Los edificios modernos mas notables de Edimburgo, son: la bolsa, un gran número de hoteles, muchos puentes y algunos hospitales. Se ha observado que los escoceses que han viajado han sacado mas partido que los ingleses de los bellos modelos que ofrece al estudio la Grecia y la antigua Roma.
Ni en esta capital, ni en las otras grandes ciudades del mismo reino, es donde se han de estudiar las costumbres verdaderamente escocesas; pues las de Inglaterra las han reemplazado absolutamente; los nobles y el alto comercio no son, hablando propiamente, escoceses, si no ingleses. En la alta Escocia, y principalmente en las montañas, es á donde es necesario ir á buscar los antiguos habitantes.
»Si los escoceses, dice Chantreau, son notables por sus facultades intelectuales, también lo son por su físico. Pocos hay entre ellos que sean gruesos, y casi todos tienen las formas angulosas y una fisonomía característica en la que se pinta su alma fuerte. Son de pequeña estatura, pero su constitución es robusta y capaz de los mas rudos trabajos. No hay hombre alguno que ame mas que el escocés el país que le ha visto nacer.
»Los que habitan las montañas, y que se llaman highlanders, tienen costumbres mucho mas agrestes que los de la llanura, y tambien su dialecto se diferencia un poco. Pero el aldeano de una y otra comarca, aunque de pocos alcances, sabe mejor que otro alguno conformarse con su condición. Su espíritu está acostumbrado desde la infancia á la mas pasiva obediencia hacia el gefe del clan, que es el nombre que se da á los cantones de las tribus que dividen la Escocia, especialmente en las montañas. Nosotros hemos notado en nuestras diferentes correrías, que estas buenas gentes viven contentas en los límites de la mas rígida economía, y que la naturaleza los recompensa de sus privaciones con una salud robusta é inalterable. Rara vez acometen solos cualquiera empresa atrevida; mas cuando trabajan de consuno muestran en la ejecución de sus negocios, aun los mas desesperados, tanto valor como sagacidad. En estas ocasiones observan religiosamente la fidelidad que recíprocamente se han jurado, y ni amenazas, ni tormentos, ni promesas, pueden hacerles quebrantar sus juramentos.
»Este pueblo ha conservado mas que otro alguno de Europa un santo respeto á la memoria de sus antepasados, al idioma que ellos hablaban y á muchos usos que les eran peculiares. Mas lo que mas admira al estrangero es el trage, especialmente el de los montañeses. Sobre la camisa llevan un plaid de una tela mas ó menos una, que en el pais se llama tartán; esta tela es de una confusa mezcla de colores ó de listas verdes, encarnadas y azules: el plaid tiene algunas veces 12 metros de ancho, pero nunca baja de siete, y se lo cruzan por la espalda como hacían los antiguos romanos con la toga. Otras veces rodean el plaid alrededor del cuerpo, sujetándolo con un cinturon de cuero, de modo que se envuelven de alto á bajo, y la parte inferior del plaid forma una especie de enaguas que les sirve de calzones. Los montañeses, especialmente en el verano no llevan mas que un simple tonelete de tartán que sujetan con el cinturon. Sus medias son también de tartán y los zapatos cuadrados. El pueblo bajo no lleva mas calzado que abarcas, y cubren su cabeza con una gorra de fieltro grosero, pero que siempre es de color azul. Pobres ó ricos, todos los escoceses llevan pendiente de su cintura un cuchillo ó puñal, llamado dirck, y un par de pistolas, que con frecuencia son de un esquisito trabajo. Los gefes de los montañeses llevan siempre también en la cintura una larga bolsa de cuero guarnecida de filigrana de plata, que constituye uno de los principales adornos del trage.
»El de las mugeres en las montañas consiste en una saya y un corpiño: las mugeres del campo y del pueblo llevan una ancha túnica sujeta con una hebilla de forma particular, que es ordinariamente del mejor acero de Inglaterra. El tocado, que es casi siempre de lienzo muy fino, ó de muselina, recibe diferentes formas á cual mas agradables. Los escoceses han llenado en todos tiempos los deberes de la hospitalidad con una especie de culto religioso.»
