana, el sacerdote y los ángeles, corresponden por su nobleza á la figura principal. En este templo están las cenizas del célebre pintor Filippo Sippi, á pesar del gran protector de las artes, Lorenzo de Medicis, que a su paso por Spoleto, pretendió trasladarlas á Florencia. Es digna de recordarse la causa de la muerte de aquel ilustre pintor. Después de una vida aventurera se recogió en el claustro, de donde se fugó para caer esclavo en Berbería. Habiendo robado una hermosa joven, de la que tuvo un hijo, célebre también en la pintura, fué envenenado por los padres de ella, habiendo muerto en Spoleto, su patria, por los años de 1469. La memoria de su talento honra tanto á los hijos de esta ciudad, como les aterra el recuerdo de sus punibles escesos y de su extraordinario libertinage.
»La Rocca, ese soberbio edificio que hemos citado, está construido en la altura del monte de San Elia, sobre un antiguo anfiteatro, según unos, ó sobre un templo de Apolo, según otros. A su inmediación se eleva el monte Luco, cuyos bosques parece que fueron dedicados á aquella divinidad. La Rocca fué edificada por Teodorico el Grande, y según atestiguan documentos que existen en el archivo público, sufrió notables reformas en el siglo XIV, por el cardenal Egidio Albernotz, rector del ducado de Spoleto, cuando la silla pontificia estaba establecida en Aviñon. Esta Rocca ha desempeñado un gran papel en la historia, ora por los asedios que ha sufrido, ora por haber sido habitada por muy ilustres personages, como García y Bloso, sobrinos del citado cardenal, y rectores del ducado; por Pedro Tomacelli, hermano de Bonifacio IX, rector también de Spoleto; Giovanni Orsini y Niccolo Sforza de Catignola, célebres capitanes; Alfonso Cardonio, primo del rey de Nápoles, de estirpe aragonesa y prefecto de la Umbría; Andreola de Sarzana, madre de Nicolás V, y por último, Lucrecia Borgia, que estableció aqui su residencia cuando Alejandro VI le confió el gobierno de la ciudad. Spoleto tiene ademas la gloria de haber salvado verdaderamente á Roma, cuando sus valientes hijos destrozaron entre sus montañas á las aguerridas huestes de Cartago, á cuyo frente iba Aníbal, ceñida la frente con los laureles de la célebre batalla de Trasimeno.
»Muy pocos habrá de los 6,000 habitantes que hoy cuenta esta ciudad que no repitan cien veces al viagero ese cúmulo de glorias y de grandes recuerdos que pesa sobre Spoleto, marcando patentemente el contraste de la nada presente con la grandeza pasada. El interior de la ciudad es alegre, pero el suelo de sus calles no puede ser mas desigual, puesto que por algunos sitios es hasta montuoso. Sus cercanías son deliciosísimas y las mas fértiles y pintorescas quizá de toda Italia. El vino que produce es esquisíto y y digno de la fama que tiene.»
Narni, ciudad antiquísima, y contra cuyos monumentos parecen haberse desatado las guerras, los incendios y hasta los fenómenos naturales, está hoy como estaba antes, en medio de aquella deliciosa floresta donde tenia sus poéticas quintas y encantadoras moradas los romanos; pero ni en sus montes se alzan los templos de Venus y de Baco, númenes tutelares de aquellos sitios; ni en sus pedestales existen las magníficas estátuas con que honraba á sus grandes hombres; ni la Via Flaminia corre entre sus suntuosos

jueves, septiembre 24, 2009

Viage ilustrado (Pág. 430)

