lunes, abril 02, 2012

Viage ilustrado (Pág. 629)


 Aparición de la Virgen del Pilar al apóstol Santiago

tido del archiduque, y en 1707 se hicieron dueños de la población los parciales de Felipe V, mandados por el duque de Orleans. El año 1710 se dio á sus puertas una sangrienta batalla en que quedaron vencedores los del archiduque. En el mismo año volvió Zaragoza á ser ocupada por las tropas de Felipe V para quedar para siempre bajo la dominación de este monarca. En 1808 fué cuando esta ciudad alcanzó su mayor gloria en los dos famosos sitios que sostuvo, quedando su nombre inmortalizado. El primero empezó el 13 de junio de 1808, siendo el gefe de los sitiadores el general Lefebre, y el de los zaragozanos el general Palafox, y terminó el 13 de agosto, en que los franceses, desesperados de rendir el sobrehumano esfuerzo de aquellos segundos numantinos, emprendieron la retirada. El 21 de diciembre del mismo año vino Moncey con 18,000 hombres á cercar de nuevo aquella ciudad de valientes. Después de haber sufrido considerables pérdidas, entregó el mando al general Lannes, que logró apoderarse de las ruinas de Zaragoza por capitulación el 20 de febrero de 1809, despues de repetidos y sangrientos combates y de la mas desesperada defensa de que no presentan ejemplo semejante las historias modernas. Fernando VII estuvo en Zaragoza en 1814 y en  1828. Desde entonces el suceso mas notable ocurrido en esta ciudad insigne, fué la sorpresa de Cabañero el 5 de marzo de 1838. A la cabeza de cuatro batallones y otros tantos escuadrones, penetró aquel gefe carlista en la ciudad por sorpresa cuando sus habitantes estaban entregados al sueño, y ocupó algunas calles; mas difundida la alarma, se trabó desde las casas una terrible pelea semejante a las de 1808, y en la que tomaron parte las mugeres. Los carlistas fueron en breve vencidos, dejando en poder de los valientes zaragozanos prisioneros 600 hombres. Al dia siguiente, engañado el pueblo á quien hicieron creer que la citada sorpresa se habia verificado por infidelidad del capitán general don Juan Esteller, sacó á este desgraciado de su casa, y le dio una muerte cruel. El 17 de setiembre de 1843 levantó Zaragoza la bandera de Junta Central y la sostuvo hasta el 12 de noviembre, que abrió sus puertas al general Concha. Esta ciudad lleva con justicia el dictado de Siempre heroica, y por armas un león coronado con orla de laurel. Muchísimos edificios notables, tanto por su mérito artístico, como por sus nobles recuerdos, entre los que sobresalen los consagrados al culto: daremos cuenta de los principales. El Salvador ó la Seo es una de las dos catedrales que cuenta Zaragoza, y de las mas antiguas y suntuosas iglesias de España. Se ignora la época de su fundación; pero se sabe que ya tenia en ella su silla San Valerio en 290. Los moros hicieron de la Seo una mezquita; pero Alfonso el Batallador la purificó y devolvió al culto cristiano en 1119. Fué esta iglesia erigida en metropolitana el año 1318, y el de 1675 reunida á la del Pilar, que es de igual gerarquía. Destinábase á San Salvador para las ceremonias de la unción y coronación de los reyes, y su local para la reunion de concilios. El interior, que forma un rectángulo, pertenece á esa noble y magestuosa arquitectura gótica, tan propia y adecuada para los templos católicos. El cimborio es en figura de tiara para recordar la dignidad pontificia que adornaba á Pedro de Luna, ó sea Benedicto XIII, que lo hizo construir, y cuyos blasones se ven también esculpidos con profusion. El retablo del altar mayor pertenece igualmente al género gótico, es de alabastro, y es uno de los mas bellos monumentos de su clase. La naturaleza de esta obra nos impide dar una descripción prolija de este grandioso altar, uno de los mejores de España. Se cubre de plata en una gran parte en los días solemnes. Al lado del Evangelio están los sepulcros de María, hija de don Jaime el Conquista–

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