horror de este abismo, y animados después con la esperanza de un nuevo descubrimiento, afrontaron el peligro, y probaron á bajar por una escala de cuerda; sus tentativas fueron largas, penosas y muy peligrosas; pero conociendo que les faltaban los medios y que sus máquinas eran insuficientes, abandonaron su proyecto, aplazándolo para otra espedicion.
El 13 de julio siguiente, volvieron en mayor número, surtidos de todos los útiles, instrumentos y víveres, cuya necesidad habían conocido en el primer viage. Llegados, al fin, donde tuvieron que detenerse anteriormente, después de haber marchado largo tiempo por un plano inclinado, con el pie todo afuera, las piernas lastimadas por las rocas y con un horrible precipicio á sus espaldas; después de deslizarse por cuerdas, en fin, después de infinitos trabajos y peligros, se encontraron en una vasta sala cuyo suelo era firme. A cada paso, estalactitas de todas formas, congelaciones caprichosas ó regulares, blancas como la nieve y duras como el mármol, les admiraban y les llenaban de sorpresa. Tan pronto veian un altar blanco como la mas bella porcelana, de un metro de alto, de un óvalo perfecto; mas lejos, cuatro columnas salomónicas amarillas, pero trasparentes en muchas partes, cuyo grueso es tal, que cuatro hombres no pueden abarcarlas y su altura no puede medirse; los viageros creyeron que tocaban á la bóveda, pero no se puede asegurar.
Esta sala es redonda, y pudiera compararse á una vasta basílica, rodeada de capillas mas ó menos elevadas. Los viageros la juzgaron casi tan grande como la mitad de Ganges. En medio hay una cúpula cuya elevación es de cerca de 100 metros. En muchas otras salas adyacentes á esta, la tierra es negra y movediza, y entre ellas hay una muy notable, que tiene un pilar en medio, y se asemeja al gabinete de un artista. «Estábamos rodeados, dice Mr. Soulavie, de una cantidad tan prodigiosa de objetos, que permanecimos en una admiración muda y estúpida. Entre otros, hay un alto obelisco, terminado en aguja, perfectamente redondo, de color de rosa, y cincelado en toda su elevación con las mas exactas proporciones; masas tan gruesas como iglesias, ya formando cascadas, ya imitando nubes; pilares rotos en todas direcciones, coliflores, gragea, en fin, todo cuanto la casualidad puede reunir en las mas variadas combinaciones. Una calavera fué el único objeto que vino á turbar la embriaguez y alborozo que nos causaba la vista de tantas maravillas, y no podíamos concebir como este desdichado había podido penetrar hasta alli. Lo mas probable es, que el agua que inunda este subterráneo en el invierno, llévase consigo esta calavera.
«Una de las maravillas de esta gruta, es una estatua colosal, puesta sobre un pedestal y representando una muger con dos niños. Este trozo seria digno del mas grande soberano de Europa, si fuera del sitio donde está, conservase la forma que nosotros le hemos visto tan distintamente y sin hacernos la menor ilusión. Esta estatua de muger se veía desde muchos puntos, y no era efecto de la imaginación: la semejanza admiró á los aldeanos que nos acompañaban, y no hubo mas que un mismo grito, una misma admiracion. Uno, entre otros, gritó, seducido por todo lo que le rodeaba: Que se me traiga pan, y permanezco aquí un mes.
«Por todas partes en este vasto subterráneo, se ven franjas, cortinas, pabellones, esmalte, cristal, encages, cintas, todo tan delicadamente trabajado, que es necesario estar persuadido de que el hombre jamás ha penetrado alli, para no creer que todo aquello sea obra de los mas hábiles artistas. El espato calcáreo que se encuentra en esta gruta es de la mejor especie, y debe producir el alabastro mas precioso.»
Los viageros admiraron también un pórtico, que les pareció tener doce metros de alto y seis de ancho. Detrás se percibían dos filas de estalactitas alineadas, formando una galería cuya entrada es este pórtico. Cerca de este sitio, y en lo mas profundo de la gruta, los viageros, después de haber comido, colocaron una botella bien sellada, que contenia la relación de su descenso, y una caja de oja de lata donde encerraron sus nombres. Cerca del pórtico, clavaron también una plancha de plomo con sus nombres grabados. En fin, después de doce horas y media, pasadas tanto en esta sala como en las adyacentes, nuestros viageros, advertidos por las antorchas que se concluían, pensaron en salir de este profundo abismo. El camino al subir les pareció menos difícil y peligroso; por otra parte, las señales que habian puesto, y los trabajos hechos para el descenso, facilitaron mucho su salida. Hay en las cercanías de Ganges otras grutas bastante curiosas; pero mucho menos que la de las Hadas. En una que se encuentra en una viña, junto al camino de San Basilio á Ganges, todo es blanco, trasparente, cristalizado y sembrado de brillantes, y no hay en ella humedad. Entre otras curiosidades delicadamente trabajadas, hay una hermosa fuente, terminando la gruta en un horrible precipicio.
