América y en Europa, ha sido el preferido durante diez años en todos los gabinetes de lectura.
La novela es un género de producción, en el que, los ingleses han sobresalido casi siempre; porque tienen para él una aptitud singular y una imaginación inagotable, y nadie mejor que sus escritores, han podido trazar esos pequeños detalles que pintan tan bien á los hombres. Bajo este punto de vista Richardson debe ser colocado á la altura de los primeros escritores ingleses. Su novela de Clarisa Altarlowe, que las personas frivolas encuentran demasiado larga, es la primera y única obra donde se ha puesto, finalmente, á los hombres en escena; y la de Fielding y miss Burneg, no ceden en nada á aquella.
La prensa periódica ha adquirido también en Inglaterra un inmenso desarrollo.
El gobierno inglés es una monarquía constitucional basada en la gran carta firmada por el rey Juan en 1215, y modificada en 1265, en 1272 y 1688. El poder del rey no tiene mas base que las leyes; y cuando se separa de ellas, la nación puede sustraerse á su obediencia; este poder no es mas que ejecutivo, y la constitución le ha indicado sus límites. El rey no puede hacer nuevas leyes, ni obrar contra las establecidas, ni levantar nuevos impuestos; pero puede declarar la guerra y la paz, enviar y recibir embajadores, hacer tratados de alianza y de comercio, convocar el Parlamento, reunirlo, prorogarlo ó disolverlo, negar su sanción á los bills, aun después de aprobados por las dos cámaras; pero esta es una prerogativa que los reyes de Inglaterra rara vez se atreven á ejercer. El soberano tiene el derecho de nombrar su consejo privado, los grandes dignatarios de la corona y los altos funcionarios de la Iglesia; en fin, es el manantial de donde salen todos los grados de la nobleza y de la caballería. Tal es la dignidad, tal el poder de los reyes de la Gran Bretaña.
El trono es hereditario, y en defecto de varones, las hembras pueden suceder en la corona.
El Parlamento, que es la representación nacional, el poder legislativo inglés, se compone del rey, de sus ministros, de la cámara de los Pares y de la de los Comunes. La cámara de los Pares consta de cuatrocientos veinte y nueve miembros, entre los cuales se sientan los obispos y arzobispos. La de los Comunes sé compone de los propietarios. Asi, las partes constituyentes del poder, son, el rey, los señores espirituales y temporales, y los comunes, y cada uno de ellos es tan necesario, que sin el consentimiento de los tres, no puede ser obligatoria ninguna ley.
Las fuerzas terrestres de Inglaterra han sido hasta estos últimos tiempos de poca consideración, con respecto á las marítimas. Los ingleses, celosos de sus derechos y de su libertad, han temido poner en manos de los reyes fuerzas mas considerables. El espíritu de las leyes relativas á la milicia, tuvo por mira en su origen, en cuanto era posible, no hacer de la profesión de las armas un orden distinguido. Asi es, que se disciplinó cierto número de hombres en cada condado, sacados á la suerte por tres años, y mandados por el lord lugar―teniente, los diputados lugar―tenientes y otros principales propietarios, que tenían esta comisión por la corona. No se les podia obligar á marchar fuera de su condado, sino en caso de invasión ó de rebelión, y de ninguna manera era permitido hacerlos salir del reino. Pero como la costumbre de mantener ejércitos regulares, ha prevalecido en Europa, las leyes han juzgado necesario tener en pie, aun en tiempo de paz, un cuerpo de tropas regulares bajo el mando del rey. Las fuerzas de tierra, contando las empleadas en las colonias ascienden á 236,756 hombres.
La marina real ha sido siempre la mas grande defensa de Inglaterra, y ha venido á ser el manantial de su imenso comercio. En las primeras guerras de la revolución, las fuerzas marítimas de Inglaterra se componían de seiscientos sesenta y un buques, de los cuales ciento cincuenta y cinco eran navios de linea, doscientas diez fragatas y doscientos cincuenta y seis sloops. El material de la marina real en tiempo de paz está fijado hoy en setecientos cincuenta y nueve buques.
Nadie ignora que al comercio y á la industria es á lo que debe el pueblo inglés, el rango que disfruta en todo el mundo y el grado de poder á que se ha elevado. Hasta el reinado de Isabel, no principió a conocer la Inglaterra el peso que podía hacer en la balanza del comercio. Antes que esta nación tuviese colonias, el número de los habitantes de Lóndres no ascendía mas que á 100,000, y á la muerte de Isabel ya subía á 150,000.
