jueves, junio 21, 2012

Viage ilustrado (Pág. 658)

asi como los demás monarcas que reinaron después de él. Pedro I el Cruel, que lo era de Castilla, vino contra Barcelona á la cabeza de una escuadra de cuarenta navios, á combatir á la aragonesa, que se hallaba en este puerto, el año 1359. Falleció en Barcelona Pedro IV el Ceremonioso en 1387, y su esposa Sibila Sforcia, aborrecida de los habitantes y de su hijastro Juan I, huyó con algunos de sus partidarios; pero fué apresada y conducida de nuevo á esta ciudad y encerrada en una estrecha prisión donde fué tratada rigorosamente. En el mismo año, por disposición del mismo Juan I, se reunió en Barcelona un congreso de prelados para decidir la cuestión del gran cisma que dividía á la iglesia, y se acordó aclamar por pontífice á Clemente. Martin I, hermano de Juan, tomó posesión de la corona en esta ciudad, y en ella murió en 1410, acabándose en él la línea masculina de los antiguos condes de Barcelona que ciñera la corona aragonesa durante doscientos setenta y tres años. Su sucesor, Fernando I el de Antequera, celebró Córtes en Barcelona en 1412. Cuando las turbulencias entre Juan II, rey de Aragón y Navarra, y su hijo don Carlos, príncipe de Viana, los barceloneses se pronunciaron por este último, que vino á refugiarse entre ellos, y le proclamaron por señor absoluto, pero á poco murió en esta ciudad de resultas de un veneno lento que le suministraran en la prisión. No pararon aun aquellas terribles revueltas; pues Barcelona se rebeló contra Juan II, y tomando las armas todos los hombres, desde la edad de catorce años, según la usanza de Cataluña, le hicieron cruda guerra hasta 1473, en que aquel entró en Barcelona, perdonando á los sediciosos. Aquí murió en 1479. Los reyes católicos, Fernando é Isabel, vinieron á Barcelona en 1492, poco después de la toma de Granada, y el 7 de diciembre fué el rey herido en una oreja por un tal Juan Canamarés, que aunque se quiso hacer pasar por loco, fué atenaceado y quemado vivo. Hallábanse todavía en esta ciudad los mismos monarcas cuando en 1503 arribó aquí el célebre Cristóbal Colon de vuelto de su primer viage á América, y les presentó los hombres y principales producciones de aquel pais. Cárlos V, después de ser reconocido por rey en León, Castilla y Aragón, se presentó en las Córtes de Barcelona, que aunque con mucha dificultad, le concedieron el título de conde. En 1529 se embarcó Cárlos en esta ciudad con dirección á Italia, y en 1533 aportó á la misma, de donde volvió á embarcarse para Túnez en 1535. Felipe II y Felipe III vinieron á Barcelona en 1585 y 1599, y Felipe IV en 1626 con objeto de reunir Córtes catalanas, como se verificó. El año 1640 se dio en Barcelona el dia del Corpus el grito de rebeldía contra el último rey que acabamos de nombrar, y se inauguró una de las mas terribles revoluciones que tuvieron lugar en este pais turbulento. Millares de castellanos (asi llaman en Cataluña á todo español que no naciera alli) fueron asesinados, y al virey, que era el conde de Santa Coloma, le cupo la misma suerte. Estendióse el fuego de la guerra civil á todo el Principado con el auxilio de los franceses; pero al fin volvieron los catalanes á someterse al gobierno de Madrid, aunque exigiendo la integridad de sus fueros y el olvido de todo lo pasado. El duque de Vandoma, general francés, puso sitio á Barcelona el año 1697, y aunque la ciudad se defendió valientemente, logró tomarla por capitulación, no volviendo al dominio español hasta 1698, en que se firmó la paz de Ryswich. El archiduque Cárlos de Austria, pretendiente á la corona de España, desembarcó en la playa de Barcelona, se apoderó de la ciudad en 1705, y fué proclamado solemnemente por rey. Su competidor Felipe V vino en persona á cercar á Barcelona el año siguiente; pero se vio obligado á levantar el sitio abandonando la artillería, bagajes y heridos. Quedó esta ciudad en poder de los parciales del archiduque hasta 1714, en que fué sitiada por el duque de Berwich. Después de continuos y sangrientos combates, asaltos y embestidas, fué finalmente tomada por asalto con horrorosa pérdida de ambas partes, pues los barceloneses se defendieron desesperadamente combatiendo en las calles, y disputando el terreno palmo á palmo el 11 de setiembre. Carlos III cuando vino desde Nápoles á tomar posesión de la corona de España, desembarcó en Barcelona y fué recibido con las mayores muestras de alegría. Durante la guerra de la independencia los pérfidos invasores franceses se hicieron dueños de la ciudadela por medio de un ardid, y luego de las demás fortalezas, y quedó Barcelona en su poder hasta 1813. Los acontecimientos posteriores de que fué teatro esta ciudad, si bien notabilísimos y deplorables los mas, son de todos conocidos y no deben mencionarse en esta obra. En los anales eclesiásticos figura esta ciudad desde los primeros años del cristianismo, y en ella se reunieron hasta trece concilios. Las armas de Barcelona son divididas en cuatro cuarteles: primero y cuarto en campo de plata, la roja cruz de San Jorge, y segundo y tercero los palos rojos de Cataluña en campo de oro. Esta ciudad es tal vez la que en España presenta mayor número de edificios suntuosos de todas clases. No permitiéndonos la índole de esta obra dar demasiada latitud á las descripciones, haremos solo una breve reseña de los mas principales, empezando, según nuestra costumbre, por las iglesias. La catedral, que desde los tiempos mas remotos tenia la misma advocación de Santa Cruz que conserva hoy, fué reedificada por el conde de Barcelona Berenguer I el Viejo, y su esposa Almoldis, y en 1298 se dio principio á la fábrica actual, que pertenece al género gótico. La fachada principal quedó sin terminar, y por esto es su puerta mas bella la denominada de la Inquisición, siendo también muy preciosa la de la Piedad. Dos hermosas torres, que terminan en azoteas por el estilo de las de Nuestra Señora de París, decoran este gran templo. El interior se compone de tres naves y corresponde al esterior por su magestuosa arquitectura. Entre sus capillas sobresalen la mayor, con lindo y delicado retablo del gusto gótico, adornada con vidrieras de colores y con doce banderas que pertenecieron á la valiente milicia nacional barcelonesa (1), la de Santa Eulalia (2), que es subterránea, situada debajo del presbiterio, y que custodia desde el año 1339, el cuerpo de la santa mártir del mismo nombre en una magnífica urna sustentada por ocho columnas

(1) En esta capilla se fundo la orden militar de Montesa, el 22 de julio de 1319.

