dos ciudades, las relaciones comerciales con Italia, y su proximidad á este pais en que la pintura entraba entonces en su período mas brillante, fueron las causas que produjeron aquel resultado. Augsburgo y Nuremberg vieron, pues, aparecer un considerable número de artistas, que llevaron á su apogeo el arte aleman.
La invencion de los naipes originó en aquella misma época la invencion de la imprenta y del grabado en madera. Los naipes representaban figuras convenidas y se imprimian en negro sobre papel. Los que desempeñaban este oficio se llamaban grabadores de formas; los pintores de cartas estaban encargados de iluminar las láminas negras. Vistos los resultados satisfactorios de este nuevo procedimiento y el medio que ofrecia de multiplicar sus productos hasta lo infinito, se concibió la idea de copiar de este modo las pinturas que adornaban las iglesias, y sobre todo, las de los vidrios, que por sus formas muy marcadas presentaban facilidad para grabarse en madera. Vasari, y despues de él los historiadores de Italia, atribuyen la primera idea de esta clase de grabado á Ugoda Carpí, y la hacen derivar del grabado en cobre, cuyos primeros ensayos no se verificaron hasta la segunda mitad del siglo XV, en tanto que Alemania, que reclamó para si la gloria de esta invencion, atribuyéndola á Ulrico Vilgrim, presenta como prueba irrecusable de la justicia de sus pretensiones una imágen de San Cristóbal, que lleva la fecha de 1423, y se hallaba en la abadía de Buxheim, de donde fué llevada á Inglaterra. Es digno de notarse que en la exacta imitacion de las figuras, que todas tenian sentencias, divisas ó nombres, lleva este grabado dos lineas de testo aleman impresas con la figura. Por lo tanto, segun los holandeses, fué en 1430 cuando Lorenzo Samson de Hanlem inventó la imprenta, y en 1449, cuando Guttemberg hizo aparecer su libro, que segun la opinion generalmente adoptada, fué el primer ejemplo de impresion visto en Europa. Teniendo en cuenta la anterioridad de la fecha, podria fijarse en ella el orígen de la imprenta, ó mas bien el hecho á que se debió su nacimiento. De cualquier modo que sea, el grabado en madera recibió grandes estímulos y recompensas de parte del clero, como un precioso medio de familiarizar en el pueblo la representacion de las cosas santas, y las biblias con imágenes ó biblia pauperum, que asi las llamaban por lo raras que habian sido cuando no eran mas que ricos manuscritos adornados con miniaturas, llegaron á ser populares y sirvieron para perpetuar por medio del grabado los antiguos monumentos de la pintura que el tiempo ó las revoluciones habian destruido en las paredes ó en los cristales.
Casi en la misma época que el grabado en madera nació el grabado en cobre, cuya idea parece haber sido tomada del arte del labrado á torno, que alcanzaba entonces un alto grado de perfeccion. Desde el siglo XV tenian costumbre los plateros italianos de poner azufre sobre sus trabajos de figuras ó adornos en hueco, para marcar las señales necesarias; poco despues se sirvieron del color negro para este objeto. En esta circunstancia es en la que se ha creido ver el origen del grabado en cobre, que los italianos atribuyen a Maso Finiguerra (1), célebre cincelador y tornero de Florencia, del cual hay una estampacion en la Biblioteca real de París que lleva la fecha de 1412. Catorce años despues era conocido en Alemania este nuevo método de grabar, ya porque se le importase de Italia, ya fuese una consecuencia del grabado en madera; porque en 1466 publicó un artista, cuyo nombre se ignora, con las iniciales E S, grabados notables por su ejecucion y por el efecto de claros y de sombras que resultaba de ellos; cualidades que no tenian las sencillas estampaciones de figuras en hueco de Maso de Finiguerra. Esta nueva forma, que por su dulzura y delicadeza daba resultados muy agradables á la vista, fué adoptada al momento por los pintores. Se apoderaron de ella, como antes lo habian hecho con el grabado en madera, tan á propósito tambien para reproducir la energía y la fuerza de sus composiciones; y sirvíéndose de ambas para propagar sus obras, las perfeccionaron bien pronto. Martin Schæn de Colmar, célebre pintor de fines del siglo XV, el mismo que introdujo la perspectiva en la pintura alemana, comunicó al grabado sus primeros y mas notables progresos. Sus obras escitaron la admiracion general, hasta en Italia, á donde tambien llegaron, y Miguel Angel en su juventud no se desdeñó de copiarlas y estudiarlas.
