Come, es para Italia lo que Bruselas para la Francia, un taller de falsificación.
El cantón de Basilea es abundante en trigo y en vino, tiene también bellas praderas y buenos pastos; pero sus manufacturas son el principal elemento de su prosperidad. Basilea es la ciudad mas grande de la Suiza, rica en fábricas de sedería, cintas, lienzos, guantes, etc., fertilizada por el Rhin, que la divide en dos partes, y por el camino de hierro que la une á Strasburgo; goza de un considerable comercio. En el cantón de los grisones, cuya capital es Coire, pequeña ciudad comercial, se hallan el hermoso valle de Engadina y la célebre Via mala, que comienza no lejos de la confluencia del Albula y del Rhin. Es una estrecha garganta que se estiende entre Thusis y Zellis, y que en ciertos sitios no tiene mas que algunos metros de anchura, y costea un abismo de una profundidad horrorosa. Aqui hay tres puentes soberbios, sobre todo el segundo, que está á cerca de 100 metros sobre el Rhin. Los cantones de Berna, de Zurich, de Vaud y de Ginebra tienen un territorio fértil y sus ciudades son ricas: Berna por sus productos agrícolas, sus vinos, cáñamos, trigos y ganados; Zurich por sus sederías; Lausano por sus viñedos y su comercio de libros, y Ginebra por su orfebrería y relojería, de que surte á todo el mundo.
Los alrededores de Lausano son deliciosos, y están llenos de elegantes habitaciones. Coppet, que fué retiro de Mad. Staël, Vevey , y otra infinidad de aldeas que adornan las orillas del lago de Ginebra son muy visitadas de los estrangeros. Zurich, patria de Salomón Gesner, y que se la lláma la Atenas alemana de la Suiza, y Ginebra, que pasa por la Atenas francesa, están situadas una y otra á la estremidad de las grandes lagos que llevan su nombre. Su posición es lo par que risueña, ventajosa y favorable al comercio; pero bajo este último punto de vista, Ginebra, colocada en el camino del Simplón, de la Saboya y de Francia, tiene una ventaja notable. Ginebra formaba en otro tiempo un estado separado de Suiza, después fué incorporada á la Francia, y en 1815, se formó con ella y algunas porciones de territorio quitado al pais de Gex y á la Saboya, un cantón que se reunió á la Suiza, de la cual es seguramente una de las ciudades mas brillantes y opulentas. Sus alrededores son admirables, y desde la cumbre del monte Saleve, contra el cual está la ciudad casi apoyada, se puede abarcar con la vista todo el lago Leman, el monte Blanco con sus hielos eternos, y la Saboya hasta el lago de Annecy.
Por esta rápida reseña se ve que la Suiza no tiene relativamente á su estension un gran número de ciudades importantes, pero, en cambio, por todas partes se encuentran en sus valles y hasta en las cimas de las montañas, aldeas notables por su esmero y aseo, buenas posadas, quintas de recreo, y casas aisladas, llamadas queseras, del género de las que hemos descritos hablando del Jura.
La población de la Suiza puede considerarse de cerca de dos millones de habitantes. Es un pueblo bravo, atrevido, industrioso, notable por su fidelidad y amor á la libertad de su pais. Como los antiguos romanos, los suizos están endurecidos en las fatigas de la guerra y en los trabajos de la agricultura. Una sencillez de costumbres general, una franqueza natural, un espíritu de libertad que nada puede destruir, he aqui los rasgos que caracterizan á los habitantes de la Suiza. Esta es en general una nación muy ilustrada; el pueblo bajo es aqui mucho menos ignorante que en los demás paises; las personas que gozan de cierta comodidad, y aun el pueblo mismo, tienen mucho gusto por la literatura. Entrando en este pais, no puede menos de notar el viagero el contento y satisfacción que están pintados en la fisonomía de los habitantes y admirar el aseo que por todas partes reina. Los jóvenes se acostumbran desde pequeños á los ejercicios militares, tales como la carrera, la lucha, la caza, y el manejo del fusil ó de la carabina.
El catolicismo y el calvinismo se dividen la Suiza. Los cantones de Lucerna, Uri, Schwistz, Unterwald, Zug, Appenzell Interior, Tesino y Valais y la mayoría de los de Triburgo, Soleure y Saint Gall profesan el catolicismo, todos los demás son calvinistas.