(2) Esta santa, natural de Barcelona y su especial patrona, fué martirizada en la misma ciudad. Su cuerpo fué encontrado en el sitio donde hoy se eleva la iglesia de Santa María del Mar; en 878 trasladado á la catedral, y 1339 á la nueva capilla, con desusada solemnidad, pues asistieron á la procesión dos reyes, tres reinas, cuatro príncipes, dos princesas, un cardenal, siete obispos, doce abades mitrados, nueve magnates y sesenta y cuatro barones y nobles.



martes, junio 19, 2012

Viage ilustrado (Pág. 657)

Vista de Barcelona por la parte de tierra

conserva aun las fortificaciones de la edad media, y la sala de armas. Muy cerca del pueblo está el castillo y ermita de San Pedro Mártir. En seguida, y sobre el mismo camino real está el lugar de Esplugas, compuesto de sesenta casas; y finalmente, Sans, que puede ya considerarse como un arrabal de Barcelona, de cuya ciudad dista solo media legua. El terreno es de lo mas fértil, como toda la ribera del Llobregat. Contiene una magnífica fábrica de tejidos de algodón con cuatro máquinas de vapor, otra de la misma clase, otra de papel pintado, otras dos de productos químicos, otra de papel continuo y tres de aguardiente. La población de Sans asciende á 1,739 habitantes.
Magnífico y sorprendente es el gran cuadro que presenta la fértil y risueña campiña de Barcelona. Multitud de casas de campo del mejor gusto, poblaciones considerables, y fábricas de vapor por donde quiera, terreno esmeradamente cultivado y cruzado por rios, carreteras y frondosos paseos, todo hace agradable y delicioso el ingreso de la gran ciudad de los Berengueres, digna del primer lugar entre todas las de España por su riqueza, estension, comercio, industria y civilidad. Bañada por las pacíficas olas del Mediterráneo, circundada de fortísimas murallas, y protegida por el formidable Monjuich y la gran ciudadela, se presenta á los ojos del viagero la antigua reina de Cataluña, opulenta, bella y magestuosa. Antes de hacer su descripción nos ocuparemos de su rica é interesante historia. Según los mas acreditados escritores, la fundación de la gran ciudad que nos ocupa, se debe á Amilcar, célebre general cartaginés, que á su paso para Italia estableció en esta costa varios puntos de apoyo, y la impuso el nombre de Barchino, que era el particular de su familia. Los romanos la miraron con mucho aprecio, y la protegieron decididamente, haciéndola colonia inmune, ó sea con derecho itálico (que consistía en estar exenta de tributos, y dándole los dictados de Augusta, Julia, Pia, Favencia. Desde aquellos tiempos ya se hizo notable por su industria y comercio, y de entonces conserva multitud de inscripciones, y restos de templos y otros monumentos. Cuando los godos invadieron nuestra Península, Ataulfo, su rey ó caudillo, fijó su residencia en Barcelona, y en la misma ciudad murió asesinado por un doméstico, que unos llaman Bernulfo y otros Dobbio, el año 417. Sigerico, su sucesor, también fué muerto violentamente á los siete días de reinado, y en su lugar obtuvo la corona de Barcelona el belicoso Walia.
También habitaron aqui los reyes Amalarico, Gesalico y Teudis. El primero murió en esta ciudad en 531 á manos de sus soldados. En tiempo de Wamba el rebelde conde Paulo se hizo dueño de Barcelona; mas permaneció poco tiempo en su poder, volviendo á la obediencia del rey apenas éste se presentó ante sus murallas. Los moros llamaban á esta población Barchaluna, la adjudicaron á la provincia de Zaragoza y pusieron en ella un walí. Zeic, que lo era en 797, se hizo tributario de Carlo–Magno. Luis el Benigno, á la cabeza de un grande ejército, puso sitio á Barcelona en 801, y á pesar de la vigorosa defensa de Zeic y los suyos, logró tomarla por capitulación. De entonces data el origen del famoso condado de Barcelona, siendo el primero que lo obtuvo un godo llamado Bera. Este y sus primeros sucesores fueron feudatarios de los reyes de Francia; pero poco á poco cayó en desuso la autoridad de estos, y Barcelona fué cabeza de un condado independiente desde Wifredo II el Velloso. En 852 fué esta ciudad tomada y poseida momentáneamente por Abd-el-Rahaman, que la destruyó. Volvió á poder de los moros acaudillados por Almanzor el año 985, á la sazón que era conde Borrello; mas éste la rescató en el siguiente con la ayuda de los francos. Distinguióse Borrello y los otros condes que le sucedieron, por su valor en las guerras, en especial contra los moros. Ramón Berenguer IV, que heredó la corona condal de Barcelona en 1131, logró aumentar sus estados con todos los otros condados en que estaba dividida Cataluña, é hizo muchas conquistas á los moros. Habiéndose casado con Petronila, hija y heredera de Ramiro II el Monge, rey de Aragón, quedaron los estados de este nombre reunidos á los de Barcelona. Jaime I el Conquistador fué desde Monzón conducido á esta ciudad, donde se celebraron. Cortes y se le proclamó solemnemente por rey de Aragón, y en ella residia el mas del tiempo,

sábado, junio 16, 2012

Viage ilustrado (Pág. 656)


