ofrece á primera vista al viagero todas las bellezas salvages de la naturaleza alpestre, y despliega en seguida á sus ojos todas la rica fecundidad de la Italia. Su suelo es tan vario en aspecto como en sus producciones. Se coge en general buen trigo, centeno, cebada, maiz, vinos de mediana calidad, trufas muy estimadas, y arroz en abundancia, que forma un ramo de comercio considerable. Sus abundantes pastos alimentan numerosos rebaños: la seda se recoge en gran cantidad, y es la mejor de Italia, especialmente para torcer.
La principal ciudad del Piamonte es Turin, capital del reino de Cerdeña, y es la residencia ordinaria del soberano Turin forma un cuadro casi perfecto de cerca de cuatro kilómetros. Las fortificaciones consisten en quince bastiones muy regulares y tres fuertes, en los que se ha desplegado todo el lujo de que es susceptible la severidad de la arquitectura militar. Una de estas obras, que cada una por sí sola forma una fortaleza, es llamada, el Bastion Verde, á causa del bonito paseo que se ha construida en su plataforma. Los ángulos de todos estos bastiones están adornados de una garita de piedra labrada, y para guardar simetría se ha construido una en el bastion Verde, mucho mas elegante, que es una especie de pabellón donde en otro tiempo habia un sofá y todos los adornos de un retrete.
Hay cuatro hermosas puertas; la puerta Nueva, la del Pó, la de Suze y la del Palomo, que miran exactamente á los cuatro puntos cardinales, y están adornadas de fachadas de mármol, de columnas, de bronces y de inscripciones. La del Pó particularmente es de un estillo sencillo, pero noble y elegante.
El Pó y el Doire confunden sus aguas á poca distancia de la ciudad. Este último sirve para llenar los fosos, y para limpiar y regar las calles por la noche, para lo cual dan dirección á las aguas. La ciudad esta dividida, por calles cuya mayor parte se cortan en ángulos rectos, en ciento cuarenta ó ciento cincuenta manzanas, siendo la parte nueva la mejor alineada; la calle del Pó, la calle Nueva y la de Dora–Grossa ó de Mont–Cenis, son las mas notables por la belleza de sus edificios, cuyos pisos bajos ostentan soberbios pórticos. La última, construida en tiempo de uno de los últimos reyes, tiene mas de 170 metros de anchura.
La mayor parte de las casas son de ladrillo, lo que les da solidez, y es al mismo tiempo económico, sin que destruya el buen efecto. Algunas casas están rebocadas de estuco; pero este mármol ungido admite fácilmente el polvo, y las lluvias lo destruyen; de suerte, que observando detenidamente, el amante de las artes encontraria una porción de objetos dignos de crítica, pero mirando el conjunto no se puede menos de admirar.
El palacio real presenta por un lado una fachada gótica y por otro es de una arquitectura griega, lo cual le da un aspecto raro; su principal mérito consiste en el lujo de sus adornos y en su hermosa colección de pinturas, fruto de un siglo de trabajo y de cuidados. La Plaza Real, que está frente al palacio, es de un efecto agradable.
El antiguo palacio del duque de Saboya es notable por una columnata que recuerda la del Louvre; la fachada tiene solamente la falta de estar demasiado sobrecargada de adornos.
El teatro es grande y hermoso, y esta cerca del Palacio Real. La platea es de figura oval, como casi todos los grandes teatros de Italia. La embocadura es ancha, y está sostenida por dos grandes columnas corintias coronadas de una cornisa, y otros adornos sostenidos por dos cariátides. El palco del rey tiene diez metros de ancho; los demás tienen dos metros á lo mas, pero mucho fondo, y pueden contener con comodidad ocho personas.
La duración de los espectáculos en Italia hace que los teatros sean mas bien salones donde se va por el único placer de reunirse. Durante casi toda la representación, se toman helados, se juega á los naipes, ó se hacen visitas, y muy poco se ocupan del espectáculo, escepto cuando llaman la atencion algunos trozos escogidos.
Turin es rico en todo lo que puede animar y facilitar el cultivo de las ciencias y de la literatura. El monetario que los reyes de Cerdeña han reunido es uno de los mas completos de Europa; y el museo egipcio es también, en su género la mas bella colección que existe.
