»La capital de Montenegro se encuentra en la nahia de Katumks ó Catturi y Cettique, de seguro la mas pobre y la mas pequeña de las capitales de Europa, puesto que no contiene mas que unas veinte casas. Mr. Wilkinson duda entre la cifra de diez y nueve ó veinte, aunque á nuestro entender no le hubiera sido muy difícil saber el número exacto. Las cercanías de esta ciudad, son áridas, desnudas y desoladas. Cettique es la residencia del vladika. Despues del palacio de este último, la palabra palacio creo que es demasiado ambiciosa, puede llamarse una barraca, se eleva un convento, fundado en 1485 por Ivan Izernviewch, y muchas veces saqueado, destruido y quemado por los turcos. Alli se conservan los tesoros, las ropas pontificales, las mitras adornadas de piedras preciosas, las cruces enriquecidas de diamantes, los cálices y otros objetos de valor, debidos á la liberalidad de los emperadores de Rusia, que ejercen una especie de patrocinio religioso sobre el Montenegro, donde se practica, como se sabe, el rito griego. La Rusia paga al vladika, una pension anual de 47,000 florines. Frente al convento de Cettique, que contiene la tumba de este vladika , célebre por la resistencia que opuso á los diversos bajaes enviados contra él, se levanta la hedionda torre de que ya hemos hecho mencion.
»El gobierno está confiado á un vladika, palabra que significa príncepe ó comandante. Esta dignidad se trasmite hereditariamente en la familia de los Petrowecht. En otro tiempo el vladika dividia su autoridad con un gobernador, pero en 1832, las funciones de este último fueron abolidas, y el poder pasó enteramente á las manos del príncipe—obispo, de suerte, que hasta 1851, el vladika une al encargo de gran sacerdote, los de comandante civil, general en gefe del ejército, de juez, etc. Cuando se dirigen á él, es costumbre darle el titulo de sveti vladika (sveti quiere decir santo), pero en la conversacion se le designa bajo el nombre de gospodar (señor). En los documentos oficiales se le llama algunas veces metropolitano de Scunderia ó Scutari. El vladika sigue para el arreglo de su mesa las costumbres europeas, pero cierto viagero quedó muy admirado de encontrar alli un desayuno servido exáctamcnte á la inglesa. El lenguaje preferido por el vladika para hablar á las estrangeros es el francés, aun cuando entiende el italiano y el aleman. El vladika á que nos referimos, y del cual hacen muchos elogios por sus maneras afables y políticas y por su grande hospitalidad hàcia los estrangeros, era tio del obispo actual. Murió el 31 de octubre de 1851. Era un hombre de los mas notables por la vivacidad de su ingenio, y por la estension de sus conocimientos. Aunque habia dado en muchas ocasiones pruebas de su valor desdeñó la guerra, é hizo los mayores esfuerzos para dirigir hácia otra parte el espíritu de actividad de los montenegrinos. Ninguno sabe mejor que él hacer la puntería con un cañon; nadie era mas diestro que él en hacer que diera en el blanco la bola de la pistola ó del fusil, de tal modo que casi nunca dejaba de atravesar un limon que uno de sus criados tiraba por alto para este efecto.
»El personage de mas consideracion despues del vladika es el archimandrita, que reside en Ostrok, en la frontera del Herzegovine.
»La pesca es un gran recurso para los montenegrinos, tanto como la conservacion de los rebaños de carneros y la agricultura. Por lo demos carecen de industria, y no hacen otro comercio que el de la venta de sus carneros en Cattaro y en Ragusa. Podrian sacar un gran partido de la madera de sus bosques, si tuvieran un gusto decidido por las especulaciones. Lo mismo que los árabes, son pastores, y saben batirse… y nada mas.»
¿Conoces lector una tierra á que presta la imaginacion todas las bellezas posibles, una tierra cuyo nombre no vive en la memoria de los hombres sino acompañada de todos los nombres mas gloriosos en las artes, la poesía, la elocuencia, y el valor guerrero? Pues esta es la patria de Homero, Píndaro, Sófocles y Eurípides, de Pendes y Demóstenes, de Milcíades, Temístocles, Leonidas, Epaminondas y Alcibíades, de Platon, Aristóteles y Sócrates, de Fidias y de Apeles, esta es la Grecia, la patria de cuanto sirve en el mun-
Homero