éste, y al dia siguiente marcharon todos á Monserrat con objeto de buscar el cadáver de Richildes y darle honrosa sepultura. Aqui aconteció otro nuevo milagro, pues al entrar en la caverna donde aquella fuera degollada, se la encontró viva y sana, y con solo un hilo encarnado alrededor del cuello en el lugar por donde fuera cortada la cabeza. Richildes entró religiosa en el monasterio de Monserrat, que el conde su padre acababa de fundar, y obtuvo la dignidad de abadesa. Guarin volvió á su antigua ermita, donde consagró su larga vida á las mayores austeridades, y murió por fin en opinión de santidad, habiéndosele dedicado un altar en la iglesia del monasterio.
Esparraguera se alza en un bello y fértil valle regado por el Llobregat. Desde 1352 perteneció al monasterio de Monserrat, y cuenta con 2,637 almas. Tiene una hermosa iglesia dedicada á Santa Eulalia, que sirve de parroquia, con muy alta torre, á la que se sube por una rampa, dos ermitas y un hospital. Casi todo el pueblo puede decirse no consta mas que de una sola y larguísima calle que forma parte de la carretera real de Barcelona, de donde dista seis leguas.
No lejos de Esparraguera, y á la margen del Llobregat, se hallan los abundantes manantiales sulfurosos de las aguas de la Puda, de mucha celebridad en el pais por sus buenas propiedades. Alli se está construyendo una magnífica hospedería que será un modelo entre los establecimientos de su género.
El primer pueblo que se atraviesa después de Esparraguera es Albrera, pequeño lugar de diez y ocho casas, y luego Martorell, villa asentada al pie de un elevado monte y á la orilla derecha del Llobregat. Compónese de quinientas casas habitadas por 3,016 personas, una parroquia y un ex-convento de frailes, hoy destinado á hospital. Al pie de la población se reúnen los rios Llobregat y Noya, sobre los que hay puentes de piedra, mereciendo particular mención el que cruza al primero, denominado puente del Diablo, por su magnifica fábrica y recuerdos históricos. A un estremo ostenta un antiquísimo arco de triunfo en el que se ve una inscripción moderna que espresa haber sido el puente construido por el grande Annibal el año 535 de Roma, y que el arco lo erigió en honor de su padre Amilcar, y que después de 1989 años de duración, habia sido mandado restaurar por Carlos III en 1768. Consta de tres ojos, y es digno de observarse, por su longitud, elevación y solidez. Fué parte de una calzada romana. Martorell es población muy antigua, se llamaba en los primeros tiempos Finis, y señalaba el lindero del territorio laletano. En 1115 fueron los moros derrotados cerca de esta villa por el conde de Barcelona Ramón Berenguer. En 1641 fué tomada por el marqués de los Velez, que tenia el señorío de la misma, y arrojó á los franceses que la ocupaban. También padeció bastante en la guerra de la independencia, pues los franceses incendiaron varias de sus casas. Después se encuentra á San Andrés de la Barca, Palleja y Molins de Rey. Esta es villa considerable de 1,055 almas á la orilla del Llobregat, sobre el que tiene un famoso puente de quince arcos, con torreones á los estremos. El nombre de esta población proviene de unos antiguos molinos de pertenencia real, cuyas ruinas aun se conservan. La iglesia parroquial está dedicada á San Miguel. Fué incendiada esta villa por los franceses que venian dispersos de la acción del Bruch en 1808, y en el año siguiente fueron por aquellos derrotados los españoles, que tuvieron mucha pérdida. Media legua mas allá de Molins está la villa de San Feliu de Llobregat, de 1,820 almas, con una parroquia y dos ermitas, en terreno fértil y abundante en vino. Es cabeza de un juzgado, que se compone de cinco villas, veinte y siete lugares y siete aldeas, ó sea de treinta y dos ayuntamientos; mas hace algún tiempo que el juez reside en Molins de Rey. Después de San Feliu se halla San Justo Desvern, en cuyo lugar se ve un antiguo palacio de propiedad del marqués de Monistrol, llamado Torre Blanca, que

jueves, junio 14, 2012

Viage ilustrado (Pág. 655)

mos una breve descripción de la prodigiosa y singular montaña en que está edificado. Hallase aislada y á alguna distancia de los otros montes que la rodean, y que aunque elevados no la igualan, pues tiene 3,978 pies sobre el nivel del mar. La circunferencia de su base es casi de ocho leguas. La estructura de este monte es tan estraña, que es tal vez única en su especie en el mundo, pues la multitud de pirámides cónicas (1), que tales parecen las altas y escarpadas rocas de distintos colores de que se compone, le dan desde lejos el aspecto de una inmensa catedral gótica. La parte baja está cultivada y es muy fértil. El famoso santuario á que da nombre, es casi un pueblo, pues ademas del monasterio é iglesia, tiene hospedería para los pobres, hospital, enfermería para los legos, casa para médico, cirujano, herrero y otras varías dependencias. Todos estos edificios están situados sobre peñas á la mitad de la montaña, dominando el rio Llobregat y muy cerca de un valle llamado de Santa María. La iglesia es magnífica y estensa, aunque de una sola nave. Lo que encierra de mas notable es la Virgen, la sillería del coro y el camarín. El todo del santuario está circuido por altísimos peñascos y por una cerca fortalecida con seis torres. Ademas de la iglesia referida, se ven en los picachos y en los huecos de las rocas, varias ermitas que sirvieron de morada á santos cenobitas, la iglesia de Santa Cecilia, que era parroquia, y la capilla de San Miguel, que está muy cerca del monasterio. El origen de este sube al año 880, en que unos pastores del inmediato lugar de Monistrol, buscando unas cabras que se les habían extraviado, penetraron en una cortadura que cortándola la cabeza. Abandonó el motilado cadáver está al pie de una alta roca, y entre dos cerros piramidales, y allí encontraron una devota imágen de la Vírgen, de rostro negro como la de Guadalupe, Almudena, Sagrario de Toledo. etc) rodeada de ángeles de antigüedad remota. Informado de tan feliz hallazgo Wifredo el Velloso, á la sazón conde de Barcelona, convirtió la cueva en una hermosa capilla como está hoy, y á ochocientos pasos de allí y en sitio conveniente, erigió un suntuoso que fue colocada la sagrada efigie. Para hizo venir monjas benedictinas del monasterio de las Puellas de Barcelona, y eligió por abadesa á su hija llamada Richildes. En 976, el conde Borrello puso en lugar de las religiosas, monges del monasterio de Ripoll, en cuya dependencia permaneció Monserrat hasta 1410 en que el prior de éste fué erigido en abad. Desde la fundación fué este célebre santuario enriquecido con muchas donaciones y mercedes de los condes y los reyes, mas saqueado y destrozado por los franceses en la guerra de la independencia debió su reparación al último rey. Ademas de la comunidad, que era numerosa, había una especie de colegio de monacillos ó niños coristas, de los que salieron músicos eminentes. Desde el mas alto picacho, es inexplicable el magnífico panorama que se descubre, y que no puede compararse con ningún otro, pues llegan a avistarse desde allí las islas Baleares, la inmensa llanura del Mediterráneo, los Pirineos y los montes de Aragón y Valencia.
He aquí la leyenda que desde muy antiguo se refiere de la montaña de Monserrat, y que ha servido de asunto a muchos romances y á un poema. Fr Juan Guarin era un santo ermitaño que moraba en una caverna de este monte, donde hacia una vida penitente y ejemplar, mas el diablo de la vanidad asaltó su corazón inspirándole el orgulloso pensamiento de creerte el mejor y mas perfecto santo de la cristiandad, asi de los primeros tiempos, como de aquellos en que él vivia. Cierto dia que estaba en oración, fue interrumpido por el ruido de muchas personas qué se acercaban. Abandonando el rezo salió de la ermita y se encontró con el belicoso conde de Barcelona Wifredo el Velloso, que numerosa comitiva venia acompañando á su bellísima hija Richildes, joven de diez y seis años, que atormentada hacia algun tiempo por los espíritus malignos deseaba ser exorcizada por el santo ermitaño Guarin. Este, por permisión de Dios que queria castigar con severidad su loco orgullo, se enamoró perdidamente de la tierna doncella, y dijo al conde que antes de emplear contra el común enemigo las poderosas armas de la iglesia, era preciso prepararse á este combate espiritual con ayunos y oraciones, y que por lo mismo le aconsejaba dejase á Richildes por algunos dias en esta santa montaña, donde permanecería en la cueva en que se había encontrado poco antes la devota imagen de Nuestra Señora. Wifredo no titubeó un instante en seguir esta opinión, y despidiéndose de su hija, que confió á los cuidados del ermitaño, dio la vuelta á Barcelona. Apenas Fr. Juan Guarin se vio solo con su víctima, cuando amenazándola con un cuchillo que puso sobre su corazón, la violó, y no contento con haber satisfecho sus impúdicos deseos, y con objeto de ocultar su crimen, cometió otro mayor cortándola la cabeza. Abandonó el cadáver en la misma cueva, tapó la entrada de esta con grandes piedras y se apartaba á largos pasos cuando oyó una voz del cielo que le condenaba cual otro Nabucodonosor, á permanecer en el estado de los brutos ya que se había figurado ser mas que hombre, y que asi permanecería hasta que un prodigio le manifestase estaba satisfecha la cólera divina y sus grandes pecados en perdonados. En el instante comenzó el terrible castigo. Cubrióse el cuerpo de Guarin de largo pelo, y dio en andar en cuatro pies como los animales. Sin embargo de esta trasformacion esterior, conservó todas sus potencias intactas, y reconocido y arrepentido de sus gravísimos crímenes, se dirigió con sumo trabajo á Roma, donde se confesó con el papa, que le absolvió, y dio vuelta á Monserrat á continuar su austera penitencia, habiendo tardado viage tres años. Pasaron otros siete durante los que solo se alimentaba con yerbas y raices, y andaba siempre á gatas, cuando en ocasión de hacer una cacería Wifredo el Velloso, por las asperezas de Monserrat, se encontró con Guarin, á quien supuso una fiera de raza estraña, é impidiendo á sus monteros le diesen muerte, le hizo conducir á Barcelona. Corría el año de 895, cuando el mismo conde dio un gran banquete en su casa de campo, que estaba situada en la calle de la Riera de San Juan, (que fué después pertenencia del monasterio de Santas Cruces) de aquella ciudad, y deseando los concurrentes ver la famosa fiera, fué mandada traer. Apenas entró esta en el salón, cuando el niño Miron, hijo del conde, de edad de tres meses y que estaba en brazos de su nodriza, se dirigió á ella, y con el asombro que se puede pensar le gritó. Levántate, Juan Guarin, que ya Dios te perdonó. Obedeció el ermitaño, confesó en voz alta sus enormes delitos, y pidió perdón al conde. Concedióselo

