sábado, marzo 31, 2012
Viage ilustrado (Pág. 628)
martes, marzo 27, 2012
Viage ilustrado (Pág. 627)
La villa de Mallen, que es el primer pueblo de Aragón, que se encuentra viniendo de Navarra, es de antigüedad remotísima. Pertenecía á la Celtiberia y se llamó Manlia. Sus habitantes degollaron á la guarnicion que tenian de numantinos, para complacer á Pompeyo, á quien se entregaron. Después de una memoria tan poco honrosa no vuelve esta población á mencionarse en la historia hasta 1420, en que la ganó á los moros Alfonso I, el Batallador, que concedió su señorío á los templarios. El año 1209 se avistaron en Mallen los reyes de Navarra y Aragón con objeto de terminar sus disidencias. El castillo de esta villa sirvió de prisión al desgraciado don Carlos, príncipe de Viana, en 1452, y en la guerra de la independencia sufrieron en sus inmediaciones un descalabro los patriotas españoles que mandaba el marqués de Lazan. Pasa tocando á la población el escaso rio Huecha, y el terreno en que está edificada es un llano. Las casas son regulares, y la parroquia, titulada Nuestra Señora de los Angeles, está servida por diez eclesiásticos que nombra la orden de San Juan. Tiene también un convento que fué de franciscos, y un bonito santuario dedicado á la Virgen, á poca distancia. El número de habitantes es de 1,854. El escudo de armas de Mallen consiste en un castillo, sobre el que ondea una bandera blanca con cruz roja. Desde Mallen se pasa por Sallur, Pedrola y Alagon, y se da vista á la muchedumbre de torres moriscas que embellecen la inmortal y siempre heroica Zaragoza, capital del reino que nos ocupa. Desde luego nos sorprendió su magnífica campiña, que es una dilatadísima llanura regada por el magestuoso Ebro, el Gallego, el Jalón, el Huerba y el Canal imperial (cuyas frondosas orillas veníamos siguiendo desde Tudela cubierta de multitud de casas de campo, de olivos y otros árboles frutales, y terminada por una parte con los montes que separan al Aragón de Castilla, y por otra con los erguidos Pirineos de Jaca, siempre emblanquecidos con la nieve. Gruesos volúmenes deberíamos emplear para describir dignamente á Zaragoza, cuyo nombre es pronunciado con respetuosa admiración en toda la Europa; mas la índole de esta obra no consiente la latitud necesaria. Sin embargo, creemos no desagradar á aquellos de nuestros lectores que no hayan visitado esta ciudad, tan célebre y tan rica en recuerdos, deteniéndonos en ella algún tanto, puesto que es la población de mas importancia que habíamos encontrado en el curso de nuestro viage. Daremos principio por su historia, que es una de las mas gloriosas.
Desde las primeras épocas de la historia aparece ya esta ciudad con el entraño nombre de Salduba, que le fué sin duda impuesto por los primitivos españoles, sus pobladores.
Después de haber sujetado Augusto á los indómitos cántabros y astures, los mas decididos defensores de la libertad de España y los últimos que doblaron la cerviz al yugo romano, deseando recompensar á los soldados de las legiones 4.ª, 6.ª y 10.ª que habían llevado á cabo aquella difícil campaña, les concedió el término de Salduba y también esta ciudad, en que se avecindaron. Fué entonces engrandecida y declarada colonia inmune, y tomó el nombre de César–Augusta en honor del emperador. Construyéronse en seguida dos recintos de murallas, la una era de piedra y argamasa con torreones almenados, y cuatro puertas que miraban exactamente á los cuatro puntos cardinales, y la segunda de ladrillo. De una y otra se conservan aun algunos vestigios.
sábado, marzo 24, 2012
Viage ilustrado (Pág. 626)
mas grande y mas feliz que la primera (1).»
