domingo, noviembre 29, 2009

Viage ilustrado (Pág. 441)

después, Belisario Corenzio pintó los admirables frescos de la bóveda de la nave, los de la cruz , los del coro y los del sitio de aquel sepulcro en donde el hábil artista reposó en 1643, á los 85 años de edad, muerto de la caida de un palco en que estaba retocando sus pinturas. La cúpula y las cuatro repisas con los doctores de la Iglesia, fueron pintados en 1372 por el flamenco Paolo Schephen; las estátuas de San Pedro y San Pablo que están á los lados de la puerta, son de Michelangelo Naccarini. El pavimento es preciosísimo, compuesto de mármoles de colores, aunque interrumpido por bajos relieves é inscripciones sepulcrales. Hay otras obras notables de Giovami Angelo Eriscuolo, Naccarini, Giuseppe Morulli, Corenzio, Marcos de Siena, Andrea di Salerno, Cosmo Fanzaga, Bartolommeo Chiarini, Benvenuto Tortelli, Sebastian Solisto, Giovan Domenico di Martino, Annibale Cauavello, Bramerio, Girolamo Imparato, Giovanni Antonio d’Amato, Pietro Perugino, Antonio Stabile de Potenza, Fabricio Santafede, Gerónimo d'Auria, Pietro della Pieta (español) y Onofrio de Leone.
Lo mas notable que observamos en la capilla de San Severino, son los tres magníficos sepulcros de sus hermanos Jacobo, Segismundo y Ascanio, envenenados por su tio, con motivo de sus deseos á la sucesión, obras del citado Nola; el coro de nogal con hermosas figuras y ricas labores de talla, de Chiarini y Tortelli; el grupo de la Piedad en la capilla de los Gesualdos, hecho por Domenico de Auria; el órgano, de los célebres Solisto y Martino; el crucifijo de boj que San Pio V regaló á don Juan de Austria á su partida para la batalla de Lepanto, y los dos bellos sepulcros en que se leen epitafios del celebérrimo Sannazzaro. Junto á la capilla de los Médicis se baja á la casa de San Severino, en la que se halla una gran pintura en tabla de Zíngaro, célebre, tanto por ser el fundador de la escuela napolitana, cuanto por las amorosas aventuras que encadenaron toda su vida. A la salida de la iglesia está el vasto monasterio que contiene las mas soberbias creaciones de este pintor y de Corenzio; en cuanto hemos descrito puede decirse que se encierra un riquísimo museo.
Siguen las iglesias de la época imperial. El Duomo ó catedral está sobre las ruinas de dos antiguos templos de Apolo y de Neptuno, y su fundación se atribuye á Constantino; pero es lo cierto que Carlos I de Anjou mandó hacer la construcción en el espacio de la Sommapiaza como el mas digno de tan hermoso templo; Carlos II continuó la obra, que al fin llegó á concluirse, según la planta del famoso arquitecto Masuccio, en el reinado del gran Roberto. Su estilo es gótico y la figura interior de cruz latina con tres naves, con adornos de la invención de aquel artista, que se llamaron boricefali, y bellas esculturas de Pietro Stefani. El terremoto de 1456, hizo tanto daño á la iglesia, que para repararlo fué necesario todo el celo de Alfonso I de Aragón, ayudado del de varios napolitanos. Los arzobispos la enriquecieron posteriormente, como Decio Carafa, que entre otras cosas le puso el rico vaso de basalto egipcio de la pila bautismal, que antiguamente habia servido para el culto de los gentiles; Innico Caracciolo cubrió de estuco las columnas y ornó la nave de en medio y la cruz con pinturas de Luca Giordano; Ranuccio Farnesio hizo construir el órgano de la derecha á Fiustino Da Parma; y Ascanio Filomarino, el de la izquierda á Pompeo Franco, napolitano: bajo el primero hay una curiosa obra de mármol, de Caccavello, y bajo el segundo un trono también de mármol de un célebre escultor del siglo XVI. El cardenal Filippo Caracciolo del Giudice, revistió los muros de mármoles de colores, hermoseó las columnas y restauró los cuadros antiguos. La fachada principal del Duomo tiene tres puertas, siendo notable la del centro por su grandeza, por su arquitrabe de un solo pedazo de mármol y por dos columnitas de pórfido del antiguo templo de Apolo. Las ciento diez columnas del interior son de granito de Egipto, y las admirables pinturas del centro, de Fabrizzio Santafede, Giovanni Vincenzo Forti, Vasari y Luca Giordano. En la capilla de San Genaro hay dos grandes estatuas de San Pedro y San Pablo, de Finelli, y una bellísima verja de hierro, hecha por el diseño de Fanzaga de Bérgamo, que costó cerca de 32,000 ducados; los mármoles de las paredes, las cuarenta y dos bellas columnas, las diez y nueve estatuas de bronce, las pinturas de la cúpula de Lanfranco, los frescos del Domenichino y los lienzos del Spagnoleto y de Stanzioni, alternan dignamente con un suntuoso altar de pórfido, que guarda en su tabernáculo la cabeza de San Genaro y la sangre del mismo santo, que suele liquidarse al ponerla delante de aquella: esta religiosa ceremonia se verifica tres veces al año, en mayo, setiembre y diciembre. El altar mayor de la iglesia sostiene un escelente grupo de mármol, de Bracci, que representa una Asuncion; á un lado está el monumento fúnebre de Caracciolo, y cerca de éste una capilla que contiene pinturas y esculturas muy notables por su mérito, rareza y antigüedad, La capilla subterránea en que se guarda el cuerpo de San Genaro en una urna de bronce, está toda cubierta de mármoles blancos, y sostenida por diez preciosas columnas jónicas; la magnifica estátua del cardenal Carafa se atribuye generalmente al cincel inmortal de Miguel Angelo.
La basílica de Santa Restituta fué edificada por Constantino el año 384 de Jesucristo, sobre un templo de Apolo, y con las columnas de otro de Neptuno. Sus obras artísticas mas dignas de mención son debidas á los pinceles de Luca Giordano, Silvestro Buono, Santolo Cirillo y Francesco Mura. El santuario de Santa María del Principio, recordará al devoto viagero el oratorio en que San Aspreno y Santa Cándida se reunían secretamente para dar culto á la verdadera religion. A la derecha del altar mayor se encuentra la puerta que conduce á la capilla de San Giovanni á fonte, cuya preciosísima cúpula es de un mosaico italo–bizantino del siglo XIII, que representa la vida de Jesús y otros asuntos sagrados. A la salida del templo se encuentra el busto, y junto á él las cenizas del erudito filólogo napolitano Alessio Simmaco Mazzocchi.
La iglesia de los Santos Apostoli se remonta también á la época de Constantino, y está fundado sobre el templo de Mercurio, donde se halló el vaso de basalto egipcio que sirve de pila bautismal en la metropolitana. En 1626 fué reedificada tal como se encuentra hoy, por el célebre arquitecto Francesco Grimaldi, que levantó un templo de estraordinaria riqueza. Merecen alta estimación las pinturas que contiene de Lanfranco, Viviani y Luca Giordano, el bajo relieve de la capilla de la Anunziata, de Fianmingo, los mosáicos copiados de asuntos del Guido y de Pietro de Cortona, y el altar mayor, cuyo suntuoso estilo

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