Antes de dejar el Languedoc, haremos mención de la feria de Beaucaire, de las minas de carbón de Alais, y sobre todo del puente de Garad, cerca de Remoulins, magnífico acueducto romano, que servia para conducir las aguas de la fuente de Aureá la naumaquia del antiguo Nemausus. Este acueducto se compone de tres hileras de arcadas, y ocupa una ostensión de 200 metros, elevándose á la altura de 53.
Perpiñan, capital del antiguo Rosellon, que hasta hace poco tiempo era de España, y capital ahora de los Pirineos orientales, ofrece a la curiosidad del viagero la iglesia de San Juan, la ciudadela y el castillo. Mont―Louis, situado en el mismo departamento, es la ciudad de Francia mas elevada sobre el nivel del mar. El antiguo Condado de Foix forma hoy el departamento del Ariege. Foix, su capital, era la residencia de los condes de este nombre. Sus hierros, sus mármoles y sus herrerías, le dan un gran interés. En Tarascón, en este departamento, fué donde, según cuenta la tradición, triunfó Santa Marta, hermana de la Magdalena, de la Tarasca, especie de dragón que asolaba el pais. Todos los años se celebra esta fiesta en la ciudad con gran pompa, y una enorme tarasca de madera y cartón de la que va tirando una niña con un cordón, recuerda el milagro con que el monstruo fué vencido.
Atravesando las cordilleras de montañas de la Lozerc y del Vivares, para recorrer los departamentos del Sudeste, la primera provincia que se encuentra es la Provenza; los departamentos que ha formado, son, los Bajos Alpes, las bocas del Ródano y el Var. Dignc, capital de los Bajos Alpes, está en medio de las montañas y tiene aguas termales en sus cercanías. En Colmart, existe una fuente que arroja el agua de siete en siete minutos.
El Var tiene por capital á Draguignan, cuyos al—
El 13 de julio siguiente, volvieron en mayor número, surtidos de todos los útiles, instrumentos y víveres, cuya necesidad habían conocido en el primer viage. Llegados, al fin, donde tuvieron que detenerse anteriormente, después de haber marchado largo tiempo por un plano inclinado, con el pie todo afuera, las piernas lastimadas por las rocas y con un horrible precipicio á sus espaldas; después de deslizarse por cuerdas, en fin, después de infinitos trabajos y peligros, se encontraron en una vasta sala cuyo suelo era firme. A cada paso, estalactitas de todas formas, congelaciones caprichosas ó regulares, blancas como la nieve y duras como el mármol, les admiraban y les llenaban de sorpresa. Tan pronto veian un altar blanco como la mas bella porcelana, de un metro de alto, de un óvalo perfecto; mas lejos, cuatro columnas salomónicas amarillas, pero trasparentes en muchas partes, cuyo grueso es tal, que cuatro hombres no pueden abarcarlas y su altura no puede medirse; los viageros creyeron que tocaban á la bóveda, pero no se puede asegurar.
Esta sala es redonda, y pudiera compararse á una vasta basílica, rodeada de capillas mas ó menos elevadas. Los viageros la juzgaron casi tan grande como la mitad de Ganges. En medio hay una cúpula cuya elevación es de cerca de 100 metros. En muchas otras salas adyacentes á esta, la tierra es negra y movediza, y entre ellas hay una muy notable, que tiene un pilar en medio, y se asemeja al gabinete de un artista. «Estábamos rodeados, dice Mr. Soulavie, de una cantidad tan prodigiosa de objetos, que permanecimos en una admiración muda y estúpida. Entre otros, hay un alto obelisco, terminado en aguja, perfectamente redondo, de color de rosa, y cincelado en toda su elevación con las mas exactas proporciones; masas tan gruesas como iglesias, ya formando cascadas, ya imitando nubes; pilares rotos en todas direcciones, coliflores, gragea, en fin, todo cuanto la casualidad puede reunir en las mas variadas combinaciones. Una calavera fué el único objeto que vino á turbar la embriaguez y alborozo que nos causaba la vista de tantas maravillas, y no podíamos concebir como este desdichado había podido penetrar hasta alli. Lo mas probable es, que el agua que inunda este subterráneo en el invierno, llévase consigo esta calavera.