El primer rey, don Ramiro, murió en la batalla de Graus en 1063, peleando con el famoso Cid Campeador; su hijo y sucesor Sancho Ramirez, después de varias conquistas sobre los moros, cercó á Huesca, pero recibió una herida mortal causada por una flecha, y no permitió se la estrajesen hasta que sus hijos jurasen no abandonar aquella empresa y hacerse dueños de la plaza: don Alfonso I, el Batallador, hijo segundo de Sancho Ramirez, unió por algún tiempo al reino de Aragón y de Navarra, que poseía, los de Leon y Castilla, que eran pertenencia de su esposa doña Urraca, tomó el título de emperador y después de ganar á los moros veinte y nueve batallas campales, murió en la de Fraga en 1134. Por el matrimonio de la reina doña Petronila, hija de Ramiro el Monge, en 1174 , con Ramon Berenguer, conde de Barcelona, se unió este estado al de Aragón. Durante el glorioso reinado de Jaime I, el Conquistador, se le agregaron por la fuerza de las armas, las islas Baleares y el reino de Valencia, y Pedro III, su hijo, le acrecentó aun mas con la Sicilia que pertenecía á su esposa doña Constanza. Pedro IV el Cruel ó el Ceremonioso, quiso falsear las leyes fundamentales y (2)
(1) Quintana, tragedia del Pelayo,
(2) Entre estas deben mencionarse aquella que autorizaba al pueblo á reunirse para defender su libertad cuando la viese amenazada: la que establecia que en caso de ser algún subdito agraviado por el rey, se hiciesen los nobles é infanzones cargo de su causa, y evitasen el pago de toda clase de tributo en tanto aquel no satisficiese al subdito, y finalmente la ley de las coronaciones por la que el nuevo rey con la cabeza descubierta, se inclinaba de rodillas ante el justicia mayor, el que sentado y cubierto le tomaba el solemne juramente de guardar las leyes y fueros del reino y luego le decia á nombre del pueblo estas palabras: «Nos que somos tanto como vos, é todos juntos valemos mas que vos, os facemos rey con la condición de guardar nuestros fueros é privilegios, é si no non.» Subsistió esta última ley hasta el reinado de Pedro IV, el Ceremonioso, que la hizo anular en Cortes, y habiéndole estas presentado un pergamino en que estaba escrita, lo rompió en pedazos con su puñal. Al tirar de este se hirió en una mano y viendo su sangre esclamó: «Ley que daba poder á los vasallos para nombrar rey, sangre e rey debe costar.» Por este hecho le llamaron don Pedro el del puñal. Es también muy notable la ley de Aragón que escluye á las hembras de la corona.
miércoles, marzo 21, 2012
Viage ilustrado (Pág. 625)
Desde los tiempos fabulosos ó allá escondidos en la noche de la historia, figura esta gran comarca que hoy llamamos Aragón, del modo mas notable. Aquí habitaban los iberos, primitivos españoles, los que mezclados después con los celtas que trasmontando los Pirineos invadieron este país, tomaron el nombre de celtíberos, que fué después el terror de los romanos y la gloria de España. Ocupábanlos celtíberos una gran region (1) que tenia al N á Lerma, rio Arlanza, Villoslada, Cervera, Tarazona y el Ebro; al E. los montes de Oca (antiguamente Idubeda) Herrera, Montalvan, Aliaga y Segorbe; al O. el rio Arlanza, los montes Carpetanos hasta Segovia, y por el S. Fuenllana, Montiel y Chinchilla, por lo que vemos que aunque comprendía la mayor parte de Aragón se estendia mucho mas. Su religion era lo mismo que la de los astures y galaicos; es decir, adoraban á un dios sin nombre, al que servían de templo los bosques, pues su grandeza no cabia en ningún recinto fabricado por las manos de los hombres. Las mayores festividades eran los plenilunios, y los celebraban con bailes, cantos y versos, y entonces sacrificaban á las puertas de sus casas. El nacimiento de un hijo, en vez de ser como en todos los pueblos, mirado como un fausto suceso, era al contrario en Celtiberia un motivo de tristeza, y ambos padres guardaban cama por algunos días, lo que era entre los antiguos señal de lulo. Otra de sus mas estrañas costumbres, era lavarse la dentadura con orines corrompidos, la que observaban también varios pueblos de la Cantabria. Eran los celtíberos muy belicosos y tenían la guerra por única ocupación. Sus armas consistían en la pelta ó adarga, especie de escudo pequeño que después cambiaron por el gran broquel de los galos; en picas fortalecidas con hierro que arrojaban á los enemigos y á las que daban el nombre de lancæ. De los celtíberos las tomaron los romanos y les conservaron el mismo nombre. Llevaban tambien morrión de bronce con una especie de plumero encarnado, espada corta, puntiaguda y de dos filos, á propósito, dice Polibio, para acuchillar y estoquear, la que también adoptaron los romanos apenas la conocieron, puñal rayado y de doble comba. Eran muy aficionados al color negro, y usaban de un gran sayo parecido á un capote con capucha y bragas ceñidas al estilo de nuestros pantalones. En tiempo de los godos dejaron su antiguo sayo negro por una capa mas corta hecha de tela rayada. Sabían templar el hierro de una manera particular, dejándole oxidar debajo de tierra y sumergiéndolo luego en las aguas de ciertos rios. Habían aprendido de los griegos á construir castillos y cubrieron con ellos su pais. Amilcar Barca, célebre general de la república de Cartago, intentó sujetar á los terribles celtíberos, mas fué muerto por los habitantes de Helia una de las ciudades de estos, 230 años antes de Jesucristo. Los romanos pactaron con los cartagineses la division de este pais independiente sirviendo de término á las conquistas de unos y de otros el rio Ebro en 226, quedando la ribera izquierda para los prime–
(1) Véase á Pimío, Estrabon y Ptolomeo.
