rado, cuyos troncos tienen á lo mas dos ó tres pulgadas de diámetro. Los árboles que crecen mas fácilmente son los abedules, y algunos hay que llegan á una regular altura. Los habitantes que tienen la fortuna de poseer uno ó dos de estos árboles en sus tierras, los conservan con el mayor cuidado y los enseñan á los estrangeros como objetos muy raros. ¿Fué conocida la Islandia por los antiguos?
Lo que parece mas positivo es que fué, sino descubierta, por lo menos vuelta á encontrar en 861 por el pirata scandinavo Nadodd, que la llamó Snœland (tierra de nieve). De 868 á 875 dos jarles noruegos, Ingolfr y Hiorleifr, se establecieron alli, y le dieron el nombre de Islandia (tierra de hielos). El cristianismo penetró hacia el año 981. El gobierno fué aristocrático durante cerca de 387 años; pero en 1261 los islandeses se sometieron voluntariamente al rey de Noruega, y en 1387 pasaron á la dominación de Dinamarca. El cristianismo reformado se introdujo en 1551 y causó muchos desórdenes. La Dinamarca ha dividido este pais administrativamente en tres prefecturas ó amtels. La capital era en otro tiempo Skalholt, cerca de Hritaa; hoy es Reikiavick, situada sobre la costa occidental, que tiene 800 habitantes, un liceo, una biblioteca, tres sociedades literarias y dos periódicos.
Los islandeses son en general poco robustos y de mediana estatura, sobre lodo los que habitan las costas. La pesca, á la que ordinariamente se dedican, es poco favorable á su salud. Los del interior tienen mejor aspecto, y regularmente viven mas. Son naturalmente graves, taciturnos y melancólicos.
En el campo son tan malas las habitaciones, como se debe suponer de un pais donde no se emplea la piedra y no se encuentra la madera; asi es que se ven obligados á servirse de los despojos que los naufragios arrojan á las playas y de grandes huesos de ballena. Si se empleasen las piedras habría riesgo de ser aplastados por ellas, á causa de los grandes y frecuentes terremotos. Por lo demás, sacan de estos escasos elementos el partido y la comodidad posibles. Ordinariamente no se hace uso de las chimeneas; un agujero cuadrado abierto en lo alto de la casa da salida al humo, y en vez de leña se sirven de césped, de estiércol seco y huesos de pescado.
El paisano islandés hace tres comidas al dia; su alimento se compone de leche cuajada, de pescado seco, de sopas y de galleta, que se hace en Islandia como en la baja Normandía y en la Bretaña con harina desleída y cocida sobre una plancha de hierro.
Los domingos comen ademas algún plato estraordinario como cebada ó trigo cocido en la leche ó sopa de carne. En Noél y en Paques se desesperarían si no tuviesen carne ahumada, la cual generalmente no está salada; el islandés prefiere aprensarla para quitarla el jugo, la deja en seguida reposar dos dias para que acabe de secarse, y la cuelga después de esta operación á la altura de 3 metros en un sitio preparado, donde se conserva muy bien. La gente del pueblo y aun las personas ricas hacen podrir muchas clases de pescados para comerlos; pretenden que si los músculos y los filamentos no se enternecieran por medio de esta putrefacción serian muy indigestos y les harian mal. No hablaremos de las legumbres, porque son casi desconocidas en la isla; en 1750 fué necesaria una real orden para obligar á los habitantes al cultivo de las coles; y sin embargo, el cultivo de ellas está lejos de ser general en la isla. La bebida ordinaria es el suero, al que añaden un poco de agua, cuando ya ha adquirido el grado de fuerza y de ácido que debe tener: á esta bebida la llaman blanda; también beben leche dulce, y en los dias de fiesta cerveza, que es muy buena.
Los islandeses, asi como los montañeses noruegos, sus antepasados, aprenden por sí mismos á fabricarse toda clase de utensilios de cobre, de hierro, de madera y de cualquiera otra materia. Muchos de estos obreros tienen tanto talento y disposición como los nuestros, y no hay parroquia donde no se encuentre por lo menos uno de estos smidoúrs, nombre que dan al que sabe toda clase de oficios. Este pueblo es también muy industrioso para inventar lazos y trampas pare coger las zorras, los lobos marinos, los pájaros y el salmón. Los hombres por lo general se ocupan en la pesca principalmente en las costas, y en apacentar las vacas, los caballos y las ovejas. Las mugeres los ayudan algunas veces; pero comunmente no se ocupan mas que en los cuidados de la casa. Ellas hilan la lana, hacen las medias, las camisas y fabrican el grueso paño de que sus familias se visten; este paño se llama vadmel y es ordinariamente negro; los pobres, que siempre van vestidos de esta manera, parece que llevan un luto eterno.
