miércoles, diciembre 29, 2010

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Vista del puerto de Bermeo


menores, estando todos decorados con columnas dóricas. Sobre este primer cuerpo, que es de piedras sillares, se levantan tres pisos de igual materia. Ocupa el centro de la fachada la casa de diputación, decorada con pilastras jónicas y un reloj de esfera de cristal que se ilumina por las noches. Forman los soportales de esta linda plaza un cómodo paseo para los dias en que el mal temporal no permite andar fuera de cubierto.
La Plaza Vieja es solamente notable por hallarse en ella el mercado de toda clase de comestibles. Es en verdad sorprendente la abundancia, variedad y baratura de la delicada pesca que ofrece el golfo cantábrico, de las mas sabrosas carnes, de esquisitas frutas, de hortaliza, de todo, en fin, cuanto la persona mas exigente y amiga del regalo puede apetecer.
El puente de San Anton es antiquísimo, y muy notable por su solidez y atrevida construcción. Tiene tres ojos, de los cuales el mas alto es de 110 pies de luz.
El puente colgante concluido en 1827, bajo la dirección de don Antonio Goicochea, se estiende 215 pies sin contar los machones, y su mucha elevación le pone á cubierto de las avenidas. Ascendió su coste á 400,000 reales.
Las obras del puente de hierro, hoy están ya concluídas.
Muy digno es de ser visto el magnífico cementerio situado en la méseta de Mallona. Fué construido en tres años y se terminó el de 1830, mereciendo el cabildo mucho elogios, asi por haber resuelto levantarle, como por la brevedad con que llevó á cabo la empresa.
No son menos bellos los paseos de Bilbao que los referidos edificios públicos. Empezaremos su descripción por el del Arenal, al que hermosean siete frondosas, anchas y prolongadas calles, y tres menores formadas todas por robles, acacias, plátanos y otras clases de árboles, tres jardines con enverjados y hermosos faroles de reverbero, sostenidos por elegantes candelabros de hierro. Ciento treinta y cuatro asientos de piedra, muchos de los cuales tienen preciosos respaldares de hierro, hacen muy cómodo este paseo, que tiene varias entradas, y en la principal hay tres arcos de hierro entre pilares de mármol.
La planta del referido paseo es triangular. Estiéndese por los lados paralelos á la ria 400 pasos, y por los de la iglesia 260. Es sin duda este uno de los mas deliciosos puntos de recreo que se hallan en las mejores poblanciones de España. La frondosidad y verdura de los árboles, el plácido ambiente que en el se goza, el aroma de las flores y la vista del muelle, que aunque no tan animado como en otros tiempos, ofrece todavía un cuadro interesante; forman un bellísimo conjunto, causando no poca sorpresa al que por primera vez lo ve, las llamadas cargueras, que son unas mugeres que se ocupan en cargar y descargar los barcos metiéndose en la ria con el agua á veces hasta las rodillas ó acaso mas, y llevan enormes bultos en la cabeza, en los hombros y debajo de los brazos, con mayor desembarazo y soltura que pudiera hacerlo el mas robusto mancebo.
Otro paseo llamado el Campo Volantín, empieza en las ruinas del convenio de San Agustín y continúa sobre las márgenes de la ria. Consiste en una hermosa calle de 4,000 pies de longitud, formada por árboles cuyas copas cubren toda la estensión de este sitio sombrío y delicioso
El paseo denominado de los Caños da principio en Achuri, estendiéndose mas de 4,000 pasos. Tiene un cómodo pavimento de losas, pero su corto horizonte y las imponentes rocas que sobre él se levantan, le dan un aspecto triste.
El trato que en Bilbao halla el forastero es sumamente agradable, porque la finura, la cortesanía y la generosidad, son prendas que distinguen á sus habitantes. Su historia antigua está enlazada con la general de Vizcaya; la moderna ó contemporánea nadie hay que la ignore: ¿quién no recuerda los padecimientos de los bilbaínos en la última guerra civil, los famosos sitios que sufrió esta población, su heroica defensa, la muerte de Zumalacárregui delante de sus muros, la entrada de Espartero en 1836 y todas las circunstancias que acompañan á estos sucesos?
Pasemos á Bermeo, villa de la costa, donde está la iglesia parroquial de Santa Eufemia, donde los so—