domingo, marzo 18, 2012
Viage ilustrado (Pág. 624)
Poco diremos de la ciudad de Palencia, población de mas de 10,000 almas, con una muralla antigua, buenas calles y una plaza regular. Su catedral, dedicada á San Antolin, cuyo cuerpo se custodia con gran veneración, es de estilo gótico, reedificada por el rey don Sancho el Mayor, y una de las mas amplias y mas hermosas de España, El hospital, bien dotado, lo fundó el Cid en la misma casa que habitó en esta ciudad. En el camino que dirige á Valladolid se halló en los cimientos de la parte de muralla inmediata á la puerta del Mercado una lápida del sepulcro de los hijos de Pompeyo, que se ha colocado á la derecha de esta puerta en la muralla nueva. Palencia es la antigua Pallantia de los romanos, y la conquistó á los moros el rey don Sancho de Navarra el año 1031, restaurando la silla episcopal. Es glorioso timbre de esta ciudad el valor de sus matronas, cuando teniendo la estrechamente sitiada los ejércitos ingleses en la guerra del rey don Pedro, los derrotaron completamente, por cuya hazaña les concedió don Juan I que usasen banda de oro sobre los tocados como los caballeros.
Cerca de Palencia en el pueblo de Baños, junto á la carretera de Burgos, están las ruinas de la antigua capilla de San Juan, que consta de tres naves y es de arquitectura gótica y árabe. Próxima á la capilla hay una fuente de agua cristalina, muy eficaz para ciertas dolencias, de donde sin duda toma nombre el pueblo.
El reino de Aragón forma como una gran cuenca rodeada de montes elevadísimos, y cortada por el Ebro. Confina al N. con los Pirineos, al E. Cataluña, al S. Valencia, y al O las Castillas y Navarra. Tiene de longitud ó sea de N. á S. 68 leguas, de latitud 40 y de superficie 1,232. Está dividido en las provincias de Huesca, Zaragoza y Teruel, que comprenden treinta y un partidos judiciales, doce ciudades (1), trescientas veinte y seis villas, ochocientos ochenta y ocho lugares, ochenta y dos aldeas, noventa y seis cotos redondos: mil doscientos setenta y seis ayuntamientos, un arzobispado, seis obispados, mil trescientas noventa y seis parroquias y 734,686 habitantes. El suelo puede decirse privilegiado por su feracidad, riqueza y variedad de producciones, en especial las riberas de los rios. Las mas principales son trigo, cebada, maiz, aceite, vino, frutas delicadísimas, cáñamo, lino, azafrán y alguna seda. Hay abundancia de minerales como hierro, cobre, plomo, cobalto y azabache. El ganado lanar está muy propagado y es escelente. Muchos son los montes que cruzan este reino, siendo los de mas nombradla los Pirineos, de donde nacen el célebre Moncayo, los de Albarracin, Molina, Cuenca, Gudar, Morata del Conde, etc., etc. Los rios son el Ebro, que divide, á Aragón en dos partes casi iguales, el Gallego, Huerva, Cinca, Guadalaviar ó Turia, Alcamadre, Giboca, Guadalope, Martin, Jalón, Aragón, Celia, Alfambra, Queiles, etc.,
Los aragoneses son francos, muy amantes de su pais y de la libertad, valientes hasta la temeridad, muy firmes y constantes en sus propósitos, lo que les hace calificar con el nombre vulgar de testarudos, algún tanto orgullosos y bruscos en sus modales, muy vivos y penetrantes. Son generalmente robustos, de
(1) Los nombres de estas son: Zaragoza, Tarazona, Borja, Calatayud, Daroca, Albarracin, Teruel, Alcañiz, Huesca, Barbastro, Jaca y Fraga.
