Vista de Inspruck, en Alemania
conocimiento del mundo, el talento y la alegría que en ellas reina.
Si á los nombres de Dresde y de Leipsick unimos los de Weimar, Jena, Eisenach y Gotha, que pertenecen á la Sajonia Ducal, nombres gloriosos para las artes y las bellas letras, ¿qué ocasion mas á propósito, tratándose de la Sajonia, de esta patria de la verdadera lengua alemana, para echar una rápida ojeada sobre esta literatura que tan brillantes destellos ha arrojado desde hace medio siglo?
La Sajonia Ducal se divide en gran—ducado de Sajonia—Weimar, que es al que pertenecen Weimar, Jena y Eisenach; en Ducado de Sajonia—Meiningen— Hildbourghausen; Ducado de Sajonia—Altenbourg, y ducado de Sajonia Coburgo—Gotha, cuya casa reinante ha tomado tanta importancia en Europa desde 1830.
El reino de Wurtemberg y el Gran—Ducado de Baden comprende la mejor parte de la antigua Suabia y casi toda la Selva Negra, es decir, la verdadera patria de los antiguos alemanes, que rechazados de las Gaulas por Clovis, dieron su nombre al centro de la Germania. Stturgard es la capital del reino de Wurtemberg y la residencia del soberano; sus habitantes compondrán el número de cerca de 40,000 y la decoran bellos monumentos y ricas colecciones. Esslingen y Ulm, célebres por las victorias que alli han alcanzado los franceses, pertenecen á Wurtemberg, asi como tambien Hoenstaufen, cuyo viejo castillo fué por mucho tiempo la morada de Barbaroja, y que hoy no es mas que una aldea pintoresca.
«El pueblo wurtembergés, dice un autor, ha conservado la franqueza, la alegría y la bondad de los antiguos germanos; su dialecto rudo sus maneras bruscas les hacen blanco de las burlas de los alemanes septentrionales. En la edad media, la Suabia fué la Provenza de la Alemania, y las canciones de los Minnesœnger respiraban la misma galantería y viveza que los romances de los trovadores; y aun hoy todavia, las asambleas de los pastores del Wurtemberg nos recuerdan la antigua Arcadia. Se ve á los jóvenes aldeanos, ligeramente vestidos, disputar el premio de la carrera; sus juegos comienzan con el dia, y los bailes se prolongan hasta la noche á la claridad de la luna, reinando en estas fiestas, como en las de Suiza, mucha decencia y órden.»
Calsruhe y Manheim, ciudades perfectamente construidas. Baden, célebre por sus baños, donde se reune todo lo mas elegante de Europa; Heidelberg, conocida por su universidad, y Constanza, que se baña en las aguas de su magnifico lago, son las ciudades mas notables del gran ducado de Baden.
Respecto de los principados de Hohenzollern, Sigmaringen de Hohenzllern—Hechingen y de Liechtenstein, basta con saber los nombres; pero nos detendremos mas en la Babiera, reino que costea el Rhin, sigue al Danubio en una gran parte de su curso, y cuenta entre sus principales ciudades á Munich, Ratisbona, Ausburgo y Nuremberg.
Si Dresde, Weimar y Jena nos recuerdan la literatura alemana, Munich y Nuremberg nos traen á la memoria su pintura. Nuremberg fué la patria del padre de la pintura alemana, Alberto Durero y Munich la de Overbeck, gefe de la escuela actual, que por su espiritualismo, la pureza celestial de sus formas y la dulzura del colorido parece haber resucitado Angeélico de Fiesola.
