dor, del arzobispo don Juan de Aragón, hermano de Fernando el Católico y de otros arzobispos, don Alonso y don Juan de Aragón, hijo y nieto respectivos del referido rey. Los monarcas aragoneses que en esta capilla fueron ungidos, son los siguientes: Pedro III, Alfonso III, Jaime II, Alfonso IV, Pedro IV, Juan I, Martin I y Fernando I, y las reinas sus esposas. El pavimento de todo el templo se compone de ricos mármoles de distintos colores, que por un capricho del artista, reproduce las labores de las bóvedas. El coro, cerrado por una verja moderna, es también magnífico, y participa de los géneros gótico y plateresco; el facistol, que es muy digno de observación, data del siglo XV. Las capillas principales son la de Nuestra Señora de la Blanca, que sirvió de panteón de los arzobispos; la de Santiago con tres buenas pinturas, y el bonito sepulcro del fundador; la de San Bernardo con un retablo de alabastro y el túmulo del arzobispo don Fernando de Aragón; la de San Miguel, que es parroquia; la de San Valero, donde antiguamente iban los litigantes que pleiteaban de buena fe, á jurar sobre la cabeza de este santo obispo y mártir; la de Santo Dominguito del Val, niño crucificado por unos judíos de Zaragoza el año de 1230, y cuyas reliquias se custodian en ella; la de San Pedro de Arbues, primer inquisidor de Zaragoza, muerto en esta iglesia, y cuyo cuerpo está sobre el altar. También posee esta célebre catedral riquísimas alhajas, entre otras los bustos de plata de San Valero, San Vicente y San Lorenzo, y la bella cruz de oro y perlas de forma gótica, sobre la que juraban los fueros los reyes de Aragón á su advenimiento al trono, regalo todo esto del papa don Pedro de Luna; la custodia de plata de tres cuerpos y del género plateresco, con su viril de oro y pedrería, que se usa en el Corpus, etc. El esterior de esta magnífica catedral no es tan bello como el interior; sin embargo, ostentaba una linda y elevada torre de cuatro cuerpos, y construida en 1686, altura casi destruida por un rayo que cayó en ella el 7 de abril del año de 1850. El clero de la Seo es numeroso, y se compone de un dean, doce dignidades, treinta y un canónigos y treinta y cuatro racioneros, veinte y siete beneficiados y diez y ocho capellanes. La mitad de estos eclesiásticos sirve á la catedral del Pilar cambiando de residencia cada seis meses, y residiendo en ambas el dean, durante el citado tiempo de medio año. La catedral del Pilar es también uno de los mas suntuosos y devotos templos del orbe, y según las mas arraigadas tradiciones, el primitivo de la cristiandad. Antes de hacer su descripción referiremos brevemente su historia según está recibida generalmente.
Imperaba en Roma ven España Cayo Caligula, y corría el año 40 de la era de Cristo, cuando el apóstol Santiago el Mayor, después de haber recorrido varias ciudades predicando el Evangelio, llegó á Zaragoza, donde convirtió mayor número de gentiles que en ninguna otra, que , sin embargo, no llegaban mas que á siete. Hallábase con estos, á la media noche del 2 de enero, orando devotamente en la ribera del Ebro, cuando la Virgen , que aun vivia á la sazón, se les apareció acompañada de coros de ángeles que conducian su imagen y una alta columna ó pilar de jaspe. María habló al apóstol, y le mandó que en aquel mismo sitio edificase una capilla en su honor en derredor del Pilar, prometiéndole protegería á Zaragoza y á España, y que aquel su primer templo duraría tanto como el mundo (1). Obedeciendo Santiago las palabras de la madre de Dios, trazó en torno de la sagrada columna una humilde capilla de 16 pies de largo y 8 de ancho, que subsistió aun entre las persecuciones de los emperadores romanos y de los árabes, y que fué siempre uno de los mas venerandos objetos para los cristianos. Santiago ordenó entonces por primer obispo de Zaragoza á San Atanasio, uno de sus mas queridos discípulos, y esta capilla sirvió de catedral. Largos pleitos y controversias sostuvo con la de la Seo (2) fundada mucho después, hasta que en el siglo XVII se terminaron declarando ambas iglesias catedrales y metropolitanas. El obispo Pedro de Librana, que residió en esta del Pilar cuando la conquista de Alfonso el Batallador, hizo en ella algunos reparos. Al acabar el siglo XIII, los obispos de Zaragoza invitaron á los fieles á contribuir á la restauración de este célebre templo, y construyeron un edificio bástante suntuoso que subsistió hasta el citado siglo XVII, en que se derribó para construir el magnífico que hay hoy, y cuya primera piedra fué colocada el dia de Santiago de 1686. Su planta es un rectángulo cuya longitud asciende á 300 pies, y consta de tres naves de grande estension. La capilla mas notable es la del Pilar, construida en 1733 por don Ventura Rodriguez. Consiste en un bellísimo templete de forma elíptica y de arquitectura corintia, y cuya cúpula está mas baja que las bóvedas de la iglesia. Todo es de los mas bellos mármoles. Hay tres altares: el del centro ostenta una hermosa imagen de la Virgen sostenida por ángeles, que señala á Santiago y sus siete discípulos (que ocupan el altar de la derecha) el de la izquierda donde está el antiguo y venerado simulacro. Este altar constituye un magnífico dosel de plata que cubre al Pilar que sostiene la imagen, que es de corta altura, y que se destaca sobre un fondo oscuro salpicado de brillantes. Por delante de estos tres altares corre una verja de plata, y en lo alto del templete se ven ocho magníficas estatuas de santos v diez y siete banderas. La cúpula, que es muy elegante, termina con la cruz. Debajo de esta celebre capilla hay un panteón en que están depositados varios personages, entre otros la infanta doña Teresa de Vallabriga. El todo de la obra lo costeó el arzobispo don Francisco de Añoa, y su importe ascendió á mas de 2.000,000 de reales. Después de la capilla del Pilar, la mayor belleza de este gran templo es el altar mayor que quedó de la iglesia antigua. Es casi todo de alabastro, y fué construido en 1505: su gusto es gótico. El coro es también magnífico, y su sillería, compuesta de ciento quince asientos, es una obra maestra; está cerrado por una verja de bronce. Omitiendo referir un gran número de curiosidades que encierra esta gran catedral, terminaremos aqui su descripción por no fatigar á nuestros lectores. Entre la multitud prodigiosa de templos que decoran á esta ciudad, en estremo religiosa, solo mencionaremos después de las catedrales, la parroquia de Santa Cruz, cuya fundación sube á los primeros tiempos del cristianismo, y que está señalada con el lábaro de Constantino; la de Santiago, que se eleva sobre el solar de la casa de uno de los siete convertidos, y en la que se alojó el apóstol, durante su residencia en Zarago–
(1) Mas de cuatrocientos escritores nacionales y noventa estrangeros consignan en sus obras esta narracion.
(2) Esta palabra tomada del lenguaje lemosin quiere decir sede ó silla.
1 comentario:
Bastante interesante!
Publicar un comentario