La Academia de Turin ha publicado muchos volúmenes de memorias interesantes. De su seno salió el célebre matemático Lagrange, que fué miembro del Cenado conservador en Francia.
Muchas iglesias llaman también la atención de los viageros. Entre ellas, las mejores son: la de San Lorenzo, la de San Felipe Neri y la de Saint–Suaire.
Los alrededores de la ciudad son encantadores. La cordillera de alturas, que se llama, la Colina, está sembrada de soberbias quintas. El convento de capuchinos ocupa también una situación la mas agradable.
Las otras ciudades principales del Piamonte son Alejandría, edificada en honor de Alejandro III. Asti, la antigua Hasta Pompeya y Verceil (Verulla) fundada, según dicen, por Belloveso. En las cercanías de esta última ciudad fué donde los cimbrios fueron derrotados por Mario.
Los piamonteses son italianos por los usos, las costumbres y el idioma, que es un dialecto toscano; sin embargo, no tienen la escesiva viveza de los demas italianos, ni en su rostro se pintan las pasiones con tanta rapidez y energía. Dotados de una estrcmada sutileza, ó por mejor decir, astucia, son desconfiados y taciturnos. Ellos recelan naturalmente de los demás los lazos que ellos mismos están dispuestos á tenderles; por esto es por lo que siempre procuran rodearse de precauciones, como si les amenazasen muchos peligros.
Nada se da en este pais sino por interés; los menores servicios que prestan en las posadas, la menor atención de un mozo de fonda son interesados; si se le pregunta á un hombre del pueblo las señas de alguna parte, no es estraño verle antes alargar la mano, y responder después con una exactitud proporcionada al dinero que ha recibido.
Naturalmente pensativos y melancólicos, parecen hacer poco caso de la poesía. Esceptuando á Alfieri, apenas se cuenta un poeta de genio entre los hijos del Piamonte; pero son mas felices en las obras que necesitan lógica y estudio, y han dado escelentes tratados de filosofía, de jurisprudencia, de medicina y de matemáticas.
El territorio de Genova, confina con el del Piamonte, y se estiende al Mediodía á lo largo del Mediterráneo, en una escala de cerca de 180 kilómetros.
Los latinos llamaban á este pais, Liguria litoral. Gé–
La principal ciudad del Piamonte es Turin, capital del reino de Cerdeña, y es la residencia ordinaria del soberano Turin forma un cuadro casi perfecto de cerca de cuatro kilómetros. Las fortificaciones consisten en quince bastiones muy regulares y tres fuertes, en los que se ha desplegado todo el lujo de que es susceptible la severidad de la arquitectura militar. Una de estas obras, que cada una por sí sola forma una fortaleza, es llamada, el Bastion Verde, á causa del bonito paseo que se ha construida en su plataforma. Los ángulos de todos estos bastiones están adornados de una garita de piedra labrada, y para guardar simetría se ha construido una en el bastion Verde, mucho mas elegante, que es una especie de pabellón donde en otro tiempo habia un sofá y todos los adornos de un retrete.
Hay cuatro hermosas puertas; la puerta Nueva, la del Pó, la de Suze y la del Palomo, que miran exactamente á los cuatro puntos cardinales, y están adornadas de fachadas de mármol, de columnas, de bronces y de inscripciones. La del Pó particularmente es de un estillo sencillo, pero noble y elegante.
El Pó y el Doire confunden sus aguas á poca distancia de la ciudad. Este último sirve para llenar los fosos, y para limpiar y regar las calles por la noche, para lo cual dan dirección á las aguas. La ciudad esta dividida, por calles cuya mayor parte se cortan en ángulos rectos, en ciento cuarenta ó ciento cincuenta manzanas, siendo la parte nueva la mejor alineada; la calle del Pó, la calle Nueva y la de Dora–Grossa ó de Mont–Cenis, son las mas notables por la belleza de sus edificios, cuyos pisos bajos ostentan soberbios pórticos. La última, construida en tiempo de uno de los últimos reyes, tiene mas de 170 metros de anchura.
