martes, febrero 12, 2008

Viage ilustrado (Pág. 170)

independientemente de Copenhague, cuyo nombre significa puesto de mercaderes, Altona, Kiel, á quien un camino de hierro une á esta última ciudad, y Aalborg en la Jutlandia, son mercados de bastante importancia.
Copenhague ó Kjebeuhaon, es la capital de Dinamarca. Está situada sobre un pequeño promontorio de la costa oriental de la isla de Seelandia, y en parte sobre la de Amak, y presenta un aspecto verdaderamente magnífico. Es la ciudad mejor construida de todo el Norte, porque si se ven en Petersburgo edificios mas soberbios, no se encuentra aquí el contraste de las casuchas miserables de madera, ni de la miseria y magnificencia: aqui, por el contrario, todo es igualdad y uniformidad. La ciudad está rodeaba por la parte de tierra, de fortificaciones regulares, que consisten en bastiones, un ancho foso lleno de agua y algunos fuertes esteriores: tiene de cuatro á cinco millas de circunferencia. Las calles están bien pavimentadas, con aceras á los lados, aunque muy estrechas, para que pueda andarse cómodamente por ellas. La mayor parte de las casas están construidas con ladrillos, aunque hay un corto número hechas de piedra tallada traída de Alemania. Las casas donde vive la nobleza, son en lo general espléndidas y edificadas al gusto de Italia, y el movimiento que se observa en todas partes anuncia una ciudad muy comercial. El puerto está lleno siempre de buques mercantes. Muchas calle están cortadas por anchos canales, en medio de los cuales se pueden descargar las mercancías, delante de los mismos almacenes á que van dirigidas. Esta ciudad debe principalmente su belleza al terrible incendio de 1728, después del cual se reedificaron por el gusto moderno cinco iglesias y sesenta y siete calles.
Sus principales monumentos son: la iglesia de nuestra Señora, con sus trece estatuas, de Jesucristo y de los doce apóstoles, por Thorwaldsen, la de la Trinidad, donde están la biblioteca de la universidad y el gran globo de Tycho—Brahé. Pero la verdadera magnificencia de Copenhague, consiste en su puerto, formado por un canal espacioso que atraviesa la ciudad. Los buques no pueden entrar en él sino uno tras otro, pero tiene la capacidad suficiente para contener hasta quinientos. La población de esta capital sube a 125,000 almas. La parte de Copenhague llamada Christienhaven, del nombre de Cristiano IV, que la hizo edificar en 1618, está en la isla de Amak, separada de la de Seelandia por un brazo de mar pequeñito que se atraviesa por dos puentes. Amak ofrece singularidades que no pueden menos de llamar la atención de los estrangeros.
Esta isla tiene cuatro millas de longitud sobre dos de anchura, y está principalmente poblada por una colonia frisia, que el rey Cristiano II estableció en ella en 1515, á ruegos de la reina Isabel, su esposa, hermana de Carlos V. Educada en los Paises Bajos, esta princesa deseaba volver á tener en Dinamarca los alimentos á que se habia acostumbrado, y particularmente las legumbres, la manteca y el trigo, que visiblemente no eran entonces de tan buena cualidad en Dinamarca como en su pais. Aunque estos colonos se hayan mezclado ya con los daneses, se distinguen todavía por un trage particular, y disfrutan de algunos privilegios preciosos. La isla contiene por junto nueve pueblecillos, y de 3 á 4,000 habitantes. Hay dos iglesias, cuyos ministros predican algunas veces en holandés y otras en danés. Los habitantes tienen tribunales inferiores de justicia propios; para los casos arduos van al tribunal del rey, en Copenhague. Conservan aun su antiguo trage nacional, que llevaron de los Paises Bajos, que no deja de parecerse al de los antiguos cuákeros, tal como está representado en los cuadros de los pintores holandeses y flamencos. Los hombres llevan sombreros de alas anchas, una chaqueta negra y pantalones del mismo color, que no están prendidos por las rodillas. Las mugeres llevan chaqueta negra y un guardapies, y una pieza de paño de color azul alrededor de la cabeza. Los jardines y los prados ocupan toda la isla', y según el primer destino de la colonia, abastece á la capital de leche, manteca y vegetales.
El rey tiene su residencia en Copenhague, su autoridad es absoluta y se estiende á las mismas leyes que puede modificar á su gusto. Los nobles gobiernan por delegación suya, y el pueblo del campo ha sido esclavo hasta estos últimos tiempos, en que, á solicitud del príncipe heredero de la corona, desaparecieron por fin los odiosos restos del feudalismo. Un edicto del rey ha restituido á los naturales su antigua libertad, que tanto contribuyó en otro tiempo á la gloria del Estado.
La religión de Dinamarca es el luteranismo, y lo mismo aqui que en Inglaterra, el poder temporal se ha aprovechado bastante de la reforma. El rey es el primer obispo, el summus episcopus del reino; los demás ministros no tienen la menor influencia en los asuntos civiles. Se hallan sostenidos por el Estado, desde que con la reforma, se apropió el gobierno todos los bienes de la iglesia.
El gobierno protege las artes y las letras. Hay dos universidades, una en Copenhague y otra en Kiel, dos colegios académicos de Féroé y Odenssa, y treinta y dos escuelas grandes fundadas en las ciudades principales. En Copenhague hay una sociedad real de ciencias, otra histórica para el estudio de la historia del Norte, otra de historia y de literatura islandesas, una academia de pintura y arquitectura y un colegio de medicina y cirugía. Dinamarca ha producido muchos sabios célebres, entre los cuales se distinguen Tycho—Brahé, que tanto contribuyó á una revolución total en la astronomía; Longomortan, discípulo digno de tan grande maestro; Roëmer, otro astrónomo célebre; Gaspar Bartholin y su hijo, anátomos de primer órden; Worm (Olaüs), anátomo y literato profundo; Borrichius, químico; Winsloor, cuyo elogio puede verse en las Memorias de la Academia de Ciencias de París, y otros muchos que no nos detenemos á enumerar.

ISLANDIA.

La Islandia, grande isla del Océano Ártico, pertenece tanto á la América como a la Europa; nosotros la colocaremos en esta última por depender de Dinamarca. Tiene 480 kilómetros de longitud por cerca de 300 de anchura, y apenas proporciona una escasa subsistencia á los 50 ó 60,000 habitantes que hay diseminados en su territorio. Los granos de primera necesidad, tales como el trigo, la cebada y el centeno, crecen con mucha rapidez; pero las tres cuartas parles no llegan á estado de sazón. Las antiguas crónicas refieren que en otro tiempo la isla ofrecía muchos bosques; hoy no se ve mas que monte bajo achapar—

No hay comentarios: