martes, mayo 10, 2011

Viage ilustrado (Pág. 562)

que vinieron á sobresalir y encumbrarse hasta el nivel; del mismo rey de Oviedo, como caudillos de un pueblo tan numeroso y guerrero.
En Galicia alcanzó el rey Fruela una señalada victoria en el lugar de Pontumio contra los moros, á los que según el cronicón de Sebastian, obispo de Salamanca, mató 54,000 hombres. Contra este rey se rebelaron los gallegos en 761, pero los avasalló por la fuerza de las armas. Una nueva sublevación tuvo lugar en Galicia en el reinado de Silo, pero también fué reprimida con la derrota de los rebeldes que se acogieran á las asperezas del Cebrero. En Samanos, hoy Samos, monasterio de Galicia, se educó y crió el rey don Alfonso II, llamado el Casto, y en su reinado se descubrió en Galicia, cerca de Padrón, el sepulcro de Santiago. A este buen monarca debe Galicia la construcción de un camino que conducia al nuevo templo del Apóstol, el cual por ser frecuentado por muchos peregrinos franceses, recibió después el nombre de camino francés. El mismo Alfonso el Casto fundó en el monte Cebrero un hospital, que después fué monasterio para hospedar á los peregrinos. El año de 822, según Huerta, conista de Galicia, fué proclamado por rey en este pais don Ramiro, hijo de Bermudo I, y con anuencia de Alfonso el Casto, tuvo el gobierno del mismo hasta 843, en que muerto el Casto, le sucedió Ramiro en todos sus dominios. Desde entonces, según el mismo Huerta, el título de rey de Galicia fué el de los primogénitos ó herederos de la corona, asi como se llaman ahora príncipes de Asturias. Durante el reinado de Ramiro, las costas de Galicia sufrieron distintos ataques por los piratas normandos, pero fueron derrotados por aquel, y obligados á reembarcarse. A la muerte de Ordoño I subió al trono su hijo Alfonso III, llamado el Magno. Fruela, hijo del rey don Bermudo, que era á la sazón conde de Galicia, apoyado por los próceres de este pais, logró desposeer al nuevo monarca, y establecerse como tal en el real palacio de Oviedo, pero los habitantes de esta ciudad le quitaron la vida al poco tiempo dentro del citado edificio. Los historiadores árabes de aquella época calificaban al pueblo de Galicia por el mas belicoso y bárbaro de toda la cristiandad, y nos instruyen no pasaba dia sin que esta tierra fuese teatro de sangrientos y porfiados combates con los fieles muslimes. A los reyes de Asturias, llamaban siempre los árabes reyes de Galicia, nombre que estendian á todo el territorio comprendido en la Galicia propia, Asturias, Vizcaya, Guipúzcoa, y parte de Navarra, en fin, desde el Miño hasta los Pirineos, era para los árabes tierra de Djalikiah (Galicia). También el papa Juan VIII llama á Alfonso III en un breve, rey cristianísimo de las Galicias. Durante su reinado tuvieron lugar varias rebeliones en Galicia; la principal era acaudillada por un magnate llamado Wtiza, que aunque logró prolongarla por algunos años, hubo de sucumbir al poder y al castigo de Alfonso. Igual suerte sufrió otro rebelde llamado Sarracino, que sucedió al primero. En 913, Ordoño, hijo de Alfonso el Magno, conde de Galicia, heredó el trono por muerte de su hermano don García, y habiendo fijado la corte en Leon, tomó el título de rey de Leon, comprendiéndose desde entonces Galicia en el reino de aquel nombre. Sancho I el Gordo, sofocó también una rebelión en este pais indómito é independiente, y que pugnaba siempre por libertarse del dominio asturiano ó leonés. Los corifeos eran entonces los próceres Rodrigo Velazquez, Gonzalo Sanchez y Sisenando, obispo de Compostela, los cuales intentaban alzar por rey á un hijo de Ordoño III, llamado Bermudo, el qué por fin alcanzó la corona, por los esfuerzos de los condes gallegos, y fué el segundo de su nombre. Reñidas guerras civiles tuvieron lugar entre Leon y Galicia , y luego este último reino fué trabajado por las armas del célebre Almanzor, que llegó hasta Santiago, y saqueó el templo del Apostol. Al morir en 1067 Fernando I, apellidado el Magno, rey de Leon y Castilla, dejó la Galicia y el Portugal á su tercer hijo García, con el título de rey de Galicia, el que se hizo aborrecible á sus vasallos por sus tiranías aconsejadas por un valido llamado Vernula, el cual fué muerto por los próceres gallegos casi en brazos del rey; éste cayó á poco en poder de su hermano Sancho II, rey de Castilla, y fué encerrado en el castillo de Luna, donde murió. Desde esta época, Galicia no volvió á separarse de la corona de Castilla y Leon, figurando siempre como una de las provincias mas interesantes de la Península. Sin ser de este lugar el hacer una historia detallada de todos los sucesos acaecidos en este noble país, deberemos mencionar las guerras que tuvieron lugar en el desastroso reinado de la tristemente célebre reina doña Urraca, condesa que habia sido de Galicia, y que fué sostenida por los gallegos, contra las pretensiones de su segundo esposo Alfonso el Batallador, rey de Aragón, hasta que en 1116 el obispo de Santiago don Diego Gelmirez, disgustado de la inconstancia y liviandad de la reina, hizo proclamar por rey á su hijo Alfonsito Raimindez (1), nacido en Galicia, y que en la mayor edad se llamó Alfonso VII el Emperador. En nuestros dias también se distinguieron los gallegos en la gloriosa guerra de la independencia secundando el grito dado por los asturianos, no de otro modo que en los tiempos de Pelayo La Coruña fué la primera población que se sublevó contra los invasores el dia de San Fernando de 1808, é hizo reunir una junta suprema y soberana, compuesta de los siete diputados de las siete ciudades gallegas de voto en Cortes, la que formó inmediatamente ejércitos numerosos que humillaron repetidas veces á las altivas águilas de Napoleón.
En el dia el reino de Galicia forma una audiencia territorial y una capitanía general que llevan su nombre, y está dividido en las cuatro provincias de la Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra. Tiene el arzobispado de Santiago, y los cuatro obispados de Tuy, Orense, Lugo y Mondoñedo; nueve ciudades, la Coruña, Betanzos, Santiago, Lugo, Orense, Tuy, Mondoñedo, Vigo y Pontevodra, muchas villas y lugares, cuarenta y siete partidos judiciales, tres mil seiscientas ochenta y tres parroquias, y habia antes de la estincion de los regulares, setenta y cuatro conventos de religiosos y veinte y cinco de monjas.
Saliendo de Luanco se sigue el camino llamado de la costa, que como en otro lugar indicamos, atraviesa por Luarca, Navia y Castropol Esta última población es una bonita villa situada en el confín de Asturias, junto á la ria de Rivadeo, que es preciso atravesar para entrar en territorio gallego, y en el pueblo del mismo nombre. Rivadeo, es puerto de mar bastante capaz para fragatas de veinte y treinta cañones, y cabeza de partido judicial de su nombre, con treinta y tres feligresías y 2,789 habitantes. Goza de un clima sa–

(1) Asi le nombran las crónicas por ser niño á la sazón.

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