aventajada estatura y muy ágiles. La lengua que se usa en Aragón es la castellana con algunos modismos lemosinos en los pueblos que confinan con Valencia y Cataluña. El trage provincial de los hombres es bastante desairado, pues consiste en calzón de paño ajustado, chaqueta algo larga, chaleco, faja estremadamente ancha y larga, media con trabilla que deja el pie desnudo, alpargatas atadas con mucha cinta, manta al hombro y un pañuelo rodeado á la cabeza. Estas dos últimas piezas del trage recuerdan el de los árabes, que dejaron en las provincias de Aragón huellas mas profundas de su dominación que en las de Castilla. En algunas partes están en uso unos sombreros de alas anchísimas. Las mugeres, que son en verdad en su mayor parte muy bellas y amables, llevan también alpargata con media azul, la saya algún tanto corta, delantal, y sobre el ajustado jubón que ciñe su esbelto talle suelen atar un pañuelo, con bastante gracia. Antes de pasar adelante debemos dejar consignado que las aragonesas se precian, y con justicia, de ser fieles á sus juramentos de amor, de buenas esposas y dignas madres, y de ser (solo hablamos respecto á determinadas clases y á algunos pueblos lejanos de las ciudades) mas ilustradas y cultas que los hombres.
Desde los tiempos fabulosos ó allá escondidos en la noche de la historia, figura esta gran comarca que hoy llamamos Aragón, del modo mas notable. Aquí habitaban los iberos, primitivos españoles, los que mezclados después con los celtas que trasmontando los Pirineos invadieron este país, tomaron el nombre de celtíberos, que fué después el terror de los romanos y la gloria de España. Ocupábanlos celtíberos una gran region (1) que tenia al N á Lerma, rio Arlanza, Villoslada, Cervera, Tarazona y el Ebro; al E. los montes de Oca (antiguamente Idubeda) Herrera, Montalvan, Aliaga y Segorbe; al O. el rio Arlanza, los montes Carpetanos hasta Segovia, y por el S. Fuenllana, Montiel y Chinchilla, por lo que vemos que aunque comprendía la mayor parte de Aragón se estendia mucho mas. Su religion era lo mismo que la de los astures y galaicos; es decir, adoraban á un dios sin nombre, al que servían de templo los bosques, pues su grandeza no cabia en ningún recinto fabricado por las manos de los hombres. Las mayores festividades eran los plenilunios, y los celebraban con bailes, cantos y versos, y entonces sacrificaban á las puertas de sus casas. El nacimiento de un hijo, en vez de ser como en todos los pueblos, mirado como un fausto suceso, era al contrario en Celtiberia un motivo de tristeza, y ambos padres guardaban cama por algunos días, lo que era entre los antiguos señal de lulo. Otra de sus mas estrañas costumbres, era lavarse la dentadura con orines corrompidos, la que observaban también varios pueblos de la Cantabria. Eran los celtíberos muy belicosos y tenían la guerra por única ocupación. Sus armas consistían en la pelta ó adarga, especie de escudo pequeño que después cambiaron por el gran broquel de los galos; en picas fortalecidas con hierro que arrojaban á los enemigos y á las que daban el nombre de lancæ. De los celtíberos las tomaron los romanos y les conservaron el mismo nombre. Llevaban tambien morrión de bronce con una especie de plumero encarnado, espada corta, puntiaguda y de dos filos, á propósito, dice Polibio, para acuchillar y estoquear, la que también adoptaron los romanos apenas la conocieron, puñal rayado y de doble comba. Eran muy aficionados al color negro, y usaban de un gran sayo parecido á un capote con capucha y bragas ceñidas al estilo de nuestros pantalones. En tiempo de los godos dejaron su antiguo sayo negro por una capa mas corta hecha de tela rayada. Sabían templar el hierro de una manera particular, dejándole oxidar debajo de tierra y sumergiéndolo luego en las aguas de ciertos rios. Habían aprendido de los griegos á construir castillos y cubrieron con ellos su pais. Amilcar Barca, célebre general de la república de Cartago, intentó sujetar á los terribles celtíberos, mas fué muerto por los habitantes de Helia una de las ciudades de estos, 230 años antes de Jesucristo. Los romanos pactaron con los cartagineses la division de este pais independiente sirviendo de término á las conquistas de unos y de otros el rio Ebro en 226, quedando la ribera izquierda para los prime–
(1) Véase á Pimío, Estrabon y Ptolomeo.
Desde los tiempos fabulosos ó allá escondidos en la noche de la historia, figura esta gran comarca que hoy llamamos Aragón, del modo mas notable. Aquí habitaban los iberos, primitivos españoles, los que mezclados después con los celtas que trasmontando los Pirineos invadieron este país, tomaron el nombre de celtíberos, que fué después el terror de los romanos y la gloria de España. Ocupábanlos celtíberos una gran region (1) que tenia al N á Lerma, rio Arlanza, Villoslada, Cervera, Tarazona y el Ebro; al E. los montes de Oca (antiguamente Idubeda) Herrera, Montalvan, Aliaga y Segorbe; al O. el rio Arlanza, los montes Carpetanos hasta Segovia, y por el S. Fuenllana, Montiel y Chinchilla, por lo que vemos que aunque comprendía la mayor parte de Aragón se estendia mucho mas. Su religion era lo mismo que la de los astures y galaicos; es decir, adoraban á un dios sin nombre, al que servían de templo los bosques, pues su grandeza no cabia en ningún recinto fabricado por las manos de los hombres. Las mayores festividades eran los plenilunios, y los celebraban con bailes, cantos y versos, y entonces sacrificaban á las puertas de sus casas. El nacimiento de un hijo, en vez de ser como en todos los pueblos, mirado como un fausto suceso, era al contrario en Celtiberia un motivo de tristeza, y ambos padres guardaban cama por algunos días, lo que era entre los antiguos señal de lulo. Otra de sus mas estrañas costumbres, era lavarse la dentadura con orines corrompidos, la que observaban también varios pueblos de la Cantabria. Eran los celtíberos muy belicosos y tenían la guerra por única ocupación. Sus armas consistían en la pelta ó adarga, especie de escudo pequeño que después cambiaron por el gran broquel de los galos; en picas fortalecidas con hierro que arrojaban á los enemigos y á las que daban el nombre de lancæ. De los celtíberos las tomaron los romanos y les conservaron el mismo nombre. Llevaban tambien morrión de bronce con una especie de plumero encarnado, espada corta, puntiaguda y de dos filos, á propósito, dice Polibio, para acuchillar y estoquear, la que también adoptaron los romanos apenas la conocieron, puñal rayado y de doble comba. Eran muy aficionados al color negro, y usaban de un gran sayo parecido á un capote con capucha y bragas ceñidas al estilo de nuestros pantalones. En tiempo de los godos dejaron su antiguo sayo negro por una capa mas corta hecha de tela rayada. Sabían templar el hierro de una manera particular, dejándole oxidar debajo de tierra y sumergiéndolo luego en las aguas de ciertos rios. Habían aprendido de los griegos á construir castillos y cubrieron con ellos su pais. Amilcar Barca, célebre general de la república de Cartago, intentó sujetar á los terribles celtíberos, mas fué muerto por los habitantes de Helia una de las ciudades de estos, 230 años antes de Jesucristo. Los romanos pactaron con los cartagineses la division de este pais independiente sirviendo de término á las conquistas de unos y de otros el rio Ebro en 226, quedando la ribera izquierda para los prime–
(1) Véase á Pimío, Estrabon y Ptolomeo.
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