El trage consiste en una túnica con mangas de punto, sobre la cual se ponen cuando viajan una capa corta de color negro. Llevan un sombrero ó gorro bien forrado y zapatos de cuero sin curtir. En el estío la principal diversión de los islandeses es la lucha, para lo cual se reúnen algunas veces los jóvenes de tal ó cual lugarejo. En las largas noches de invierno sus principales distracciones son los juegos de damas y de naipes, el ajedrez, en el que ellos sobresalen; una especie de sombras chinescas, á las que llaman glander, y en todos tiempos el canto y la lectura. En los entreactos del glander, los que han sido convidados á este espectáculo forman un concierto de baile que llaman psikevaka. Un hombre coge á una muger por las manos y canta con ella versos á compás de distintas melodías. Estos versos hacen comunmente relación á uno de los cantantes ó también á los dos. Mientras cantan, balancean el cuerpo hacia adelante y hacia atrás, manteniéndose por intervalos en equilibrio sobre una pierna, pero sin cambiar de puesto.
Asi como los celtas tenían sus bardos y los griegos sus rapsodas, que recitaban y cantaban públicamente los hechos históricos y las tradiciones del pais, el pueblo islandés tiene hoy todavía sus scaldas que van cantando por los campos los runes nacionales. Los campesinos son en general tan apasionados por todo lo que es historia y tradición, que copian y conservan manuscrito todo lo que pueden recoger en los libros y en las canciones populares. La lectura es la distracción que mas les atrae; antiguamente, dice Olafsen, se reunían en asambleas para leer la Gamla—Saga, recopilación de historias noruegas á islandesas. A falta de libro, el mas instruido de los asistentes tomaba la palabra y contaba todo lo que habia aprendido de sus abuelos. Los scaldas ponían en verso sus tradiciones; para conservarlas en la memoria, las hacian esculpir ó pintar en cuadros sobre las puertas, sobre las camas y en los lechos. Desde el siglo XIII la Islandia tenia recuerdos importantes de Sagas ó memorias históricas. El idioma de los islandeses es el mismo que se hablaba antiguamente en Suecia, en Dinamarca y en Noruega,
Lo que parece mas positivo es que fué, sino descubierta, por lo menos vuelta á encontrar en 861 por el pirata scandinavo Nadodd, que la llamó Snœland (tierra de nieve). De 868 á 875 dos jarles noruegos, Ingolfr y Hiorleifr, se establecieron alli, y le dieron el nombre de Islandia (tierra de hielos). El cristianismo penetró hacia el año 981. El gobierno fué aristocrático durante cerca de 387 años; pero en 1261 los islandeses se sometieron voluntariamente al rey de Noruega, y en 1387 pasaron á la dominación de Dinamarca. El cristianismo reformado se introdujo en 1551 y causó muchos desórdenes. La Dinamarca ha dividido este pais administrativamente en tres prefecturas ó amtels. La capital era en otro tiempo Skalholt, cerca de Hritaa; hoy es Reikiavick, situada sobre la costa occidental, que tiene 800 habitantes, un liceo, una biblioteca, tres sociedades literarias y dos periódicos.
Los islandeses son en general poco robustos y de mediana estatura, sobre lodo los que habitan las costas. La pesca, á la que ordinariamente se dedican, es poco favorable á su salud. Los del interior tienen mejor aspecto, y regularmente viven mas. Son naturalmente graves, taciturnos y melancólicos.
En el campo son tan malas las habitaciones, como se debe suponer de un pais donde no se emplea la piedra y no se encuentra la madera; asi es que se ven obligados á servirse de los despojos que los naufragios arrojan á las playas y de grandes huesos de ballena. Si se empleasen las piedras habría riesgo de ser aplastados por ellas, á causa de los grandes y frecuentes terremotos. Por lo demás, sacan de estos escasos elementos el partido y la comodidad posibles. Ordinariamente no se hace uso de las chimeneas; un agujero cuadrado abierto en lo alto de la casa da salida al humo, y en vez de leña se sirven de césped, de estiércol seco y huesos de pescado.
