viernes, septiembre 21, 2007

Viage ilustrado (Pág. 75)

y que se hace echando en agua calienta harina de centeno ó de cebada.
Esta bebida se estima sobremanera, porque pasa por ser un escelente anti-escorbútico. Tambien agra­da mucho en este pais un aguardiente particular que hacen, entregándose á él con gran esceso mucha gen­te, entre la cual debe advertirse que los pobres no pueden beberlo sino raras veces, á causa de su creci­do precio.
Aunque no puedan tener una gran seguridad en el goce de sus posesiones, los rusos ambicionan mucho adquirirlas; son ávidos por consiguiente del dine­ro, aunque el temor que abrigan de que sus señores se lo lleguen á arrebatar, les impulsa á esconderlo cuidadosamente, y muchas veces á enterrarlo.
»Basta la mas ligera atencion para conocer hasta qué punto el ruso se halla atrasado relativamente á otras naciones en todo lo que concierne á estas mecánicas. A medida que nos acercábamos á San Petersburgo y á otras partes de las mas adelantadas de este Imperio conocíamos, sin embargo, que habia mas civilizacion y mayor conocimiento de las artes mecáni­cas que entre Tonla y Moscou. Las casas no se veian ya todas construidas á golpe de hacha, eran mas es­paciosas, cómodas, tenían ventanas mas grandes y curiosas, y hasta se veian en muchas buenas chime­neas. Encontrábanse tambien molinos, y muebles y utensilios de mas valor.»
Si dirigimos una mirada general sobre este vasto imperio, que artaza él solo casi todo el Este de Euro­pa y todo el Norte del Asia, encontraremos en él casi todos los climas, y por consiguiente una estraordinaria variedad de productos vegetales. La línea longitudinal de las costas del Océano glacial se halla constan­temente cubierta de nieves y nieblas, sin que la inmensa monotonía de aquellas vastas llanuras estériles sea nunca interrumpida sino por colinas coronadas igualmente de nieve; apenas se encuentran algunos árboles, esfuerzos penosos de una vegetacion triste y maldita. Los habitantes de estas desdichadas regiones no tienen otra recompensa en ellas que una gran abundancia de pescado, y una caza igualmente abun­dante de ese animal, por tantos títulos útil, y que tan­tas necesidades satisface, el rengífero. Por el Sur, en­tramos en la region de los bosques que proporcionan escelentes maderas para construccion, y una estraordinaria cantidad de caza. Mas al Sur todavía, desde el gobierno de Volagda hasta el de Tchernigoff, des­cubrimos campos vastisimos de trigo, la parte más fertil de. Rusia en granos de toda especie, y por últi­mo sobre las márgenes del Mar Negro hasta Chaterinoslav se presentan á la vista los ricos terrenos de pasto conocidos con el nombre de steppes, y que principian, merced al trabajo de los colonos cuyo número aumenta constantemente, á convertirse en cam­pos de tabaco, de trigo, de milla, y en plantaciones de moreras; la viña, la seda, la caña de azucar y otras producciones del Sur se encuentran en la Crimea y en los paises meridionales del Cáucaso, mientras que las grandes cordilleras que limitan el mar Caspio, el lago Aral y la Siberia, las montañas de Oural y Altäi abun­dan en toda clase de metales, sobre todo en minas de oro de una riqueza inagotable, de piedras preciosas, de pórfido, jaspe y otros minerales.
Con semejantes recursos la Rusia no podía menos de representar un gran papel en los destinos de Euroropa, toda vez que los rayos de la civilizacion hubiesen penetrado en este país para esclarecer al pueblo que lo habita. Desde el reinado del feroz déspota Ivran IV Wasciliérvitch, llamado el Terrible (época de 1534 y 1584), los gobiernos sucesivos no han abandonado un solo instante su mision civilizadora para elevar el país al puesto que le correspondia. «El impulso, dice un hombre de Estado ruso, que impri­mió el poderoso genio de Pedro el Grande para hacer entrar a la Rusia en la marcha social y política de Europa, causó bien pronto la admiracion del mundo por sus rápidos progresos. Envueltas en luchas polititicas, las águilas rusas victoriosas cayeron sobre casi todas las capitales de Europa y aun sobre algunas del Asia. Las relaciones intimas que de esta manera se es­tablecieron entre la Rusia y el Occidente, trajeron consigo necesariamente reformas muy importantes des­de el comienzo del presente siglo.
»El gobierno apoyó con toda su energía estas re­formas, y puso en accion el sistema de las manufacturas y del crédito, de los caminos de hierro, de los telégrafos, de los paquetes de vapor, y en fin, de otras muchísimas importaciones, imitacion fiel del Oc­cidente, sin esceptuar las deudas enormes del estrangero, por asimilarse mas á los otros paises.
»La instruccion pública, las costumbres, la mis­ma literatura nacional, han debido mucho en la ci­vilizacion occidental que acababa de tomar carta de naturaleza bajo el cielo de Rusia. Continuando por es­te camino en el desarrollo del progreso, el gobierno echó la base de una medida de alta importancia. El tercer estado, que hasta entonces no habia existido en Rusia, surgió como por encanto de las diferentes y nuevas instituciones que provocaron los adelantos.» Cuando el gobierno actual haya llevado á cabo su obra por la gran medida cuyo cumplimiento no pier­de un solo instante de vista, es decir, la libertad de treinta millones de siervos, sometidos á la voluntad arbitraria de cerca de veinte mil señores , toda esta poblacion esclava saldrá de su letargo, y la prosperi­dad se estenderá por todos los ámbitos del imperio. La poderosa energía del emperador Nicolás puede únicamente llevar á cabo esta gran obra, y dar por este medio su nombre al siglo de su reinado.
POLONIA.

Por decision del congreso de Viena en 1.815, vino á ser este antiguo reino una dependencia del imperio de Rusia, y desde entonces el czar tomó el título de Rey de Polonia.
Antes de su desmembramiento en 1793 y de su definitiva division, en 1795, la Polonia comprendía tambien la Lithuania, estaba limitada, al Norte por la Li­vonia, la Rusia y el mar Báltico; al Sur por la Hungría, la Turquía y la pequeña Tartaria, y al Oeste por la Alemania. Su clima varia en razon de su estension: las provincias situadas al Norte son frías, pero sanas; los montes karpathas, que separan la Polonia de la Hungria, están siempre, aun en el estío, cubiertas de nie­ve; pero el país, en general, es llano y de una fertili­dad natural que no necesita mas que ser secundada por un pueblo mas dichoso. El suelo da tal abundan­cia de trigo, que se estrae al estrangero una gran cantidad. Los pastos, especialmente los de la Podolia, son tan frondosos y crecidos, que se esconde el gana­do entre ellos y no se les vé en las praderas. La Polonia contiene minas de plata, de cobre, de hierro,

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