lunes, diciembre 27, 2010

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Cargueras


halla que reparar, si se esceptúa una buena estatua del titular. De las dos parroquias restantes llamadas de los Santos Juanes y San Nicolás de Bari, no hablamos porque no tienen ninguna particularidad.
Otros edificios religiosos poseia Bilbao pertenecientes todos á conventos, y durante la última desoladora guerra sirvieron de cuarteles, hospitales, etc., por lo que no se pueden citar como monumentos artísticos; ni tampoco los que inmediatos á la misma villa estaban comprendidos en las ante-iglesias de Abando y Deusto, y fueron trasformados en fuertes, resonando bajo sus bóvedas los gritos de guerra y el estruendo de las armas, en vez de los cánticos de paz que en aquellos sagrados recintos por espacio de algunos siglos habían sido entonados.
El hospital civil es acaso el edificio que mas honor hace a Bilbao. Dióse principio á su construcción en 1818 con arreglo al plan trazado por don Manuel Benito de Orbegozo. Es un paralelógramo rectángulo, y consta de cuatro pisos labrados de piedras sillares, teniendo la fachada principal en uno de los lados menores. Compónese la portada de cuatro columnas aisladas que sostienen un cornisamento con triglifos y otros adornos propios del orden dórico. En el friso y sobre el intercolumnio del centro hay una lápida con inscripción, y remata el todo con el escudo de armas de la villa. La fachada que da al camino real se estiende 325 pies, con 27 vanos entre balcones y ventanas en todo el lienzo del piso principal, y sobre este se levantan tres pabellones aislados á fin de que la ventilacion sea cual corresponde á esta clase de establecimientos.
Otra casa de beneficencia cuenta Bilbao en su recinto con el título de Hospicio Casa de Misericordia. Cuando ocurrió la espulsion de los jesuitas, ordenada por Carlos III, quedó suprimido el colegio de San Andrés, que á dichos padres pertenecía, y en el que era educada la juventud bilbaína. Tratóse de sacar el partido posible del abandonado edificio, por lo que el templo se convirtió en parroquia con el título de los Santos Juanes, y el colegio se destinó á hospicio, haciéndose al efecto y á espensas de la nunca desmentida caridad de los habitantes de esta villa, las obras necesarias para el nuevo destino que iba á tener. Consérvase esta casa en muy buen estado, y en ella reciben alimento y socorro muchos pobres, siendo considerable el número de los que en la misma residen, y se ocupan en varios telares de hilo, de los que salen mantelerías, lienzos, etc., en una fábrica de loza inglesa y ordinaria y en otras labores. Los niños de ambos sexos reciben educación, y son destinados los varones á diferentes oficios.
Entre los edificios públicos que adornan á la villa que describimos merece particular mención el teatro, construido en 1831, y la casa de ayuntamiento, que es de piedras sillares calizas, con un soportal espacioso, al que dan ingreso tres arcos por el frente y tres por el costado. En la sala de ayuntamiento es digna de ser vista una escelente pintura que representa la Concepción. En el resto del edificio se hallan la sala de la junta de comercio, con friso de mármoles y otros ornatos, una galería con retratos de reyes, la audiencia del tribunal de comercio, los archivos otras varias piezas, donde hay ejecutados por Goya, Lopez, y otros artistas de mérito, diferentes retratos. La Plaza Nueva se empezó á construir el 31 de diciembre de 1829, pues si bien se había tratado de erigirla en varias ocasiones, valiéndose en todas de acreditados profesores, fueron tantos y tales los obstáculos con que hubo que luchar, suscitados alguno; por el interés privado, que solamente con la protección de Fernando VII pudieron superarse. Tuvo á cargo la dirección de esta obra el arquitecto don Ántonio Echevarría. El área de la espresada plaza tiene de longitud 234 pies con 196 de latitud, presentaría diez y ocho arcos, cuya luz es de nueve pies en cada una de las fachadas mayores y catorce iguales á los primeros en forma y dimensiones, en cada una de las

