viernes, junio 08, 2012

Viage ilustrado (Pág. 652)

Antigua catedral de Lérida

gótica y arabesca, formando un lodo magnífico. Entre las muchísimas bellezas de este templo sobresalen la portada de los Infantes, el claustro edificado en el siglo XIV, la capilla de Jesus, y el altísimo campanario gótico de planta ochavada, que sustenta diez y nueve campanas. Esta gran catedral, modelo del arte y del buen gusto, que contó en su cabildo como canónigos, el papa Calixto III, al infante don Sancho, hijo de Jaime el Conquistador, al infante don Pedro, hermano de este monaarca, á San Vicente Ferrer, a San Berenguer de Peralta, y al célebre escritor don Antonio Agustin, fué cerrado al culto en 1707 por orden del francés conde de Lonvigni, gobernador de Lérida, y destinada á cuarteles. Dividióse para este objeto en dos altos, y se levantaron varios tabiques, que desfiguraron y mutilaron lastimosamente tan hermoso edificio. Hoy sigue con el mismo destino. La catedral nueva, que está en el centro de la ciudad, es un edificio magnífico, estenso, y de arquitectura corintia. Fué construida de órden de Carlos III en 1759 por don Pedro Cermeño y don Francisco Sabatini. Consta de tres naves que contienen muchas capillas del mejor gusto. El coro ocupa el centro del templo, y ostenta lindos adornos, y dos grandiosos órganos. Entre las reliquias que guarda esta catedral, es la mas célebre el pañal del niño Jesus, que se dice robado de Jerusalen por el famoso Saladino, y luego por una cautiva mallorquina al rey de Túnez, á cuyo poder viniera á parar, y la casulla de San Valerio. El clero debe consistir en un obispo, seis dignidades, veinte y tres canónigos, siete racioneros y cincuenta y seis eclesiásticos de menor categoría. De las demas iglesias de Lérida, merecen nombrarse la parroquia de San Lorenzo, de remotísima antigüedad, que fué templo gentil en la época romana, trasformado en cristiano por Constantino, luego en mezquita por los árabes, y finalmente purificada y vuelta á su anterior destino por Ramón Berenguer IV, en 1149; la de San Juan, que se cree contemporánea á la de San Lorenzo, y que conserva una portada y la bizantina, que fué de dominicos. Hay dos ermitas, con advocación de San Jaime, que perpetúan una piadosa tradición que debemos referir. Dícese que al llegar el apóstol de este nombre á predicar el Evangelio en Lérida, entró por la puerta de la Magdalena, y se hirió en un pie con una espina; este lugar está señalado con la primera ermita, y que agravándose el dolor, hubo de detenerse á reposar en el sitio en que está edificada la segunda, llamado por esta razón Pie del Romero (Peu del romeu), y en donde por ser de noche oscura, vinieron varios ángeles á alumbrarle con antorchas. Por esto todos los años la víspera y el dia de Santiago, multitud de niños, visitan ambas capillas con faroles encendidos en la mano. Subsisten tres conventos de monjas, de los que es el mas notable el de la Enseñanza, con una buena iglesia, fábrica del siglo pasado. El de carmelitas descalzas debe su erección a Santa Teresa. De religiosos hubo en esta ciudad ocho; entre los edificios civiles son los principales la casa de ayuntamiento, que data del siglo XIII, y que posee un copioso archivo, el teatro, capaz de setecientas personas, que ocupa el lugar del convento de San Agustín, la casa de baños, de nueva construcción, y el hospital, que pertenece al género gótico. El mejor paseo es el llamado de Fernando, que tiene un bonito y ameno jardín. Tiene esta ciudad un instituto de segunda enseñanza, un seminario conciliar, una escuela normal, casa de expósitos, y cinco parroquias. El obispado contiene doscientos treinta y siete pueblos, doscientas cincuenta y ocho parroquias, dos catedrales (la de Lérida y la de Roda), y tres colegiatas insignes. La provincia trescientos veinte y tres ayuntamientos, cinco ciudades, setenta y ocho villas, seiscientos noventa lugares, ciento sesenta y siete aldeas, y el partido judicial á que da nombre, una ciudad, ocho villas y sesenta y dos lugares. La población de la ciudad es de 12,236 almas.
La fidelísima ciudad de Cervera presenta muy remoto origen. Conquistóla a los moros el belicoso Berenguer Borrello, conde de Barcelona, en 1035, y en 1182 se constituyó su gobierno municipal, dividiéndose en cuatro barrios, los que elegían cincuenta vecinos, de los que se nombraban tres paeres y diez conselleres. Pedro I reunió Córtes en esta población el año 1202. Pedro III la hizo cabeza de una de las



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