El idioma no es el mismo en toda la república: los que lindan con Francia, hablan un francés malo, y los que habitan en las fronteras de Italia hacen uso de un latin é italiano corrompidos; el alemán es el que mas domina en Suiza. Los escritores de este pais han producido escelentes obras en alemán, que pueden competir con las de las mejores plumas de la Sajonia. Toda la Europa conoce y admira las delicadas poesías de Salomón Gesner. La bella oda de Haller á los Alpes ha sido traducida en todas las naciones que saben apreciar las producciones del talento y del genio. Otros muchos escelentes poetas han ilustrado la literatura Suiza, y de este pais han salido algunos sabios y filósofos, de los que en estos últimos siglos han avanzado tan rápidamente en el progreso de la ciencia. Hay también muchas sociedades literarias, y el gobierno ha fundado instintutos para la enseñanza de las letras y de las ciencias. La universidad de Basilea, cuyo origen se remonta á 1455, tiene un jardín botánico muy curioso, que contiene las plantas exóticas mas raras. Cerca de la biblioteca, en la que se encuentran muchos manuscritos interesantes, hay un museo que encierra una gran cantidad de curiosidades naturales y artificiales, y un considerable número de medallas y pinturas. En los gabinetes de Erasmo y de Amarbach, que forman también parte de esta universidad, se ven por lo menos veinte cuadros originales de Holbein. Las demás universidades, que en realidad no son mas que colegios privilegiados, son las de Berna, Lausana, Zurich, y Ginebra.
Pero en este pais de montañas, la naturaleza es mucho mas rica que las artes y las ciencias.
«Siguiendo nuestra costumbre dice el conde Dandolo, trazaremos aqui algunos de los cuadros mas admirables que nos han dado los viageros. Las cascadas son las que primeramente llaman la atención. No se pueden enumerar las infinitas que hay en las diferentes montañas. Solo el monte Saint―Gothard presenta cataratas casi de cien en cien pasos. Los cantones de Uri, de Glaris y del Valais ofrecen otras no menos notables; pero la mas bella, y de que antes hemos hecho mención, es la del Rhin en Laufen. La cascada, vista de frente, se halla dividida en tres caidas muy considerables, por dos rocas salientes y aisladas que se elevan entre los borbotones de aguas espumosas. El movimiento de estas aguas es prodigioso por la grande altura de la cascada, por su gran volumen y por las desigualdades de las rocas, que multiplicando las caidas, forman grupos de cascadas encajonadas las unas con las otras, que se elevan, se juntan,
El cantón de Basilea es abundante en trigo y en vino, tiene también bellas praderas y buenos pastos; pero sus manufacturas son el principal elemento de su prosperidad. Basilea es la ciudad mas grande de la Suiza, rica en fábricas de sedería, cintas, lienzos, guantes, etc., fertilizada por el Rhin, que la divide en dos partes, y por el camino de hierro que la une á Strasburgo; goza de un considerable comercio. En el cantón de los grisones, cuya capital es Coire, pequeña ciudad comercial, se hallan el hermoso valle de Engadina y la célebre Via mala, que comienza no lejos de la confluencia del Albula y del Rhin. Es una estrecha garganta que se estiende entre Thusis y Zellis, y que en ciertos sitios no tiene mas que algunos metros de anchura, y costea un abismo de una profundidad horrorosa. Aqui hay tres puentes soberbios, sobre todo el segundo, que está á cerca de 100 metros sobre el Rhin. Los cantones de Berna, de Zurich, de Vaud y de Ginebra tienen un territorio fértil y sus ciudades son ricas: Berna por sus productos agrícolas, sus vinos, cáñamos, trigos y ganados; Zurich por sus sederías; Lausano por sus viñedos y su comercio de libros, y Ginebra por su orfebrería y relojería, de que surte á todo el mundo.
Los alrededores de Lausano son deliciosos, y están llenos de elegantes habitaciones. Coppet, que fué retiro de Mad. Staël, Vevey , y otra infinidad de aldeas que adornan las orillas del lago de Ginebra son muy visitadas de los estrangeros. Zurich, patria de Salomón Gesner, y que se la lláma la Atenas alemana de la Suiza, y Ginebra, que pasa por la Atenas francesa, están situadas una y otra á la estremidad de las grandes lagos que llevan su nombre. Su posición es lo par que risueña, ventajosa y favorable al comercio; pero bajo este último punto de vista, Ginebra, colocada en el camino del Simplón, de la Saboya y de Francia, tiene una ventaja notable. Ginebra formaba en otro tiempo un estado separado de Suiza, después fué incorporada á la Francia, y en 1815, se formó con ella y algunas porciones de territorio quitado al pais de Gex y á la Saboya, un cantón que se reunió á la Suiza, de la cual es seguramente una de las ciudades mas brillantes y opulentas. Sus alrededores son admirables, y desde la cumbre del monte Saleve, contra el cual está la ciudad casi apoyada, se puede abarcar con la vista todo el lago Leman, el monte Blanco con sus hielos eternos, y la Saboya hasta el lago de Annecy.