sábado, diciembre 25, 2010

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vos señores, distinguiéndose muy particularmente por las escuadras que en varias ocasiones armó y puso á disposición de los reyes. A principios del presente siglo fue ocupado militarmente el señorío á consecuencia de los movimientos que en él ocurrieron por causa de haber querido imponer derechos sobre algunos artículos de importación y hacer un nuevo puerto, que en obsequio de Godoy se habia de llamar de la Paz, título que aquel favorito usaba. Este movimiento popular, ocurrido en 1804, es conocido en el pais con el nombre de Zamacolada por llamarse Zamacola un escribano, que lo dirigió. De la valerosa resistencia que el señorío de Vizcaya opuso á las huestes de Napoleon, asi como de los sucesos de la última guerra civil, en que ocupan un lugar muy visible los tres famosos sitios de Bilbao, nada podemos decir que no sepan nuestros lectores. Los acontecimientos contemporáneos no ofrecen ningún interés sino cuando se describen minuciosamente, y esto nos es de lodo punto imposible.
Hemos hablado de Vizcaya solamente, réstanos ahora referir los sucesos que tienen relación con las provincias de Álava y Guipúzcoa, las cuales, según queda referido, se incorporaron difinitivamente en la corona de Castilla reinando Alfonso VIII. Hicieron á éste los naturales de ambas provincias señalados servicios en la célebre batalla de las Navas de Tolosa, servicios que también prestaron á los demás reyes en la conquista de las vastas comarcas que los moros poseian, y muy particularmente en la batalla del Salado, y en la toma de Sevilla, Algeciras y Granada.
La situación geográfica de Guipúzcoa en la frontera de una poderosa nación, émula en muchas épocas de España, dio á sus moradores ocasión de manifestar su nunca desmentida lealtad y su proverbial denuedo, según hemos visto al hablar de algunas de sus poblaciones; pero donde mas se distinguieron, en union con los vizcaínos, fué en las empresas navales. Dedicáronse unos y otros antiguamente á la pesca de las ballenas, y era tanta la importancia que daban á este ramo de industria, que será muy raro el puerto del pais vascongado que no use una ballena en su escudo de armas. El famoso fuero de San Sebastian menciona muchos objetos de importación y esportacion, y por él se tiene con seguridad noticia de lo estenso que era el comercio que se hacia en estas costas á mediados del siglo XII.
El carácter activo y emprendedor de estos montañeses, acostumbrados desde su mas tierna edad á los peligros del borrascoso mar que baña sus playas, y la abundancia de maderas de construcción que ofrecía su pais, les hizo aumentar considerablemente el número de sus buques, y emprender con ellos largos viages en el siglo XIV; fruto de estos fué el descubrimiento de la isla y banco de Terranova, la prepotencia que tuvieron los vascongados en las costas occidentales de Europa, el pingüe comercio que hacían, asi en las costas de nuestra península y en el interior de la misma como en los puertos de Francia, Paises Bajos é Inglaterra, y por último el haber sido los que establecieron en la ciudad de Brujas, emporio entonces del comercio, la célebre lonja de dicha ciudad, adelantándose á los ingleses, venecianos y otros pueblos mercantiles.
El poderío de los vascongados empezó á causar celos á la nación inglesa, á la que disputaban aquellos el comercio de lanas. Declaróse al fin la guerra, y se dio un combate naval, en el que los vascongados perdieron veinte y seis buques de alto bordo y fueron dispersados los restantes. No fueron muy felices para los ingleses los resultados de esta victoria, puesto que las hostilidades continuaron, y para poner término á tan larga y destructora guerra se firmó en Londres un tratado de treguas por veinte años entre vascongados, franceses é ingleses, habiéndose hallado al efecto en dicha ciudad los representantes de las marinas de Santander, Vizcaya y Guipúzcoa. Para que nuestros lectores formen una idea del poder marítimo de los ingleses en aquella época, insertamos lo que sobre él dice la Academia de la Historia. «Obsérvese que el rey Eduardo III con quien tenían sus diferencias (los vascongados) era el mismo que con una armada de 100 bageles batió otra francesa de igual número el año de 1319, perdiendo esta 70 navios y cerca de 20,000 combatientes.»
Continuó en el mayor auge el estado de la marina de los vascongados, y á fines del siglo XV los guipuzcoanos, los moradores de esa pequeña provincia, hicieron un tratado de paz con la Inglaterra, en el que entre otras cosas se estipuló que los buques de los guipuzcoanos no hostilizarían á los de los ingleses ni recibirían de estos daño alguno, aunque estuviesen en guerra las naciones inglesa y española.
Muchos y muy señalados servicios prestaron con sus buques los vascongados á los reyes de Castilla. La escuadra que el almirante Bonifaz mandaba cuando ocurrió el sitio de Sevilla, se armó en los puertos de las Provincias Vascongadas, y de los mismos salieron también gran parte de los navios que formaban la escuadra de Felipe II, llamada la Invencible.
De esa costa salió también el primer hombre que dio la vuelta al globo, salió el inmortal Oquendo, y de ella han salido los célebres marinos Mazarredo y Churruca.
Hablemos de Durango, villa situada en el centro de las carreteras que ponen en comunicación á las provincias de Álava y Guipúzcoa con la de Vizcaya, á la margen del rio de su nombre, y en una deliciosa vega. Si bien tiene anchas y espaciosas calles y algunos buenos edificios, no ofrece ninguna particularidad digna de notarse, y nuestro ánimo ademas es hablar de Bilbao.
Difícilmente puede formarse una idea, por mucho que se diga, de lo delicioso, ameno y pintoresco de las inmediaciones de esta última ciudad, situada á la orilla del Nervion y considerada siempre como uno de los pueblos mas sanos, aseados y cultos de Europa. El aspecto de Bilbao es sumamente agradable, sus calles tiradas á cordel y bien pavimentadas, sus casas (entre las que hay algunas de mármol, y no de jaspe como generalmente se cree) bien construidas, sus paseos, y por fin la elegancia y el esmero que en todo se observa, hacen desde luego concebir una lisongera idea, asi del pueblo como de sus moradores. Empezando á reconocer lo mas notable que en esta villa se encuentra, nos ocuparemos de los templos, entre los cuales sobresale la insigne basílica de Santiago, la mas antigua de sus parroquias. Es de fundación inmemorial, y consta que en el último tercio del siglo XIV se mejoró y amplió, habiéndose construido posteriormente el coro, el atrio y el claustro del Ángel.
La parroquia de San Antonio Abad, fundada en el siglo XV, consta de tres naves, en la que nada se

jueves, diciembre 23, 2010

Viage ilustrado (Pág. 526)

