sábado, julio 14, 2012

Viage ilustrado (Pág. 663)

la de tres naves y tiene de longitud trescientos trece pies. El retablo del altar mayor es de alabrastro, y pertenece al gusto del siglo XV, en que se construyó. Las mejores capillas son la del Sacramento, ó parroquia, que es toda de ricos mármoles, fundada por el famoso escritor, don Antonio Agustín, arzobispo de Tarragona, y cuyo sepulcro se ve en ella al lado del Evangelio. Ocupa parle del capitolio de los emperadores romanos. La de las Vírgenes contiene la pila bautismal, que es un magnífico baño de mármol encontrado en el palacio de Augusto. Finalmente, es notable la de Santa Tecla, muy recargada de adornos y de mármoles, pero no del mejor gusto, pues es de últimos del siglo pasado. El claustro es un cuadrado cuyos lados tienen de estension sesenta y dos varas, y está adornado con doscientas setenta y ocho columnas de mármol. En él se halla la capilla de Corpus Cristi, donde están en ataúdes de madera los cuerpos del célebre rey don Jaime I el Conquistador, perfectamente conservado y hecho momia, el de la reina, su esposa, y los de otros monarcas de Aragón, traídos de Poblet. Esta catedral es la única parroquia de la ciudad, de la que es anejo la del puerto. El clero que sirve en ella el culto, se compone de un arzobispo (que se titula primado de las Españas, y jamás consintió en reconocer la superioridad del de Toledo), siete dignidades, veinte y dos canónigos, veinte y tres comensales y cuarenta beneficiados. Hay tres convenios de monjas, un beaterío, varias capillas, entre las que la de Santa Tecla la Vieja es la primitiva iglesia de la ciudad, y seis conventos que fueron de religiosos, destinados hoy á varios usos. El palacio arzobispal es un buen edificio, de sesenta varas de longitud, reedificado hace pocos años con gusto y elegancia. El teatro es bastante gracioso y puede contener mil personas. La cárcel existe en un torreón que formaba uno de los ángulos del gran palacio de Augusto, y es llamado en el pais Torre de Pilato, por haberlo efectivamente habitado este famoso juez de Jesucristo, cuando era pretor de la provincia tarraconense, de la que fué promovido á la de Judea. Hay en esta ciudad varios establecimientos de instrucción pública, y entre ellos un seminario conciliar y un instituto de segunda enseñanza, con buena biblioteca y un museo de antigüedades. De beneficencia hay tres, que son: el hospital, un hospicio y casa de huérfanos, y una inclusa ó casa de espósitos. En la ciudad se conservan muchos fragmentos de sus fortificaciones que se atribuyen á los celtiberos, y que se asemejan á construcciones druídicas, pues consisten en grandes peñascos puestos uno sobre otros, aunque guardando alineación y simetría. Las antigüedades de los romanos son en tanto número, que puede decirse es esta ciudad un inmenso museo. Las murallas con que estos fortalecieron á Tarragona, se alzaron sobre las celtíberas; eran sólidas y magnificas y todavía subsisten en varios parages y forman parte del recinto actual. La Rambla es la mejor calle de la ciudad, y sirve de paseo. La plaza Mayor, que es de forma rectangular, ocupa el sitio del circo romano. El puerto es una población nueva y de aspecto contrario al de la ciudad, como que no data sino desde la conclusión de la guerra de la independencia. Compónese de quinientas casas de buena y elegante construcción, de tres ó cuatro pisos, que forman hermosas calles tiradas á cordel de las que son las principales la Mayor, la de la Union y la de Apodaca. De este apellido era un capitán general de Cataluña, que vivía en tiempo de Carlos III, el que concibió la inmensa y magnífica obra del muelle de Tarragona, monumento admirable, que se comenzó en 1,790, y que aun no está terminado, debiendo tener de longitud mil seiscientas varas, y están ya construidas 1,275 que costaron 29.000,000 de reales. El recinto de la ciudad antigua estaba dividido en cinco partes, que eran el Circo, el Palacio de los gobernadores, el Toro, el Capitolio, y los Templos, y en las afueras estaban el anfiteatro, del que hay vestigios, el teatro, los baños, de que también hay restos, y los acueductos. El principal de estos, llamado en Tarragona puente de las Ferreras ó puente del Diablo, tiene su principio cerca de Altafulla, á legua y media de la ciudad. En la parte mas elevada tiene ochenta y tres pies y medio, y se compone de dos filas de arcos, una sobre otra, de arquitectura sencilla y graciosa. Está muy bien conservado y los sillares que lo componen están unidos sin argamasa ni betún. Hay otros dos acueductos, uno de ellos también construido por los romanos, y que aun está en uso, que provee de agua á nueve fuentes públicas y ciento sesenta particulares. La población de Tarragona es de 13,014 almas, su diócesis comprende ciento cincuenta y tres parroquias, y siete obispados sufragáneos; su provincia civil doscientos noventa y nueve pueblos; la marítima un partido y cuatro distritos, y el partido judicial una ciudad, tres villas y diez y seis lugares. En las costumbres de esta provincia encontramos poca diferencia de las otras dos del Principado deque ya hemos hablado. Lo que mas nos llamó la atencion fué las danzas denominadas valencianas, en las que se forman pirámides ó torres de hombres unos sobre otros en número de ocho, y que terminan con un niño de corta edad. El juego de pelota está muy en uso, y la caza de aves por medio de redes, á lo que llaman paran.
Yendo á Valencia embarcado se visita por un instante y se deja atrás el Cabo Salou, que forma un gran mogote de color amarillo y que protege un buen fondeadero defendido por dos balerías y dos torres, la punta y rio de Hospitalet, el castillo de San Felipe, derruido por los ingleses en la guerra de la independencia, y que corona al Coll de Balaguer, monte donde viene á morir en el mar uno de los ramales de la sierra de Prades, el fuerte de San Jorge, el golfo de Ampolla y puerta del Fangal, con una torre de dos cañones llamada de Cabo Roch, la isla Buda, que es rasa, como la mayor parte de esta costa, situada en una de las bocas por donde el Ebro entra en el mar, y que tiene una punta denominada cabo Tortosa, un castillo de madera con cuatro piezas, la punta de la Baña y puerto de los Alfaques (1), donde está la

(1) Este nombre es de origen arábigo, y se interpreta banco, por los de arena que hay allí. Es célebre este punto en la historia por la victoria que sobre la armada de Cneo-Escipion, alcanzó el general cartaginés Himilcon; por el naufragio y muerte de Casio-Longino, propretor de la España Ulterior, cuando huia á Roma con las inmensas riquezas que habia robado á los españoles; por haber fondeado en él Pedro el Cruel, rey de Castilla, y habérsele reunida una armada auxiliar portuguesa, y por el naufragio de varios buques de la escuadra inglesa en 1813. La Rápita, población que está al frente del citado puerto de los Alfaques, era una pobre aldea, hasta que el gran Carlos III, notando su escelente posición para el comercio de Aragón, Valencia y Cataluña, quiso edificar una ciudad con el nombre de San Carlos de la Rápita, pero su muerte le impidió realizar este grandioso proyecto, del que se ejecutó parte, como almacenes, iglesia y cuarteles, que son poco mas ó menos los que constituyen la ciudad, (pues lleva la Rápita este título), que cuenta 919 almas.





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