Munich es una grande y hermosa ciudad de cerca de 100,000 almas, donde el esquisito gusto de sus príncipes ha reunido mas de 1,600 cuadros de las escuelas alemanas modernas y de la edad media, y de la escuela flamenca, su hermana, sin olvidar las escuelas estrangeras. En la capilla de palacio sobresale un magnifico San Miguel, no lejos de los frescos donde Schnorr ha representado las principales esce—
Si á los nombres de Dresde y de Leipsick unimos los de Weimar, Jena, Eisenach y Gotha, que pertenecen á la Sajonia Ducal, nombres gloriosos para las artes y las bellas letras, ¿qué ocasion mas á propósito, tratándose de la Sajonia, de esta patria de la verdadera lengua alemana, para echar una rápida ojeada sobre esta literatura que tan brillantes destellos ha arrojado desde hace medio siglo?
La Sajonia Ducal se divide en gran—ducado de Sajonia—Weimar, que es al que pertenecen Weimar, Jena y Eisenach; en Ducado de Sajonia—Meiningen— Hildbourghausen; Ducado de Sajonia—Altenbourg, y ducado de Sajonia Coburgo—Gotha, cuya casa reinante ha tomado tanta importancia en Europa desde 1830.
El reino de Wurtemberg y el Gran—Ducado de Baden comprende la mejor parte de la antigua Suabia y casi toda la Selva Negra, es decir, la verdadera patria de los antiguos alemanes, que rechazados de las Gaulas por Clovis, dieron su nombre al centro de la Germania. Stturgard es la capital del reino de Wurtemberg y la residencia del soberano; sus habitantes compondrán el número de cerca de 40,000 y la decoran bellos monumentos y ricas colecciones. Esslingen y Ulm, célebres por las victorias que alli han alcanzado los franceses, pertenecen á Wurtemberg, asi como tambien Hoenstaufen, cuyo viejo castillo fué por mucho tiempo la morada de Barbaroja, y que hoy no es mas que una aldea pintoresca.
«El pueblo wurtembergés, dice un autor, ha conservado la franqueza, la alegría y la bondad de los antiguos germanos; su dialecto rudo sus maneras bruscas les hacen blanco de las burlas de los alemanes septentrionales. En la edad media, la Suabia fué la Provenza de la Alemania, y las canciones de los Minnesœnger respiraban la misma galantería y viveza que los romances de los trovadores; y aun hoy todavia, las asambleas de los pastores del Wurtemberg nos recuerdan la antigua Arcadia. Se ve á los jóvenes aldeanos, ligeramente vestidos, disputar el premio de la carrera; sus juegos comienzan con el dia, y los bailes se prolongan hasta la noche á la claridad de la luna, reinando en estas fiestas, como en las de Suiza, mucha decencia y órden.»
Calsruhe y Manheim, ciudades perfectamente construidas. Baden, célebre por sus baños, donde se reune todo lo mas elegante de Europa; Heidelberg, conocida por su universidad, y Constanza, que se baña en las aguas de su magnifico lago, son las ciudades mas notables del gran ducado de Baden.
Respecto de los principados de Hohenzollern, Sigmaringen de Hohenzllern—Hechingen y de Liechtenstein, basta con saber los nombres; pero nos detendremos mas en la Babiera, reino que costea el Rhin, sigue al Danubio en una gran parte de su curso, y cuenta entre sus principales ciudades á Munich, Ratisbona, Ausburgo y Nuremberg.
Si Dresde, Weimar y Jena nos recuerdan la literatura alemana, Munich y Nuremberg nos traen á la memoria su pintura. Nuremberg fué la patria del padre de la pintura alemana, Alberto Durero y Munich la de Overbeck, gefe de la escuela actual, que por su espiritualismo, la pureza celestial de sus formas y la dulzura del colorido parece haber resucitado Angeélico de Fiesola.
Munich es una grande y hermosa ciudad de cerca de 100,000 almas, donde el esquisito gusto de sus príncipes ha reunido mas de 1,600 cuadros de las escuelas alemanas modernas y de la edad media, y de la escuela flamenca, su hermana, sin olvidar las escuelas estrangeras. En la capilla de palacio sobresale un magnifico San Miguel, no lejos de los frescos donde Schnorr ha representado las principales esce—
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