caballo en una batalla al rey de Aragon para que se salvase.
Reconciliado con Alfonso VIII de Castilla y recobrando el gobierno que antes de sus desgracias había ejercido en los mas importantes puntos de aquel reino, mereció que se le confiase el mando del ejército aliado de los cristianos en la gran batalla de las Navas de Tolosa. Sabido es el felicísimo éxito de aquella jornanada, y es no menos conocida la generosidad de don Diego, quien repartió el botín entre los reyes de Aragón y Navarra reservando para su soberano la gloria de tan señalado triunfo: proceder muy propio de aquellos hombres que no podían preferir al honor el interés. Sepultáronse en el real monasterio de Nájera, del que fué bienhechor, los restos de este insigne varón «el mayor señor y mejor, dice Garcia de Salazar, y el que mas ganó y mas buenos hechos hizo.» Honró su memoria la santa iglesia metropolitana de Toledo colocando su estátua en el coro, en reconocimiento á las donaciones que á dicha iglesia hizo y á que en ella colocó los trofeos ganados en las Navas de Tolosa. Merece también referirse que la ciudad de Nájera ha considerado desde la muerte de don Diego hasta nuestro siglo, nula toda elección de ayuntamiento que no se publique delante del sepulcro de aquel.
Continuó gozando en Castilla las mismas prerogativas y distinciones que el mencionado, don Lope Diaz de Haro, llamado por sus relevantes prendas Cabeza brava. Hizo servicios de la mayor importancia al Santo rey don Fernando, y falleció en el año 1239.
No estuvo en tan buena armonía con el soberano de Castilla don Diego Lopez de Haro, duodécimo señor de Vizcaya, ni dejó de tener serias desavenencias con los vizcainos por haber infringido sus fueros.
Es muy notable entre los señores de Vizcaya don Lope Diaz de Haro, ya por el grande poder que adquirió, ya por el enlace de su hija con el infante don Juan, hermano del rey, ya también por la trágica muerte que tuvo en el momento en que acalorado por una respuesta firme sacó la espada contra el rey don Sancho el Bravo. La sucesión en el señorío ó candado Vizcaya empezó á ser su origen de civiles discordias á la muerte de décimo cuarto señor don Diego Lopez de Haro. Obtúvole por la fuerza y apoyado en la voluntad de los vizcainos otro don Diego, tío del último; siendo á poco tiempo despojado por el infante don Enrique de aquella dignidad, que un año después volvió á recobrar. Dispútesele, sin embargo, su derecho hasta su muerte, que ocurrió en el sitio de Algeciras; y le sucedió el infante don Juan, por ser esposo de doña María Díaz de Haro, que unos autores cuentan como décima sesta y otros décima sétima en el catálogo de los señores de Vizcaya.
Siendo ya viuda renunció esta sus derechos ó favor de don Juan de Haro, el Tuerto, quien á pesar de ser hijo de un infante de Castilla, tomó el apellido de su madre doña María, circunstancia que prueba la alta importancia que los señores de Vizcaya tenían. Murió don Juan asesinado con otros en un banquete por mandado de Alfonso XI, cuya tutela habia ejercido, y reclamó la posesión del señorío su madre, la ya citada doña maría, la cual vendió su estado á la corona.
Había dejado una hija don Juan el Tuerto casada con el señor don Lara don Juan Nuñez, quien valiéndose de su poder y ascendiente consiguió se restituyese el señorío á su esposa. Las serias disensiones que ocurrieron entre don Juan de Lara y el rey, obligaron á éste á entrar por Vizcaya haciéndose reconocer como señor en las juntas de Guernica, y tomando posesión de todos los pueblos y castillos, escepto del de San Juan de Gaztelugache, situado en la costa, y alguna otra fortaleza. Habíase apoderado en el ínterin don Juan de algunos pueblos de Castilla, cuya restitución le concertó con el rey. Heredó un niño de dos años el condado de Vizcaya, y como don Pedro de Castilla se declaró enemigo de la casa de Lara, le persiguió tenazmente. La muerte de este niño, que con el nombre de don Ñuño de Lara se cuenta el décimo nono señor de Vizcaya, dejó su estado espuesto á los desastres de una guerra civil, pues habiendo casado su hermana mayor doña Juana con don Tello, hermano del rey, y la menor, llamada doña Isabel, con don Juan, infante de Aragón, ambos esposos pretendieron el señorío, fundado derecho que á su esposa asistía, y el segundo en la protección de don Pedro. Derrotó don Tello completamente las tropas auxiliares que don Juan acaudillaba. Entró éste de nuevo acompañado del rey don Pedro, que furioso anhelaba quitar la vida á su hermano don Tello, el cual debió su salvación á la fuga. El infante don Juan, que debia conocer muy poco lo que de un corazón ambicioso se puede esperar, había creído que don Pedro no llevaba otro objeto que ponerle en posesión de la dignidad á que aspiraba, y con pueril sencillez le pidió en Bermeo que le sentasen en el solio de los señores de Vizcaya. Contestóle pérfidamentc el rey que solo esperaba á que por la junta general fuese reconocido, valiéndose al mismo tiempo de cuantos medios estaban á su alcance para que en la espresada junta se declarase que Vizcaya no admitiría otro señor que rey.
Consiguiólo asi, y habiendo pasado á Bilbao, mandó al incauto infante que se presentase en palacio No bien le tuvo delante cuando le hizo matar, y habiendo arrojado el cuerpo á la plaza: «Catad ahí, dijo al pueblo, el vuestro señor de Vizcaya, que vos pedia.».Estas horribles palabras pronunciaba el rey señalando el cadáver del infante don Juan, cuyo nombre y supuestos derechos había invocado al apoderarse del señorío. Fueron igualmente víctimas de la crueldad de don Pedro la madre del desventurado infante, doña Leonor, y las ya mencionadas doña Isabel y doña Juana, sin tener otro delito que el de ser parientas suyas.
Sufió Vizcaya por algun tiempo el yugo de don Pedro, y cuando sucumbió este en Montiel á manos de su hermano don Enrique de Trastamara, recobró don Tello el señorío que legítimamente había poseido como esposo de la desgraciada doña Juana, pero que ya no le pertenecía por haber sido asesinada, segun queda referido. Valióse de algunos fraudes para asegurarse en la posesion de aquel estado, y así no es de estrañar que le disfrutase muy poco, pues murió antes del año de su llegada. Fué jurado entonces (1371) so el árbol de Guernica el infante don Juan, hijo de Enrique II, teniendo el nuevo señor á la sazón trece años de edad. Cuando sucedió á su padre con el nombre de don Juan I, incorporó en la corona el señorío mandando que el título de señor de Vizcaya le usasen los reyes entre los demas dictados de soberanías, y asi continúa practicándose.
Desde esta época ha continuado siendo á la corona de Castilla tan leal como habia sido á sus primiti—

