jueves, enero 17, 2008

Viage ilustrado (Pág. 144)

el altar de oro, y en la que trabaja sin descanso? (1).»
No tardó en hacerse sentir visiblemente en el desarrollo de las artes la influencia de las órdenes monásticas. Despues de la muerte de Cárlo—Magno, las guerras civiles, y las incursiones de los húngaros, que asolaros la Alemania hasta el advenimiento de la familia de Sajonia, hubieran ahogado infaliblemente los nacientes gérmenes de la civilizacion, si los monges no los hubiesen recogido y preservado en sus asilos, á quienes ponia á cubierto de todo esceso la consagracion religiosa. Asi es que la arquitectura, la pintura, la escultura y el mosaico no se conocian mas que en ellos; y todos los artistas de aquel tiempo fueron monges. En los siglos X y XI es preciso añadir á los nombres citados por Ermenrico, los de Ratgas, Racholf, Bonoso, Isembert, todos estos de Fulda; los de Immo, Walto dc Saint—Gall y de Notker, que despues fué obispo de Lieja, y por último el de Tutilo, de ese monge justamente reputado entonces por un genio universal, que fué pintor, escultor, poeta, orador y músico.
Los monasterios que servian de planteles al arte eran los de Saint—Gall, Fulda, Hirchau, Lorch, Hildesheim, Maguncia, Osnabruck, Breme, Saint—Emmeran de Ratisbona, Maulbronn, Pulingen, Treveris, Quedlimburgo, etc.
El reinado de los emperadores de la casa de Sajonia abrió mas ancha via á las artes y á la industria. En 919, despues de haber recogido Enrique el Pajarero la herencia germánica de Cárlo—Magno, puso fin á las escursiones de los húngaros, y procuró restablecer el órden y fomentar la prosperidad de su vasto imperio. Reparó las ciudades arruinadas, fundó otras nuevas, mandó que se trasladasen á ellas la novena parte de los habitantes de los campos, y edificó iglesias y monasterios. Sus tres descendientes continuaron trabajando en esta misma obra: Oton I, Oton II y Oton III. Oton II, haciendo esplotar las minas de Harz, dió á la Alemania una abundancia de metales que contribuyó poderosamente al progreso de la fundicion, de la platería y del cincelado. Teófilo, monge lombardo, dice en su Ensayo sobre varias artes, escrito, segun todas las probabilidades en el siglo XII, que la Alemania estima las obras delicadas de oro, plata, cobre, madera y piedra (2). Por aquella época ayudaron aun mas al desarrollo del arte tres alianzas matrimoniales, que fueron la de Oton I con Adelaida, reina de Italia; la de Oton II con Teofanía, princesa griega, y mas tarde la de Felipe de Hohenstaufen con Irene, hija de Isaac el Angel. La primera de estas alianzas llevó los alemanes á Italia, y los puso en contacto con lo que quedaba de la civilizacion antigua. Las dos princesas griegas que fueron emperatrices de Occidente, llevaran consigo artistas griegos, é introdujeron en la córte imperial las costumbres y las artes de su pais. Al poco tiempo ya reinaba en el arte aleman el estilo bizantino, que por entonces era tambien el estilo de Italia.
La dinastía de Franconia ejerció una accíon civilizadora menos inmediata que la de la casa de Sajonia; la concesion de investidura, resucitando de nuevo el ódio de los principes, resucitó tambien las turbulencias civiles. Pero de aquellas disensiones debía salir el aumento del poder de los comunes: á fin de crearse apoyo, concedió Enrique IV privilegios y franquicias á las ciudades que habian llegado á ser populosas. Desde entonces se propagaron el comercio, la industria y las artes. Los emperadores de la casa de Suabia, guiados siempre por el mismo cálculo político, confirmaron y aumentaron estas libertades. Detrás de sólidas murallas que resistian á las incursiones ó impedían el latrocinio de los nobles, protegida por las leyes municipales, que no reconocian superior mas que la soberanía casi nominal del emperador, halló la civilizacion un nuevo asilo donde podia estender el circulo de su actividad, y no permanecer limitada á una sola clase de la sociedad, y en verdad que ya era tiempo, porque habían degenerado mucho los monasterios. Los monges habian adquirido consideracion, poder y riquezas por medio de su trabajo y de sus talentos; pero renunciando poco á poco á la severidad de sus principios se habian hecho holgazanes y viciosos. No solamente habian dejado de cultivar la tierra con sus propias monos, y de manejar las herramientas, como en tiempo de Ermenrico, sino que habian llegado a profanar el altar con sus desórdenes. Cuando subió al trono Rodolfo de Habsburgo, habia cambiado de lugar el foco del progreso; desde los claustros habia pasado á las ciudades libres, y desde entonces fueron las manos de la clase media, las manos plebeyas, las que continuaron las obras del arte imprimiéndoles un nuevo carácter.
La Alemania vió construir un gran número de suntuosas y magníficas catedrales á mediados del siglo XIII. Aquellos edificios afectaban un estilo nuevo, marcadamente distinto de los estilos bizantino y romano, que hasta entonces habian dominado en el arte. Era el estilo comunmente llamado gótico ú germánico, y que seria mas justo llamar ojival, porque no fueron ni los godos ni los germanos los que lo inventaron. Los godos no tenían artes, ó cuando menos, las artes estaban entre ellos en el estado de gérmenes; y en cuanto a los germanos no fueron los inventores de este estilo, puesto que se le ve aparecer en Francia en la edificacion de catedrales antes de que se conociese en Alemania. Por otra parte, en todas las cosas que son producto del talento humano, no surgen de repente las ideas llamadas nuevas, sino que proceden sucesivamente unas de otras. Pero si no fué la Alemania la primera en adoptar el estilo ojival, en cambio lo adoptó por completo, y al poco tiempo el espíritu sistemático de los alemanes hizo de él el estilo único de todas sus producciones artísticas, desarrollándolo en todas sus consecuencias, y no deteniéndose ni aun en los límites en que cesan la belleza y la racionalidad. Asi pues, aunque se encuentre el arco de triángulo que forma la base del sistema llamado gótico, en el Meqyas ó nilómetro del Cairo, construido en 861, y en los restos de un palacio de los soldanes de Egipto, en la misma ciudad y de la propia época, lo que lo da un orígen árabe que ademas vienen á confirmar los edificios de Palermo; aunque se vea empleado en la abadía de Subiaco (3) en Italia, construida en el siglo IX,

(1) Fragmentum ex libro Ermerici Augien is, de Gramatica, en Mabillon. Analecto, t. IV, pág. 133, citado por Florido. Historia de las artes del dibujo en Alemania, t. I. pág. 283.
(2) Theophili: Diversarum artium sckedula, prefacio.
(3) Habiendo hecho prisioneros el papa Leon IV á muchos sarracenos en el siglo IX, los señaló para su residencia la montaña de Vicovaro, cerca de Subiaco; y como se les tenia por buenos albañiles, los empleó en muchas construcciones. D’Agincourt, libro I, pág. 60.

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