(1) La elevación de estos riscos varía desde 20 hasta 450 pies.

martes, junio 12, 2012

Viage ilustrado (Pág. 654)

cion de Igualada, consta de dos partes, nueva y antigua. Esta es de calles estrechas y torcidas, la nueva las tiene rectas y anchurosas. La parroquia, con advocación de Santa María, es de arquitectura gótica, ostenta trece altares, y está servida por un numeroso clero. Tiene una capilla, el Sacramento, construida en el siglo pasado. Hubo dos conventos de religiosos, uno de los que está destinado á hospital, y existen varias ermitas, un teatro regular, un buen paseo y fábricas de paños, tejidos de algodón, curtidos, aguardientes y sombreros. Esta villa, que es bastante antigua, perteneció al monasterio de San Cucufate del Valles. En 1416 murió en ella don Fernando I el Honesto, rey de Aragón. Sus habitantes tomaron una parte principal en la guerra de la independencia. Las armas de Igualada consisten en campo azul una aspa de oro, y su población en 10,095 almas. Es cabeza de un partido judicial que comprende sesenta ayuntamientos, ó sean cinco villas, cuarenta y cinco lugares y treinta y cuatro aldeas. Después de Igualada se atraviesa el torrente de Odena por un puente de un solo ojo, y se pasa á Castelloli (1), pequeño lugar compuesto de treinta casas, esparcidas en su mayor parte, con 360 habitantes, y una parroquia dedicada á San Vicente. Nada notable hay que observar aqui; pero en cambio se cuenta la siguiente historia. Eulalia de Oms, joven bonita y pubilla, era solicitada de muchos novios, unos ricos y otros de poca fortuna; mas ella dio la preferencia á uno de estos últimos llamado Feliu de Guimera, que ciertamente la merecía por sus buenas prendas físicas y morales. Sus rivales se conformaron con la elección de Eulalia, y trataron de buscar otra querida; mas Narciso Casademunt, hombre bárbaro y feroz, y hereu, no pudo soportar el desaire, ya porque fuese el mas enamorado ó el mas orgulloso de todos, y juró tomar una venganza catalana, ó sea terrible. Desapareció de repente de Castelloli, y corrió la voz de que se había hecho gefe de una de las muchas bandas de facinerosos que pululaban en las asperezas del Principado, y que llenaban de terror á los pacíticos habitantes por sus horribles crímenes. En tanto Eulalia y Feliu se ocupaban solamente de su dichoso amor y de realizar su enlace, del que ya se había fijado el dia, cuando les sobrevino una gran desgracia, tanto mas terrible cuanto menos esperada. Casademunt, al frente de su gavilla, penetró atrevidamente en el pueblo en mitad del dia, se apoderó de los dos amantes y se los llevó, sin que los sorprendidos habitantes ni el baile lograsen impedírselo. Después de tres largas jornadas por breñas inaccesibles, y tal vez no señaladas hasta entonces con huellas humanas, Eulalia de Oms y Feliu de Guimera, fueron encerrados en una profunda caverna, y sujetos al peñasco que la formaba por gruesas cadenas de hierro, pero muy cortas, para que no pudiesen acercarse. Desde luego el bárbaro Narciso les hizo saber la suerte que les destinaba, que era á Feliu morir de hambre, y á Eulalia presenciar la horrible agonía de su amante, y luego tener siempre á la vista su cadáver. El bandido cumplió su palabra, y después de algunos dias en que el desdichado Feliu de Guimera sufría el mas espantoso de los tormentos, y cuando ya iba á morir, se vio libertado por los mismos facinerosos, que rebelándose contra su capitán por no se qué injusticia en el reparto de una presa, le ataron á la misma cadena de Feliu, sacaron á éste y á Eulalia de la caverna, y les condujeron á otra muy distante, y abandonaron á Narciso de Casademunt á la misma muerte que destinaba á su rival. Este y Eulalia se vieron al poco tiempo en libertad, mediante, á un crecido rescate que pagaron sus parientes; mas no llegaron á casarse, pues ella debilitada por los padecimientos, murió en Castelloli al poco tiempo, y Guimera sentó plaza de soldado, marchó con su regimiento á las provincias del Norte, y no se volvió á tener noticia de él.
Dejando á Castelloli se atraviesa un terreno muy quebrado llamado las Revoltas de Can Llucia; y se pasa por el reducido lugar de San Pablo de la Guardia, llegando al Bruch, distante tres leguas de Igualada y al pie de la célebre montaña de Monserrat. El Bruch, aunque lugar de muy corta población, pues no pasa de 750 habitantes, merece en esta obra particular mención. Pertenecía desde muy antiguo al monasterio de Monserrat, y los muy espesos bosques, jarales y precipicios que le rodeaban, servían de madriguera á multitud de bandoleros, que despojaban ó quitaban la vida á los caminantes que no llevasen una fuerte escolta. Los habitantes del Bruch tienen la gloria de haber sido los primeros españoles que humillaron las altivas águilas de Napoleón en el memorable año de 1808, pues el 6 de junio, casi sin armas, y mandados por un tambor, se arrojaron sobre la división del ejército francés que acaudillaba el general Schrwatz, y que constaba de cerca de cuatro mil hombres, y la derrotaron completamente y obligaron á retroceder á Barcelona en el mayor desorden y abatimiento. Fortificóse después este pueblo (2), y aunque intentó el general francés Chabran con fuerzas considerables, tomarlo por repelidas veces, no solo no lo consiguió, sino que hubo de retirarse con pérdida de 300 hombres y varias piezas de artillería. Estos memorables triunfos fueron perpetuados con una lápida que se colocó á la entrada del Bruch, hacia la parte de Barcelona, con esta inscripción:

Viagero, párate, si,
Que el francés también paró;
Y el que por todo pasó,
No pudo pasar de aqui...

