domingo, noviembre 02, 2008

Viage ilustrado (Pág. 299)

de las tierras altas y bajas, que forman vistas tan bellas como puede crearlas la imaginación; las llanuras cubiertas de trigo, ó tapizadas de magníficas praderas; la mezcla de viñedos y frutales, las quintas, las cómodas casas, las risueñas aldeas, las opulentas granjas, cercanas por lo regular á las ciudades, y decoradas con los colores mas brillantes de la naturaleza; todo esto es una belleza y una riqueza inesplicables. Los lugares mas estériles no carecen enteramente de verdor; mas lo que debe dar la mas alta idea de la industria inglesa es, que algunas de las mas fértiles costas del reino, naturalmente estériles, no deben su fertilidad mas que al esmerado trabajo con que se las cultiva. El suelo parece ser especialmente propio para producir bosques de construcción, y las plantaciones de árboles alrededor de las casas, es una de las cosas qué mas embellecen al pais.
El clima no es muy saludable sobre todo, para los estrangeros y las personas de constitución delicada. La temperatura es muy varia. En muchos sitios el aire está cargado de vapores que los vientos del Oeste llevan del Océano Atlántico; pero estos vapores se ven ordinariamente disipados por otros vientos ó por tempestades. El principio de las estaciones es indeterminado. La primavera, comienza unas veces en febrero y otras en abril; en mayo está frecuentemente cubierta la superficie de la tierra de escarcha, en lugar del verdor propio, de la estación; los primeros dias de junio, son por lo regular tan frios como los de diciembre, y otras veces se eleva el termómetro tanto como en Italia; agosto mismo tiene también sus vicisitudes de calor y frio, y setiembre y octubre son en general los dos meses mas agradables del año. Los habitantes suelen algunas veces esperimentar las cuatro estaciones en un solo dia, es decir, el frio, la buena estación, el calor sofocante, y el calor dulce.
Según se ha visto por el cuadro que hemos presentado mas arriba, el carbón de piedra es una de las riquezas de Inglaterra. En los alrededores de Newcaslle es donde se encuentran las minas mas importantes de este combustible; y no solamente se las puede mirar como uno de los almacenes mas grandes de Inglaterra, sino que proporciona al comercio esterior un objeto de venta y de ganancia considerable. De este punto parten todos los dias y á todas horas buques cargados de carbón, tanto para Lóndres, como para diversos puertos de Europa; y de aqui resulta una ventaja incalculable, no solo para el comercio, sino también para la marina; pues aqui es donde se forma el gran plantel de marinos, armándose en corso en tiempo de guerra mas de mil buques carboneros, que hacen un gran daño al comercio enemigo.
Las curiosidades naturales son muy variadas en Inglaterra. El número de los manantiales de aguas medicinales es inmenso, siendo entre otras famosas las de Balh; también se encuentran en Scarbourong , y en otros puntos del condado de Hjork, en Tunbridge, en el condado Kent, en Epsom, y Dulwich en Surrey, en Acton, y en Islington, en el condado de Midlesex. También hay muchos otros manantiales notables impregnados de sal, como los de Droitwich en Worcester, ó de una materia bituminosa, como el de Pitchford en Shroshire, ó de azufre como el famoso pozo de Vigan en el condado de Lancastre. El agua de este pozo es fría é inodora; sin embargo, con la corriente sale un vapor de azufre tan fuerte, que aproximando una luz, la superficie del agua se cubre de una llama parecida á la de un licor espirituoso; esta llama dura algunas horas, y da suficiente calor para cocerlos alimentos.
Entre las obras de la naturaleza no debemos olvidar la famosa gruta de Casttelon en el Derbyshire. Esta gruta está situada al pie de una gran peña escarpada sobre la cima de una montaña cortada á pico, encima dé la cual hay un antiguo castillo, construido, según se dice, en tiempo de Eduardo, llamado el príncipe Negro. La entrada principal tiene 40 metros y 13 de latitud. La longitud total de la gruta desde la entrada hasta su estremidad es de cerca de 930 metros, y en ella se encuentra un montón de estaláctilas, conocido con el nombre de campanario de Lincoln.
La Inglaterra ofrece también otras obras de la naturaleza dignas de interesar la curiosidad del lector; pero los límites de este libro no nos permiten entrar en grandes detalles. Aunque menos rica en ruinas monumentales, como ya hemos dicho, que los países meridionales de Europa, Inglaterra, contiene, sin embargo, restos de antigüedades romanas, sajonas, bretonas, danesas, y anglo―normandas, que pueden servir para desenvolver y esplicar la antigua historia del pais.
La rapidez de nuestra relación nos impide detenernos como era necesario en los alrededores de Lóndres. No haremos, pues, mas que nombrar á Chelsea, donde cuatrocientos militares inválidos tienen su morada, y mil doscientos hijos de soldados son educados á espensas del Estado en el asilo real y militar; á Kensington, conocido por su palacio real, cuyas sombrías calles de árboles son el punto de reunión en verano de todos los elegantes; á Kew, célebre por su observatorio; á Windsor, residencia ordinaria de los reyes de Inglaterra, situada en medio de los bellos jardines en los cuales se eleva sobre una masa de rocas la estatua colosal de Jorge III, y por último, á Eton y la aldea de Slough, donde el astrónomo Tterschell construyó su famoso telescopio. Por lo que hace, á las demas ciudades de Inglaterra, su descripción, necesaria en una geografía, no añadiría nada á nuestro designio, que es hacer conocer las costumbres de los pueblos y el clima y aspecto de los países.
Mas antes que penetremos en las otras dos regiones de la Gran Bretaña, y sin embargo de haber dado una ligera idea de las costumbres inglesas, no será ocioso que demos a conocer á nuestros lectores, las filosóficas observaciones que acerca de la Inglaterra y de los ingleses ha hecho un escritor contemporáneo en una obra de viages.
Esprésase, pues, de la siguiente manera:
Ha mas de cinco horas que se ha ocultado el sol, y todavía dura el crepúsculo; es de noche y no lo parece: el cielo no tiene color todavía, menos la mar, y no puedo comprender... ¿se sirve vd. caballero, explicarme en qué consiste esta claridad?
A tan racional observación, mas bien que por su rostro y frente cubierta con dos ó tres gorros, reconocí á mi comensal de Boloña, y le brindé á tomar asiente á mi lado sobre el puente del navio.
No aceptó mi convite diciendo, sabed que estoy acostumbrado á la mar y que soy mercante antiguo.
Este compañero de viage, cuenta sus cincuenta años y tiene la manía de querer ser profundo observador y conocer la mar por haber hecho un viage por agua desde Marsella á Cette. Grave, dotado de cierto aplomo, mas grueso que delgado, lleva por costum―

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