Constantinopla: calle de Mohammed
»Dos minutos bastan para atravesar el puerto, á pesar del gran número de kaiks que se cruzan y tropiezan á cada paso unos con otros. Gran cantidad de gaviotas blancas posadas sobre las lanchas, nadando sobre las aguas, ó revoloteando en los aires, animan con sus alegres chillidos aquel brillante paisage. Al saltar en la orilla opuesta, arrojais por precio de vuestro pasage, media piastra (unos cuatro cuartos) al fondo lancha, bien vayais solo ó con mas pasageros. Lo mas frecuente es desembarcar en el muelle de Balik—bazar, el bazar de los pescados y de las frutas, uno de los principales y mejor surtidos mercados de Constantinopla. La muchedumbre circula por alli en todas direcciones, y sin un dragoman os costaria trabajo salir de aquel laberinto.
»Cierto dia pasaba yo muy preocupado, mirando mas bien las tiendas y los trages que el terreno por donde transitaba, cuando tropezé con el pie en un cuerpo tendido... Era el cadaver decapitado de un jóven armenio que, de católico, habiéndose hecho mahometano, con el objeto interesado de obtener un derecho reservado á los creyentes, habia abjurado de nuevo este culto por remordimientos de conciencia, para volver á la religion de sus padres. A despecho de los tratados con Francia, los ulemas, jueces y gefes de la religion, le hicieron cortar la cabeza, y su cuerpo, ignominiosamente arrojado en el arroyo vestido aun con el trage francés, la cabeza colocada de una manera ridícula entre sus piernas, permaneció tres días
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