La Gran Bretaña es segúramete uno de los países mas favorecidos del mundo. Su comercio de esportacion tiene por objeto los artículos mas necesarios para la vida, ó los productos de sus minas y manufacturas.
He aqui una ligera idea de los productos naturales que anualmente dan los tres reinos: plomo 300,000 quintales; cobre, 150,000; estaño, 100,000; hierro, 5.500,000; sal, 3.530,000; carbón de piedra, 180.000,000. La recolección de granos asciende a 262.500,000 fanegas. Las tierras de pan llevar ocupan 67.500,000 yugadas; los prados 30.000,000 y los bosques 1.482,000. El reino animal produce 1.900,000 caballos y mulas; 10.500,000 bueyes; 44.100,000 cabezas de ganado lanar y 5.250,000 puercos.
Apenas hay en Europa clase alguna de manufacturas que no se halla llevado hasta la perfección en Inglaterra. Las de lana, principalmente, son las mas considerables, y sobrepujan por la belleza y la cantidad de sus productos á las de los demás países. La quincallería es un artículo no menos importante, los de cerragería, los instrumentos, fusiles, espadas y otras armas, son de una calidad superior. Los utensilios de cocina, de cobre, hierro y estaño son también para la Inglaterra objetos de gran interés, y los relojes y péndulos gozan de la mas alta estimación. En el estado general del balance del comercio entre Inglaterra y los estrangeros se ha evaluado la esportacion en 41.649,192 libras esterlinas.
La agricultura ha hecho tantos progresos como el comercio y las manufacturas; la teoría y la práctica han marchado á la vez con igual éxito, y se han multiplicado las instituciones para el estudio de este arte, el primero de todos. Los miembros que los componen imprimen en diferentes épocas los cuadros de sus esperimentos é invenciones, que tienden á probar que la jardinería y la agricultura son aun susceptibles de una gran perfección. En fin, la industria ha compensado en Inglaterra los favores que la naturaleza ha prodigado en otros países, y aun los sobrepuja con frecuencia. No puede igualar á la hermosura del aspecto que ofrecen los campos cultivados. La variedad
La novela es un género de producción, en el que, los ingleses han sobresalido casi siempre; porque tienen para él una aptitud singular y una imaginación inagotable, y nadie mejor que sus escritores, han podido trazar esos pequeños detalles que pintan tan bien á los hombres. Bajo este punto de vista Richardson debe ser colocado á la altura de los primeros escritores ingleses. Su novela de Clarisa Altarlowe, que las personas frivolas encuentran demasiado larga, es la primera y única obra donde se ha puesto, finalmente, á los hombres en escena; y la de Fielding y miss Burneg, no ceden en nada á aquella.
La prensa periódica ha adquirido también en Inglaterra un inmenso desarrollo.
El gobierno inglés es una monarquía constitucional basada en la gran carta firmada por el rey Juan en 1215, y modificada en 1265, en 1272 y 1688. El poder del rey no tiene mas base que las leyes; y cuando se separa de ellas, la nación puede sustraerse á su obediencia; este poder no es mas que ejecutivo, y la constitución le ha indicado sus límites. El rey no puede hacer nuevas leyes, ni obrar contra las establecidas, ni levantar nuevos impuestos; pero puede declarar la guerra y la paz, enviar y recibir embajadores, hacer tratados de alianza y de comercio, convocar el Parlamento, reunirlo, prorogarlo ó disolverlo, negar su sanción á los bills, aun después de aprobados por las dos cámaras; pero esta es una prerogativa que los reyes de Inglaterra rara vez se atreven á ejercer. El soberano tiene el derecho de nombrar su consejo privado, los grandes dignatarios de la corona y los altos funcionarios de la Iglesia; en fin, es el manantial de donde salen todos los grados de la nobleza y de la caballería. Tal es la dignidad, tal el poder de los reyes de la Gran Bretaña.
El trono es hereditario, y en defecto de varones, las hembras pueden suceder en la corona.
El Parlamento, que es la representación nacional, el poder legislativo inglés, se compone del rey, de sus ministros, de la cámara de los Pares y de la de los Comunes. La cámara de los Pares consta de cuatrocientos veinte y nueve miembros, entre los cuales se sientan los obispos y arzobispos. La de los Comunes sé compone de los propietarios. Asi, las partes constituyentes del poder, son, el rey, los señores espirituales y temporales, y los comunes, y cada uno de ellos es tan necesario, que sin el consentimiento de los tres, no puede ser obligatoria ninguna ley.