viernes, marzo 16, 2012
Viage ilustrado (Pág. 623)
Desde Leon nos dirigiremos al Vierzo pasando por Astorga, para hablar de sus antigüedades romanas y góticas, y en efecto, se ven las asombrosas minas de las Medulas, restos magníficos y sólidos todavía del pueblo rey; el sitio de una antigua ciudad suya llamada Belgidum, deliciosamente situada; el monasterio que fué de monges bernardos de Carracedo, en cuya fábrica está todavía incorporado un resto del antiguo palacio de recreo que alli tuvieron los reyes de Leon; y varios castillos feudales desmoronados en parte, y entre los cuales descuella el de Ponferrada, donde se distinguen las armas y los símbolos de los caballeros templarios, sus pasados señores. Este pais posee muchos recuerdos é infinitas tradiciones que con pena renunciamos á trascribir. Las montañas de Leon apenas conocidas, apenas visitadas por nadie, valen tanto respectivamente como las de la Suiza. ¡Qué trages tan pintorescos! ¡Qué costumbres tan patriarcales!...
Se sale del Vierzo siguiendo rio arriba el curso del Sil, célebre por el purísimo oro que en sus arenas arrastra; y se atraviesan los valles que toman el nombre del rio, se cruza en seguida la Ceana y la Omaña, y el viagero se detiene en los últimos términos de Babia. No habrá acaso ni uno solo de los lectores que no haya oido decir alguna vez en su vida, tratándose de un hombre distraído ó preocupado: Ese hombre está en Babia; pero serán pocos quizá los que sepan que la Babia es un pais triste, desnudo y rigoroso en el invierno, pues ocupa la mesa de las montañas, y no cesan en él por entonces las nieves y las tormentas. Sin embargo, las praderas de esmeralda que verdeguean por las llanuras, sus abundantes aguas, la alineación simétrica de sus montecillos cenicientos de roca caliza, y los leves vapores que levanta el sol de verano de sus húmedas praderías, contribuyen á darle por entonces un aspecto vago, suave y melancólico que solo se encuentra en algunos países del Norte. Hacia los límites de este país y junto á un pueblo que llaman los Barrios de Luna, se ven las paredes aportilladas por todas partes, del castillo de Luna, donde el rey don Alfonso el Casto encerró al conde de Saldaña, padre del paladin Bernardo del Carpio, que derrotó en Roncesvalles el ejército de Carlo–Magno, y al decir de las leyendas españolas, mató de su propia mano á Roldan, el sin par de los doce pares.
Lo dicho de la Babia es aplicable igualmente á los demás concejos, á saber; la Omaña, la Ceana y el Sil, pues todos se parecen mucho, si bien el último se diferencia algo mas por la gran frondosidad que visten sus montes, y por ser algo mas estrecho y reducido. En cuanto á costumbres, todos ellos las tienen iguales. La hospitalidad es una especie de religion entre estos montañeses, y no hay puerta que no se abra á la llegada de un forastero. Por la noche se reúnen indispensablemente en su casa los mozos y las mozas á darle lo que se llama en lengua del pais el beiche, que no es otra cosa mas que el lindísimo baile del pais, en el que es costumbre que el forastero tome parte.
La danza del pais es un baile animadísimo que se ejecuta con castañuelas, la música es alegre y armoniosa, al par que las coplas delicadas y graciosas en estremo. Vamos á citar como muestra algunas que recordamos:
Que cuando muere renace;
Fuego de amor en tu pecho
Preside sin apagarse.
Corazón que sufre y calla
No se encuentra donde quiera;
No hay corazón como el mio
Que sufre y calla su pena.
Qué son celos pregunta
Un hombre sábio
Y un rústico le dice,
Ama y sabráslo.