También en la última guerra fué el Bruch teatro de un reñido y sangriento combate. Hallábase en él parte de la bizarra división portuguesa que mandaba el desgraciado Borso di Carminati, protegiendo la construcción de fortificaciones de este interesante punto, cuando fué atacada de improviso por las fuerzas de Mosen Benet Tristani. Este había disfrazado á los suyos con el uniforme de los cuerpos francos, y al grito de viva Isabel II, entró en el pueblo: mas apercibidos los portugueses del engaño, se arrojaron sobre sus enemigos á la bayoneta, y después de la mas terrible pelea lograron rechazarles con mucha pérdida.
Pasemos á Monserrat (3). Antes de referir la historia y la leyenda de este celebrado santuario, hare–

(1) Este nombre quiere decir Castillo del Olivo.

(2) Está dividido en dos barrios, que se denominan Bruch de arriba y Bruch de abajo, bastante separados, y tiene una iglesia parroquial con advocación de Santa María.

(3) Esta palabra quiere decir Monte Serrado, aludiendo sin duda á la forma de sus picos que parecen cortados con una sierra. Las leyendas piadosas del pais suponen que lo serraron los ángeles.

domingo, junio 10, 2012

Viage ilustrado (Pág. 653)

veguerías ó partidos en que subdividió á Cataluña.
Pedro I el Ceremonioso erigió á Cervera en condado en 1354, y la donó á su hijo don Juan. El mismo rey celebró aqui Córtes el año 1359. También las hubo en 1469, en las que se ajustó el matrimonio del príncipe don Fernando, heredero de la corona de Aragón, con Isabel (la Católica), que lo era de Castilla. Juan II, que reinaba á la sazón, concedió á Cervera el privilegio de acuñar moneda, y Felipe V el título de ciudad, voto en Córtes y otras mercedes en recompensa de haber abrazado su causa contra el archiduque; siendo la principal la fundación de la universidad, que adquirió en breve gran renombre, y que produjo varias hombres célebres por su saber. Las armas de Cervera consisten en un ciervo de oro sobre los cuatro bastones ó palos de Barcelona. Entre sus ilustres hijos deben contarse al famoso trovador Ausias March, el erudito médico Arnaldo de Vilanova y á don José Sebai, anticuario y escritor. Esta ciudad, que se alza sobre un monte denominado en otro término Coll de las Sabinas, á la margen del rio Cervera, conserva mucha parte de sus antiguas y fuertes murallas, y los restos de un castillo. Tiene dos parroquias; la de Nuestra Señora de la Asunción es un buen edificio, con una muy alta torre y compuesto de tres naves y diez capillas, de las que son las mas notables la de los Dolores y la del Santísimo Misterio. Está servida esta iglesia por un cabildo formado por un cura y diez y nueve beneficiados. En ella subsiste un elegante enterramiento de la noble familia de Queralt. Hubo cinco conventos de religiosos, de los que el de San Francisco fué fundado por el mismo santo, que colocó la primera piedra; y subsisten cuatro capillas, un hospital, una casa de misericordia, cinco colegios y un teatro. La casa de ayuntamiento es de sillería y de bastante estension, y fué reedificada el año 1679. Mas el grande y principal edificio de Cervera, es su universidad, cuya planta es un rectángulo que tiene de longitud 580 palmos, y de latitud 465, y en cuyos cuatro ángulos se alzan otras tantas torres de ciento ochenta palmos de altura. Contiene tres espaciosos patios y muchas salas destinadas á objetos propios del instituto, de las que es la principal la llamada del Claustro. La iglesia es correspondiente por su belleza y buen gusto al lado del edificio, y está adornada con dos altas torres. La fundación de este célebre establecimiento literario, data de 1717, y se debe, como ya dijimos, á Felipe V, que la enriqueció con numerosas gracias y privilegios obtenidos de la silla pontificia. El primer cancelario fué don Francisco Reart y Querall, hermano del marqués de Santa Coloma. En estos últimos años ha sido suprimida, y creada en su lugar la universidad de Barcelona. Cervera tiene de población 4,090 almas, es residencia de un gobernador militar y de un juez de partido que estiende su jurisdicción á una ciudad, ocho villas, ciento cuatro lugares y veinte y dos aldeas, que forman entre todos ciento siete ayuntamientos. Esta ciudad encierra varias cosas notables, y se cuentan en ellas tradiciones curiosas y originales de que damos cuenta, y son: el Niño de dos cabezas, el Santo Misterio y el Corregidor afrancesado. Hélas aquí por su orden cronológico.
El año 1343, reinando en Aragón y Cataluña Pedro el Ceremonioso, nació en esta ciudad un monstruo humano de sexo masculino con dos cabezas y cuatro piernas. Alarmados algunos vecinos con este estraño suceso, y creyendo en la grosera preocupación de aquellos tiempos, que era sin duda un anuncio del cielo de gravísimos males que debían llover sobre el pais, concertaron con los padres del monstruo de quitar á éste la vida, lo que aquellos mismos verificaron enterrándole vivo. Tal barbarie fue castigada, imponiéndoles la pena señalada para los parricidas (1).
El Santo Misterio, invocado como patrono de la ciudad es un lignum-crucis que un soldado español, natural de Martorell, del ejército de Carlos V, robó en Roma en 1527. Al morir aquel en el pueblo de su naturaleza, hizo donación de la santa reliquia al sacerdote que le auxiliaba, que tenia por nombre Abesa, y que era de Cervera, y éste la entregó al cabildo de presbíteros de esta ciudad, que la depositó en el altar mayor. Noticiosos de tal suceso los vecinos del pueblo de Tarros, solicitaron por medio de su párroco y bailes (2), tener una parte del sagrado tesoro. Resistióse al pronto el clero de Cervera; mas luego accedió á tan piadosos deseos, y reuniéndose el 6 de febrero de 1540, en presencia de un inmenso número de espectadores, se colocó el lignum-crucis sobre un papel, y un sacerdote armado de un cuchillo, trató de separar de él un fragmento; mas todos sus esfuerzos fueron inútiles y nada pudo lograr. Grande fué la admiración de los circunstantes, y creció mucho mas, cuando se vió teñido en sangre el cuchillo, y que del mismo licor salió una gota del leño y se dividió en tres, al mismo tiempo que se oyó un espacioso trueno a pesar de estar el cielo sereno. El pueblo gritó: ¡Misterio! ¡Misterio! y se guardó de nuevo el lignum-crucis con el cuchillo y papel referido, y se dió cuenta á Clemente VII, que ocupaba la silla de San Pedro, el cual ordenó se celebrase este milagro con fiesta particular, como se observa aun en el dia.
El corregidor afrancesado se llamaba don Isidoro Pérez Camino, y habia sido nombrado por el rey intruso José Napoleón. Su ferocidad y barbarie era tal, que dejaba muy atrás á Pedro el Cruel. Entre otras de sus tiranías debemos mencionar la invención de una jaula en que hacia encerrar á los buenos patriotas, ó á los que se retrasaban en el pago de los insoportables impuestos con que se oprimía al pueblo, que estaba dispuesta de manera que quedaba fuera solamente la cabeza del paciente, cuyo rostro se untaba con miel para que las moscas le atormentasen. La muerte de este nuevo Nerón fué cual merecia su crueldad; pues tomada Cervera por las tropas españolas al mando del barón de Eroles, el 11 de octubre de 1811, fué preso y hecho pedazos por los que habían sido víctimas de su ferocidad.
En Hostalets acaba el partido judicial de Cervera, y empieza el de Igualada, que ya pertenece á la provincia de Barcelona, la Panadella está situada en el monte del mismo nombre. Aquí el gefe carlista Mosen Benet Tristani, sorprendió y derrotó á la columna que mandaba el coronel Oliver, en 1837, haciéndole prisioneros 276 hombres, que fusiló en Pradas á pesar de la promesa que le hiciera de respetar sus vidas. Estas casas de la Panadella pertenecen al pueblo de Monmaneau, que está á corta distancia, y fueron fortificadas en la última guerra, siendo incendiadas una de ellas por los carlistas. La notable pobla–

