cuelas y profesores. La mayor parte de las mezquitas imperiales tienen tambien bibliotecas, fuera de las cuales hay trece públicas en Constantinopla, y cada una contiene lo menos 2,000 volúmenes, todos manuscritos. Su valor sube mucho, pues se pagan 400 ó 500 francos por un in-fólio pequeño. La imprescindible necesidad que tienen los musulmanes de hacer abluciones les obliga á construir grandes claustros junto á las mezquitas reales, colocando siempre una fuente en medio y los lugares para lavarse que están en las cercanias; la que se halla en el claustro de Solimanich, mezquita fundada por Soliman II, sirve para abastecer otras fuentes mas pequeñas.
Constantinopla, á pesar de los temblores de tierra que ha sufrido y de las devastaciones de los diferentes pueblos bárbaros que la han atacado, conserva todavía monumentos antiguos dignos de escitar la curiosidad del viagero. La parte mas regular de la ciudad es el Berestein, cerrado con muros y puertas, donde los mercaderes tienen sus tiendas distribuidas con el mayor órden. Hay otro barrio, que los griegos llaman Hipódromo, y que tambien tiene el nombre hoy dia de At—Meidam, el cual viene á formar un gran circulo de 240 metros de longitud y 3OO de anchura. En uno de sus estremos está la mezquita del sultan Achmet, y en otro un vasto edificio antiguo donde se encierran los locos, á los cuales los turcos no quieren jamás aplicar remedio para que curen, porque creen que la locura y la imbecilidad son favores particulares que el cielo otorga á los escogidos.
Constantinopla, á pesar de los temblores de tierra que ha sufrido y de las devastaciones de los diferentes pueblos bárbaros que la han atacado, conserva todavía monumentos antiguos dignos de escitar la curiosidad del viagero. La parte mas regular de la ciudad es el Berestein, cerrado con muros y puertas, donde los mercaderes tienen sus tiendas distribuidas con el mayor órden. Hay otro barrio, que los griegos llaman Hipódromo, y que tambien tiene el nombre hoy dia de At—Meidam, el cual viene á formar un gran circulo de 240 metros de longitud y 3OO de anchura. En uno de sus estremos está la mezquita del sultan Achmet, y en otro un vasto edificio antiguo donde se encierran los locos, á los cuales los turcos no quieren jamás aplicar remedio para que curen, porque creen que la locura y la imbecilidad son favores particulares que el cielo otorga á los escogidos.
Café sobre el Bósforo
Si alguno podia abrigar duda todavía de que las creencias religiosas de los mahometanos, son no solamente absurdas y necias, sino hasta opuestas á toda moral, é incompatibles con la civilizacion humana en todos sus ramos, el hecho que acabamos de citar puede dejarle de todo punto convencido. En el At-Meidani quedan tres monumentos de los griegos, dos columnas y un obelisco de 25 metros de altura, de una sola pieza, trasportado de Tebas. En la mayor parte de las ceremonias públicas á que el sultan asiste, la comitiva va
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