martes, enero 22, 2008

Viage ilustrado (Pág. 149)

Guttemberg
comunidad de tendencia de la escuela alemana y de la italiana, y puede fijarse el punto de su separacion. El genio italiano, guiado por los ejemplos de la antigüedad, por el susto á las bellas formas, á la forma heróica, que es innato en los pueblos del Mediodía, y tiene relacion con su pais, y con su misma configuracion, imprimió á la pintura italiana, desde que tuvo una existencia independiente, una grandeza y una elevacion, que son la naturaleza misma embellecida y poetizada. El genio aleman, por el contrario, permaneció fiel á su principio de imitacion pura y sin eleccion. Las formas menos hermosas de su pais, la carencia total de grandes obras antiguas que pudiesen dirigir su gusto, su esencia mas íntima, menos esterior, menos elevada á lo sublime, le hicieron imprimir á sus obras un carácter mas sencillo que ideal, mas natural que heróico. Asi es que los cuadros de la escuela de Colonia tienen en sus figuras el sello de una individualidad tan caracterizada, que casi todos deben haber sido retratos. La obra maestra de esta escuela se halla en la catedral de Colonia; representa los patrones de esta ciudad, los magos en adoracion, Santa Ursula, San Geron, San Ether, San Kuniberto y San Servino. Este cuadro, que por el fondo de oro y algunos detalles simétricos recuerda todavía el estilo bizantino, se separa mucho de él en la composicion y la ejecucion, que anuncian ya un arte mucho mas adelantado. No conocemos el nombre del autor de esta obra, que es en nuestros dias un objeto de admiracion para los artistas; pero como lleva la fecha de 1410 y como en los anales de los monges dominicos de Francfort se lee que á fines del siglo XV vivia en Colonia un escelente maestro que no tenia igual en el arte, llamado Wihelm, que pintaba los hombres como si estuviesen vivos (1), es mas que probable que aquel gran pintor fuese el autor de esta obra maestra que no reconoce igual y que señala la transicion de la antigua escuela bizantina de Colonia á la escuela flamenco— alemana que le sucedió.
Esta empezó desde la primera mitad del siglo XV y debió su nacimiento á Van Eyck ó Juan de Brujas. Abandonando enteramente este célebre artista el estilo bizantino, y llevando el estudio y la investigacion de la naturaleza mas allá que sus predecesores, abrió la senda que estos no habian hecho más que indicar. La pintura al oleo, que no inventó él, como equivocadamente se ha creido, pero que perfeccionó descubriendo y usando en ella los secantes, llegó á ser de un uso general; hasta entonces, en vista de la lentitud y la dificultad de pintar al oleo, se habian visto obligados los pintores á servirse de colores al temple, con los cuales pintaban en la pared, en tableros o en telas cubiertas de yeso. El uso de la pintura al oleo, que facilitaba y perfeccionaba los medios de ejecucion, aceleró mas el progreso del arte. Bien pronto se abrieron escuelas de pintura en Silesia y en Bohemia, á donde Cárlos IV, amigo y protector de las artes, habia llamado en 1387 algunos artistas alemanes, entre otros á Nicolás Hurenser, de Strasburgo, para decorar sus iglesias de Praga y su magnifico castillo de Karlstein. Pero los dos principales focos del arte fueron Nuremberg y Augsburgo. Alli como en Colonia la libertad municipal, á la que debieron su prosperidad estas

(1) Annales Dominicanorum Francofurtensium ab anno 1306 ad annum 1500; apud senkeuber. Fiorillo hace mencion de este pasage, Historia de las artes del dibujo, t. I, pág. 418.

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