miércoles, diciembre 15, 2010

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Luchas primitivas de Vizcaya


pedir perdón para sustraerse á los mas horribles suplicios, entonaban canciones, desafiaban el poder de su dominador y despreciaban la crueldad de sus verdugos. Los que escaparon vivos de esta terrible lucha fueron vendidos en los mercados públicos y uncidos á las carretas para tirar de ellas como si fuesen animales. Creyendo Augusto que los habia dominado, dejó á España para volver á Roma; pero al siguiente día de la marcha del tirano, las cántabros se habían vengado. En una sola noche dieron muerte á sus señores, y libres otra vez, corrieron al campo de batalla á desafiar á las legiones romanas. Trabóse de nuevo el combate, en que los soldados de Augusto, en mayor número y mas disciplinados, llevaron la mejor parte en las llanuras, mas no quisieron seguirlos á las montañas, donde se refugiaron, seguros de ser á su vez batidos.
Augusto no obstante su orgullo, hijo de tantas victorias, tuvo que resignarse á ofrecer la paz á los cántabros, que no la aceptaron sino á condición de vivir independientes; y de esta época datan sus franquicias, sus privilegios y sus famosos fueros, que con tanto tesón han sostenido hasta nuestros dias. Terminada la guerra lo que no pudo hacer la fuerza lo consiguió la dulzura, y los mismos que habían acudido al combate cuando veian el yugo durísimo que se les quería imponer, llegaron á ser los mas fieles amigos de los romanos cuando estos se contentaron con ser sus aliados y protectores.
Al derramarse los bárbaros del Norte como un torrente impetuoso por los países meridionales de Europa, acabando con la potencia del pueblo rey, los cántabros permanecieron unidos á los romanos y sostuvieron reñidos combates con los invasores, quienes no pudieron sojuzgar á los esforzados montañeses que entre el Ebro y el Océano residian. Permanecieron independientes largo tiempo, aunque sufriendo repetidos ataques de los godos, hasta que Leovigildo emprendió la conquista de aquel áspero pais. Resistiéronse con el acostumbrado esfuerzo sus naturales y detuvieron el ímpetu del enemigo, á quien no le fue dado penetrar en el centro de él, contentándose con ocupar y fortificar varios puntos fonterizos para impedir atrevidas correrías.
Unidos al fin los cántabros y godos con los vínculos de la religion, por haber abrazado unos y otros el cristianismo, agregáronse las Provincias Vascongadas al vasto imperio que sucumbió en las márgenes del Guadalete.
Todos los historiadores están conformes en que los moros no llegaron á penetrar en el territorio vascongado: y aunque nada seguro se sabe de este pais en los primeros tiempos de la dominación sarracena, hay motivos fundados para creer que formó parte desde luego del reino que se erigió en Covadonga. Mas adelante las provincias de Álava y Guipúzcoa se unieron al reino de Navarra, hasta el año 1200 de la era cristiana en que se incorporaron definitivamente á la corona de Castilla. No asi Vizcaya, que durante algunos siglos tuvo sus señores particulares, dignidad que se considera derivada del famoso ducado de Cantabria. Siguiendo estos señores la costumbre general de su época, daban al sucesor el nombre de su abuelo, y asi vemos alternar por largo tiempo en la cronología de aquellos, los nombres de Lope Diaz y Diego Lope, produciendo tal confusion, á pesar de los apodos con que los historiadores han querido distinguirlos, que nada se saca en claro hasta el último tercio del siglo XII y principios del siguiente, en que se ve figurar á don Diego Lopez de Haro llamado el Bueno, el cual llegó á romper con su cuñado el rey de Leon y con el de Castilla, viéndose obligado á retirarse á Navarra en aquella desigual lucha. Siguiéronle ambos monarcas y lo encerraron en Estella, pueblo que no pudieron tomar. Acomodáronse empero con los reyes de Navarra y Aragón, y quedó entonces don Diego sin amparo alguno. Fué á buscarle entre los moros de Valencia, de donde tuvo que huir por haber dado su