diques de los torrentes por Apio Claudio, cuando se construyó la via Apia. Siglo y medio después, es decir, el año 333 de Roma, bajo el consulado de Cornelio Cetego, se siguió trabajando en esta importante obra de higiene pública, continuándose con el objeto de dar curso á las aguas estancadas, en tiempo de Julio César y Augusto, sin que se lograse quitar á estas aquella insalubridad que había dado á la atmósfera un carácter tan doloroso y asolador. Semejante empresa, que no debió haber cesado hasta obtenerse el resultado benéfico que se deseaba, fué suspendida largo tiempo por las guerras civiles que sobrevinieron en los dias de Galba, Oton, Vitelio y Vespasiano.
El gran conquistador de los godos, Teodorico, abrazando el pensamiento de Cecilio Decio, continuó también con muy laudable celo el desagüe de las insalubres lagunas Pontinas, alcanzando un éxito muy satisfactorio, según consta de una inscripción conservada en la ciudad de Terracina. Pero sucedieron en seguida el abandono, las guerras, las avenidas de aguas, los desórdenes y otra porción de calamidades, y la hermosa obra de tantos años quedó destruida en poco tiempo, volviendo las lagunas á su primitivo estado, y á amenazar constantemente con la muerte. De muy poco sirvieron luego los diferentes esfuerzos de los papas Bonifacio VIII, Martin V, Leon X y Sisto V; las aguas no desaparecían ni perdían su nociva calidad. La gloria de esta grande obra estaba reservada á Pio VI, que con diez mil trabajadores empezó en 1777 el canal que corre paralelo a la Via Apia, con el objeto de encerrar las aguas, consiguiendo por fin lo que no habían podido alcanzar, ni los emperadores de Roma y de Oriente, ni los pontífices que le precedieron. No obstante, aun en el dia es muy mal sana toda esta comarca, y muy propensa al desarrollo de fiebres intermitentes de mal carácter.
Y ya que hemos atravesado las mencionadas lagunas, vamos á asomar cuando menos la cabeza en Velletri, población donde corren aires puros, y que después de haber sido capital de los volscos, fué habitada por una colonia romana. Aqui tuvo su cuna el emperador Octavio Augusto, y aqui también encontraron su predilecta morada Tarquino, Tiberio, Nerva, Oton y Calígula. Deseosos sus pobladores de sacudir el yugo romano desde el año 260 de Roma, se trasladaron á la metrópoli, al otro lado del Tiber, adoptando el nombre de gens transtiveriana. Dice Silio Itálico, que Tarquino exigió también de la familia de Octavio que pasase á establecerse en Roma. El palacio del ayuntamiento es digno de alguna atención, asi como el de Fillippi y algún otro, pero lo mas notable qne encierra es el antiguo teatro, la elegante torre de robusta y bella construcción, del papa Urbano VIII, él palacio de Borgia, y mas particularmente el del príncipe Lancelloti. En el palacio de Borgia hay una magnífica mesa cuyo plano está compuesto de ciento veinte y ocho piezas de preciosos mármoles antiguos con mucho gusto colocadas. Sobre otra hay una lindísima figurita de una tercia de longitud, de mármol blanco, que parece representar á San Ignacio de Loyola. En la misma habitación se ven varios cuadros, algunos de bastante mérito, y una buena cabeza de piedra del emperador Augusto. En el palacio de Lancelloti, situado al otro lado de la ciudad, en su parte mas elevada, se admira una magnífica y suntuosa escalera de mármol que ha llamado mucho la atención de todos los viageros. La subida y las entradas que tiene al dar paso á las dos galerías superiores son de hermosas columnas, formando pórticos de muy buen gusto. En cada descanso de la misma escalera se ven una estátua y dos balcones que dan á los amenos jardines que limitan la casa por su lado posterior. Termina la escalera en una gran azotea que domina la ciudad y que sirve de punto de vista desde el cual se domina toda la campiña á inmensa distancia. El corredor ó galería principal es de aspecto regio por la riqueza de las labores de sus paredes, y por el precioso artesonado de su techo. Está descubierta por un lado en toda su longitud dando á los jardines. Se conoce que aqui habría un gran parque, por lo que parece que el objeto principal de este palacio seria el de servir de recreo en las tardes y noches de verano, á juzgar por la riqueza de su arquitectura en toda su cara posterior. El otro lado de la citada galería da entrada á varias habitaciones cómodas y espaciosas: en las dos primeras hay grandes chimeneas de piedra, adornadas de guirnaldas de flores de lo mismo, todo muy trabajado. En la tercera llaman la atención ocho frescos que representan asuntos de la Jerusalen libertada de Torcuato Tasso. Lo última que merece notarse en el palacio de Lancelloti, es una colección de estátuas y de bustos de piedra, en el peor estado posible, sin embargo de su mérito, qué representan á cónsules y emperadores romanos, y una pequeña capilla cuyo altar es de piedra jaspeada, y en cuyo lecho hay un fresco de autor bien reputado. Esta palacio fué fundado en los primeros años del pasado siglo por el cardenal Marcio Ginnetti. Aqui estaba el célebre museo Borgiano que ahora forma parte del museo Borbónico de Nápoles. A dos millas de esta ciudad fué hallada no hace mucho tiempo la célebre Pallade Velliterna, que es hoy una de las estátuas mas bellas del real museo de París.
Velletri tendrá una población de 17,000 habitantes, cuya ocupación es la agricultura y el comercio, que consiste en vino, aceite y cereales. El terreno que circunda á Velletri es escabrosísimo y está cubierto de una vegetación muy fuerte y frondosa. A dos millas de la ciudad, hacia el Septentrión, se ve una cordillera de colinas que concurren á formar un monte muy elevado, el Artemisio. Próximo á él está el Spina, que aunque de menos altura, no deja como aquel, de dominar perfectamente la población.
«Spolcto es otra ciudad de los Estados romanos en que debemos hacer alto un momento. Esta ciudad, fabricada según se dice, continua el escritor ya citado, sobre el cráter de un volcan, fué capital de la Umbría hasta la invasion de los longobardos, y después ducado de aquel nombre. Posee muchos monumentos interesantes, y algunos anteriores al dominio de los romanos. Los mas notables son las ruinas del antiguo teatro; las del palacio de Teodorico; la iglesia del Crocifisso, fuera de la ciudad, fundada sobre los restos del templo de la Concordia, del cual todavía se conservan algunas bellas columnas, y las de los templos paganos de que aun se hallan vestigios en el convenio de San Andrés y en la iglesia de San Giuliano. Asimismo se encuentra parte del magnífico puente Sanguinario, bajo el cual corre el impetuoso torrente que separa la ciudad de la montaña. Una arcada que subsiste entera, de aquella robusta obra, lleva el nombre de puerta de Aníbal. Lo demás de tan gigantesca fábrica, sirve de una especie de acueducto. Todas estas ruinas, asi como los principales edifi–

lunes, septiembre 21, 2009

Viage ilustrado (Pág. 429)

