poco mas abajo. Es una ciudad antigua, grande y bien construida; las casas, hechas de una piedra blanca y cubiertas de pizarra, tienen muy buena apariencia; la catedral es un magnífico edificio gótico, y la iglesia de San Martin es una de las mas vastas de Europa. Tours es una de las primeras ciudades manufactureras en sederías, y rivaliza con Lyon y Nimes. Sus producciones y su comercio consisten en sedas, trigo, vino, avichuelas, anís, ciruelas de Santa Catalina, frutas secas, ciruelas pasas, castañas, miel y acceite de nueces y cañamones.El Limosin ha formado el departamento de la Correze y una parte del de la Alta Vienna. Se le dividía en alto y bajo Limosin, siendo en el primero el clima mas frió que en el segundo, á causa de sus montañas, aunque son poco elevadas. El bajo Limosin es mas templado y mas fértil, y hay cantones donde el aire es casi tan cálido como en Languedoc.El suelo de la provincia, en general, es árido, ligero y arenoso y se coge poco trigo, pero sí mucho centeno y trigo moruno. Las heladas blancas y las tempestades de granizo son allí muy frecuentes, y destruye á menudo la escasa cosecha que se pudiera esperar de la esterilidad del pais. Esta provincia es una de las mas pobres de Francia. Hay gran cantidad de bosques, pero afortunadamente el árbol que mas abunda es el castaño, cuyo fruto es un gran recurso para la mayor parte de los habitantes, que á falta de granos, hacen de él su principal alimento. En el alto Limosin hay pocas viñas; pero en el bajo abundan mucho y dan muy buen vino; pero su cantidad no es suficiente para surtir la provincia. Los principales rios son: el Lozere, el Vienna, el Dordoña y algunos otros. Se esplotan también minas de plomo, cobre, antimonio, hierro y carbón de piedra. El comercio del pais consiste en telas de seda y porcelana fabricada en Limoges, donde las manufacturas son muy numerosas. En la provincia hay también muchas fábricas de papel, pero no es muy bueno. Uno de los principales ramos de comercio es la venta de caballos muy estimados, y de bueyes para los mercados de París.La esterilidad del suelo ha influido mucho en el carácter de los habitantes, y les ha obligado siempre á recurrir á la industria para procurarse la necesaria subsistencia. Ellos se espatrian por la primavera, se reparten por diferentes puntos de Francia y vuelven en invierno á llevar á sus familias el precio de sus trabajos y fatigas, y con sus ahorros se alimentan y pagan los impuestos. Casi todos son albañiles, y puede decirse que muy raro será en Francia el edificio en que no hayan trabajado los limosines. Se les acusa de que hablan tanto como trabajan, pero en cambio son perseverantes en el trabajo, y por su sobriedad,
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