lunes, diciembre 13, 2010

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Baños de Cestona


manando, sin que nadie hasta ahora pueda esplicar la causa de tan singular fenómeno.
A dos leguas de distancia de Motrico está Elgoibar, villa situada sobre las márgenes del rio Deva, en cuyo término está el santuario de Arrate en una meseta pintoresca, donde se celebraba una vistosa y muy concurrida romería el 8 de setiembre, y media legua larga mas adelante, en la carretera de Bilbao, la villa de Eibar, último pueblo de la provincia de Guipúzcoa por esta parte, y famosa por sus fábricas de armas, siendo todavía con justa razón celebradas las escopetas de caza, las pistolas y otros muchos objetos que se fabrican en sus talleres. También tiene algunas bellezas artísticas, tales como su iglesia parroquial y el convento de la Concepción, de religiosas franciscanas, que se halla fuera del pueblo, junto á la misma carretera. Llámase á este convento de Isasi por haberlo fundado don Martin Lopez de Isasi y doña Dominga de Orvea en 1593. La iglesia es muy linda; tiene capillas á los lados de la nave, cúpula en el crucero, y un bello retablo mayor de varios cuerpos corintios. Contigua al referido convento está la torre solariega de Isasi, que hoy pertenece á los marqueses de Santa Cruz, y en la que vivió y murió el 11 de marzo de 1634 el infante don Francisco Fernando, hijo de Felipe IV, que confió la educación de aquel á don Juan Isasi Idiaquez, caballero de Santiago, señor de algunas villas en Castilla y de esta ilustre torre.
Bien quisiéramos que los límites á que tenemos que reducirnos para llenar el volumen señalado al vasto plan de nuestra obra, nos permitiesen referir con la estension que merece la historia de Vizcaya, que puede decirse es la de todo el pais vascongado, pues nadie ignora que las tres provincias hermanas se han considerado siempre como una sola por la identidad de carácter, de leyes, usos y constumbres, y hasta por la semejanza topográfica. Hay, sin embargo, diferencia, á la manera que la hay también entre los hijos de un mismo padre; pero esta diferencia apenas perceptible, sin un detenido examen, es mucho menor todavía cuando se consulta la historia. De ella aparece, remontándonos á los tiempos antiguos, que en el pais vascongado, llamado anteriormente Cantabria, fué donde se establecieron los primeros pobladores de España, que este pais comprendía, no solo las tres provincias que nos ocupan, sino lo que ahora designamos con el nombre de Rioja y montañas de Santander, que á la parte de Oriente de Cantabria estaba la Vasconia, que hoy llamamos Navarra, y en fin, que los cartagineses, por mas que algunos autores hayan sostenido lo contrario, no pisaron jamás este suelo clásico de la independencia.
Cuando Roma, señora del mundo, se posesionó de España, trató de someter también á los cántabros, que antes tuvo por aliados para combatir á los cartagineses; pero le opusieron una tenaz resistencia, y convencido Pompeyo que era imposible dominarlos, prefirió tenerlos por amigos y los llevó á Grecia, donde se distinguieron por su valor en la célebre batalla de Farsalia. César siguió el ejemplo de Pompeyo; pero Augusto, mas orgulloso ó menos político que César, los declaró una guerra de esterminio, en la que los cántabros sucumbieron á millares; pero no se subyugaron á los romanos. Vencidos perecían en la hoguera sin distinción de sexos ni edades; mas en lugar de