fienden todo su territorio. Junto á la sesta torre, llamada Paola, presenta el monte un anfiteatro de nueve colinas: las dos mas elevadas tienen 1,300 pies de altura. Sobre una de ellas, y hacia la parte del S. se distingue la aldea de San Felice, único punto habitado, y á donde se refugiaron muchas de las familias de Terracina. Encima de esa preciosa aldea se ven las ruinas de la antigua Circeya, con sus murallas formadas de pedazos de roca, reunidos al parecer sin cimientos ni trabazón, pero ajustados de tal manera sus ángulos, que conservan una consistencia muy sólida. Esta obra parece que es debida á los pelasgos, aquel pueblo tan fuerte y civilizado que levantó en la Saturnia, á la embocadura del Pó, las robustas murallas de Espina, pasando luego á establecerse entre el Arno y el Liris, después de haber ilustrado con sus colonias la Grecia.
»E1 monte Circello recuerda muy grandes hechos de los pueblos antiguos. Por los años 264 de Roma, cuando Milciades vengaba á la Grecia en las llanuras de Maratón, la ciudad de Circeya se sometió sin resistencia al joven Coriolano; pero tres años después fué obligada por la fuerza á volver al yugo romano. Sin embargo, se inclinó siempre al partido de los volscos, de aquellos valientes que desempeñaron un papel tan brillante en la robusta infancia de la antigua república. Por eso en el año 371 de Roma formó alianza con ellos, con los latinos y demás sublevados, y mereció el renombre de rebelde.
»Durante la segunda guerra púnica, rehusó armarse en favor de Roma contra Cartago. Saqueada por Sila como partidaria de Mario, apareció no obstante floreciente al cabo de pocos años. Circeya sirvió de refugio al miserable Lépido, que terminó en ella una existencia demasiado larga, encenagado en el crimen y en la mas desenfrenada licencia. Algo mas tarde, el digno predecesor de Caligula, poco tiempo antes de su muerte, dio en ella juegos castrenses, y desde esta época no ha vuelto á figurar mas en la historia.
»Lépido se retiró á Circeya y Tiberio a Caprea, huyendo ambos de las ciudades populosas, á la manera de animales carnívoros que han saciado su hambre con miembros palpitantes, y vuelven á sus cavernas en el desierto después de haber llenado de espanto las moradas.
»Cuando sentado uno en la cumbre de ese promontorio célebre, recorre con la vista la comarca descrita por Homero, se siente inclinado á descubrir vestigios del infierno en esa lava, encima de esos campos de azufre y de betún, en el fondo de esos lagos, cuyas negras aguas han reemplazado los fuegos subterráneos, y en esas cavernas que exhalan vapores pestilenciales, ahi se encuentran el pais de los lestrigones, los impetuosos torrentes del inflamado Flagetonte, la hoya de los espectros; y algo mas lejos, la verde y risueña pradería donde las sirenas cautivaban á los mortales, para entregar en seguida sus cadáveres á la voracidad de las llamas. El viagero fija sus miradas sobre esas masas terribles, antiguos testigos de la creación, y tal vez descubre en ellas los vestigios pobladores de la tierra.»
Ahora creemos que nos agradecerán nuestros lectores una descripción de las célebres lagunas Pontinas, lo cual vamos á hacer, aunque no sin decir antes dos palabras de la célebre también Via Apia. La Vía Apia, esa fortísima y dilatada senda que ha eternizado el nombre de Apio Claudio, y sobre la cual construyó otra el gran pontífice Pio VI que es la que conduce de Terracina á Velletri, aparece como una de esas grandes obras que recuerdan la opulencia y el buen gusto de los romanos. Cuando en el siglo pasado fue descubierta en el seno de las aguas, centenares de personas corrieron á pisar el hermoso suelo que por tantos años se habia escondido á las pisadas de los hombres. Los colosales peñascos que componían los parapetos de su calzada, poniéndola al abrigo de las inundaciones y sirviéndole de eternos cimientos, llenan de admiración á los viageros que saben leer en estas piedras todo el placer y grandeza de los pueblos que las devastaron. Lo que mas abona el valor de esa bellísima obra es la vista de los notables fragmentos que aun se conservan, no obstante los muchos siglos é innumerables generaciones que contra ellos han conspirado. ¡Qué admirable es semejante trabajo de la antigüedad, aun mirado en un trozo pequeño! ¡Como es posible que Apio Claudio pudiese imaginar siquiera, que sobre esa via que pisaron cien veces las legiones romanas de su tiempo, habia de caminarse cómodamente en el siglo XIX!
Uno de los fragmentos mejor conservados de la Via Apia, es el que pasa besando el pie de los sepulcros de los Horacios. Deben aquellos sin duda su conservación, como muy oportunamente observa un viagero, á la manera ingeniosa con que las piedras han sido enterradas á lo largo, pues si de otro modo estuviesen colocadas, los estragos del tiempo se hubieran hecho sentir mas sobre esas enormes masas.
En la inmensa llanura de mas de 50 millas de largo, por casi la mitad de ancho que queda descrita, se encuentran las lagunas Pontinas, cuyo álveo fangoso, según dice Muciano, ha dado sepultura á veinte y tres aldeas. Promecia, ciudad de los volscos, cuya antigüedad se esconde en la noche de los siglos, les ha dado su nombre. Aqui fué donde, si merece crédito la autoridad de Virgilio, después de establecidos los lacedemonios, levantaron altares á la diosa Fenocina, emblema de la fecundidad. Toda esta pradera de que vamos hablando, con su verde alfombra, sus preciosas y animadas aldeas, sus quintas y sus castillos constituía el recreo de los romanos, que, como Pomponio Ático, Augusto y Mecenas, iban á distraerse en ella del ruido de la corte, considerándola como el granero de la capital. En aquella época eran sus valles muy frescos y deliciosos, alzándose lozana la vegetación de sus colinas. Era un verdadero Edén, que convidaba á la paz, á la vida filosófica, á la meditación del poeta y á la vida de los placeres campestres. Pero bien pronto las sangrientas guerras de los romanos, las pestes que se desarrollaron sucesivamente y la multitud de miasmas pútridos de que se habia impregnado la atmósfera, dieron á estas llanuras unas cualidades tan nocivas, que de campo de deleite fueron convertidas en una vasta sepultura; á los gritos de guerra sucedieron los cantos funerales; á los síntomas de vida, el silencio de la muerte. Las aguas pestíferas y envenenadas llevaron el mal hasta las mas ocultas venas de la tierra, y al poco tiempo no se aspiraba ya el dulce aroma de las flores; sino el aire pestilente de los sepulcros, ó las asquerosas y perjudiciales emanaciones de los manantiales el Astura, el Ninfa, el Teppia, el Anatemus, y el Ofeus. Las aguas de estos dos corren confundidas en un canal.
Todo este terreno fué limpiado, y restablecidos los

sábado, septiembre 19, 2009

Viage ilustrado (Pág. 428)