(1) Mariana refiere este hecho.
(2) Este nombre se da en Cataluña á los alcaldes.

viernes, junio 08, 2012

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Antigua catedral de Lérida

gótica y arabesca, formando un lodo magnífico. Entre las muchísimas bellezas de este templo sobresalen la portada de los Infantes, el claustro edificado en el siglo XIV, la capilla de Jesus, y el altísimo campanario gótico de planta ochavada, que sustenta diez y nueve campanas. Esta gran catedral, modelo del arte y del buen gusto, que contó en su cabildo como canónigos, el papa Calixto III, al infante don Sancho, hijo de Jaime el Conquistador, al infante don Pedro, hermano de este monaarca, á San Vicente Ferrer, a San Berenguer de Peralta, y al célebre escritor don Antonio Agustin, fué cerrado al culto en 1707 por orden del francés conde de Lonvigni, gobernador de Lérida, y destinada á cuarteles. Dividióse para este objeto en dos altos, y se levantaron varios tabiques, que desfiguraron y mutilaron lastimosamente tan hermoso edificio. Hoy sigue con el mismo destino. La catedral nueva, que está en el centro de la ciudad, es un edificio magnífico, estenso, y de arquitectura corintia. Fué construida de órden de Carlos III en 1759 por don Pedro Cermeño y don Francisco Sabatini. Consta de tres naves que contienen muchas capillas del mejor gusto. El coro ocupa el centro del templo, y ostenta lindos adornos, y dos grandiosos órganos. Entre las reliquias que guarda esta catedral, es la mas célebre el pañal del niño Jesus, que se dice robado de Jerusalen por el famoso Saladino, y luego por una cautiva mallorquina al rey de Túnez, á cuyo poder viniera á parar, y la casulla de San Valerio. El clero debe consistir en un obispo, seis dignidades, veinte y tres canónigos, siete racioneros y cincuenta y seis eclesiásticos de menor categoría. De las demas iglesias de Lérida, merecen nombrarse la parroquia de San Lorenzo, de remotísima antigüedad, que fué templo gentil en la época romana, trasformado en cristiano por Constantino, luego en mezquita por los árabes, y finalmente purificada y vuelta á su anterior destino por Ramón Berenguer IV, en 1149; la de San Juan, que se cree contemporánea á la de San Lorenzo, y que conserva una portada y la bizantina, que fué de dominicos. Hay dos ermitas, con advocación de San Jaime, que perpetúan una piadosa tradición que debemos referir. Dícese que al llegar el apóstol de este nombre á predicar el Evangelio en Lérida, entró por la puerta de la Magdalena, y se hirió en un pie con una espina; este lugar está señalado con la primera ermita, y que agravándose el dolor, hubo de detenerse á reposar en el sitio en que está edificada la segunda, llamado por esta razón Pie del Romero (Peu del romeu), y en donde por ser de noche oscura, vinieron varios ángeles á alumbrarle con antorchas. Por esto todos los años la víspera y el dia de Santiago, multitud de niños, visitan ambas capillas con faroles encendidos en la mano. Subsisten tres conventos de monjas, de los que es el mas notable el de la Enseñanza, con una buena iglesia, fábrica del siglo pasado. El de carmelitas descalzas debe su erección a Santa Teresa. De religiosos hubo en esta ciudad ocho; entre los edificios civiles son los principales la casa de ayuntamiento, que data del siglo XIII, y que posee un copioso archivo, el teatro, capaz de setecientas personas, que ocupa el lugar del convento de San Agustín, la casa de baños, de nueva construcción, y el hospital, que pertenece al género gótico. El mejor paseo es el llamado de Fernando, que tiene un bonito y ameno jardín. Tiene esta ciudad un instituto de segunda enseñanza, un seminario conciliar, una escuela normal, casa de expósitos, y cinco parroquias. El obispado contiene doscientos treinta y siete pueblos, doscientas cincuenta y ocho parroquias, dos catedrales (la de Lérida y la de Roda), y tres colegiatas insignes. La provincia trescientos veinte y tres ayuntamientos, cinco ciudades, setenta y ocho villas, seiscientos noventa lugares, ciento sesenta y siete aldeas, y el partido judicial á que da nombre, una ciudad, ocho villas y sesenta y dos lugares. La población de la ciudad es de 12,236 almas.
La fidelísima ciudad de Cervera presenta muy remoto origen. Conquistóla a los moros el belicoso Berenguer Borrello, conde de Barcelona, en 1035, y en 1182 se constituyó su gobierno municipal, dividiéndose en cuatro barrios, los que elegían cincuenta vecinos, de los que se nombraban tres paeres y diez conselleres. Pedro I reunió Córtes en esta población el año 1202. Pedro III la hizo cabeza de una de las