Las fuerzas terrestres de Inglaterra han sido hasta estos últimos tiempos de poca consideración, con respecto á las marítimas. Los ingleses, celosos de sus derechos y de su libertad, han temido poner en manos de los reyes fuerzas mas considerables. El espíritu de las leyes relativas á la milicia, tuvo por mira en su origen, en cuanto era posible, no hacer de la profesión de las armas un orden distinguido. Asi es, que se disciplinó cierto número de hombres en cada condado, sacados á la suerte por tres años, y mandados por el lord lugar―teniente, los diputados lugar―tenientes y otros principales propietarios, que tenían esta comisión por la corona. No se les podia obligar á marchar fuera de su condado, sino en caso de invasión ó de rebelión, y de ninguna manera era permitido hacerlos salir del reino. Pero como la costumbre de mantener ejércitos regulares, ha prevalecido en Europa, las leyes han juzgado necesario tener en pie, aun en tiempo de paz, un cuerpo de tropas regulares bajo el mando del rey. Las fuerzas de tierra, contando las empleadas en las colonias ascienden á 236,756 hombres.
La marina real ha sido siempre la mas grande defensa de Inglaterra, y ha venido á ser el manantial de su imenso comercio. En las primeras guerras de la revolución, las fuerzas marítimas de Inglaterra se componían de seiscientos sesenta y un buques, de los cuales ciento cincuenta y cinco eran navios de linea, doscientas diez fragatas y doscientos cincuenta y seis sloops. El material de la marina real en tiempo de paz está fijado hoy en setecientos cincuenta y nueve buques.
Nadie ignora que al comercio y á la industria es á lo que debe el pueblo inglés, el rango que disfruta en todo el mundo y el grado de poder á que se ha elevado. Hasta el reinado de Isabel, no principió a conocer la Inglaterra el peso que podía hacer en la balanza del comercio. Antes que esta nación tuviese colonias, el número de los habitantes de Lóndres no ascendía mas que á 100,000, y á la muerte de Isabel ya subía á 150,000.
La Gran Bretaña es segúramete uno de los países mas favorecidos del mundo. Su comercio de esportacion tiene por objeto los artículos mas necesarios para la vida, ó los productos de sus minas y manufacturas.
He aqui una ligera idea de los productos naturales que anualmente dan los tres reinos: plomo 300,000 quintales; cobre, 150,000; estaño, 100,000; hierro, 5.500,000; sal, 3.530,000; carbón de piedra, 180.000,000. La recolección de granos asciende a 262.500,000 fanegas. Las tierras de pan llevar ocupan 67.500,000 yugadas; los prados 30.000,000 y los bosques 1.482,000. El reino animal produce 1.900,000 caballos y mulas; 10.500,000 bueyes; 44.100,000 cabezas de ganado lanar y 5.250,000 puercos.
Apenas hay en Europa clase alguna de manufacturas que no se halla llevado hasta la perfección en Inglaterra. Las de lana, principalmente, son las mas considerables, y sobrepujan por la belleza y la cantidad de sus productos á las de los demás países. La quincallería es un artículo no menos importante, los de cerragería, los instrumentos, fusiles, espadas y otras armas, son de una calidad superior. Los utensilios de cocina, de cobre, hierro y estaño son también para la Inglaterra objetos de gran interés, y los relojes y péndulos gozan de la mas alta estimación. En el estado general del balance del comercio entre Inglaterra y los estrangeros se ha evaluado la esportacion en 41.649,192 libras esterlinas.
La agricultura ha hecho tantos progresos como el comercio y las manufacturas; la teoría y la práctica han marchado á la vez con igual éxito, y se han multiplicado las instituciones para el estudio de este arte, el primero de todos. Los miembros que los componen imprimen en diferentes épocas los cuadros de sus esperimentos é invenciones, que tienden á probar que la jardinería y la agricultura son aun susceptibles de una gran perfección. En fin, la industria ha compensado en Inglaterra los favores que la naturaleza ha prodigado en otros países, y aun los sobrepuja con frecuencia. No puede igualar á la hermosura del aspecto que ofrecen los campos cultivados. La variedad
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