sach en 1638, llevando siempre generalmente Bannier y Tortenson la ventaja sobre imperiales y sajones, y por otra Piccolomini, general del emperador, alcanzó una victoria el año de 1639 en Tionville, sobre el marqués de Feuquieres. En 1644, atacó el duque de Enghien en Friburgo á los bávaros mandados por Merci, y llegó á forzarlos en sus lineas, pero Merci se vengó al año siguiente, derrotando á Turena en las cercanías de Mariendal; pero á su vez fué tambien vencido cerca de Nordlinga, sucumbiendo en la misma accion. El duque de Baviera, derrotado el año de 1648 en Soinmershausen, vióse obligado á retirarse a Salzburgo, hasta que todas estas contiendas terminaron en Munster en virtud de un tratado de paz, á que se dió el nombre de Paz de Westfalia, y que ha servido de base á todos cuantos se han acordado despues. Sus condiciones eran hacer á la Francia dueña de la Alsacia, con todas sus dependencias; á la Suecia y á muchos señores protestantes del imperio, de considerables dominios en Alemania; concedia á las ciudades imperiales el derecho decisivo de sufragio en la dieta, y admitia en el estado la libertad de cultos de las tres religiones, católica, luterana y calvinista, con absoluta igualdad de derechos. La España fué la única que resistió la adopcion de este tratado, y en 1654 la dieta de Ratisbona imprimió el último sello á la pacificacion de Munster. El emperador Fernando murió en 1657.
El hijo de Fernando continuó en la alianza formada por su padre con la Polonia, Dinamarca y Brandemburgo en contra de la Suecia, y alcanzó en 1664 una señalada victoria sobre los turcos en el pueblo de Saint—Gothard, en Hungría. Los holandeses habiendo implorado la proteccion del imperio en contra de la Francia, viéronse secundados en sus deseos por un tratado de alianza que formó con ellos Leopoldo en 1672, siguiendo á esto la consecuencia necesaria de la invasion de la Alemania por un ejército francés. En tanto que Condé hacia frente en los Paises Bajos al príncipe de Orange, y que Luis XIV invadia en persona el Franco—Condado, Turena luchaba con notable tacto con Montecuculi, y ya creia llegado el momento de conseguir una solucion por largo tiempo solicitada, cuando fué muerto en Salzbach el año de 1675. El ejército francés volvió ir pasar el Rhin, fué preso en Tréveris, que capituló á su pesar, el mariscal de Créqui, derrotado en Consarbruck. Fué necesario para devolver la tranquilidad á la Europa, acordar un tratado de paz el año de 1678 en Nimega, pero á pesar de ella, la Francia no dejó las armas, asi se estableció una tregua de veinte años entre las dos potencias el año de 1684, fué debido á haber llamado por otra parte la atencion los turcos, que sitiaban á Viena, pero en 1678 ya fué quebrantado este armisticio por haberse acercado el emperador á la línea de Augsburgo, formada en 1686 por los reyes de España, Suecia y Holanda. Volvióse ir encender la guerra en los Paises Bajos y en Italia, y en todas partes las armas de la Francia salieron victoriosas, no cesando las hostilidades hasta la paz de Ryswick, firmada en 1695, tratado que fué seguido del de Carlowitz, arreglado en 1699 con los turcos; ambos convenios fueron mas ventajosos para Leopoldo de lo que él parecia esperar, pero la muerte de Cárlos II, rey de España, acaecida en el año de 1700, volvió ir encender la guerra en toda Europa. El testamento de este monarca llamaba al trono á Felipe, duque de Anjou, nieto de Luis XIV, y contra esta última voluntad se alzaba Leopoldo con pretensiones á la corona de España, nacidas de pactos de familia: envió á Italia al príncipe Eugenio, que derrotó á los franceses en Carpi y en Chiari, pero él á su vez fué tambien derrotado en Luzzára el año 1704. Fiado en la alianza de Holanda é Inglaterra, el emperador dió el título de rey de España en 1703 á su segundo hijo el archiduque Cárlos. Este jóven príncipe desembarcó en Lisboa en 1704, llevando tras si la guerra encendida en Alemania, en Italia y en los Paises Bajos. En medio de todos estos sucesos sobrevino la muerte de Leopoldo
Continuó la guerra comenzada por José, hijo mayor de Leopoldo, y una de sus primeras disposiciones fué desterrar del imperio, y despojar de su electorado á los que lo eran de Colonia y Baviera, por haberse declarado el año 1706 en favor de la Francia, cuyo reino pensó invadir, libre como estaba ya la Alemania de otras atenciones. Las dos derrotas de Hildesheim y de Ramilliers fueron causa de que se perdiera la Flandes española. Vendome, vuelto á llamar desde Italia, en donde habia triunfado del príncipe Eugenio en Cassano, atajó los progresos de Malborough en los Paises Bajos; pero su partida á Italia hizo perder á los franceses el ducado de Módena, el territorio Mantuano el Milanesado, Piamonte y el reino de Nápoles.
En España, las provincias de Aragon, Cataluña y Valencia, habían reconocido al archiduque Cárlos; así que los franceses se limitaban por todas partes á mantenerse á la defensiva. Villars efectuó una espedicion con buen éxito en la Suabia; pero en 1708 fueron derrotados los franceses en Oudenarde, de cuyas resultas fué tomada la ciudad de Lila. Los aliados habían concentrado todos sus esfuerzos para la campaña de 1709, Y la batalla de Malplaquet, por mas que Tillars se hubiese visto obligado á abandonar el campo de batalla, detuvo en Flandes los progresos de Marlborough y Eugenio.
Al propio tiempo, enseñoreado el emperador de la Lombardía, del reino de Nápoles y de Cerdeña, acometió la empresa de hacer revivir los derechos imperiales sobre los grandes feudos de Italia. Diversa clase de resistencia opusieron las repúblicas y los príncipes por una parte y el pontífice por otra; los primeros combatían sus pretensiones por medio de notas diplomáticas, el último por medio de un ejército; pero reconociendo su debilidad, se vió obligado muy luego á someterse á las condiciones de José, y éste por su parte hacia sentir el peso de su poder, y hubiera llevado muy allá la gloria del imperio á no ser por el mal de viruelas, que le robó á la vida en el año 1711.
Cárlos, segundo hijo del emperador Leopoldo, reconocido como rey de España por los aliados, hallábase en Barcelona, á la sazon de recibir la noticia de la muerte de su hermano José, causa que apresuró su partida para Alemania, y que obligó á los aliados á cambiar de sistema en su proteccíon, por el temor que les escítaba la reunion de la corona imperial á la de España; abriéronse negociaciones entre Francia é Inglaterra, y el príncipe Eugenio, reducido solo á las tropas del imperio, fué vencido en Denain. Finalmente, despues de haber perdido tambien á Landau y Friburgo, concluyó Cárlos con la Francia el tratado de Rastadt el año de 1714.
El hijo de Fernando continuó en la alianza formada por su padre con la Polonia, Dinamarca y Brandemburgo en contra de la Suecia, y alcanzó en 1664 una señalada victoria sobre los turcos en el pueblo de Saint—Gothard, en Hungría. Los holandeses habiendo implorado la proteccion del imperio en contra de la Francia, viéronse secundados en sus deseos por un tratado de alianza que formó con ellos Leopoldo en 1672, siguiendo á esto la consecuencia necesaria de la invasion de la Alemania por un ejército francés. En tanto que Condé hacia frente en los Paises Bajos al príncipe de Orange, y que Luis XIV invadia en persona el Franco—Condado, Turena luchaba con notable tacto con Montecuculi, y ya creia llegado el momento de conseguir una solucion por largo tiempo solicitada, cuando fué muerto en Salzbach el año de 1675. El ejército francés volvió ir pasar el Rhin, fué preso en Tréveris, que capituló á su pesar, el mariscal de Créqui, derrotado en Consarbruck. Fué necesario para devolver la tranquilidad á la Europa, acordar un tratado de paz el año de 1678 en Nimega, pero á pesar de ella, la Francia no dejó las armas, asi se estableció una tregua de veinte años entre las dos potencias el año de 1684, fué debido á haber llamado por otra parte la atencion los turcos, que sitiaban á Viena, pero en 1678 ya fué quebrantado este armisticio por haberse acercado el emperador á la línea de Augsburgo, formada en 1686 por los reyes de España, Suecia y Holanda. Volvióse ir encender la guerra en los Paises Bajos y en Italia, y en todas partes las armas de la Francia salieron victoriosas, no cesando las hostilidades hasta la paz de Ryswick, firmada en 1695, tratado que fué seguido del de Carlowitz, arreglado en 1699 con los turcos; ambos convenios fueron mas ventajosos para