Antonelli. Hay ademas vastos graneros y otros varios edificios, todos de construcción moderna.
»Los restos de un antiguo puerto reparado por Antonio, y la admirable solidez del muelle, revelan que Terracina debió ser el centro de una navegación muy activa. En la parte baja de la ciudad se ve también el principio del canal abierto por Pio VI en 1777, con el objeto de secar las insalubles lagunas Pontinas, y al otro lado, sobre la puerta de Nápoles, el Pischio Montano, preciosa roca piramidal, que arranca esbelta de la montaña y se mantiene casi completamente aislada, sin estar asida mas que por su base y un poco por su lado posterior.
»Este promontorio fué cortado verticalmente por su cara anterior, de orden de Valerio Flaco, censor romano, que concibió el proyecto de cortarlo en toda su altura hasta el nivel de la orilla del mar, para abrir paso al camino real de Nápoles, que se unió á la via Apia. En este peñasco se ven esculpidos en cifras romanas desde el número X hasta el CXX. A menos de la mitad de su altura, y dando vista al mar, tiene una pequeña casa medio destruida hasta cuyo punto es fácil el ascenso á tan erguido y esbelto promontorio.
»La iglesia del Salvador, que se está concluyendo actualmente, es preciosísima y de muy buen gusto arquitectónico. Su longitud es de 230 palmos, y de 90 su ancho; la altura de 93, y de 225 la cúpula. Tiene veinte y dos columnas interiores de 60 palmos de largo y 4¾ de diámetro. El diseño de este templo es del conocido arquitecto Antonio Sarti, y la ejecución debida al hábil artista Luigi Mollari.
»Mas arriba del templo de la Marina de que hemos hablado, y cerca de otro que existia erigido á Vesta, se halla el de San Francisco, en el que se lee una inscricion que acredita el nacimiento de Galva en Terracina.
»Lo que contemplamos con un verdadero y religioso entusiasmo fué la última obra del escultor Canova. Esta consiste en un precioso grupo de mármol de Carrara, que consta de tres figuras de tamaño natural, representando á Jesucristo descendido de la cruz en brazos de la Virgen y acompañada de la Magdalena. La Virgen está sentada al pie del divino madero, sobre un peñasco, dirigiendo la vista al ciclo, mientras mantiene en su regazo al Redentor del mundo. La Magdalena se halla arrodillada é inclinada sobre el cadáver de Jesucristo. La figura del Señor es hermosísima: tal vez está demasiado embellecida por lo rabustez de sus miembros y redondez de sus contornos. En la mitad superior, muy especialmente, no parece sino que el artista ha querido hacer un buen alarde de sus conocimientos anatómicos. Los músculos pectorales y yugulares pueden servir de estudio. No cabe mas verdad ni mas filosofía que las que resaltan en aquella cabeza inanimada; ni tampoco mas espresion ni mas sentimiento que los que demuestran las de la Virgen y su compañera. Aunque hay algunos estudios en este grupo hechos sobre las obras de otros grandes hombres, como el pie izquierdo de la Magdalena que está copiado del cuadro de la Transfiguración de Rafael, aquellos contribuyen á engrandecerlo, porque han sido perfectamente aplicados. Las ropas están plegadas sin violencia y con suma sencillez y naturalidad. Recomendamos á todos los viageros una visita especial á este magnífico recuerdo de lo que era ese noble arte en la antigua tierra de Rómulo, representado en esta obra moderna. En la cara posterior de la piedra que sostiene á la Virgen, se lee la inscripción siguiente: Antonio Canova, modeló. Cincinato Bairacosi, discépolo, sculpi. Este grupo que ha de ocupar un lugar en la nueva iglesia del Salvador, se encuentra hoy en casa del arquitecto Mollari.
»En la parte superior de la ciudad, hemos visto en una asquerosa callejuela un resto del templo de Minerva, y la catedral construida sobre otro de Jove. Este templo es pequeño y de sombrío aspecto. Lo mas digno que en él se halla, es un pulpito de mosaicos, una columnita salomónica, y algunos trozos de aquellos embutidos en el pavimento. Todo esto, asi por su naturaleza como por algunas inscripciones que contiene, consta que es anterior al siglo XII. Hay una virgen en una capilla, pintada, según se dice, por San Lucas. En el pórtico de la ciudad existe una especie de baño de granito, en el que se hacian sacrificios á los dioses, y una cruz greca. Según dalos adquiridos, todos estos objetos han sido hallados en la via Apia. En la plaza que precede á la iglesia metropolitana, se ha descubierto recientemente un fuerte pavimento del antiguo templo de Jove, en el que se alcanza á leer: A Emilias A. F.
»Terracina era en la antigüedad el punto de reunion durante los dias de verano; pues á la presencia de un mar tranquilo y delicioso, reúne la de una fértil y hermosa campiña. La población antigua es triste en el interior por la disposición de sus calles; pero disfruta de las mas risueñas perspectivas, tan pronto como se dirige la vista á su magestuosa montaña ó á sus deliciosos campos, que se estienden por la derecha hasta el empinado monte Circello. Nada de particular ofrecen ni el carácter ni las costumbres de los terracinenses, que no pueda referirse á la generalidad, de los hijos de aquel pais.»
Acerca del monte Circello, da el mismo escritor los siguientes curiosos pormenores. »Este monte, según dice Homero en su Odisea, fué antiguamente una isla. De esta opinion son muchos escritores, afirmando que antes que las arenas llevadas por el mar y el cieno de los rios lo hubiesen convertido en un promontorio, estaba completamente aislado. Su misma oposición al ímpetu de las corrientes, la facilidad con que se prestaba á recibir las materias que arrastraban la vertientes del Apenino, y su aproximación á la orilla, prueban su reunion con la tierra firme. Ademas que la retirada del mar está indicada, no solamente por el testimonio de Homero, Teofrasto y Seminode de Chio, sino también por ciertos fenómenos naturales, como son su territorio formado en parte por un baluarte de arena en figura de semicírculo, los mariscos que se encuentran junto á las alturas que forman el promontorio al Norte, los muchos esqueletos marinos hallados entre los peñascos, y la lengua de tierra arcillosa muy estrecha que separa las olas del Mediterráneo de las tranquilas aguas reunidas de los lagos Fogliano, Monace, Caprolace y Paolo.
»El monte Circello, habitado, según la fábula, por la maga Circea, famosa encantadora é hija mágica del Sol, está situado á 12 millas de Terracina y 76 de Roma. Se halla ceñido al O. por la playa romana y los lagos citados de Fogliano, Caprolace y Paolo: al N. por montecillos de roja arena y por las aguas del rio Sixto; al E. por el golfo de Terracina y al S. por el mar.
»Seis torres, distantes unas de otras 10 millas, de–

jueves, septiembre 17, 2009

Viage ilustrado (Pág. 427)