Es la esperanza un árbol
El mas frondoso
Que de sus bellas ramas
Depende todo.
Las brañas, especie de casetas que en la temporada de verano fabrican las montañesas en las cumbres de los montes, donde se retiran con sus ganados hasta principios del otoño, llaman la atención por su limpieza, por su adorno, que consiste en ramos de flores, y por la esquisita nata de que siempre tienen repuesto para obsequiar á los que las visitan.
Las romerías es otra de las diversiones de verano, muy semejantes á las de los demás países; pero no se crea que en el invierno se convierten estos habitantes en hurones. Al contrario, se reúnen todas las noches en las casas mas grandes del lugar; las mozas hilan las primeras horas, de donde viene á estas tertulias el nombre de filandon, y luego acuden los mozos y se baila hasta una hora regular. Entre tanto las señores y señoras mayores refieren historias, como ellos dicen, y es cosa de ver por cierto á un alcalde de aquellos pueblos sentado en un sillón de baqueta, contando las proezas de Carlo–Magno, de don Pelayo ó del Cid, con tanta gravedad y aplomo como si las hubiese presenciado. Omitimos la descripción del trage, porque puede verse en el grabado que lo representa con toda exactitud. Y ya que se habla de trages, no debemos dejar la provincia de Leon sin decir algo de los maragatos, tipo verdaderamente original, cuyo nombre y origen atribuyen unos á Mauregato, menguado usurpador de la corona de Leon, y otros por el contrario, hacen á este mismo Mauregato oriundo de Maragatería; opinion que sea dicho de paso nos parece mas probable, siquiera por no desairar la tradición que se conserva en Astorga de los juicios que pronunciaba Santo Toribio, anterior, si no nos engañamos al citado usurpador, en las querellas de los maragatos. El pais de la Maragatería está enclavado en el obispo de Astorga, y sus pueblos principales son Santiago–Millas, Santa Colomba, Rabanal del Camino y el Val de San Lorenzo, sin contar otros muchos de menor cuantía. Los hombres buscan en la arriería lo que su ingrato suelo les niega; y durante su ausencia, las mugeres cuidan de las faenas de la labranza. Las bodas se hacen siempre por convenio entre las familias, sin contar las mas veces con la voluntad de los novios, que cumplen el mandato de sus padres con la
sábado, marzo 10, 2012
Viage ilustrado (Pág. 622)
Después de la catedral se ve el palacio de los Guzmanes, hermosa fábrica mandada edificar por don Juan de Guzman, obispo de Calahorra, y que pertenece ahora al marquesado de Toral, unido hoy á la casa del duque de Frias. Está bastante abandonado, sirviendo para depósito de granos, suerte común de esta clase de edificios en nuestro pais, desde el reinado de los Reyes Católicos, en que los grandes señores tomaron la costumbre de habitar constantemente en la corte, dejando sus antiguos torreones y castillos feudales entregados á la curiosidad del viagero ó á los recuerdos de la historia.
La iglesia de San Marcos de Leon es célebre no solo por su capacidad y solidez, por sus adornos de estilo gótico y por su magnífica sillería de coro, sino también por su historia, pues ha pertenecido á los caballeros de Santiago, y fué rival algún día del convento de Uclés. Por el tiempo de la confirmación de la orden, los ricos hombres del reino de Leon habían fundado cerca de esta ciudad, en el camino francés, un hospital, el cual, según dice el libro de la regla y establecimientos de los caballeros de Santiago, había sido edificado para servicio de Dios y bien de las ánimas, y por los muchos peligros que acaecían en aquel lugar á los romeros cuando iban y venían á visitar el Santo Apóstol. En vista de esto el obispo don Juan Albertino, que tenia á su cargo en compañía de los canónigos de Leon, la administración de este hospital, se lo cedió al ilustre don Suero Rodriguez, uno de los primeros caballeros á mediados del siglo XII, cuando la orden no estaba todavía confirmada, con el intento de que los canónigos del Loyo, que seguian la regla de San Agustín, y á los cuales para mayor santidad y decoro se habían reunido los primeros caballeros de Santiago, cuidasen del bien espiritual de los peregrinos los unos, en tanto que los otros proveian á su resguardo y seguridad. Tal es el origen de San Marcos, cuya grandeza fué creciendo después en la misma proporción que la de la orden, que en los siglos XII, XIII y XIV llegó á tan alto grado de esplendor, que las determinaciones de sus capítulos generales pesaban poderosamente en la balanza de los destinos de la nación.