Leopoldo de lo que él parecia esperar, pero la muerte de Cárlos II, rey de España, acaecida en el año de 1700, volvió ir encender la guerra en toda Europa. El testamento de este monarca llamaba al trono á Felipe, duque de Anjou, nieto de Luis XIV, y contra esta última voluntad se alzaba Leopoldo con pretensiones á la corona de España, nacidas de pactos de familia: envió á Italia al príncipe Eugenio, que derrotó á los franceses en Carpi y en Chiari, pero él á su vez fué tambien derrotado en Luzzára el año 1704. Fiado en la alianza de Holanda é Inglaterra, el emperador dió el título de rey de España en 1703 á su segundo hijo el archiduque Cárlos. Este jóven príncipe desembarcó en Lisboa en 1704, llevando tras si la guerra encendida en Alemania, en Italia y en los Paises Bajos. En medio de todos estos sucesos sobrevino la muerte de Leopoldo
Continuó la guerra comenzada por José, hijo mayor de Leopoldo, y una de sus primeras disposiciones fué desterrar del imperio, y despojar de su electorado á los que lo eran de Colonia y Baviera, por haberse declarado el año 1706 en favor de la Francia, cuyo reino pensó invadir, libre como estaba ya la Alemania de otras atenciones. Las dos derrotas de Hildesheim y de Ramilliers fueron causa de que se perdiera la Flandes española. Vendome, vuelto á llamar desde Italia, en donde habia triunfado del príncipe Eugenio en Cassano, atajó los progresos de Malborough en los Paises Bajos; pero su partida á Italia hizo perder á los franceses el ducado de Módena, el territorio Mantuano el Milanesado, Piamonte y el reino de Nápoles.
En España, las provincias de Aragon, Cataluña y Valencia, habían reconocido al archiduque Cárlos; así que los franceses se limitaban por todas partes á mantenerse á la defensiva. Villars efectuó una espedicion con buen éxito en la Suabia; pero en 1708 fueron derrotados los franceses en Oudenarde, de cuyas resultas fué tomada la ciudad de Lila. Los aliados habían concentrado todos sus esfuerzos para la campaña de 1709, Y la batalla de Malplaquet, por mas que Tillars se hubiese visto obligado á abandonar el campo de batalla, detuvo en Flandes los progresos de Marlborough y Eugenio.
Al propio tiempo, enseñoreado el emperador de la Lombardía, del reino de Nápoles y de Cerdeña, acometió la empresa de hacer revivir los derechos imperiales sobre los grandes feudos de Italia. Diversa clase de resistencia opusieron las repúblicas y los príncipes por una parte y el pontífice por otra; los primeros combatían sus pretensiones por medio de notas diplomáticas, el último por medio de un ejército; pero reconociendo su debilidad, se vió obligado muy luego á someterse á las condiciones de José, y éste por su parte hacia sentir el peso de su poder, y hubiera llevado muy allá la gloria del imperio á no ser por el mal de viruelas, que le robó á la vida en el año 1711.
Cárlos, segundo hijo del emperador Leopoldo, reconocido como rey de España por los aliados, hallábase en Barcelona, á la sazon de recibir la noticia de la muerte de su hermano José, causa que apresuró su partida para Alemania, y que obligó á los aliados á cambiar de sistema en su proteccíon, por el temor que les escítaba la reunion de la corona imperial á la de España; abriéronse negociaciones entre Francia é Inglaterra, y el príncipe Eugenio, reducido solo á las tropas del imperio, fué vencido en Denain. Finalmente, despues de haber perdido tambien á Landau y Friburgo, concluyó Cárlos con la Francia el tratado de Rastadt el año de 1714.
No por esto quedó el imperio disfrutando de una completa paz, puesto que declaró la guerra al sultan Achmet III, que á su vez la habia declarado á los ve-
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