miércoles, mayo 02, 2012

Viage ilustrado (Pag. 637)

Alcázar de Hijar

rañon, octavo gran maestre de la orden de Santiago, quedando entre los ricos dominios de esta por concesión de Pedro II, y formando desde entonces una de sus mas importantes encomiendas. En 1347, Pedro IV el Ceremonioso la concedió voto en Córtes, y varios privilegios y franquicias. Cuando empezó la última guerra civil, se pronunció esta población por la causa de la reina, y fortificó su antiguo castillo y su grandiosa iglesia. Los carlistas por vengarse saquearon y entregaron á las llamas el pueblo por dos veces, y dirigieron todos sus esfuerzos para apoderarse del fuerte, aunque siempre en vano, pues siempre se resistieron denodadamente los valientes nacionales de Montalvan. El 6 de marzo de 1837 sitiaron este fuerte estrecha y vigorosamente, y el 19 de abril del mismo año lograron hacerse dueños del pueblo, mas no de aquel, aunque le dirigieron el mas vivo fuego y numerosos asaltos. Las tropas de la reina hicieron retirarse á los carlistas, y en una nueva acción dada el 23 de mayo perdieron unos y otros mas de 400 hombres muertos, y muchísimos heridos. El 26 volvieron los facciosos á ponerle sitio repitiendo los asaltos, las minas y todos los medios posibles de destrucción, mas el 10 de junio lo levantaron después de hostilizados por el general Ayerve, el cual hizo desamparar el fuerte, que puede decirse no era ya mas que un montón de escombros, y condujo á sus valientes defensores á Zaragoza. El gobierno de la reina premió los sacrificios del pueblo de Montalvan con dispensarle del pago de contribuciones por algunos años, y concediendo á aquellos de sus vecinos que mas se señalaron por su valor la distinguida cruz de caballeros de San Fernando. Después de tanta desolación, esta villa, que era una de las mejores del bajo Aragón, ve muy reducido su caserío y vecindario, que no pasa de 936 almas. La iglesia parroquial, titulada Santiago, debe estar servida por un cura párroco y siete racioneros. Es un suntuoso edificio de arquitectura gótica, que después de la guerra quedó casi arruinado, pero en el dia está restaurado todo lo posible. Del antiguo castillo que ocupaban los caballeros de Santiago, apenas se descubren hoy los cimientos después de los sitios referidos. Habia tres ermitas, de las que una fué también derruida, asi como un convento de religiosos situado extramuros. Subsiste, aunque muy decaído, un hospital. Celebra esta villa tres ferias al año, y la principal producción de su término es el vino, dando lugar al proverbio vulgar en Aragón.

Si vas á Montalvan
Llévate pan, que vino
Allí te lo darán.

En Montalvan tienen su residencia desde largos tiempos las muy antiguas familias infansonas de La Torre y Dolz. También está aqui establecido el juzgado de primera instancia de Segura por hallarse esta población arruinada.
En Montalvan se cuenta la historia siguiente:
Vivia en Zaragoza un noble aragonés ya entrado en dias, en el reinado del célebre Alfonso V, llamado mosen Jaime de Bolea, y tenia en su palacio como pupila á doña Aldonza de Entenza, bellísima huérfana, heredera de un ilustre nombre, y de inmensa fortuna. Era su caballero Berenguer de Azlor, gallardo y bizarro paladin, que se señalara por su valor en el ejército de Aragón, y que solo aguardaba terminar la guerra de Nápoles, en que á la sazón se hallaba, para solicitar de mosen Jaime la mano de Aldonza. Mas esta babía encendido una pasión ardiente en el pecho de su tutor, el que como conocía la imposibilidad de ser correspondido, quiso al menos que el objeto de su amor no fuese poseido por hombre alguno. Asi es, que cuando Berenguer fué á pedirle la mano de Aldonza de Entenza, le dijo que un obstáculo terrible, insuperable, los separaba uno de otro para siempre. Pidióle esplicaciones el impaciente joven, y mosen Jaime le llenó de asombro al decirle que estaba enamorado de su propia hermana, embuste que le acreditó con ciertas escrituras apócrifas que convencieron enteramente de su desgracia al de Azlor. Grande fué en los primeros momentos su desesperación, y aun tuvo impulsos de arrojarse sobre la espada, pero dando lugar á mas cristianos sentimientos, entró de caballero profeso en la orden de Santiago, con voto de castidad, y obtuvo la encomienda de Montalvan,

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