Danza campestre, en Nápoles
ñor, el cual cesó por mandato de Clemente VIII.
La iglesia fué reedificada por los canónigos lateranenses, según el diseño de Pietro di Marino, arquitecto napolitano. Su forma es la de una cruz latina, con ocho capillas laterales, dos en el centro, y una al lado del altar mayor: la arquitectura es de orden corintio. Sus bellas pinturas y esculturas son de Giovanda Nola, Bernardo Lanca, Girolamo Santacroce, Francisco Saverio, y Cándido é Baltassare Ricca. Desde una capilla se desciende á la casa, oratorio y sepulcro de Santa Cándida. En la sacristía se ven unos armarios de nogal bien tallados, y un altar en el fondo con frontispicio de mármol, adornado de delicados arabescos. Al Oriente de la iglesia está el convento de franciscanos, residencia del provincial de la orden, en cuya biblioteca se conserva una escelente pintura en tabla que representa á la Virgen con el Niño y cuatro ángeles dentro de un templete de cuatro columnas obra única que se conoce en Nápoles de Protasio de Crivelli, artista valiente de 1497. En el mismo convento de paños ordinarios dirigida por un hermano de la orden, para el consumo de los hábitos de los frailes.
En los primeros siglos de la era vulgar se edificó una pequeña iglesia en la plaza de Montorio con la advocación de San Severino, á la cual se trasportó en el año 910 desde la isla del Salvador, el cuerpo del santo titular, y diez años después el de San Sosio, hallado en la antigua Miseno, tomando por consecuencia, los nombres de entrambos santos, cuyos restos se condujeron en 1808 á Fratta. En 1490 fue reedificada la iglesia bajo el diseño de Francisco Mormando, célebre arquitecto que luego vino a España protegido por Fernando el Católico; algun tiempo
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