mas hermoso y el mas suntuoso palacio de Roma; pertenece al rey de Napóles, y tiene una riquísima colección de cuadros.
»Santa María de la Oración ó de la Muerte. Linda iglesia de una cofradía instituida para sepultar á los desgraciados que mueren en los campos inmediatos á Roma. Tiene una capilla subterránea cuyos adornos estan todos construidos con huesos humanos; las columnas, los rosetones del techo, las arañas que sirven para iluminar este fúnebre lugar, todo está construido con huesos, y se ven de trecho en trecho, de pie, esqueletos perfectamente armados, que infunden un religioso pavor al penetrar en este fúnebre recinto.
»Palacio Falconieri. Tiene una hermosa galería de cuadros flamencos y franceses.
»En este cuartel se encuentran también las magníficas iglesias de Santa Catalina de Sena; San Eloy, de los Plateros; Sanctí Spíritus, de los Napolitanos; San Pedro y San Pablo de Gonfalon, y San Juan, de los Florentinos.
»Puente Vaticano. Se hacen muchas conjeturas sobre el origen de este puente, pero hasta ahora ninguno ha podido fijar la cuestión.
»EL VATICANO.—Monte Vaticano. Tomó su nombre del de vaticinia por los oráculos que se daban en él. En 848, Leon IV, queriendo garantir la basílica de san Pedro de las continuas incursiones de los sarracenos, rodeo el monte Vaticano de una muralla, y el espacio comprendido por este muro, se llamó la ciudad Leonina.
»Puente Elio, hoy de Santangelo. Adriano construyó este puente para ir á su mausoleo y á los jardines de Domitia, donde hizo después construir un circo, cuyos restos se encontraron en el pontificado de Benito XIV. Este puente ha tenido diversos nombres; al principio se llamo Elio; mas tarde puente de Adriano, después puente de San Pedro, porque conducía á la basílica de este príncipe de los apóstoles, hoy se llama puente de Santangelo, porque está construido frente a la puerta de este castillo. Clemente VIII erigió a la entrada del puente las estatuas de San Pedro y San Pablo, como eternos guardadores de la ciudad
»Mausoleo de Adriano, hoy castillo de Santangelo, magnifico monumento á imitación del de Augusto. Esta tumba, en la decadencia del imperio, fué trasformada en fortaleza, y el castillo de Roma, que se llama de Santangelo porque en su remate hay un ángel
envainando una espada.
»Hospital de Sancti Spíritus. E1 mas grande de Roma y fue fundado por Inocencio III.
»Unido á la basílica de San Pedro se encuentra el palacio Vaticano, morada del pontífice de los cristianos, del rey de Roma. No podríamos nosotros escribir cuatro páginas sobre este palacio, cuya descripción pediría mil volúmenes. En él se hallan las célebres Lojias de Rafael, vastísimos corredores cuyas paredes se hallan cubiertas con frescos de este gran maestro y de sus mas célebres discípulos. La biblioteca donde se encuentran atesoradas las obras mas celebres del mundo, y los manuscritos mas raros y preciosos. El museo de Chiaramonte ó de Pio VII, donde se hallan colocadas millares de estátuas de las mas celebres de la antigüedad; las obras maestras de Grecia y de Roma; el hemiciclo del Belveder, donde está la celebre estátua de Apolo de este nombre; el museo Pio, Clementino, y tantos, y tantos salones que encierran ricas preciosidades artísticas: el Vaticano es un mundo á donde seria necesario vivir cien años para empezar á comprenderlo. Este palacio se halla rodeado de magníficos jardines. Es tanta la estensión de estos jardines, la iglesia de San Pedro y el Vaticano, que ocuparía muy bien el radio de una capital regular. En Roma es cosa constante, y nosotros lo hemos oido alli á muchas personas instruidas, que la capital de Cerdeña, Turin, pueden contenerse muy cómodamente en el recinto que ocupa el Vaticano, y es de advertir que Turin contiene 110,000 almas.
»Tales el análisis bien frio, bien conciso, bien superficial, que acabamos de hacer de la ciudad de Roma, no siendo mas que una revista ligera, apresurada, á vista de pájaro, de las riquezas de Roma. Sin embargo, creemos haber puesto al alcance de nuestros lectores todas las principales ruinas, todos los palacios, todos los templos paganos, todas las iglesias católicas, todos los foros de la ciudad eterna á quien parece que la Providencia le ha concedido que se realizase el oráculo que refiere Virgilio. «Imperium sine fine dedi, te daré un imperio sin fin,» no obstante el continuo diezmo con que parece hacerle espiar la eternidad concedida á su existencia por las continuas invasiones que vienen á añadir nuevas ruinas á los gigantescos restos que conserva en su recinto á despecho de los siglos y de los hombres.»
Vamos á hablar ahora de algunas ciudades romanas. «Terracina, dice el autor de los Viages á Italia con la espedicion española, se llamó en sus primeros tiempos Antur, nombre originado de Júpiter Anturon, es decir, imberbe, á quien se tributaba en esta ciudad un culto estraordinario. A aquel nombre sustituyeron los de Tracina y Terrachina, y por último Terracina, que es el que lleva en el dia. Antiguamente estaba situada sobre una elevadísima roca, que constituía las verdaderas Termopilas de los Estados romanos. Posteriormente ha ocupado otros dos distintos lugares, gracias á los fenómenos de los tiempos y á las revoluciones de los hombres, hasta quedar en el que hoy ocupa á la falda, como hemos dicho, de una enorme y colosal montaña.
»En su primera posición tan ventajosa, detuvo la marcha de Anibal cuando regresaba de Cannas. Celosos los romanos de que el estado inespugnable de la ciudad, ora por su buena situación, ora por los escelentes medios de defensa de que estaba rodeada, pudiera escitar á sus habitantes á convertirla en fuerte baluarte contra los conquistadores de la Italia, derribaron mucha parte de la grande roca sobre que estaba edificada.
»Ni siquiera un monumento digno de la atención del viagero se encuentra en esta ciudad, á no tomar por tales algunas miserables ruinas que si bien recuerdan la grandeza de alma y soberbia opulencia de los primeros moradores de Terracina, apenas dan una vaga idea de lo que fueron. Sobre la cumbre de la montaña nominada hoy Sant'Angelo, había un magnífico templo consagrado á Júpiter, protector de todos los pueblos de la comarca.
»La ciudad de Terracina, población en la actualidad de 6,000 almas, está dividida en dos partes: una antigua situada en una altura que forma un declive hacia el mar, y otra llamada la Marina, cuya fundación no se remonta mas que al pontificado de Pio VI. En esta parte, lo que nos ha parecido mas notable, es el palacio pontifical y el del cardenal

lunes, septiembre 14, 2009

Viage ilustrado (Pág. 426)