viernes, diciembre 10, 2010

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iglesia parroquial, dedicada á San Sebastian de Soreasu, es muy buena. Consta de tres naves, cuyas bóvedas sientan sobre ocho altas columnas de escelente efecto. En una capilla hay un suntuoso sepulcro, de don Martin Zurbano, obispo de Tuy, natural de esta villa, y otra de las capillas fundada por Nicolás Saez de Elola, capitán del ejército del Perú cuando su conquista: tiene capellanes, órgano y ornamentos que no pertenecen á la parroquia. Consérvase en esta la pila en que fué bautizado San Ignacio, cubierta en otro tiempo de adornos de plata, y también se guarda la efigie de dicho santo de igual metal, que estuvo antes en el retablo mayor del convento.
El 31 de julio, dia del santo patrono, celébrase en el santuario de Loyola una de las mas alegres y concurridas y vistosas romerías del pais vascongado, solemnizándola con funciones magníficas, asi religiosas como públicas, la villa de Azpeitia: entre las primeras es notable la procesión que se hace desde la parroquial de la citada villa hasta el colegio, y entre las segundas los bailes, las corridas de toros y los fuegos artificiales, dando á todo realce lo ameno del sitio, lo suave de la temperatura y lo suntuoso del descrito monumento.
También es digna de visitarse la magnífica casa de baños de Cestona, que tan merecida reputación goza por lo salutífero de sus aguas termales, cuya temperatura es de 27 á 29 grados de Reaumur. Conduce á este establecimiento, que dista poco mas de una legua de Azpeitia, un camino abierto hace muy pocos años á la orilla del rio Urola, y se halla situado á la izquierda de dicho rio en sitio estremadamente pintoresco. Su capacidad, el lujo de las habitaciones y el esmero del servicio le han grangeado tal reputación, que no solo concurren á él en la estación de verano las personas que necesitan tomar las aguas, sino otras muchas que van á pasar una temporada como pudieran hacerlo en la mejor casa de campo, pues á todas las ventajas de una posesión campestre, añade la de hallarse alli reunida la sociedad mas elegante de la corte y principales ciudades de España. Cerca de los baños está el pueblo de donde toman el nombre, punto de paseo ordinario para los bañistas, y en el que nada hay que ver mas que la iglesia parroquial dedicada a la Natividad de Nuestro Señor y la casa del consejo, con un espacioso salon para juntas y una armería, donde se guardan chuzos, partesanas y otras armas antiguas. En las inmediaciones de Cestona está el monte Erchina, en el que se encuentra cristal de roca que duplica los objetos como el de Islandia, y en su término se hallan el palacio del marqués de San Millan, habitado por su dueño, que nada ha omitido para enriquecerle con muy preciosos objetos; la fondería propia del duque de Granada, donde se hacen los frascos para el azogue de las minas de Almadén, otros cuatro palacios y la vieja basílica de Santa Engracia, situada en una alta y escarpada montaña á media legua del pueblo.
Para ir á Deva se pasa por Azcoitia, bonita población á media legua de distancia de Loyola; su iglesia parroquial, la casa de ayuntamiento y la llamada de Idiaquez, es lo único que llama la atención. En los muros de esta última casa fijaban los parientes mayores los carteles de desafío, cuando los funestos bandos Oñecino y Gamboino, devastaban este pais. En ella recibió también don Carlos en 1838 á su esposa doña Teresa de Braganza y ratificó el matrimonio, que por poderes habia contraído con aquella señora, siendo este el único suceso de alguna importancia que en esta villa ocurrió durante la pasada guerra.
Deva es un puerto de mar que en la temporada de baños comparte la concurrencia con San Sebastian; en esta última ciudad se hace una vida de corte en miniatura, con todas las comodidades, con todas las ventajas y con todos los inconvenientes de las grandes poblaciones; en Deva por el contrario, la vida es quieta y tranquila, es una vida campestre, sana y agradable, pues si algo falla de algunas comodidades y diversiones, para los que á ellas están acostumbrados, en cambio se goza de completa libertad y de una franqueza inmejorables. Está situada la villa que nos ocupa en un pequeño llano que hay entre la orilla derecha del rio de su nombre, junto á la misma embocadura, y la falda de una elevada montaña donde se cree que estuvo la ciudad de Tricio—Tubólico. Su posición topográfica es tan beneficiosa para el comercio, asi de importación como de esportacion, y fué tanto el movimiento de este puerto en lo antiguo, que un pequeño arbitrio que se estableció sobre las mercaderías que entraban en él, bastó para costear la fabricación de la iglesia, toda de piedra y una de las mejores de las Provincias Vascongadas. Son muy concurridas en Deva las fiestas de San Roque, y objeto de gran devoción el antiquísimo santuario de Nuestra Señora de Iciar, cuya sagrada imagen se cuenta entre las aparecidas, y es tanta la veneración con que los guipuzcoanos la han mirado siempre, que en el siglo XVI todos los buques de la provincia al cruzar por delante lo saludaban con salvas de artillería y con otras demostraciones de particular afecto. Escribió la historia de la santa imagen que en esta iglesia se adora, don Pedro José de Aldazabal y Murgia.
Desde Deva se pasa á Motrico que dista muy poco, pequeño puerto de la costa rodeado de elevadas montañas, y cuyas calles son escaleras que hay que subir y bajar continuamente para pasar de unas á otras. Tiene algunas buenas casas, entre ellas la del duque de Granada, el palacio de Urreztieta y la casa de ayuntamiento, de nueva construcción, pues la antigua la quemaron los franceses en 1811. Es digna de visitarse la iglesia parroquial construida con los diseños de don Silvestre Perez, y un convento de canónigas, de San Agustín, que conserva dos cuadros de la escuela alemana, uno de los cuales es de Wandick; en la sacristía hay también una pintura de Murillo, propiedad de la villa. En la parte occidental existen dos muelles construidos en distintas épocas, y cerca del puerto una caverna, en la que se entra embarcados, y tiene la particularidad de presentar un capricho de la naturaleza que imita un crucifijo.
Se sale de Motrico en dirección á Elgoibar por la carretera guarnecida por ambos lados de viñas, planta muy poco común en este pais, y se detienen los viageros en Mendaro, pueblo muy pequeño, pero no de malos edificios, en cuyas inmediaciones está la famosa fuente intermitente llamada Quilimon; es un manantial que arroja tan abundante cantidad de agua á borbotones, que á pocos pasos de distancia y sin recibir mas caudal, mueve las ruedas de los barquines y mazos de una ferrería y cuatro molinos de tres piedras cada uno; pero todos los veranos se observa la intermitencia en esta fuente, pues sucede que una, dos ó tres veces cuando mas se le antoja no dar agua por espacio de doce horas cabales, y luego continúa

jueves, diciembre 02, 2010

Viage ilustrado (Pág. 522)

