conde de Huntigdon, hermano de Malcolm IV y de Guillermo.
Tal es la segunda época de la historia de Escocia. La tercera acaba en la muerte de Jacobo V, y la cuarta en el advenimiento de Jacobo VI al trono de Inglaterra. Vamos á referir, con la estension que nuestros límites nos permitan, los sucesos que llenaron estos interesantes periodos.
Por muerte de Alejandro III, se presentaron dos aspirantes al reino de Escocia: Juan Baliol y Roberto Bruce, ambos nietos de David, conde de Huntigdon, el primero hijo de Margarita, su hija mayor, y el segundo de su hija menor Isabel. Las leyes de sucesión no estaban á la sazon bien determinadas en el derecho público de Europa; los dos príncipes tenían muchos y poderosos partidarios, y después de un confuso interregno, que duró algunos años, los nobles, deseosos de poner término á tantas tubulencias, decidieron nombrar por árbitro y someterse á la decision de Eduardo I de Inglaterra, el príncipe mas político, mas astuto y mas ambicioso de su tiempo. Eduardo aceptó con tanto mas anhelo este encargo, cuanto que hacia mucho tiempo que habia fijado sus codiciosas miradas en el reino vecino. Lo primero que hizo fué
Tal es la segunda época de la historia de Escocia. La tercera acaba en la muerte de Jacobo V, y la cuarta en el advenimiento de Jacobo VI al trono de Inglaterra. Vamos á referir, con la estension que nuestros límites nos permitan, los sucesos que llenaron estos interesantes periodos.
Por muerte de Alejandro III, se presentaron dos aspirantes al reino de Escocia: Juan Baliol y Roberto Bruce, ambos nietos de David, conde de Huntigdon, el primero hijo de Margarita, su hija mayor, y el segundo de su hija menor Isabel. Las leyes de sucesión no estaban á la sazon bien determinadas en el derecho público de Europa; los dos príncipes tenían muchos y poderosos partidarios, y después de un confuso interregno, que duró algunos años, los nobles, deseosos de poner término á tantas tubulencias, decidieron nombrar por árbitro y someterse á la decision de Eduardo I de Inglaterra, el príncipe mas político, mas astuto y mas ambicioso de su tiempo. Eduardo aceptó con tanto mas anhelo este encargo, cuanto que hacia mucho tiempo que habia fijado sus codiciosas miradas en el reino vecino. Lo primero que hizo fué
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