martes, junio 05, 2012

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mus, que habiendo sido uno de los que descendieron á Jesucristo de la cruz, debía tener muy fija en la memoria su sagrada presencia, y fué depositado en la ciudad de Beyrrut, en la Siria. Los sarracenos que la dominaban, maltrataron y escarnecieron esta sagrada efigie, y la azotaron cruelmente; aconteciendo el portento de manar sangre de los golpes, cual si aquel cuerpo de madera fuese de carne. Después aquellos hombres impíos lo arrojaron al rio Adonis, en 1226. De este rio se dirigió el crucifijo al mar Mediterráneo, entró en el Ebro contra la corriente, y de este pasó al Segre con la misma prodigiosa circunstancia, y se detuvo cerca de la iglesia de Almata, que era entonces la parroquia de Balaguer, y que hoy subsiste estramaros. Reedificóse magníficamente en 1626, y se y se colocó el Santo Cristo en el altar mayor. Asistieron á esta solemne ceremonia el rey don Felipe IV, el infante don Carlos, su hermano, el conde–duque de Olivares y otros muchos personages de celebridad en aquella época.
Grande es la antigüedad de la ciudad de Lérida pues aparece en la aurora de los tiempos históricos con el nombre de Ilerda, y ya capital ó cabeza de los pueblos ilerdenses ó ilergetes, que tenían muchas ciudades. Annibal se apoderó de Ilerda y del país comarcano cuando empezó su famosa campaña de Italia. Del dominio cartaginés pasó al romano, y entonces fué mejorada y fortalecida con murallas. En la porfiada guerra entre César y Pompeyo, los habitantes de Lérida siguieron la parcialidad del último, y muy cerca de esta ciudad se dió una sangrienta batalla en que el triunfo quedó por Pompeyo, pero á los pocos dias varió la fortuna y Cesar venció. Lérida fué después elevada á municipio, tenia derecho de acuñar moneda, y poseia una universidad, en la que se cree cursó el célebre Poncio Pilato. Casi la misma importancia que Lérida tenia en tiempo de los romanos, conservó bajo la dominación goda, y en ella se celebró un concilio en 546. Poseyéndola los moros, fué tomada por los franceses en 793; pero á los cuatro años volvió al poder de aquellos. En 1031 llegó á Lérida huyendo Hescham, califa de Córdoba de la dinastía de los Ommiades, y Soleiman, walí de la ciudad, lo acogió favorablemente. Ramón Rerenguer IV, conde de Barcelona, conquistó á Lérida en 1149. Aqui se reunieron Córtes el año 1213 para la jura y proclamación de Jaime I. Después, y durante el reinado de éste, los vecinos de dicha ciudad se distinguieron en el cerco de Valencia, siendo los primeros que abrieron brecha y se arrojaron al asalto. El rey premió su valor, mandando fuesen mil jóvenes de Lérida é igual número de doncellas para poblar de cristianos la nueva conquista (1), y que esta tuviese los mismos pesos y medidas que aquella. Por esto cuando Valencia dirigía alguna comunicación á Lérida, le daba el título de Madre. Reunióse aqui un concilio presidido por el legado del papa, el año de 1246, para levantar la escomunion que pesaba sobre el rey don Jaime I, y en 1300 fué restaurada la universidad por Jaime II con autoridad pontificia. Los muchos privilegios y donaciones, y escelentes maestros con que la enriqueció, hicieron de este establecimiento uno de los primeros de su clase. Entre sus glorias debemos referir haber temida por catedrático de derecho á don Alonso de Borja, que fué después pontífice con nombre de Calixto III, y contar entre sus doctores de teología á San Vicente Ferrer. El rey Pedro IV reunió Córtes en Lérida en 1353, y la reina doña Isabel en 1515. En tiempo de Felipe IV sufrió esta ciudad un riguroso sitio por los franceses, mandados por el renombrado Condé, el que tuvo que retirarse con gran pérdida. Habiendo sido esta la primera población del Principado que se alzó en favor del archiduque en la guerra de sucesión, fué cercada por el ejército español–francés, que mandaba el duque de Orleans, y tomada por asalto en 1707. Felipe V suprimió entonces su antigua universidad. También fué asaltada después de haber sufrido un terrible bombardeo é incendio, por el general francés Suchet, en 1810. Esta noble ciudad ha sido víctima de una horrible desgracia el año de 1812; deseando apoderarse de ella el barón de Eroles, se puso de acuerdo con un guarda–almacén llamado Azequinolaza, quien le prometió volar los almacenes de pólvora del castillo grande, como lo verificó, pereciendo muchísimas personas y arruinándose multitud de casas, siendo inútil tanto estrago, porque el barón no se atrevió á entrar en la plaza. Las armas de Lérida se componían de cuatro flores de lis que le dió el emperador Luis el Benigno, y el conde de Barcelona, don Ramón Berenguer IV, aumentó las cuatro barras catalanas. Mas cuando la conquista y repoblación de Valencia, Lérida le cedió una de sus flores de lis para que la pintase en su escudo, y desde entonces el de esta solo ostenta tres. Entre los hombres célebres que tuvieron á Lérida por patria, deben citarse Juan Chico, valeroso guerrero que se señaló en la toma de Ibiza; don Francisco Remolins, cardenal, y don Juan Sentis, obispo de Barcelona y virey de Cataluña. Esta ciudad, edificada sobre una elevada colina á la ribera del Segre, se presenta al viagero en forma de anfiteatro, y ostenta en la parte superior de aquella su estenso castillo. La campiña conocida con el nombre de Llano de Urgel, es de lo mas fértil y magnífico que puede verse, y tiene de largo como trece horas, y seis en su mayor anchura. Forma como un enorme jardín cubierto de olivos, viñedos, árboles frutales plantados con simetría, y multitud de pueblos y caseríos graciosamente salpicados aqui y allá en esta gran llanura terminada por los Pirineos, la sierra de Prades, y los montes de Aragón.
Contiene la ciudad dos mil doscientas casas distribuidas en doce barrios, y varias calles estrechas y tortuosas, como en la mayor parte de nuestras poblaciones. Empezamos nuestro examen por visitar el castillo, de donde se disfruta el mas bello punto de vista. Esta fortaleza, que domina la población, se compone de baluartes y algunas baterías, y se halla en buen estado de defensa: contiene, ademas de los cuarteles, almacenes, cisternas y oficinas necesarias, la catedral vieja y las ruinas del primitivo castillo. Coronaba este la cima de la montaña, y fué fabricado en tiempo de los godos. Los moros le denominaban la Alcazaba ó Azuda, y Ramón Rerenguer IV lo donó á la orden del Temple. Desde el tiempo de la conquista, servia de morada á los reyes de Aragón cuando visitaban á Lérida, y en él estuvo preso el desgraciado don Cárlos, príncipe de Viana, hijo de Juan II. La catedral, cuya primera piedra colocó Pedro I el Católico el año 1278, es uno de los mas bellos edificios de su género. Tiene la figura de una cruz latina: se compone de tres naves y participa de las arquitecturas bizantina,

