Asturianos de viage
guerra son los prisioneros, los caballos y machos de cabrío»... «También en las ocasiones solemnes tributan á los dioses hecatombes ó sacrificios en que se inmolaban cien víctimas. Pelean á pie ó á caballo, armados á la ligera ó completamente dispersos ó reunidos y se ejercitan en la carrera y la lucha»... «Suelen montar dos en un caballo, y en el momento del combate uno de ellos echa pie á tierra»... «La mayor parte del año se alimentan de bellotas, las que después de haber secado, las quebrantan y muelen, amasando con su harina un pan que se conserva largo tiempo»... «Su bebida mas estimada es una especie de cerveza. También usan del vino, pero es muy escaso, y el poquísimo que su pais produce se consume en los banquetes de bodas y funerales. Usan de la manteca en vez del aceite. Comen sentados en poyos, se sitúan por orden de edad ó dignidad y las viandas pasan de uno en otro»... «En los convites danzan al son de la flauta ó del clarín, y forman pasos figurados, doblando las rodillas y saltando alternativamente»... «También usan mucho una danza guerrera, en que los hombres asidos de las manos, empuñando la lanza y moviendo los brazos forman un gran círculo que gira sobre sí mismo. Acompáñanse entonces con canciones belicosas, en que se refieren los altos hechos de los héroes, y acaban por formar un simulacro de batalla»... «Trafican por medio de cambios ó se sirven de láminas de plata que van cortando en fragmentos para pagar los efectos que quieren adquirir»... «Apedrean á los condenados a muerte y ejecutan á los parricidas fuera de las ciudades»... «Sus casamientos son á la manera de los griegos»... «Colocan sus enfermos en los caminos públicos cual hacían los egipcios, para utilizar los consejos do los viandantes que hubiesen sido acometidos de la misma enfermedad»... «Hasta la conquista de los romanos solo conocieron barcos de cuero, con los que recorrían las costas; pero hoy usan canoas»... «Llevan en la guerra unos broqueles cóncavos, de dos pies de diámetro, quo cuelgan en las correas sin hebillas ni asas. Usan también del puñal»... «Sus cotas de armas son generalmente de lino, y apenas se encuentra quien las lleve de malla. Tampoco se ve entre ellos el morrión de tres garzotas, y regularmente los tejen de nervios»... «Los peones llevan botines largos ó polainas, y van armados de venablos ó lanzas con la cuchilla de bronce»... «Todos usan sayos negros y las mugeres llevan vestidos bordados.»
No es de suponer que el escaso tiempo que los romanos lograron dominar á los belicosos asturos, fuese bastante para hacer abandonar á estos pueblos, tan apegados á sus antiguos usos y costumbres, el trage de que habla Estrabon, y regularmente no adoptarían nunca la toga y el manto romano. No asi respecto al trage de los godos, pues consultando los escasísimos fragmentos de la historia de las costumbres y tragos que nos restan de aquella época, creemos que los asturos llevaron como los godos un sayo corto de lana ó de piel, grandísimos calzones muy forrados, y la cabellera larga y partida sobre la frente, pues asi aparecen representados en dos monumentos de diversa época, pero de igual autoridad histórica, que son la columna de Arcadio en Constantinopla y la portada del monasterio de San Pedro de Villanueva, media legua de Cangas de Onís. San Isidoro, en sus Etimologías describe el trage de los godos de su tiempo diciendo, que consistía en el estringio, especie de túnica muy antigua de que habla Plauto. El amículo, capa de lino, que al principio solo usaban las cortesanas, pero cuyo uso se propagó después en España. El recúolo ó redecilla para recoger el pelo y el manto ó manguito para conservar las manos calientes. Los escritos árabes nos describen el trage guerrero de los asturianos en tiempo de Alfonso I, el Católico. Uno de ellos el–Laghi dice: «Vienen estrañamente vestidos, con la cabellera larga y tendida con una birreta ó morrión tosquísimo, labrado de un enrejado de hierro y afianzado con una correa. Sus armas eran.
No es de suponer que el escaso tiempo que los romanos lograron dominar á los belicosos asturos, fuese bastante para hacer abandonar á estos pueblos, tan apegados á sus antiguos usos y costumbres, el trage de que habla Estrabon, y regularmente no adoptarían nunca la toga y el manto romano. No asi respecto al trage de los godos, pues consultando los escasísimos fragmentos de la historia de las costumbres y tragos que nos restan de aquella época, creemos que los asturos llevaron como los godos un sayo corto de lana ó de piel, grandísimos calzones muy forrados, y la cabellera larga y partida sobre la frente, pues asi aparecen representados en dos monumentos de diversa época, pero de igual autoridad histórica, que son la columna de Arcadio en Constantinopla y la portada del monasterio de San Pedro de Villanueva, media legua de Cangas de Onís. San Isidoro, en sus Etimologías describe el trage de los godos de su tiempo diciendo, que consistía en el estringio, especie de túnica muy antigua de que habla Plauto. El amículo, capa de lino, que al principio solo usaban las cortesanas, pero cuyo uso se propagó después en España. El recúolo ó redecilla para recoger el pelo y el manto ó manguito para conservar las manos calientes. Los escritos árabes nos describen el trage guerrero de los asturianos en tiempo de Alfonso I, el Católico. Uno de ellos el–Laghi dice: «Vienen estrañamente vestidos, con la cabellera larga y tendida con una birreta ó morrión tosquísimo, labrado de un enrejado de hierro y afianzado con una correa. Sus armas eran.
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