Por esta rápida reseña se ve que la Suiza no tiene relativamente á su estension un gran número de ciudades importantes, pero, en cambio, por todas partes se encuentran en sus valles y hasta en las cimas de las montañas, aldeas notables por su esmero y aseo, buenas posadas, quintas de recreo, y casas aisladas, llamadas queseras, del género de las que hemos descritos hablando del Jura.
La población de la Suiza puede considerarse de cerca de dos millones de habitantes. Es un pueblo bravo, atrevido, industrioso, notable por su fidelidad y amor á la libertad de su pais. Como los antiguos romanos, los suizos están endurecidos en las fatigas de la guerra y en los trabajos de la agricultura. Una sencillez de costumbres general, una franqueza natural, un espíritu de libertad que nada puede destruir, he aqui los rasgos que caracterizan á los habitantes de la Suiza. Esta es en general una nación muy ilustrada; el pueblo bajo es aqui mucho menos ignorante que en los demás paises; las personas que gozan de cierta comodidad, y aun el pueblo mismo, tienen mucho gusto por la literatura. Entrando en este pais, no puede menos de notar el viagero el contento y satisfacción que están pintados en la fisonomía de los habitantes y admirar el aseo que por todas partes reina. Los jóvenes se acostumbran desde pequeños á los ejercicios militares, tales como la carrera, la lucha, la caza, y el manejo del fusil ó de la carabina.
El catolicismo y el calvinismo se dividen la Suiza. Los cantones de Lucerna, Uri, Schwistz, Unterwald, Zug, Appenzell Interior, Tesino y Valais y la mayoría de los de Triburgo, Soleure y Saint Gall profesan el catolicismo, todos los demás son calvinistas.
El idioma no es el mismo en toda la república: los que lindan con Francia, hablan un francés malo, y los que habitan en las fronteras de Italia hacen uso de un latin é italiano corrompidos; el alemán es el que mas domina en Suiza. Los escritores de este pais han producido escelentes obras en alemán, que pueden competir con las de las mejores plumas de la Sajonia. Toda la Europa conoce y admira las delicadas poesías de Salomón Gesner. La bella oda de Haller á los Alpes ha sido traducida en todas las naciones que saben apreciar las producciones del talento y del genio. Otros muchos escelentes poetas han ilustrado la literatura Suiza, y de este pais han salido algunos sabios y filósofos, de los que en estos últimos siglos han avanzado tan rápidamente en el progreso de la ciencia. Hay también muchas sociedades literarias, y el gobierno ha fundado instintutos para la enseñanza de las letras y de las ciencias. La universidad de Basilea, cuyo origen se remonta á 1455, tiene un jardín botánico muy curioso, que contiene las plantas exóticas mas raras. Cerca de la biblioteca, en la que se encuentran muchos manuscritos interesantes, hay un museo que encierra una gran cantidad de curiosidades naturales y artificiales, y un considerable número de medallas y pinturas. En los gabinetes de Erasmo y de Amarbach, que forman también parte de esta universidad, se ven por lo menos veinte cuadros originales de Holbein. Las demás universidades, que en realidad no son mas que colegios privilegiados, son las de Berna, Lausana, Zurich, y Ginebra.
Pero en este pais de montañas, la naturaleza es mucho mas rica que las artes y las ciencias.
«Siguiendo nuestra costumbre dice el conde Dandolo, trazaremos aqui algunos de los cuadros mas admirables que nos han dado los viageros. Las cascadas son las que primeramente llaman la atención. No se pueden enumerar las infinitas que hay en las diferentes montañas. Solo el monte Saint―Gothard presenta cataratas casi de cien en cien pasos. Los cantones de Uri, de Glaris y del Valais ofrecen otras no menos notables; pero la mas bella, y de que antes hemos hecho mención, es la del Rhin en Laufen. La cascada, vista de frente, se halla dividida en tres caidas muy considerables, por dos rocas salientes y aisladas que se elevan entre los borbotones de aguas espumosas. El movimiento de estas aguas es prodigioso por la grande altura de la cascada, por su gran volumen y por las desigualdades de las rocas, que multiplicando las caidas, forman grupos de cascadas encajonadas las unas con las otras, que se elevan, se juntan,
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