viernes, noviembre 02, 2007

Viage ilustrado (Pág. 102)

pastos y ricas lanas; Atica una miel trasparente y per­fumada; Misitra, junto las ruinas de Esparta y Tripo­litza cerca de la de Tegeo, se sacuden rápidamente de las mortíferas invasiones musulmanas que han sufrido.
Pero las ciudades principales de la Grecia moder­na son Atenas y Nauplia. Esta última tiene diez mil almas, y Atenas cuarenta mil, sin contar el Pireo, que en 1838, no tenia mas que una barraca para la aduana, y donde actualmente se encuentran ya trescientas casas.
El nombre antiguo de Atenas se halla todavía en el de Áthina ó Setines, que le dan los griegos moder­nos y los turcos. Esta es sin duda alguna una de las ciudades mas antiguas del mundo su fundador fue Cecrops. Su hermosura, sus riquezas, y mas que nada los grandes hombres que en todos los géneros ha pro­ducido, le han asegurado una gloria inmortal. Pericles es quien la adornó con monumentos bellísimos, muchos de los cuales subsisten todavia despues de tantos siglos, sirviendo las ruinas magestuosas de otros, de protesta elocuente contra el mal gusto de los edificios públicos que enfrente de ellas ha levantado el gobierno. Los monumentos que mas han resistido al trascurso del tiempo son: el teatro de Baco, la Torre de los Vientos, el Estadio, el templo de Minerva, el Parthenon, el templo de Teseo, y la Linterna de Dió­genes.
El teatro de Baco está al pie de la montaña que mira al SO. Y enteramente construido con grandes piedras talladas. La mayor parte de las gradas están abiertas en la roca, y la escena tiene cerca de 25 me­tros, siendo la longitud del edificio entero de 82.
La Torre de los Vientos es de mármol y tiene ocho puertas, sobre cada una de las cuales se ha es­culpido la imágen de un viento que está representado en la actitud de un genio alado, con su nombre por debajo, y un emblema relativo á la estacion del año en que acostumbra á hacer sentir mas su influencia. La mole termina por una pirámide de mármol, que sirve de base á un triton de metal armado con una baqueta. El mecanismo de la obra es tal que los vien­tos hacen girar al triton, el cual se encuentra siempre enfrente del viento que reina sucesivamente en la atmósfera. Este monumento está situado entre dos calles.
El Estadio ha sido destruido y reparado muchas veces. El que subsiste hoy fué edificado á espensas de un tal Herodes, uno de los mas ricos particulares del mundo romano. Adriano dió en él en un solo dia un combate de mil fieras.
El templo de Minerva Suniada es el último monu­mento de la Atenas de Pericles. Fue levantado sobre el promontorio Sinio, donde va á terminar el Atica, y no quedan de él mas que diez y siete columnas, que se ven desde tan lejos cuando se navega en el Archi­piélago, que el promontorio ha tomado el nombre de Cabo-Columna.
El Parthenon, ó el templo de Minerva, se elevaba todavia casi entero hace poco mas de un siglo, pero en la guerra que los turcos sostuvieron contra los venecianos en 1677, este pueblo enemigo de las artes, convirtió monumento tan hermoso en un almacen de pólvora, y una bomba dirigida por los gefes de la ar­tillería de Morosini, cayó precisamente sobre este arsenal, haciendo volar por el aire el templo, á escepcion de la estremidad occidental y de un corto número de columnas. El gobierno musulman, no menos destructor que la bomba Morisini, ha hecho erigir una mezquita de gusto bárbaro, en medio de las ruinas de uno de los mas bellos monumentos del siglo de Ale­jandro.
Al N. O. de la ciudadela se ven las ruinas del templo de Teseo, que tiene mucha semejanza con el de Minerva. Los bajo—relieves que subsisten todavía, llaman la atencion de los inteligentes.
Los Propyleos son uno de los mejores monumentos erigidos por Pericles. Principian por el lado de la ciu­dad con dos pórticos paralelos, terminados cada uno por una masa que sirve de base á una estátua ecuestre. El cuerpo principal del edificio es un peristilo del gus­to de los de los templos griegos, y conduce á las cin­co puertas por donde se entra en la ciudadela. Cuan­do los turcos se vieron dueños pacíficos de Atenas, hicieron de los Propyleos un almacen de pólvora. En 1657 cayó un rayo y destruyó todos los techos del edificio.
Uno de los monumentos mejor conservados es la Linterna de Demósthenes, situada en la estremidad Sudeste de la roca de la ciudadela. Es una pequeñaa torre de mármol, cuyo entablamento está sostenido por seis columnas de órden corintio, estriadas y de una sola pieza; los seis intercolumnios, unos están abiertos, y otros cerrados por grandes tablas de már­mol, encima de las cuales hay trípodes en bajo relie­ve, y todo el edificio termina en una especie de capi­tel corintio. Este elegante monumento ha escitado siempre la adminacion de los artistas. Muchos han visto, á principios de 1802, durante la esposicion de los productos de la industria francesa, una copia en barro, que se colocó en medio del patio del palacio del Louvre en Paris.
Muchos ilustrados observadores, admirados de la completa conservacion de los monumentos que han escapado á la barbarie de los hombres, han pretendido indagar por que habían podido resistir tanto tiempo á las intemperies del clima, dejando por último consig­nado que dicha conservacion no podia atribuirse á otra causa que á la sequedad y pureza del aire.
No es únicamente la rica herencia de hermosas ruinas que el tiempo le ha legado, lo que lleva á Atenas gran multitud de viageros; sino tambien la ciudad moderna, que anuncia ya una capital destinada á una poblacion rica. Tiene grandes calles muy bien fabricadas, por donde circulan los oninibus como en París y Lóndres, un camino que la une al Pireo, edificios grandes, escuelas, y un comercio importante que profetiza á la antigua patria de las artes un porvenir digno de su pasado.
Atenas pertenece á la Livadia. Este pais, en otro tiempo la Acaya, que era lo que se llamaba la Grecia pura ó la helladia, encerraba muchas rgiones. Las principales eran el Ática, la Beocia, la Phócida, la Dórida, la Etolia y otros paises todos que contenian ciudades igualmente celebres, las cuales, ó han desaparecido ya de la haz de la tierra, ó yacen convertidas en polvo y ruinas donde apenas puede leerse un resto de la gloria que alcanzaron.
Todos los lugares de la Ática son célebres; el tenmplo de Ceres Eleusina en Lessina; Megara, al Ponien­te de Eleusis, entre Atenas y Corinto; el monte Citéreo, que separa el Ática de la Beocia; Maraton, que no es mas que un miserable despoblado y otros muchos sitios, en fin, que pudiéramos citar, degradados solamen-

No hay comentarios: