lunes, agosto 20, 2007

Viage ilustrado (Pág. 43)

y regularmente fortificado desde 1716 á 1718, quedó convertido para San Petersburgo en una segunda fortaleza, al par que su primer astillero de construccion. En 1727, todo el conjunto del edificio fué reconstrui­do de ladrillos, y en 1734 Ana lo adornó con una torre elevada que hizo dorar con el oro de los ducados. Bajo el reinado de Pablo, se añadieron nuevas construcciones á las antiguas, y estas fueron embelle­cidas. Pero en el de Alejandro I los antiguos baluartes, las empalizadas y los puentes levadizos desapare­cieron; se restauró la fachada del edificio, rodeándola de un baluarte de cuatro hileras de árboles, y de un malecon, que uniéndose á los del Neva, restableció la circulacion interrumpida en este punto. Actualmen­te el almirantazgo es un inmenso cuadrado de ladrillos, cuyo lado septentrional está abierto, Y deja entrar en un ancho patio un canal del Neva. Un pórtico y muchos frontones adornan la fachada principal. De la bóveda de entrada penden dos figuras colosales ó atlantes sosteniendo el globo. La torre cuadrada que corona esta bóveda está rodeada de una columnata, por encima de la cual se lanza al aire una aguja do­rada que se percibe de todos los barrios de la ciudad, y en cuya punta hay un navío. La fachada que mira al palacio de invierno está igualmente adornada de un pórtico. Bajo el techo, hay en toda la longitud del edificio, un ancho bajo relieve de estuco representan­do emblemas, trofeos marítimos y figuras mitológicas. El interior, encierra, aparte de los astilleros, un her­moso museo naval y de historia natural, y una biblio­teca de cincuenta mil volúmenes.
»La parada, que tiene lugar todos los dias en la plaza del Almirantazgo, se parece mucho á nuestras revistas, y á ella asiste ordinariamente el emperador con un brillante estado mayor. A medida que el cor­tejo imperial va pasando por delante de los soldados, estos, colocados en línea, presentan las armas, y los espectadores se descubren. «Buenos dias, hijos mios,» dice el emperador. «Damos gracias á V. M., contes­tan los soldados.» La parada dura algunas veces mu­chas horas. Un estrangero que haya asistido aqui por la mañana, que contemple la perspectiva Newski, la plaza Inglesa, y el jardin de verano, puede dormir tranquilamente, sin que su conciencia tenga nada de que acusarse, pues ha visto en son de paseo, todo lo que hay que ver en el recinto de San Petersburgo.
»La poblacion de San Petersburgo es mucho mas variada de lo que pudiera imaginarse. Divídese en primer lugar en dos clases completamente distintas, los que llevan un uniforme, y los que no lo llevan. Ademas de los militares, que son muy numerosos, hay una guarnicion de 60,000 hombres, que no pueden vestirse de paisano, como vulgar é impropiamente llamamos en España á los que usan trage civil. Todos los empleados civiles de cualquiera graduacion, los empleados de la policía, los profesores de la univer­sidad, los de las diferentes escuelas públicas y los numerosos domésticos de las familias ricas y nobles tienen uniforme.
»La policía de las calles de San Petersburgo está confiada á una clase de hombres llamados boutschniks, a causa de los boutki, ó barracas de madera en que pasan la noche y el dia. En todas las esquinas hay un boutki, que está ocupado por tres agentes de policía que tienen alli su vivienda. Usan todos un silbatito, con el cual se avisan cuando es preciso perseguir á un fugitivo. Hay unos oficiales superiores de policía que rondan perpetuamente para ver si los subalternos se hallan en sus puestos, y llenan bien sus deberes. Ademas de esto, de noche hay patrullas por las ca­lles, de manera que San Petersburgo es la ciudad mas segura y tranquila de Europa.
»No es esto decir que no hay ladrones en San Pc­tersburgo, que es muy al contrario; son numerosos; pero son los ladrones mas finos que se conocen. Nun­ca matan ni hacen daño corporal alguno á la víctima, se contentan con quitaros suavemente la bolsa, y el reloj si lo llevais. «Hay en el alma de la policía de San Petersburgo, dice Mr. Manier, una especie de conmiseracion paternal verdaderamente admirable; no parece sino que al levantarse por la mañana, y al em­pezar el ejercicio de su cargo se dice buenamente: es preciso que todo el mundo viva, envolviendo en este caritativo axioma a los rateros y ladrones, con tal de que se porten con decencia y no hagan mucho ruido.
»Los únicos habitantes de San Petersburgo, sobre los cuales la policía no tiene autoridad ninguna, son los cuervos y los palomos, que vuelan por todas par­tes sin ser inquietados, en numerosas bandadas.
«La nobleza se distingue en San Petersburgo y Moscou por su hospitalidad. Desde que llegamos a ser presentados por cualquier persona distinguida, dice Coxe, éramos ya considerados como amigos de la casa. Muchos señores tienen mesa preparada, y cuando ya sido ya uno invitado una vez lo es ya siempre. La mesa de los señores rusos es servida con gusto y profusion. Aunque hayan adoptado el refinamiento de la cocina francesa, no desprecian, al parecer, los platos de su pais, ni tampoco oponen resis­tencia á los platos fuertes que caracterizan la cocina inglesa. Las viandas comunes, como asimismo las mas buscadas, vienen igualmente de paises lejanos Yo he visto frecuentemente servir el salmonete del Volga, la vaca de Arcángel, el carnero de Astracan, el buey de Ukrania y el faisan de la Hungria o de Bohemia. Los vinos mas comunes son, el Burdeos, el Borgoña y el Champagne, y nunca he visto en In­glaterra cerveza tan buena ni con tanta abundancia como aquí. Es costumbre admitida, aun en las casas principales, el servir antes de comer algunos platos aperitivos, como arenques secos ó aderezados, lengua asada, manteca y otras cosas, con el acompañamiento obligado de distintos y escelentes licores, habiendo en este pais pocas personas de uno y otro sexo que no preludien de esta manera cualquier festin. La hora de comer es generalmente á las tres.»
Cuando se dirigen la palabra, los rusos no aña­den nunca á sus nombres ningun título de honor, y pertenezcan á la clase que se quiera, se llaman siempre por su nombre de bautismo y con otro que pro­viene de la familia. Este último se forma casi siempre por la adicion de la partícula vitch al nombre de bautismo del padre, y todavía es mas general por la de of ú ef. El primer sistema se emplea únicamente en personas de calidad, y el segundo en la gente ordinaria. Asi, 1aies, Ivanovitch ó Ivan Ivanof, quie­re decir, Ivan, hijo de Ivan; Pedro Alexiovitch ó Pedro Alexeof, Pedro, hijo de Alejandro; para las mugeres se emplea la partícula evna ú oona, como Sofía Alexéena, Sofía, hija da Alejandro.
Los estrangeros que han esperimentado por sí pro­pios toda la cultura y buen gusto que distinguen actualmente las maneras, las reuniones y las diversiones

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