domingo, abril 06, 2008

Viage ilustrado (Pág. 209)

das las ciudades importantes de la Bélgica están unidas á otras por vías navegables, y todos los centros de industria encuentran un trasporte fácil para sus productos.
Sin embargo, como si la Bélgica no tuviese todavía bastantes vías de comunicación, el primer acto de la asamblea nacional después de la revolución de 1831 fué la creación de muchos caminos de hierro. Desde aquella época los belgas trataban de enlazar el puerto de Amberes con el Mosa y el Rhin, con intención de sacar gran ventaja de este último rio. El camino de hierro que debía llegar hasta él, realizaba la idea de Napoleón que quería que Amberes fuese el principal puerto del Rhin. Ademas, la red de caminos de hierro que creó la Bélgica, debía consolidar la independencia del nuevo reino: fueron, pues, simultáneamente dos objetos, uno comercial y otro político, los que impulsaron á este pais á cubrir su territorio de caminos de hierro. En 1833, en el ministerio de Mr. Roger, las cámaras acordaron la creación de otros ferro—carriles, que se dirigiesen desde Malinas hacia la Prusia, por Lobayna, Lieja y Verviers: hácia Amberes, por Ostende, Termonde, Gante y Brujas, y hácia la frontera de Francia, atravesando á Bruselas y el Hainaut. Esta grande empresa nacional se acometió con tanta actividad, que en 1843 se inauguró la última sección de aquellos caminos de hierro que van desde Verviers á la frontera de Prusia. Asi es, que en nueve años se realizó el pensamiento de las cámaras. El número de las locomotoras, ascendía ya en 1844, á ciento cincuenta y nueve, que presentaban una fuerza total de siete mil novecientos cincuenta caballos. El movimiento general de los viageros en todo el conjunto de las vias de hierro, fué en el mismo año de tres millones trescientos ochenta y un mil quinientos veinte y nueve.
La Bélgica es después de la Inglaterra el pais mas favorecido en combustible mineral: la atraviesa una ancha zona de mineral de carbón, que sale á flor de tierra en Aquisgran, en Lieja, en Charleroi, y pasa por debajo de la ciudad de Mons. La estensión de esta especie de banda es de ciento once mil seiscientas veinte y cuatro fanegas. Cuéntanse en Bélgica trescientas veinte minas de carbón de piedra, en que se emplean treinta y siete mil ciento setenta y un obreros, y doscientas noventa y cuatro máquinas de vapor, y producen anualmente cuarenta millones ochocientas mil toneladas de carbón. Las dos terceras partes de esta masa de combustible, se consume en el mismo territorio y la tercera parte restante se esporta á Francia y Holanda. La Francia recibe anualmente cerca de seis millones de toneladas.
La Bélgica posee igualmente un gran número de minas de hierro, cuya abundancia no es la que menos ha contribuido á colocar á aquel pais entre los mas industriosos del mundo. El mineral se presenta con mucha riqueza en el Hainaut, en las provincias de Namur y de Lieja y en las orillas del Mosa. Los sitios ferruginosos presentan frecuentemente en la provincia de Namur diez y siete mil novecientos cincuenta y cinco varas de ancho, y otras cincuenta y nueve mil ochocientas cincuenta de largo. El mineral de la provincia de Luxemburgo suministra la calidad de hierro conocido con el nombre de hierro blando de las Ardenas. La producción de este metal puede calcularse para toda Bélgica cu trescientas cincuenta y cinco mil ochocientas cincuenta y ocho toneladas. Las provincias de Namur y de Luxemburgo entran en esta suma
por doscientas cincuenta y un mil seiscientas sesenta y cinco: mil seiscientos ochenta y siete trabajadores se emplean en las herrerías de las mismas provincias.
En 1838 se contaban doscientas veinte y una fábricas para la preparación del hierro. La industria particular había construido ciento treinta altos hornos de fundición, de los que solo noventa y ocho se hallaban en actividad. El escesivo desarrollo del trabajo metalúrgico habia producido el estancamiento de un gran número de establecimientos y detenido los progresos de aquella industria. Asi es, que en 1839 no existían ya mas que ciento diez y siete herrerías, de las que solamente había en actividad sesenta y nueve. Estas suministraron aquel mismo año, 88,000 toneladas de hierro, que representaban un valor de mas de 44,000,000 de reales. La actividad que se ha desplegado en la construcción de los caminos de hierro, parece que debe fomentar esta industria en Bélgica. En Lieja y en Huys, es en donde se prepara la hoja de lata. Se fabrican máquinas en Gante, Lieja, Bruselas, Verviers, Charleroy, Boussu y Tirlemont. La importación de máquinas asciende á 5.000,000, y la esportacion á 6.000,000. Hay fábricas de armas en Lieja, y de cuchillería en la provincia de Namur: en Lieja y Bruselas, se hacen instrumentos de cirugía. Las agujas se fabrican en San Nicolás, y los clavos en las provincias de Lieja y de Hainaut.
En 1839, se contaban en toda la Bélgica, mil cuarenta y cuatro máquinas de vapor, cuya fuerza total era de veinte y cinco mil quinientos doce caballos, seiscientas ochenta y nueva eran de alta presión, y trescientas cincuenta y cinco de baja. La provincia de Luxemburgo no poseia ni una sola hasta aquella época. Las cuatro quintas partes de estas máquinas estaban establecidas en el Hainaut, la Flandes Oriental y la provincia de Lieja. Catorce barcos de vapor navegaban ademas por las aguas de la Bélgica. El establecimiento de Seraing, cerca de Lieja, es el mas célebre en cuanto á la construcción de locomotoras. Jhon Cockrell, antiguo propietario de aquel establecimiento, ocupó hasta dos mil quinientos obreros y veinte y seis máquinas de vapor de la fuerza de mil caballos.
Las minas mas importantes de zinc que posee la Bélgica, son las de Altenberg, entre Lieja y Aquisgran, á legua y media de esta última ciudad. La principal mina de esta esplotacion, está situada en Angleur, junto á Lieja. Los terrenos que contienen la calamina, se estienden parte por Prusia, y parle por Bélgica: están considerados como territorio neutral por los dos gobiernos, y sometidos á un derecho común. El consumo anual de la calamina es de unos veinte mil pies cúbicos. Esta mina produjo en 1837, mas de tres millones de libras de zinc; en 1840, mas de siete millones, y en 1813 mas de once millones. En la esplotacion se ocupan mas de ochocientos individuos.
La industria linera, una de las mas antiguas de la Bélgica, está muy distante de encontrarse en condiciones prósperas : solo se sostiene por la Francia. Este estado de decadencia debe atribuirse á la lucha que existe entre el trabajo manual y el mecánico. En 1840 se contaban en Bélgica cerca de doscientas treinta mil trescientas noventa y seis hilanderías sumidas en su mayor parte, en la mas espantosa miseria, pues que los jornales eran sumamente mezquinos. En el mismo año, el número de tejedores ascendía á setenta y cuatro mil setecientos, y el de las piezas de lienzo que se fabricaban á cuatrocientas mil. Cuéntanse once esta—

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