Los pintores contemporáneos de Martin Schæn, que pertenecen á la escuela flamenco—alemana, fueron Hans Traut, Juan Banerlein de Nuremberg, Heinz de Kulembach, la familia de los Herlen de Nordlingen y Zeitbldon de Ulm; despues Miguel Hohlgemuth de Nuremberg, que abrió el camino de la libre invencion, en el que entraron mas tarde los pintores, y sobresalió en muchos detalles del arte, especialmente en el adorno de las figuras. Lo mismo que el Perugino, al que se parece su estilo, tuvo aquel pintor el mérito de haber formado en su escuela y por sus preceptos al artista mas grande de su pais, Alberto Durero, á quien llama Vasari pintor admirable, y del que dice que si hubiese nacido en Italia é inspirádose con el estudio de la antigüedad y los modelos de maestros anteriores habria llegado á ser el primero de todos. Dotado este hombre de un genio estraordinario, fué al mismo tiempo pintor, grabador, arquitecto, ingeniero, escultor, lapidario, matemático y escritor. Ademas de sus obras artísticas publicó tratados de perspectiva, de anatomía y de fortificaciones, que dieron la ley y se consideraron con justicia como modelos literarios. Pero el mayor título de gloria de Alberto Durero fué su talento como artista y su prodigiosa fecundidad. No solamente enriqueció á Nuremberg, su patria, con sus pinturas, entre las cuales debemos citar ante todas el triunfo de Maximiliano I, sino que hizo tantos cuadros al oleo y tantos retratos, que no hay galería en Europa, y especialmente en Alemania, que no posea muchos de ellos. El número de sus grabados asciende á mil doscientos cincuenta y cuatro, y demuestran tal poder de invencion, de espresion y de ejecucion, que el mismo Rafael, á quien los dedicó Alberto Durero; los admiraba, adornaba con ellos su taller, y se los daba por modelos á su discipulo Marco Aurelio Raimondi, que era entonces el primer grabador de Italia. Pero si en todas sus obras desplegó Alberto Durero un genio de invencion y una perfeccion sorprendente, se mostró como todos los artistas alemanes poco familiarizado con la belleza de la forma, y no lo manifestó sino rara vez , contentándose con los datos comunes de la naturaleza, y exagerándolos algunas veces basta rayar en estravagante y amanerado.
(1) Vasari: Introduccion á las tres artes del dibujo, pág. 172, edicion de Florencia en 1822.
La invencion de los naipes originó en aquella misma época la invencion de la imprenta y del grabado en madera. Los naipes representaban figuras convenidas y se imprimian en negro sobre papel. Los que desempeñaban este oficio se llamaban grabadores de formas; los pintores de cartas estaban encargados de iluminar las láminas negras. Vistos los resultados satisfactorios de este nuevo procedimiento y el medio que ofrecia de multiplicar sus productos hasta lo infinito, se concibió la idea de copiar de este modo las pinturas que adornaban las iglesias, y sobre todo, las de los vidrios, que por sus formas muy marcadas presentaban facilidad para grabarse en madera. Vasari, y despues de él los historiadores de Italia, atribuyen la primera idea de esta clase de grabado á Ugoda Carpí, y la hacen derivar del grabado en cobre, cuyos primeros ensayos no se verificaron hasta la segunda mitad del siglo XV, en tanto que Alemania, que reclamó para si la gloria de esta invencion, atribuyéndola á Ulrico Vilgrim, presenta como prueba irrecusable de la justicia de sus pretensiones una imágen de San Cristóbal, que lleva la fecha de 1423, y se hallaba en la abadía de Buxheim, de donde fué llevada á Inglaterra. Es digno de notarse que en la exacta imitacion de las figuras, que todas tenian sentencias, divisas ó nombres, lleva este grabado dos lineas de testo aleman impresas con la figura. Por lo tanto, segun los holandeses, fué en 1430 cuando Lorenzo Samson de Hanlem inventó la imprenta, y en 1449, cuando Guttemberg hizo aparecer su libro, que segun la opinion generalmente adoptada, fué el primer ejemplo de impresion visto en Europa. Teniendo en cuenta la anterioridad de la fecha, podria fijarse en ella el orígen de la imprenta, ó mas bien el hecho á que se debió su nacimiento. De cualquier modo que sea, el grabado en madera recibió grandes estímulos y recompensas de parte del clero, como un precioso medio de familiarizar en el pueblo la representacion de las cosas santas, y las biblias con imágenes ó biblia pauperum, que asi las llamaban por lo raras que habian sido cuando no eran mas que ricos manuscritos adornados con miniaturas, llegaron á ser populares y sirvieron para perpetuar por medio del grabado los antiguos monumentos de la pintura que el tiempo ó las revoluciones habian destruido en las paredes ó en los cristales.