La mayor parte de las casas son de ladrillo, lo que les da solidez, y es al mismo tiempo económico, sin que destruya el buen efecto. Algunas casas están rebocadas de estuco; pero este mármol ungido admite fácilmente el polvo, y las lluvias lo destruyen; de suerte, que observando detenidamente, el amante de las artes encontraria una porción de objetos dignos de crítica, pero mirando el conjunto no se puede menos de admirar.
El palacio real presenta por un lado una fachada gótica y por otro es de una arquitectura griega, lo cual le da un aspecto raro; su principal mérito consiste en el lujo de sus adornos y en su hermosa colección de pinturas, fruto de un siglo de trabajo y de cuidados. La Plaza Real, que está frente al palacio, es de un efecto agradable.
El antiguo palacio del duque de Saboya es notable por una columnata que recuerda la del Louvre; la fachada tiene solamente la falta de estar demasiado sobrecargada de adornos.
El teatro es grande y hermoso, y esta cerca del Palacio Real. La platea es de figura oval, como casi todos los grandes teatros de Italia. La embocadura es ancha, y está sostenida por dos grandes columnas corintias coronadas de una cornisa, y otros adornos sostenidos por dos cariátides. El palco del rey tiene diez metros de ancho; los demás tienen dos metros á lo mas, pero mucho fondo, y pueden contener con comodidad ocho personas.
La duración de los espectáculos en Italia hace que los teatros sean mas bien salones donde se va por el único placer de reunirse. Durante casi toda la representación, se toman helados, se juega á los naipes, ó se hacen visitas, y muy poco se ocupan del espectáculo, escepto cuando llaman la atencion algunos trozos escogidos.
Turin es rico en todo lo que puede animar y facilitar el cultivo de las ciencias y de la literatura. El monetario que los reyes de Cerdeña han reunido es uno de los mas completos de Europa; y el museo egipcio es también, en su género la mas bella colección que existe.
La Academia de Turin ha publicado muchos volúmenes de memorias interesantes. De su seno salió el célebre matemático Lagrange, que fué miembro del Cenado conservador en Francia.
Muchas iglesias llaman también la atención de los viageros. Entre ellas, las mejores son: la de San Lorenzo, la de San Felipe Neri y la de Saint–Suaire.
Los alrededores de la ciudad son encantadores. La cordillera de alturas, que se llama, la Colina, está sembrada de soberbias quintas. El convento de capuchinos ocupa también una situación la mas agradable.
Las otras ciudades principales del Piamonte son Alejandría, edificada en honor de Alejandro III. Asti, la antigua Hasta Pompeya y Verceil (Verulla) fundada, según dicen, por Belloveso. En las cercanías de esta última ciudad fué donde los cimbrios fueron derrotados por Mario.
Los piamonteses son italianos por los usos, las costumbres y el idioma, que es un dialecto toscano; sin embargo, no tienen la escesiva viveza de los demas italianos, ni en su rostro se pintan las pasiones con tanta rapidez y energía. Dotados de una estrcmada sutileza, ó por mejor decir, astucia, son desconfiados y taciturnos. Ellos recelan naturalmente de los demás los lazos que ellos mismos están dispuestos á tenderles; por esto es por lo que siempre procuran rodearse de precauciones, como si les amenazasen muchos peligros.
Nada se da en este pais sino por interés; los menores servicios que prestan en las posadas, la menor atención de un mozo de fonda son interesados; si se le pregunta á un hombre del pueblo las señas de alguna parte, no es estraño verle antes alargar la mano, y responder después con una exactitud proporcionada al dinero que ha recibido.
Naturalmente pensativos y melancólicos, parecen hacer poco caso de la poesía. Esceptuando á Alfieri, apenas se cuenta un poeta de genio entre los hijos del Piamonte; pero son mas felices en las obras que necesitan lógica y estudio, y han dado escelentes tratados de filosofía, de jurisprudencia, de medicina y de matemáticas.
El territorio de Genova, confina con el del Piamonte, y se estiende al Mediodía á lo largo del Mediterráneo, en una escala de cerca de 180 kilómetros.
Los latinos llamaban á este pais, Liguria litoral. Gé–
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