martes, febrero 19, 2008

Viage ilustrado (Pág. 177)

paralela á la mar glacial y a la mar del Norte, en los cuales se sepulta casi á pico su vertiente occidental, mientras que en el declive oriental, baja por pendientes sucesivas hacia la Suecia, el golfo de Bothnia , y el mar Báltico. Entre estas dos vertientes se estienden vastas plataformas que se llaman fields ó flelds, y algunas situadas á mas de 1,000 metros sobre el nivel del mar, tienen 12 y 18 millas. Dominadas por los picos mas elevados del sistema escandinavo, se hallan cubiertas de lagos, y las bañan numerosas corrientes de agua. Para hacer comprender lo que es un fiord era menester empezar esplicando lo que es un fields, porque aun cuando los fields no hubieran creado los fiord sin la ayuda de la mar, sino hubiera fields, no habría seguramente fiords.
De todos los viageros que han hablado de esto, aquel que mas ha llenado nuestros deseos es Adalberto de Beaumont. «Figuraos, dice, cincuenta leguas de montañas llenas de nieve durante ocho meses, y después con un sol, que apareciendo de repente, no abandona el horizonte ni de dia ni de noche; un sol abrasador continuo que lucha con los hielos de un invierno sin fin. De este combate fácil es comprender las bellezas de espectáculo que nacerán. Entonces los rios suspendidos recobran su movimiento rompiéndolo y arrastrándolo todo, y formando torrentes y cascadas gigantescas como no se conocen en ningún pais. Los torrentes y cimas en que la vista se pierde se llenan de agua, y el agua mueve como granos de arena las masas de piedra, que las fuerzas mejor combinadas de la mecánica no podrían resistir siquiera, los vastos abismos que se creerían abiertos por una convulsión del globo los cruza esta misma agua, el agua, mas poderosa que la pólvora y el acero, porque su fuerza es la constancia y la constancia es el tiempo que llega á conseguirlo todo.
»Destrozados asi hasta en sus entrañas por esta guerra interior, por estos rios, que partiendo de las mismas nieves, se dirigen todos paralelamente hacia la mar, los Alpes escandinavos dan entonces acceso á las olas de un océano furioso que los minan en sentido contrario.
»Se ve, pues, de un lado de la mar hirviendo sin resistencia á su adversario inerte y avanzando victorioso, y del otro, las cascadas, producto de inmensas acumulaciones de nieve del invierno que se desprenden de las cumbres, reuniéndose y engruesándose en las plataformas, forman los torrentes que cruzan los valles, los arrastrad en su carrera, y van á juntarse, cargados de despojos, al Océano que los llama. Asi es como estos dos enemigos, luchando por la misma causa, se reúnen bien pronto reemplazando á los valles y dando nacimiento a largos canales, á corredores estrechos, y á calles tortuosas que hacen de este pais un pais sin ejemplo.
»Estos canales, abiertos hasta en el corazón de las mas altas montañas, tienen por origen y por causa las cascadas y la mar, que toman el nombre de fiord ó fpord.
»De lodos los fiords noruegos, el Cristiana—Fiord es el mas ancho, y el Sogue—Fiord el mas largo, que tiene mas de treinta leguas. El Hardanger—Fiord es el mas bello. La mayor parte se dividen en muchas ramas, y cuanto mas se andan, sus márgenes son mas escarpadas y pintorescas, terminando casi todas por una cascada. Abundan en salmones, por lo cual son tan interesantes para los amantes de la pesca como para los artistas. Los cazadores tienen aqui también mucha caza, principalmente de aves salvages, en los desfiladeros y cimas de las montañas. Para dar una idea de la cantidad de pescado que aqui se encuentra, citaremos un hecho. Mr. Lassebs de Liverpool cogió en Böen, sobre el Hardanger—Fiord, desde el 30 de junio al 19 de julio de 1841, 216 salmones de peso total de 2,145 libras. El mas pequeño pesaba cuatro libras, y el mas grande treinta.
«Nosotros navegamos un dia entero por el Hardanger—Fiord, cuenta el mismo viagero, para llegar á Kinserwig, iglesia principal y prebostazgo del cantón, situada en el brazo llamado Samler—Fiord. Nunca, nunca podré olvidar este delicioso paseo. Cuanto mas se avanza en este magnífico rio marino, mas contornos y ramificaciones forma; es como una calle principal á la cual vienen á desembocar calles mas estrechas, y sin la altura de las paredes tan bien colocadas, se diría, al ver la regularidad de los planos, que era un trabajo hecho porta mano del hombre. A cada vuelta, el paisage cambia de aspecto; aqui es gracioso y risueño; allí grande y severo: ora ofrece baluartes ásperos, desnudos, blancos como la nieve, ora jardines naturales en anfiteatro; mas alto, se levantan hasta las nubes, por encima de montañas mas ó menos fértiles, montes de hielo que se reflejan en las aguas del Fiord, de una limpidez y trasparencia maravillosas, y sobre las cuales duermen o juegan bandadas de cisnes ó de otras aves en medio de una atmósfera de color de violeta.
»A1 tercer dia nos reembarcamos muy de mañana, después de haber pasado una escelente noche en casa del venerable cura de Kinservig, y subimos por el Cid—Fiord, una de las ramificaciones del Samler—Fiord. Esta jornada no fué menos bella ni interesante que la precedente. Cuando llegó la noche, saltamos á tierra á la estremidad del golfo de Vige—Grand, donde no se conoce el pan, bebimos leche, y comimos algunas patatas, y después nos acostamos sobre la paja, durmiéndonos con un profundo sueño.
»Al dia siguiente nos levantamos con el dia, pero los caballos que debian servirnos se hicieron esperar, aun cuando fueron encargados con anticipación. Felizmente era un domingo, y me aproveché de aquel retardo para observar los pintorescos trages que los hombres y las mugeres llevaban á la iglesia. El aldeano noruego es muy religioso. En las montañas hay esparcidas muchas familias que viven á seis, ocho ó diez leguas de una iglesia, y sin embargo no dejan de concurrir á los oficios divinos con regularidad en invierno y verano. Algunos construyen una cabaña junto á la iglesia para tener donde estar cuando concurren á cumplir con los deberes de la religión. Los que no pueden, por el estado de su salud, ó por otra causa emprender tan larga y penosa escursion, no pasan un dia de fiesta en su morada sin recitar algunos salmos y hacer una lectura piadosa. No hay casa en Noruega por pobre que sea donde no se esté seguro de encontrar una biblia, y algunos libros de oraciones, y entre las familias acomodadas se ven estos libros adornados con muy buen gusto y con riqueza. Las iglesias noruegas están, lo mismo que las casas, hechas completamente de madera, solo que su arquitectura es un poco mas estraña todavía. En general las casas se componen de vigas redondas colocadas occidentalmente, y sujetas con fuertes cuerdas. Duran mucho tiempo estas habitaciones, pues no penetra en ellas la humedad, si se absorbe el calor como en las casas de

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