Casi en la misma época que el grabado en madera nació el grabado en cobre, cuya idea parece haber sido tomada del arte del labrado á torno, que alcanzaba entonces un alto grado de perfeccion. Desde el siglo XV tenian costumbre los plateros italianos de poner azufre sobre sus trabajos de figuras ó adornos en hueco, para marcar las señales necesarias; poco despues se sirvieron del color negro para este objeto. En esta circunstancia es en la que se ha creido ver el origen del grabado en cobre, que los italianos atribuyen a Maso Finiguerra (1), célebre cincelador y tornero de Florencia, del cual hay una estampacion en la Biblioteca real de París que lleva la fecha de 1412. Catorce años despues era conocido en Alemania este nuevo método de grabar, ya porque se le importase de Italia, ya fuese una consecuencia del grabado en madera; porque en 1466 publicó un artista, cuyo nombre se ignora, con las iniciales E S, grabados notables por su ejecucion y por el efecto de claros y de sombras que resultaba de ellos; cualidades que no tenian las sencillas estampaciones de figuras en hueco de Maso de Finiguerra. Esta nueva forma, que por su dulzura y delicadeza daba resultados muy agradables á la vista, fué adoptada al momento por los pintores. Se apoderaron de ella, como antes lo habian hecho con el grabado en madera, tan á propósito tambien para reproducir la energía y la fuerza de sus composiciones; y sirvíéndose de ambas para propagar sus obras, las perfeccionaron bien pronto. Martin Schæn de Colmar, célebre pintor de fines del siglo XV, el mismo que introdujo la perspectiva en la pintura alemana, comunicó al grabado sus primeros y mas notables progresos. Sus obras escitaron la admiracion general, hasta en Italia, á donde tambien llegaron, y Miguel Angel en su juventud no se desdeñó de copiarlas y estudiarlas.
Los pintores contemporáneos de Martin Schæn, que pertenecen á la escuela flamenco—alemana, fueron Hans Traut, Juan Banerlein de Nuremberg, Heinz de Kulembach, la familia de los Herlen de Nordlingen y Zeitbldon de Ulm; despues Miguel Hohlgemuth de Nuremberg, que abrió el camino de la libre invencion, en el que entraron mas tarde los pintores, y sobresalió en muchos detalles del arte, especialmente en el adorno de las figuras. Lo mismo que el Perugino, al que se parece su estilo, tuvo aquel pintor el mérito de haber formado en su escuela y por sus preceptos al artista mas grande de su pais, Alberto Durero, á quien llama Vasari pintor admirable, y del que dice que si hubiese nacido en Italia é inspirádose con el estudio de la antigüedad y los modelos de maestros anteriores habria llegado á ser el primero de todos. Dotado este hombre de un genio estraordinario, fué al mismo tiempo pintor, grabador, arquitecto, ingeniero, escultor, lapidario, matemático y escritor. Ademas de sus obras artísticas publicó tratados de perspectiva, de anatomía y de fortificaciones, que dieron la ley y se consideraron con justicia como modelos literarios. Pero el mayor título de gloria de Alberto Durero fué su talento como artista y su prodigiosa fecundidad. No solamente enriqueció á Nuremberg, su patria, con sus pinturas, entre las cuales debemos citar ante todas el triunfo de Maximiliano I, sino que hizo tantos cuadros al oleo y tantos retratos, que no hay galería en Europa, y especialmente en Alemania, que no posea muchos de ellos. El número de sus grabados asciende á mil doscientos cincuenta y cuatro, y demuestran tal poder de invencion, de espresion y de ejecucion, que el mismo Rafael, á quien los dedicó Alberto Durero; los admiraba, adornaba con ellos su taller, y se los daba por modelos á su discipulo Marco Aurelio Raimondi, que era entonces el primer grabador de Italia. Pero si en todas sus obras desplegó Alberto Durero un genio de invencion y una perfeccion sorprendente, se mostró como todos los artistas alemanes poco familiarizado con la belleza de la forma, y no lo manifestó sino rara vez , contentándose con los datos comunes de la naturaleza, y exagerándolos algunas veces basta rayar en estravagante y amanerado.
(1) Vasari: Introduccion á las tres artes del dibujo, pág. 172, edicion de Florencia en 1822.
No hay comentarios:
Publicar un comentario