lunes, enero 24, 2011

Viage ilustrado (Pág. 538)

Y medides de Candas
Cuelgo de la botonada,
Y traigo medies azules
Y la faija colorada,
Y escapulario de seda
So la camisa abrochada,
Y el ramo de siempre vives
E na montera terciada?
Non afayo gustu en nada
Nin sé cuandu un ixixú
Salió de la mió garganta
Nin el galan desta villa
Canto ya pe la Quintana
Nin danzo nes romeries,
Nin me ven é na esfoyaza
Nin salto pe les fogueres
Nin topo en nada folgancia.
...............................
Verná de San Xuan la noche
Templadina y estrellada,
Y el carbayu non pondré
Arrimadu a la ventana.


Después de haber hablado de las glorias, usos y costumbres asturianas, mencionaremos los pueblos de Pajares, la Rumia, Puente de los Fierros y Campomanes, situado á la margen del rio Lena. Alli está el solar de la ilustre familia de este nombre de la que dijo un antiguo nobiliario asturiano:


...De los de Campomanes
En blanco campo teñido
Vi el escudo barnizado
Y este suelo ha ilustrado
La gente de este apellido.


Después de Campomanes se encuentra la Vega del Ciego y luego la Pola de Lena, villa de alguna consideración por ser cabeza del concejo y partido judicial de su nombre; por sus minas de carbon de piedra y por estar situada en una de las comarcas mas feraces y ricas del principado.
Pasando después de la Pola por Villallana, La Frecha, Ujo y Suntullano, pueblos todos insignificantes, se encuentra la graciosa villa de Mieres, de cerca de 2,000 habitantes, situada sobre el Nalon, en cuyo término hay minas de cinabrio y una escelente fundición de hierro dirigida por ingenieros belgas. A la izquierda, siguiendo el camino de Oviedo, se ve el palacio señorial de los marqueses de Campo–Sagrado, que son los parientes mayores ó gefes de la renombrada familia de Quirós, cuya historia escribió el canónigo Tirso de Aviles en sus Linages de Asturias, obra hasta hoy inédita, la cual no copiamos aqui no permitirlo los límites á que nos debemos reducir. Despues de dejar á Mieres, que dista tres leguas de Oviedo, aun no se encuentran las feligresías de Olloniego, Manzaneda y San Esteban de las Cruces, y desde esta se da vista á la ilustre capital de Asturias, la ciudad de reyes y de los obispos, la corte de los belicosos sucesores del gran Pelayo. Desde luego cautiva nuestra atención su pintoresco y grandioso aspecto, aunque desde el camino de Castilla, no es de donde se descubren todas las bellezas de la vieja ciudad asturiana, que recostada magestuosamente á la falda de los montes de Morcin y Naurancio, domina como reina la ditalada y amena llanura que se despliega á sus plantas, y cuya atrevida y afiligranada aguja gótica va á ocultar en el cielo la misteriosa cruz de los ángeles, blason de la ciudad y de su noble regenerador el célebre Alfonso el Casto. La Corredoría y primeros lugares que se encuentran al paso pertenecen al concejo de Oviedo, mas luego se entra en el de Llanera, cuyo montuoso y regado por varios arroyos que van á tributar sus aguas al rio Nora que atraviesa al concejo, parece muy árido al dejar la bella y fértil llanura de Oviedo. Tiene Llanera once parroquias, y en la de Santa Eulalia de Ferrones y San Miguel de Villardovejo hay escelentes y abundantísimos criaderos ó minas de carbon de piedra beneficiados por una sociedad belga.
El terreno que se atraviesa, si bien es como toda Asturias, risueño y variado, no presenta los grandes montes que en Pajares asombran. Del concejo de Llanera se pasa al de Corvera, que contiene cinco feligresías. Al llegar á la de Solis, el aficionado á la heroica ciencia de la heráldica, se complace en observar una antigua casa–palacio que teine por blasón un sol.
»Es el linage y solar de Solis de los mas antiguos de Asturias, y se tiene por cierto se hallaron con el infante Pelaio los primeros y se llamaron este apellido, en las guerras que tuvo con los moros al prinzipio de la restaurazion, porque antes no se llamaban de este nombre sino después que venzieron una insigne batala en el lugar que aora se llama Solis en este conzejo de Corbera la cual pasó de esta manera. Que iendo el rey Pelaio en seguimiento de los moros; ziertos varones que traía consigo, les mandó adelantarse en el alcanze de ellos y les dijo: andad que con sol is. Como si dijera que fuesen, que aun llevaban sol y dia para venzer la dicha batalla y volviesen con victoria. Y asi fueron y lo hizieron tan esforzadamente que los venzieron en aquel lugar que llaman Solis antes que se pusiese el sol, y el rey puso nombre de Solis á aquel, y á los dichos varones venzedores les dio un sol por armas en campo colorado derechos todos los raios. Hubo deste apellido muy prinzipales hombres, espezialmente un don Pedro Solis, que fué camarero del papa Alejandro VI, arzediano de Madrid, canónigo de Toledo, dean de Oviedo, maestre escuela de Leon, abad de Arbas y de Santas Martas.»
Esta tradición también está referida en los versos siguientes:


»Vi en sangre el sol dorado
Derechos todos los rayos,
A do dijo el rey loado
Un dicho pronosticado
A sus varones Pelaio.
Cuando todos se partieron
Bien vengais que con sol–is,
Con sol fueron y vinieron
Y á do los moros venzieron
Puso nombre el rey Solís.»


En Solís hay un puente de cantería para cruzar el rio de su nombre, y buenas canteras de piedra muy semejante al mármol.
La capital de Corvera es Nubledo, pintoresco lugar de la feligresía de Cancienes, que dista una legua de Aviles, por el que atraviesa el camino real. A la media legua se encuentra su buen puente de sillería, en la graciosa población de Villa–Alegre, que

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