(1) De estas mil familias procede la actual nobleza valenciana







sábado, junio 02, 2012

Viage ilustrado (Pág. 650)

de otras nuevas desde 1689 hasta 1697, y desde 1700 hasta la paz de Utrech, que puso fin á la célebre guerra de sucesión. En esta, Cataluña abrazó decididamente la causa del archiduque Cárlos, y sufrió por lo mismo el peso de la indignación del vencedor. Nada diremos de los acontecimientos posteriores; pues aunque muy interesante, son de todos conocidos, y no á propósito de este lugar.
La villa de Ager ocupa una eminencia que se eleva al estremo de un llano. Pertenece á la provincia de Lérida y al juzgado de Balaguer. La mas antigua noticia histórica que se encuentra de Ager es del año 906, en que se celebró aqui un concilio provincial presidido por el metropolitano de Narbona. En 1066, estando ocupada esta villa por los moros, fué rescatada por Arnaldo Mirón de Tos, conde de Pallars y feudatario del de Urgel, el cual fundó la iglesia colegial. En 1652 fué tomada esta población y su fuerte castillo por don Juan Salamanqués, á los franceses que la poseían. En la última guerra de don Cárlos se pronunciaron sus habitantes por el partido de este príncipe, y habiéndose fortificado, sufrió repetidos sitios é invasiones de liberales y carlistas, según la suerte de las armas. Conserva Ager sus viejas murallas restauradas, y la antigua colegiata dedicada á San Pedro. Es edificio de mucha solidez, y consta de tres naves, en las que hay siete capillas. El clero que la sirve consiste en un arcipreste mitrado con jurisdicción vere–nullius, que se estiende á treinta y cuatro parroquias y treinta y seis poblaciones, seis canónigos, ocho racioneros y cuatro beneficiados.
Este templo se halla muy destruido por las guerras, y el clero celebra el oficio divino en la antigua parroquia dedicada á San Vicente, iglesia que tiene tres naves y diez altares. Después de estos dos edificios, los únicos notables que contiene Ager son: el palacio arciprestal, y la casa de ayuntamiento. La población es de 2,200 habitantes. Hay dos ermitas es-tramuros. La ciudad de Balaguer, distante cinco leguas, está asentada en un corto espacio de terreno llano comprendido entre el Segre y los montes. Su origen es remotísimo, y ocupa el lugar de la antigua Bargusia, cuyos habitantes fueron los primeros españoles con quienes trataron y concertaron alianza y amistad los romanos el año 219 antes de Jesucristo. Fué esta ciudad y el país que la rodea conquistada por el grande Annibal cuando con su ejército se dirigió á Italia, y pasó varias veces del dominio de los moros al de los cristianos. El walí de Balaguer fué uno de los muchos que en el siglo XII tomaron el título de reyes. En 1091 conquistó esta población Armengol de Gerp, conde de Urgel, pero volvió aun al poder de los moros, á quien la quitó por última vez don Pedro Anzures, señor de Valladolid, en 1106. Desposeída la condesa de Urgel doña Auremviase de sus estados por don Gerardo de Cabrera, se hizo éste dueño de Balaguer en 1228, y acudiendo aquella á la protección de Jaime el Conquistador, rey de Aragón, vino en persona á sitiar la ciudad en el mismo año, y la devolvió á la condesa. Tres años después falleció esta señora en Balaguer. Reinando en Aragón Pedro III se hicieron fuertes contra él en esta ciudad los condes de Urgel y de Pallars; pero fueron reducidos á la obediencia y presos en 1279. También se rebelaron y refugiaron en Balaguer el año 1413 los condes de Urgel y de Luna; mas la ciudad fué tomada por Fernando I el Honesto en el mismo año. En el de 1640 se levantó esta ciudad contra el gobierno de Madrid; pero fué tomada al año siguiente por el marqués de los Velez. Hiciéronse dueños los franceses y los alemanes de Balaguer. Durante las guerras de 1632 y 1700, permaneció en poder de los últimos dos años. También sufrió bastante esta plaza durante la guerra de la independencia, y en las últimas discordias civiles. Tiene Balaguer sus títulos de Muy noble y muy leal ciudad, y gozaba de voto en Córtes. Sus armas son la cruz de San Jorge, cuartelada con los palos de Cataluña. Hállase esta población rodeada de murallas fuertes de piedra y de bastante altura. La colegiata, parroquia titulada de la Asunción, es un edificio de bastante solidez, consta de una sola nave, y tiene 293 palmos de altura, 434 de longitud y 251 de latitud. El número de capillas que comprende es el de doce. Su clero debe componerse de un presidente llamado pleban, siete canónigos y diez y siete residentes. Débese la erección de este templo á doña Cecilia de Eumenge, esposa de Alonso IV, rey de Aragón y conde de Urgel, en 1351. El estado de deterioro en que se halla, y el haberse destinado para fuerte, obligó á trasladar la celebración del culto á la iglesia que fué de los carmelitas descalzos Hay un convento de monjas clarisas, fundado en 1351 por disposición testamentaria de Alfonso IV, rey de Aragón. Destruido el edificio durante la última guerra civil, fueron trasladadas las religiosas á una casa, .donde residen aun; hay ademas cuatro ermitas, un colegio de padres esculapios, un hospital, y hubo cuatro conventos de religiosos.
Sobre una colina que domina la ciudad por la parte del N. se ve el antiguo é histórico castillo bastante bien conservado, y que en otro tiempo encerraba dentro de sus fuertes muros el rico y suntuoso palacio de los condes de Urgel, fabricado en su mayor, parte de bellos mármoles. Fué arruinado en 1413, y muchos de sus materiales se llevaron al monasterio de Poblet, y se emplearon en su ornato. La población de Balaguer es de 4,642 habitantes. Celébranse en ella mercados los miércoles y sábados, y tres ferias anuales. Es capital de un juzgado compuesto de una ciudad, catorce villas y ciento y dos lugares, distribuidos en ciento seis ayuntamientos. Aqui debemos referir dos leyendas piadosas que están recibidas en Balaguer como hechos históricos. La primera es la de Nuestra Señora del Milagro. Era el año 950, y poseían la ciudad los moros, cuando una muger de esta nación que cavaba en su jardín, encontró una piedra que sacó de alli, y vio era una estatua de muger con un niño en brazos, y con objeto de limpiarla bien, tuvo la ocurrencia de echarla en el cuenco en que tenia á colar la ropa. En este instante entró una vecina que era cristiana, á pedir fuego á la mahometana, y notó con asombro que en vez de legia rebosaba la vasija sangre pura. Manifestando su estrañeza al ama de casa, díjole ésta que acababa de depositar alli una estatua de piedra; habiéndola sacado, vieron con la admiración que se puede pensar, que de ella salia la sangre. Divulgado el prodigio, el clero trasladó la imagen á la iglesia de San Salvador, y erigió en el jardín donde se encontrara una capilla, la que fué edificada y aumentada considerablemente en 1600, y allí colocada la Virgen del Milagro, que justificó este título con los continuos que obra en favor de sus devotos. La otra relación piadosa se refiere al famoso Santo Cristo de Balaguer. Fué escultado por Nicode-