El paisano islandés hace tres comidas al dia; su alimento se compone de leche cuajada, de pescado seco, de sopas y de galleta, que se hace en Islandia como en la baja Normandía y en la Bretaña con harina desleída y cocida sobre una plancha de hierro.
Los domingos comen ademas algún plato estraordinario como cebada ó trigo cocido en la leche ó sopa de carne. En Noél y en Paques se desesperarían si no tuviesen carne ahumada, la cual generalmente no está salada; el islandés prefiere aprensarla para quitarla el jugo, la deja en seguida reposar dos dias para que acabe de secarse, y la cuelga después de esta operación á la altura de 3 metros en un sitio preparado, donde se conserva muy bien. La gente del pueblo y aun las personas ricas hacen podrir muchas clases de pescados para comerlos; pretenden que si los músculos y los filamentos no se enternecieran por medio de esta putrefacción serian muy indigestos y les harian mal. No hablaremos de las legumbres, porque son casi desconocidas en la isla; en 1750 fué necesaria una real orden para obligar á los habitantes al cultivo de las coles; y sin embargo, el cultivo de ellas está lejos de ser general en la isla. La bebida ordinaria es el suero, al que añaden un poco de agua, cuando ya ha adquirido el grado de fuerza y de ácido que debe tener: á esta bebida la llaman blanda; también beben leche dulce, y en los dias de fiesta cerveza, que es muy buena.
Los islandeses, asi como los montañeses noruegos, sus antepasados, aprenden por sí mismos á fabricarse toda clase de utensilios de cobre, de hierro, de madera y de cualquiera otra materia. Muchos de estos obreros tienen tanto talento y disposición como los nuestros, y no hay parroquia donde no se encuentre por lo menos uno de estos smidoúrs, nombre que dan al que sabe toda clase de oficios. Este pueblo es también muy industrioso para inventar lazos y trampas pare coger las zorras, los lobos marinos, los pájaros y el salmón. Los hombres por lo general se ocupan en la pesca principalmente en las costas, y en apacentar las vacas, los caballos y las ovejas. Las mugeres los ayudan algunas veces; pero comunmente no se ocupan mas que en los cuidados de la casa. Ellas hilan la lana, hacen las medias, las camisas y fabrican el grueso paño de que sus familias se visten; este paño se llama vadmel y es ordinariamente negro; los pobres, que siempre van vestidos de esta manera, parece que llevan un luto eterno.
El trage consiste en una túnica con mangas de punto, sobre la cual se ponen cuando viajan una capa corta de color negro. Llevan un sombrero ó gorro bien forrado y zapatos de cuero sin curtir. En el estío la principal diversión de los islandeses es la lucha, para lo cual se reúnen algunas veces los jóvenes de tal ó cual lugarejo. En las largas noches de invierno sus principales distracciones son los juegos de damas y de naipes, el ajedrez, en el que ellos sobresalen; una especie de sombras chinescas, á las que llaman glander, y en todos tiempos el canto y la lectura. En los entreactos del glander, los que han sido convidados á este espectáculo forman un concierto de baile que llaman psikevaka. Un hombre coge á una muger por las manos y canta con ella versos á compás de distintas melodías. Estos versos hacen comunmente relación á uno de los cantantes ó también á los dos. Mientras cantan, balancean el cuerpo hacia adelante y hacia atrás, manteniéndose por intervalos en equilibrio sobre una pierna, pero sin cambiar de puesto.
Asi como los celtas tenían sus bardos y los griegos sus rapsodas, que recitaban y cantaban públicamente los hechos históricos y las tradiciones del pais, el pueblo islandés tiene hoy todavía sus scaldas que van cantando por los campos los runes nacionales. Los campesinos son en general tan apasionados por todo lo que es historia y tradición, que copian y conservan manuscrito todo lo que pueden recoger en los libros y en las canciones populares. La lectura es la distracción que mas les atrae; antiguamente, dice Olafsen, se reunían en asambleas para leer la Gamla—Saga, recopilación de historias noruegas á islandesas. A falta de libro, el mas instruido de los asistentes tomaba la palabra y contaba todo lo que habia aprendido de sus abuelos. Los scaldas ponían en verso sus tradiciones; para conservarlas en la memoria, las hacian esculpir ó pintar en cuadros sobre las puertas, sobre las camas y en los lechos. Desde el siglo XIII la Islandia tenia recuerdos importantes de Sagas ó memorias históricas. El idioma de los islandeses es el mismo que se hablaba antiguamente en Suecia, en Dinamarca y en Noruega,
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