»El cuartel de Trastebere, es en donde se conservan los recuerdos de la antigua Roma, es en donde los estrangeros pueden ver, admirando á los fieros trastiberinos de hermosa y gallarda figura, á los pobres herederos del orgullo de un pueblo rey, y que á pesar del trascurso de tantos siglos, han conservado el verdadero tipo romano, ese tipo que sirvió á los antiguos escultores para trazar las estatuas que son hoy nuestra admiración.
»Puente Fabricio. Construido el año de Roma (690).
»Isla de Tiber, formada primitivamente por las gavillas de los campos de Tarquino el Soberbio, segadas por el pueblo y arrojadas al rio, donde detenidas en este punto formaron una pequeña isla. Alli se encuentra el templo de Esculapio, hospital hoy de los enfermos.
»Puente Graciano. Fué el primer puente de Roma levantado por los mismos romanos, comenzado por Tulio el Censor, y terminado por Escipion el Africano. Es el mismo que se llama hoy Puente Roto, porque la subida de las aguas del Tiber en una inundación, destruyó uno de sus arcos en 1598, y no ha vuelto á ser reedificado. Su aspecto es el mas pintoresco que puede darse, gozándose desde alli una de las perspectivas mas agradables, porque se ve el monte Aventino á la derecha, la isla del Tiber á la izquierda, delante el campo de Vesta, y la entrada de la cloaca Máxima. Esta ribera ha sido llamada Bella ribera Pulcrum litus.
»Iglesia de Santa Cecilia. Está edificada sobre la misma casa de esta santa, que acudia diariamente á las Catacumbas, para ser instruida por el santo papa Urbano.
»Puerto de Ripa grande. Inocencio XII hizo construir este puerto á donde llegan los buques que vienen de la mar por la embocadura de Ostia. Aqui se encuentra el célebre hospicio de San Miguel, donde se hallan reunidas todas las artes y todos los oficios, y de que fué director por muchos años Pio IX.
»Puerta Portese. Es obra de Arcadio y de Honorio. y fué sustituida á la antigua puerta llamada Portuensis, porque de alli se iba al puerto de Roma.
»Santa María in Trastebere. Iglesia muy hermosa, alzada sobre el sitio que ocupaba la antigua caverna Meritoria. Es el primer templo que se consagró á la Madre del Salvador del mundo.
»San Crisogono, y Santa María de la Scala, son dos bellísimas iglesias.
»Monte Janículo. Su nombre viene de Jano, rey de los aborigenes, que construyó una ciudad delante del Capitolio, donde vivia Saturno en aquel tiempo. Es una de las siete colinas sobre que se halla edificada Roma.
»San Pedro in Montorio. Es un convento de frailes franciscanos, cuyo origen es muy antiguo. Está situado encima del Janículo; y cerca de la iglesia hay un pequeño templete, redondo, obra del Bramante, alzado sobre el sitio mismo en donde fué enclavado en la cruz el príncipe de los apóstoles San Pedro. Desde este sitio se domina completamente á Roma, que se estiende á la vista del viagero como un magnífico panorama, viéndose distintamente la antigua Roma de los Césares, la Roma moderna de los pontífices. De este monte está tomada la vista de Roma que se enseña en Madrid en la galería de Recoletos.
Detrás y á corta distancia de este convento se encuentra la fuente Paulina, la mas grande y mas hermosa de Roma. Paulo V la hizo edificar en 1612.
»Es una de las fuentes mas bellas del mundo. Paulo V la construyó con materiales sacados de los foros de Nerva. Es obra del arquitecto Fontana, y presenta el aspecto de un magnífico arco triunfal, por cuyos ojos corren torrentes de clarísima agua, que cayendo en un vastísimo estanque, van después por canales á surtir la ciudad.
»Puerta de San Pancracio, llamada Aureliana Janiculense á causa del monte Janículo sobre el cual se halla alzada. Fué levantada por Antonio Rossi sobre el sitio de una puerta mas antigua construida por Honorio. Lleva hoy el nombre de San Pancracio á causa de la iglesia de este nombre construida ya en el siglo III, y que está solo á media milla de distancia. Esta puerta ha sido el punto de ataque de los franceses: por ella atacaron el 30 de mayo, y fueron rechazados; repitieron el ataque el 3 de junio, y no fueron mas felices; últimamente, el dia 21 del mismo junio dieron el asalto después de abierta una ancha brecha.
»La villa de Panfili Doria, que hemos descrito ya en otra sección, se encuentra muy cerca de esta puerta, y es el cuartel general donde después de una encarnizada lucha se estableció el ejército francés.
»El palacio Corsini, que se encuentra también cerca de esta puerta, ha sido igualmente ocupado por los franceses; y en él habitó Cristina de Suecia. Este palacio que tanto ha padecido en esta invasion, encerraba grandes tesoros de artes y literatura.
»Casi enfrente del palacio Corsini se halla La Farnesina, palacio donde se encuentran atesoradas las obras maestras de Rafael, que inmortalizó su nombre en los bellos frescos de que se halla adornado, que hacen el objeto de las frecuentes visitas de los estrangeros, y donde se admira la célebre composición de la historia de los amores de Psiquis.
»Santa María Regina Cœli. Iglesia edificada por Ana Colona, princesa romana.
»Palacio Salviati, construido por Enrique III, rey de Francia.
»Iglesia y convento de San Onofre, fundada en la pendiente del Janículo; alli murió el Tasso. Nosotros nos hemos arrodillado sobre su tumba, que es una lápida de mármol en el suelo con esta inscripción: Hic jacent Torquati Tassi ossa; modelo de inscripciones para los grandes hombres.
»Puerta Sancti Spíritus. Antigua puerta de la ciudad Leonina.
»Puente de Sixto, en otro tiempo Janiculense.
»Fuente de Puente Sixto. Se halla alimentada por la fuente Paulina, y está colocada enfrente de la calle Julia.
»Trinidad de los Peregrinos. A esta iglesia hay unido un hospicio en donde se reciben los pobres viageros por tres dias.
»Palacio de la Chancillería. Edificado con piedras del Coliseo; arquitectura del Bramante; es magnífico; está habitado por el cardenal vice–canciller. En sus salones se habia establecido la Cámara de los diputados. Al pie de su escalera el 16 de noviembre fué asesinado el ministro Rossi, en el momento en que iba á entrar en la cámara. Esta muerte fué el principio de la revolución que ha traído sobre Roma las armas de la cristiandad, y el asalto de los franceses.
»Palacio Farnesio, construido con piedras del Coliseo, arquitectura de Miguel Ángel. Es sin disputa el

viernes, septiembre 11, 2009

Viage ilustrado (Pág. 425)


Vista posterior del Capitolio - Foro romano - Templo de Júpietr - Columna de Focas



Plaza de San Pedro en Roma

muy bien conservado, es para la arquitectura, lo que la Venus de Médicis para la escultura, es lo mas perfecto, lo mas acabado, lo mas elegante.
»Templo de la Fortuna viril. Este elegante templo, es el mas antiguo de Roma, adornado de una fila de columnas jónicas. Fué dedicado por Servio Tulio á la Fortuna que de un esclavo habia hecho un rey, y es sin duda el monumento mas antiguo de la gratitud humana.
«Casa de Rienzi, el famoso tribuno que en 1347, fundó, como ahora, una república romana, parodiando la antigua, arrojó al papa de su palacio, y por mucho tiempo fué el dominador de la ciudad eterna; empero qué pereció víctima del furor del pueblo, cuando él mismo, poco tiempo después, quiso deshacer su obra; lección terrible que hemos visto reproducida en nuestros días.
»DEL PUENTE FABRICIO AL PUENTE ELIO. Esta sección es hoy la mas interesante, por ser el punto por donde los franceses han atacado á Roma, y donde nuestros lectores encontrarán los nombres de los sitios continuamente citados en los periódicos durante esta lucha.

miércoles, septiembre 09, 2009

Viage ilustrado (Pág. 424)

Templo de Vesta


Fuente Paulina

de mucho valor. Este templo se halla enteramente concluido. Nosotros hemos asistido con Pio IX al ensayo de colocar en carton el tabernáculo que ha de levantarse después en medio del templo. Esta iglesia, cuyos claustros son de una admirable elegancia, llenos de naranjos y laureles, debe haber padecido mucho por ser uno de los puntos que ha ocupado el ejército francés en el sitio actual de Roma.
»Pirámide de Cayo Sexlio. De mármol, alzada á este Epulón ó cocinero de los dioses.
»Monte Testacio. Hemos dicho que fué formado con los pedazos de las vasijas rotas de Roma. Tiene diversas cuevas donde se conserva sumamente fresco el vino, y por esto es muy frecuentado por el populacho de Roma.
»Puente Sublicio. Es el primero de los que se construyeron sobre el Tiber. Es célebre por el recuerdo de Horacio Cocles que lo defendió él solo contra un ejército, y célebre también por otros recuerdos mas terribles, porque desde él arrojaron los romanos al Tiber los cuerpos de Commodo y de Eliogábalo, cuando cansados de sufrir su tiranía, los inmolaron á su furor y á su justa venganza.
»Monte Aventino. Es una de las siete colinas sobre que está fundada Roma. Sobre ella se encuentra la iglesia de Santa María Aventina, desde donde se goza una vista admirable de Roma y su campiña.
»Templo de Vesta. En este templo circular, se guardaba el fuego sagrado de Vesta. Las vírgenes cuidaban de él. Este lindísimo templo, que se halla