dicalmente aquel mal, dispuso Enrique IV echar por tierra todas las casas fuertes en que los parientes mayores residían, y desde las que seguidos de sus deudos y parciales llevaban á los cercanos pueblos el esterminio y la muerte. Quedaba esta casa comprendida en el mandato del rey, y no queriendo éste que enteramente desapareciese tan ilustre solar, recuerdo de muchos y señalados servicios, permitió que solo fuese demolida par su parte superior, la que después se hizo de ladrillo, quedando la fachada en el estado en que hoy se ve. Tenia para su defensa unos pedreros que han llegado á nuestros días.
Era señor de la referida casa á fines del siglo XV un caballero llamado don Beltran, el cual tuvo ocho hijos y varias hijas. Fué el menor de esta numerosa prole un discreto, agraciado y animoso niño, que desde su mas tierna edad daba muestras de un entusiasmo guerrero y de una ambición de gloria, que hacían concebir de él las mas lisongeras esperanzas, en una época en que los ejércitos españoles recogían inmarcesibles laureles en varios hemisferios. Este niño era el mismo que había de fundar la famosa compañía de Jesus, era Ignacio de Loyola. Según correspondía á su elevada cuna, fuéle concedido entrar en palacio para ser pago de Fernando el Católico, empero como los placeres de la corte y las intrigas palaciegas no estaban en armonía con sus inclinaciones, dedicábase esclusivamente al arte militar, que por sí mismo le enseñaba el duque de Nájera, su pariente y protector. Llegó por fin el deseado momento de pasar al ejército, y se vio Ignacio rodeado de las mas brillantes ilusiones. Enamorado ciegamente de una principal señora, no anhelaba otra dicha que la de hacerse digno de poseerla, dándose á conocer por señalados rasgos de heroísmo. ¡Asi le hacían pensar los estímulos de su abrasado corazón! ¡Asi constantemente suspiraba por objetos que para siempre habia de abandonar!
Correspondió la conducta de Ignacio en el ejército á la idea que de su esfuerzo y denuedo se había concebido, y mereció que se le confiase el castillo de Pamplona cuando las tropas francesas, dueñas de una parte de Navarra, se dirigían á la capital. Defendió heroicamente el fuerte que se habia puesto á su cargo, y en el momento en que mandaba á sus soldados, una bala de cañón dio á su lado é hizo sallar un pedazo de piedra, que hiriendo al bizarro gobernador en una pierna, se la partió dejándole caer al foso.
Apoderáronse de su persona los franceses, y como en aquellos tiempos solo se estimaba y honraba al contrario por su valor y constancia, fué tratado por aquellos con el miramiento que su valerosa resistencia merecía. Dispensáronle al instante cuantos remedios y cuidados exigía su peligrosa herida, y por sí mismos le condujeron en una litera á este palacio de Loyola, tan luego como el estado de su salud permitió concederle este consuelo. ¡Dichosos tiempos en los que tanta estima se hacia del noble proceder!
Agravóse Ignacio en esta casa, y dando ya pocas esperanzas de vida, se le administraron los sacramentos: en tal estado tuvo en sueños una misteriosa y consoladora vision en que se le apareció San Pedro, y tocándole con la mano le curó. Sucedió á este sueño el alivio, y como la convalecencia era larga, pidió para entretenerse libros de caballería, lectura muy acomodada á su carácter, pues en ellos so trataba de amores, encuentros, cuchilladas, y se daban ejemplos de una generosidad sin límites, Hizo el acaso, ó por mejor decir la Providencia, que en este palacio se hallasen únicamente vidas de santos. Tomólas con desden Ignacio; pero á medida que leia se iba convenciendo de que no es tan difícil vencer á un enemigo por fuerte que sea como vencerse á sí mismo, empresa gloriosa que se decidió á acometer.
Renunció desde luego los honores, las dignidades, todo en fin cuanto hasta entonces le habia lisongeado, consagrándose enteramente á servir á Jesucristo. Pasó al monasterio de Monserrat en donde hizo confesión general, colgó su espada en un pilar del templo, repartió sus ricos vestidos entre los pobres, y cubriendo su cuerpo con un tosco saco, descalzo, con la cabeza descubierta y con un bordón se dirigió á Manresa. No le seguiremos en sus largas peregrinaciones, porque el plan de esta obra nos impide estendernos como quisiéramos. Limitámonos por tanto á decir que después de pasar por las mas duras pruebas, que á la esperanza de un galardón eterno está reservado soportar, se retiró á una horrible caverna en donde las penitencias y maceraciones le pusieron á peligro de perecer. Visitó la Tierra Santa, y restituido á España aprendió la gramática con ánimo de hacerse eclesiástico; continuó los estudios en Alcalá, Salamanca y París, en donde conoció á Francisco Javier, Diego Lainez y otros cuatro, á quienes propuso hacer voto reunidos de emplearse en la salvación de las almas. Aprobaron todos la idea y la llevaron á efecto el 15 de agosto de 1534 en la iglesia Montmartre, decidiéndose á pasar á Roma á ponerse á las órdenes del Papa y marchar al punto que los designase. Quiso antes Ignacio visitar su palacio, y en efecto, lo verificó aunque sin detenerse en él mas que algunas horas, escogiendo para residencia el hospital de Azpeitia.
Anhelando resarcir el daño causado por la vida mundana que en estos sitios habia tenido, redobló sus penitencias, predicó fervorosamente á sus paisanos, y después de haber hecho muchas conversiones, fué á reunirse con sus compañeros, cuyo número se habia aumentado. Presentáronse á Paulo III, quien dio permiso para que pudiesen todos ser ordenados de sacerdotes por el obispo que escogiesen, en virtud de lo cual celebraron su primera misa, habiéndose para ello preparado con ejercicios por espacio de cuarenta dias. Establecidas las reglas del naciente instituto, dijo Ignacio á sus compañeros que pues se habían reunido para declarar guerra á la heregía y al libertinage bajo la bandera de Jesucristo, llevasen por divisa la cruz y por lema ad majorem dei gloriam, y cuando les preguntasen quienes eran contestasen de la compañía de Jesús.
Falleció este eminente varón el dia último de Julio de 1.556 teniendo el consuelo de ver estendido su instituto por ambos contínentes, en los que se fundaron antes de su muerte mas de cien colegios. Beatificóle en 1609 Paulo V y le canonizó en 1622 Gregorio XV.
Reconocida la Santa Casa penetraremos en el vasto y suntuoso colegio, que se estiende por uno y otro lado del templo, si bien por desgracia no se halla terminado. En la parte que está concluida arrebatan la atención del observador la grandiosa escalera, los espaciosos tránsitos, los grandes palios, la oportuna distribución interior, y otras muchas circunstancias que fuera prolijo referir.
La villa de Azpeitia situada á la margen izquierda del Urola, consta de tres calles rectas, con buenos edificios, empedradas y enlosadas con esmero. Su