«Una de las maravillas de esta gruta, es una estatua colosal, puesta sobre un pedestal y representando una muger con dos niños. Este trozo seria digno del mas grande soberano de Europa, si fuera del sitio donde está, conservase la forma que nosotros le hemos visto tan distintamente y sin hacernos la menor ilusión. Esta estatua de muger se veía desde muchos puntos, y no era efecto de la imaginación: la semejanza admiró á los aldeanos que nos acompañaban, y no hubo mas que un mismo grito, una misma admiracion. Uno, entre otros, gritó, seducido por todo lo que le rodeaba: Que se me traiga pan, y permanezco aquí un mes.
«Por todas partes en este vasto subterráneo, se ven franjas, cortinas, pabellones, esmalte, cristal, encages, cintas, todo tan delicadamente trabajado, que es necesario estar persuadido de que el hombre jamás ha penetrado alli, para no creer que todo aquello sea obra de los mas hábiles artistas. El espato calcáreo que se encuentra en esta gruta es de la mejor especie, y debe producir el alabastro mas precioso.»
Los viageros admiraron también un pórtico, que les pareció tener doce metros de alto y seis de ancho. Detrás se percibían dos filas de estalactitas alineadas, formando una galería cuya entrada es este pórtico. Cerca de este sitio, y en lo mas profundo de la gruta, los viageros, después de haber comido, colocaron una botella bien sellada, que contenia la relación de su descenso, y una caja de oja de lata donde encerraron sus nombres. Cerca del pórtico, clavaron también una plancha de plomo con sus nombres grabados. En fin, después de doce horas y media, pasadas tanto en esta sala como en las adyacentes, nuestros viageros, advertidos por las antorchas que se concluían, pensaron en salir de este profundo abismo. El camino al subir les pareció menos difícil y peligroso; por otra parte, las señales que habian puesto, y los trabajos hechos para el descenso, facilitaron mucho su salida. Hay en las cercanías de Ganges otras grutas bastante curiosas; pero mucho menos que la de las Hadas. En una que se encuentra en una viña, junto al camino de San Basilio á Ganges, todo es blanco, trasparente, cristalizado y sembrado de brillantes, y no hay en ella humedad. Entre otras curiosidades delicadamente trabajadas, hay una hermosa fuente, terminando la gruta en un horrible precipicio.
Antes de dejar el Languedoc, haremos mención de la feria de Beaucaire, de las minas de carbón de Alais, y sobre todo del puente de Garad, cerca de Remoulins, magnífico acueducto romano, que servia para conducir las aguas de la fuente de Aureá la naumaquia del antiguo Nemausus. Este acueducto se compone de tres hileras de arcadas, y ocupa una ostensión de 200 metros, elevándose á la altura de 53.
Perpiñan, capital del antiguo Rosellon, que hasta hace poco tiempo era de España, y capital ahora de los Pirineos orientales, ofrece a la curiosidad del viagero la iglesia de San Juan, la ciudadela y el castillo. Mont―Louis, situado en el mismo departamento, es la ciudad de Francia mas elevada sobre el nivel del mar. El antiguo Condado de Foix forma hoy el departamento del Ariege. Foix, su capital, era la residencia de los condes de este nombre. Sus hierros, sus mármoles y sus herrerías, le dan un gran interés. En Tarascón, en este departamento, fué donde, según cuenta la tradición, triunfó Santa Marta, hermana de la Magdalena, de la Tarasca, especie de dragón que asolaba el pais. Todos los años se celebra esta fiesta en la ciudad con gran pompa, y una enorme tarasca de madera y cartón de la que va tirando una niña con un cordón, recuerda el milagro con que el monstruo fué vencido.
Atravesando las cordilleras de montañas de la Lozerc y del Vivares, para recorrer los departamentos del Sudeste, la primera provincia que se encuentra es la Provenza; los departamentos que ha formado, son, los Bajos Alpes, las bocas del Ródano y el Var. Dignc, capital de los Bajos Alpes, está en medio de las montañas y tiene aguas termales en sus cercanías. En Colmart, existe una fuente que arroja el agua de siete en siete minutos.
El Var tiene por capital á Draguignan, cuyos al—
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