viernes, septiembre 04, 2009

Viage ilustrado (Pág. 423)

pasando al campo francés después de la derrota que estos sufrieron en el ataque del 30 de mayo, intentó paralizar los efectos de la espedicion.
»Teatro Pompeyo. Podia contener veinte y ocho rail espectadores. Sus ruinas mas visibles se hallan bajo el palacio Pio.
»Palacio Vidoni. Es bastante hermoso.
»Palacio Matei, rico en estátuas y en cuadros.
»Circo Flaminio. Ocupaba todo el espacio comprendido entre la plaza del Olmo y la plaza de Capituci.
»Palacio Costagoli. Es célebre por los frescos de los artistas mas distinguidos del siglo XVII.
»Pórtico de Octavio. Contenía célebres monumentos del arte griego. Según las relaciones que nos han dejado Plinio y Pausanias fué incendiado en el imperio de Tito, y aun hoy quedan ruinas que atestiguan su antigua grandeza.
»Teatro Marcelo. Es en su arquitectura del estilo mas perfecto. En la edad media fué trasformado en fortaleza.
»Foro Oliterium. Poseia tres templos de que se ven aun restos.
»San Nicolás in Carcere. Es una lindísima iglesia consagrada á este santo.
»Foro Piscarium. Aqui es donde se vendía el pescado.
»DEL VELABRO AL PUENTE FABRICIO. El Velabro era una antigua laguna. Fué desecada por los últimos reyes de Roma, cuando se edificó la gran cloaca sobre el muelle del Tiber.
»El Foro Boario. Al pie del Palatino, y del que ya hemos hablado, tenia en su recinto el Ara máxima, grande altar que Hércules se dedicó á sí mismo cuando triunfó del célebre Caco, ladrón de bueyes y de carneros. Aun se muestra en el Palatino la cueva donde se ocultaba este célebre ladrón, cuya fama ha quedado en proverbio hasta nuestros días, siendo locución muy vulgar el decir, es mas ladrón que Caco. El Foro Boario hemos dicho ya que era el mercado de los bueyes.
»Arco de Jano cuadrifronte. Es uno de los arcos que levantaron los romanos con cuatro frentes iguales. Permanece aun en pie, si bien despojado de las estatuas que un dia le adornaron. En las frecuentes luchas de la edad media mas de una vez sirvió de fortaleza á los diversos partidos que se disputaban el poder.
»Arco de Septimio Severo, Erigido, según la inscripción que se puede leer aun, por los mercaderes de bueyes del foro inmediato en honor de Septimio Severo y de su muger Julia.
»San Jorge in Velabro. Es una de las iglesias mas antiguas de Roma.
»Cloaca máxima. Es un inmenso canal subterráneo para conducir al Tiber las aguas del Velabro y las inmundicias de la ciudad. Data su antigüedad del tiempo de Servio Tulio. Es tal la capacidad de esta cloaca que puede uno entrar fácilmente con su carruage en ella. Dicho está que las cloacas, los acueductos y los caminos eran los tres géneros de obras en que los romanos se mostraban el primer pueblo del mundo.
»Circo grande. Rómulo limpió este valle para dar en él juegos al pueblo. En él se verificó el robo de las Sabinas, y fué el principio de la union de estos dos pueblos, que confundidos en uno dieren la ley al mundo entero.
»Termas de Caracalla. Muchos escritores han hablado de su magnificencia; hoy son un inmenso cúmulo de escombros gigantescos. Se asombra la imaginación del hombre al considerar lo que debieron ser estos edificios cuando se ostentasen en toda su magnificencia.
»Valle de Egeria, donde el segundo rey de Roma, Numa Pompilio, retirándose de su pueblo, aparentaba consultar con una ninfa las leyes y la religion que impuso á aquel pueblo feroz. Aun se conserva una fuente á cuya margen se sentó mas de una vez aquel filóso rey meditando las instituciones que dio á su pueblo.
»Cerca se encuentra la tumba de los Escipiones. Una pobre muger enseñaba hoy un agujero negro, rodeado de algunas piedras, que da entrada á una cueva, y es lo único que queda de este monumento en algún tiempo magnifico.
»También se ven los restos de un arco elegante y magnífico en su tiempo, levantado á Druso.
»La basílica de San Sebastian, que había atravesado el trascurso de muchos siglos, que en su centro conservaba el precioso sepulcro de este santo mártir, sobre el que se veia la estátua de mármol del valiente guerrero, estátua debida al cincel de Bernini, es hoy un montón de escombros. Nosotros que la hemos visitado detenidamente las dos veces que hemos estado en Roma, no la volveremos á ver mas!!... Los romanos para la defensa de la plaza, y evitar que pudiera servir de punto de apoyo á las tropas del mariscal Oudinot de Regio, la han destruido!
»La iglesia de San Sebastian era visitada de lodos los estrangeros, por ser la entrada de las famosas Catacumbas, esos laberintos subterráneos que fueron el asilo de los primeros cristianos, y donde por tres siglos permaneció oculta la religion de Jesucristo; esos laberintos que en todas direcciones se estienden debajo de Roma por espacio de diez y seis leguas, donde no puede estampar su planta el viagero sin hollar los huesos de algunos de aquellos valientes héroes que lucharon por la cruz de Jesucristo contra los dioses del decrépito Olimpo, saliendo vencedores de ellos al cabo de tres siglos de lucha incesante. En esta iglesia se conservaba también la piedra en que, según la tradición, había puesto sus pies el Salvador del mundo cuando saliendo al encuentro de Pedro, que huia de Roma temeroso del martirio, y preguntado por éste á dónde iba, respondió el Señor, que á Roma á ser nuevamente crucificado.
»Templo de Rómulo. Aun se conserva su sagrado recinto.
«Circo de Rómulo. Hasta el año de 1825 fué llamado Circo de Caracalla.
»Tumba de Cecilia Métela. Es una obra maestra de magnificencia y elegancia. Es el primer monumento en que emplearon los mármoles los romanos; se halla muy bien conservado.
»Basílica de San Pablo. Esta iglesia, fuera de los muros de Roma, era en magnificencia la que seguia á San Pedro. Mehemet–Alí, ese regenerador del Egipto, ha asociado también su nombre al gran templo, regalando ocho inmensas columnas de ágata blanca de una sola pieza, columnas que no tienen precio por su rareza y magnificencia. El autócrata de las Rusias, aunque gefe de una comunión distinta de la católica, ha suministrado también para las cornisas del templo gran cantidad de malaquita, piedra preciosa tambien