En las ciudades y en la parte de Escocia mas próxima á Inglaterra, se habla generalmente el inglés, pero en las montañas, especialmente hacia Fochabers y Badenoch se habla un idioma oriundo del antiguo celta. En este idioma hay muchos poemas que se han trasmitido por tradición entre los escoceses, siendo los mas célebres los del bardo Ossian, que vivia, según se cree, en el siglo IV. Estos poemas eran ignorados todavía por el resto de la Europa en el siglo último, hasta que Macpherson los recopiló y publicó en inglés. Se cree que el traductor ha embellecido mucho estas poesías, y ha dado el nombre de Ossian á muchas que son de diferentes bardos. Los aldeanos escoceses de las montañas, y sobre todos los habitantes de las islas Hebrides, cantan comunmente estas poesías como se cantan en nuestros campos los antiguos romances. Estos pueblos, que hacen una vida toda pastoril, han tenido siempre una pasión decidida por la poesía y la música; su instrumento favorito es la gaita. «Los hebridienses especialmente, dice Johnson, han mirado la gaita por largo tiempo como un placer y un alivio á sus penas. Muchas familias principales mantienen todavía un tocador de gaita, cuyo oficio era antiguamente hereditario, y las piezas compuestas para este instrumento se trasmitían por tradición de unos á otros. En la isla de Skge (una de las Hebrides) habia desde tiempo inmemorial establecido un colegio ó sociedad de tocadores de gaita, que aun no se ha abolido de hecho. Las piezas que tocan son aires del pais, y recuerdan grandes acontecimientos á los escoceses; pero son absolutamente ininteligibles y poco agradables para los estrangeros.»
El habitante de las llanuras, como hemos observado, ha perdido sus antiguas costumbres, y el montañés principia á cambiarlas; pero los hebridienses son hoy todavía lo que eran en otro tiempo, y recuerdan siempre á los antiguos caledonios, sus antepasados. Si no tienen famosos bardos, poseen en cambio schanachios ó narradores de cuentos, que son los historiadores, ó mas bien los genealogistas, y también los poetas de la nación y de las familias. El pueblo en general no disfruta de opulencia; pero tiene en abundancia pescado, gallinas, queso, manteca, leche y ganados. El pan de avena es el único de que se hace uso. Entre estas islas hay una muy pequeña que la naturaleza ha hecho digna de la curiosidad de los hombres, aun de los mas instruidos; esta isla se llama Staffa, y no tiene mas que un kilómetro de longitud. Aqui es donde está la famosa gruta natural que los hebridienses llaman la Gruta de Fingal, y que hizo conocer á los europeos el célebre naturalista inglés Mr. Banks. Sigamos por un momento á
Ni en esta capital, ni en las otras grandes ciudades del mismo reino, es donde se han de estudiar las costumbres verdaderamente escocesas; pues las de Inglaterra las han reemplazado absolutamente; los nobles y el alto comercio no son, hablando propiamente, escoceses, si no ingleses. En la alta Escocia, y principalmente en las montañas, es á donde es necesario ir á buscar los antiguos habitantes.
»Si los escoceses, dice Chantreau, son notables por sus facultades intelectuales, también lo son por su físico. Pocos hay entre ellos que sean gruesos, y casi todos tienen las formas angulosas y una fisonomía característica en la que se pinta su alma fuerte. Son de pequeña estatura, pero su constitución es robusta y capaz de los mas rudos trabajos. No hay hombre alguno que ame mas que el escocés el país que le ha visto nacer.
»Los que habitan las montañas, y que se llaman highlanders, tienen costumbres mucho mas agrestes que los de la llanura, y tambien su dialecto se diferencia un poco. Pero el aldeano de una y otra comarca, aunque de pocos alcances, sabe mejor que otro alguno conformarse con su condición. Su espíritu está acostumbrado desde la infancia á la mas pasiva obediencia hacia el gefe del clan, que es el nombre que se da á los cantones de las tribus que dividen la Escocia, especialmente en las montañas. Nosotros hemos notado en nuestras diferentes correrías, que estas buenas gentes viven contentas en los límites de la mas rígida economía, y que la naturaleza los recompensa de sus privaciones con una salud robusta é inalterable. Rara vez acometen solos cualquiera empresa atrevida; mas cuando trabajan de consuno muestran en la ejecución de sus negocios, aun los mas desesperados, tanto valor como sagacidad. En estas ocasiones observan religiosamente la fidelidad que recíprocamente se han jurado, y ni amenazas, ni tormentos, ni promesas, pueden hacerles quebrantar sus juramentos.