miércoles, septiembre 02, 2009

Viage ilustrado (Pág. 422)

nio y Strabon dan descripciones de este monumento, que rivaliza con todo lo que de la primera antigüedad había en este género.
»Puerto de Ripeta. Construido con piedras de un arco del Coliseo que cayó por un temblor de tierra. Las barcas de la Sabina y de la Umbría sobre el Tiber se detienen allí, y depositan en su orilla vino, trigo, aceite, leña y otros de los muchos artículos que se consumen en la ciudad, á la cual se sube por dos ramblas circulares de veinte escalones, teniendo enfrente la iglesia de San Gerónimo de los esclavones, y el magnífico pórtico del palacio Borghese.
»Palacio Borghese. Es uno de los mas hermosos monumentos de Roma, y data desde el año 1590. Es muy grande; tiene una magnífica galería de cuadros, muchos salones y un pórtico sostenido por noventa y seis columnas de granito. En este palacio habitó Carlos IV, el abuelo de Isabel II, cuando después de su abdicación tuvo que retirarse á Roma.
»Campo de Marzo. Pequeña plaza que fué en otro tiempo el Campo de Marte. Antiguamente este lugar se halla decorado con soberbios edificios.
»Pasando por las iglesias de Santa María Magdalena y de Santa María in Aquiro se llega á la plaza del Panteon. Hasta el pontificado de Eugenio IV esta plaza permaneció llena de los escombros que habían aglomerado sus devastadores. Gregorio XIII hizo levantar la fuente que se encuentra en esta plaza, y sobre ella Clemente XI colocó un obelisco.
»El panteon es el mas perfecto y el mas intacto de los monumentos de la antigüedad, habiendo sido erigido por Agripa en el año de Roma 727. Era el santuario de los terribles dioses que impusieron á Roma la conquista del mundo. Permanece tal como existia en los tiempos de Agripa, cuando lo levantó este gran romano para dar gracias á los dioses por la victoria de Accium, que hizo á su cuñado Augusto dueño del mundo. No es este monumento, como el Coliseo, el espectro de la grandeza romana, es su imagen fiel. Bonifacio IV lo consagró á la Virgen y á los mártires. Alli reposa Rafael, en el nicho que al pie de un altar había designado él mismo para su sepulcro. El pórtico del Panteon consta de diez y seis columnas de un solo trozo de granito oriental blanco y negro; el templo es de forma perfectamente redonda en su interior y tiene 130 pies de elevación, siendo todo el pavimento de granito y de pórfido; no tiene ventanas; su bóveda no tiene techo, pero presenta una abertura de 27 pies de radio, por la que bajaba la luz al templo y subía con el incienso el humo de los sacrificios.
»Plaza de la Minerva. Hay un obelisco egipcio levantado por Alejandro VII. En esta plaza se encuentra Santa María in Minerva, iglesia edificada sobre las ruinas de un templo de Minerva, construido por Pompeyo; pertenece á los dominicos.
»La universidad. Edificio comenzado por Leon X sobre el plan de Buonaroti. Se llama la Sapienza, á causa de un verso esculpido sobre su puerta principal «Initium sapientiœ timor Domini, el temor de Dios es el principio de la sabiduría,» bellísima inscripción para un sitio donde se enseñan todas las ciencias humanas. En la revolución de noviembre se hallaba ocupada por los carabineros, empero los estudiantes formándose en batallones hicieron desalojar este edificio donde aun existió la legion universitaria, que á las órdenes de Mazzini y de Garibaldi fué una de las que mas han sostenido contra los franceses el sitio de Roma.
»Palacio Madama. Edificado por orden de Catalina de Médicis, aquella célebre florentina que después fué reina de Francia, y por eso ha tomado el nombre de Madama.
»Palacio Jiustiniani. Es el mas pobre en cuadros.
»San Luis de los franceses. Iglesia edificada en 1589 por Enrique III, rey de Francia; se halla servida por los franceses.
»San Agustín. Iglesia edificada por Guillermo de Stonteville, embajador de Francia en Roma. Alli se ve el prodigioso Isaías de Rafael, que quiso también hacer un profeta á la manera de Miguel Ángel. A los pies de esta iglesia se venera una imagen de la Virgen llamada del Buen Parto, y es tanta la devoción del pueblo de Roma que las paredes todas del templo en sus tres naves están cubiertas con grandes cajas que contienen milagros de plata. Ante esta Virgen, después del asesinato del desgraciado ministro Rossi, quiso el asesino depositar el puñal con que á la entrada de la cámara le había herido. ¿Era el fanatismo, ó era un irónico sarcasmo el que había hecho depositar á los pies de la madre del Salvador del mundo el homicida acero?
»Otras muchas iglesias ricas, bellas, magníficas todas, se encuentran en esta misma dirección, porque Roma encierra en su seno un tesoro de artes y riquezas en sus muchas iglesias. San Antonio de los Portugueses; San Apolinario, que es la capilla del palacio donde se reunía la cámara alta cuando estalló la revolución de noviembre; el Seminario romano; San Salvador in Lauro; Santa María in Valicella, cuyo altar mayor es de una esquisita y rara magnificencia; Santa María de la Paz, que tiene un claustro edificado por el Bramante; y en fin, Santa María del Alma.
»Plaza Navona. Es una de las mas magníficas de Roma; ocupa el sitio del antiguo circo de Alejandro Severo, y está adornada de tres grandes fuentes. Sobre la del medio se alza el magestuoso é imponente obelisco de granito rojo encontrado en el circo de Caracalla. Esta plaza es el inmenso mercado de Roma. Se halla dispuesta de tal modo que en el mes de agosto se la inunda completamente para la naumaquía, presentando la vista de un estenso lago en donde los hijos del pueblo rey van á zabullirse. En esta plaza se encuentra también la magnífica iglesia de Santa Inés, donde las religiosas cuidan de los corderos de cuya lana tegen el palio que se distribuye á todos los arzobispos de la cristiandad. También se encuentra alli el palacio Braschi.
»Plaza de Pasquín. Allí está la famosa estatua mutilada por el tiempo, debajo de lo cual se han escrito tantos epigramas de donde ha venido el nombre de pasquines, debiéndolo al de un antiguo sastre de la vecindad que tenia el humor altamente satírico; quedando de esta estátua únicamente un bello dorso griego, del homérico Menelao defendiendo el cuerpo do Patroclo.
»Palacio Máximo. Tiene la escalera mas hermosa de Roma.
»Iglesia de San Andrés de la Valle. Es una de las mas grandes y capaces de Roma. Está servida por los teatinos, cuyo general, el padre Ventura, es ese elocuente predicador de Italia, que consejero y amigo en un principio de Pío IX después ha abrazado la causa de la revolución, y ha sido uno de los que