»Este pueblo ha conservado mas que otro alguno de Europa un santo respeto á la memoria de sus antepasados, al idioma que ellos hablaban y á muchos usos que les eran peculiares. Mas lo que mas admira al estrangero es el trage, especialmente el de los montañeses. Sobre la camisa llevan un plaid de una tela mas ó menos una, que en el pais se llama tartán; esta tela es de una confusa mezcla de colores ó de listas verdes, encarnadas y azules: el plaid tiene algunas veces 12 metros de ancho, pero nunca baja de siete, y se lo cruzan por la espalda como hacían los antiguos romanos con la toga. Otras veces rodean el plaid alrededor del cuerpo, sujetándolo con un cinturon de cuero, de modo que se envuelven de alto á bajo, y la parte inferior del plaid forma una especie de enaguas que les sirve de calzones. Los montañeses, especialmente en el verano no llevan mas que un simple tonelete de tartán que sujetan con el cinturon. Sus medias son también de tartán y los zapatos cuadrados. El pueblo bajo no lleva mas calzado que abarcas, y cubren su cabeza con una gorra de fieltro grosero, pero que siempre es de color azul. Pobres ó ricos, todos los escoceses llevan pendiente de su cintura un cuchillo ó puñal, llamado dirck, y un par de pistolas, que con frecuencia son de un esquisito trabajo. Los gefes de los montañeses llevan siempre también en la cintura una larga bolsa de cuero guarnecida de filigrana de plata, que constituye uno de los principales adornos del trage.
»El de las mugeres en las montañas consiste en una saya y un corpiño: las mugeres del campo y del pueblo llevan una ancha túnica sujeta con una hebilla de forma particular, que es ordinariamente del mejor acero de Inglaterra. El tocado, que es casi siempre de lienzo muy fino, ó de muselina, recibe diferentes formas á cual mas agradables. Los escoceses han llenado en todos tiempos los deberes de la hospitalidad con una especie de culto religioso.»
En las ciudades y en la parte de Escocia mas próxima á Inglaterra, se habla generalmente el inglés, pero en las montañas, especialmente hacia Fochabers y Badenoch se habla un idioma oriundo del antiguo celta. En este idioma hay muchos poemas que se han trasmitido por tradición entre los escoceses, siendo los mas célebres los del bardo Ossian, que vivia, según se cree, en el siglo IV. Estos poemas eran ignorados todavía por el resto de la Europa en el siglo último, hasta que Macpherson los recopiló y publicó en inglés. Se cree que el traductor ha embellecido mucho estas poesías, y ha dado el nombre de Ossian á muchas que son de diferentes bardos. Los aldeanos escoceses de las montañas, y sobre todos los habitantes de las islas Hebrides, cantan comunmente estas poesías como se cantan en nuestros campos los antiguos romances. Estos pueblos, que hacen una vida toda pastoril, han tenido siempre una pasión decidida por la poesía y la música; su instrumento favorito es la gaita. «Los hebridienses especialmente, dice Johnson, han mirado la gaita por largo tiempo como un placer y un alivio á sus penas. Muchas familias principales mantienen todavía un tocador de gaita, cuyo oficio era antiguamente hereditario, y las piezas compuestas para este instrumento se trasmitían por tradición de unos á otros. En la isla de Skge (una de las Hebrides) habia desde tiempo inmemorial establecido un colegio ó sociedad de tocadores de gaita, que aun no se ha abolido de hecho. Las piezas que tocan son aires del pais, y recuerdan grandes acontecimientos á los escoceses; pero son absolutamente ininteligibles y poco agradables para los estrangeros.»
El habitante de las llanuras, como hemos observado, ha perdido sus antiguas costumbres, y el montañés principia á cambiarlas; pero los hebridienses son hoy todavía lo que eran en otro tiempo, y recuerdan siempre á los antiguos caledonios, sus antepasados. Si no tienen famosos bardos, poseen en cambio schanachios ó narradores de cuentos, que son los historiadores, ó mas bien los genealogistas, y también los poetas de la nación y de las familias. El pueblo en general no disfruta de opulencia; pero tiene en abundancia pescado, gallinas, queso, manteca, leche y ganados. El pan de avena es el único de que se hace uso. Entre estas islas hay una muy pequeña que la naturaleza ha hecho digna de la curiosidad de los hombres, aun de los mas instruidos; esta isla se llama Staffa, y no tiene mas que un kilómetro de longitud. Aqui es donde está la famosa gruta natural que los hebridienses llaman la Gruta de Fingal, y que hizo conocer á los europeos el célebre naturalista inglés Mr. Banks. Sigamos por un momento á
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