No queremos dejar de hacer mérito aqui de un suceso que le ha dado renombre al convento de San Marcos de Leon en época mas reciente. En el reinado de Felipe IV, durante la administración del conde–duque de Olivares, fué encerrado estrechamente y tratado con el mayor rigor, en una de sus celdas, el poeta satírico don Francisco de Quevedo, uno de los talentos mas privilegiados de aquella privilegiada época. Allí lo aprisionaron crudamente bajo el pretesto, según unos, de un desacato cometido en haber hecho poner debajo de la servilleta del rey un papel satirico, anónimo que se le atribuyó; según otros, por supuestas inteligencias con la casa de Braganza, y según todas las probabilidades, por intrigas y manejos de cortesanos. Enséñase á los viageros la celda, donde resulta de su misma confesión, que se curaba y cauterizaba con sus propias manos dos heridas que tenia abiertas, desamparado como estaba de todo el mundo y sin cirujano que se las curase, á pesar de habérsele encancerado con la proximidad del rio y la humedad del pais. Desde aquella cárcel fué desde donde dirigió á su perseguidor el famoso memorial, página elocuente de la elevación de sentimientos de un grande hombre, aun en medio de una desgracia y tribulación de tal suerte irremediables.
Para completar nuestra descripción de las muchas curiosidades que encierra la ciudad de Leon, nos falta mencionar la iglesia de San Isidoro, donde está el panteón de los reyes, y á ella nos dirigimos.
Asolada esta ciudad por Almanzor, rey de Córdoba, la restauró Alfonso V, y edificó y dedicó á San Juan Bautista una pobre iglesia de luto et latere, como dice el epitafio de su sepulcro. Los reyes don Fernando de Castilla y doña Sancha de Leon, hija de don Alonso, la demolieron y erigieron otra de piedra labrada, que se tituló de San Isidoro, desde que los mismos reyes colocaron en ella el cuerpo de este santo, traido de Sevilla por diligencia suya.
Alonso V destinó esta iglesia para sepulcro de los reyes sus antecesores, y se pusieron en ella las antiguas reliquias que los cristianos llevaron consigo en las invasiones. Reedificada después, como queda dicho, por don Fernando el Magno hacia la mitad del siglo XI, fué entregada á los canónigos regulares de San Agustín, que don Alfonso VII trasladó allí del convento de Carvajal, una legua distante de Leon, y que han permanecido en ella hasta nuestros días.
La iglesia es bastante espaciosa, de tres naves; al fin de la principal, por debajo del coro, se halla la entrada del que llaman el Panteón, donde hay depositados por lo menos cuarenta y ocho cuerpos de personas reales; y es una capilla destinada á Santa Catalina, llena de sepulcros sencillos y sin ninguna suntuosidad, unos encima de otros y con esculturas de grosera labor.
Es también notable este suntuoso templo por la multitud de buenas obras de escultura y pintura, asi como por la cantidad inmensa de reliquias de varios santos que conserva, ademas del cuerpo de San Isidoro, que está sobre la mesa del altar mayor: antes de las guerras y trastornos de este siglo, era muy rico en alhajas de preciosa hechura y considerable valor, que han desaparecido en su mayor parte. Otro de los objetos apreciables de esta santa casa es la librería, en la que se encuentran códices y manuscritos rarísimos. Por último, en esta antigua iglesia se conserva una costumbre inmemorial que otros atribuyen á un concilio celebrado en ella y concluido en Lugo contra los arríanos sacraméntanos, cuya costumbre, que en la catedral de Lugo también se observa, consiste en tener constantemente al Santísimo manifiesto dia y noche, lo cual se ha practicado sin interrupción, según varios autores desde el siglo VII hasta el dia, pues aunque los moros tomaron la ciudad de Leon,
jueves, marzo 08, 2012
Viage ilustrado (Pág. 621)
Iglesia de San Isidoro, en Leon
sia de Santa María el mismo Fernando el Católico en 1512. Los franceses saquearon á Tudela en 1808 por la mucha resistencia que les opuso: á poco volvió á poder de los españoles, pero habiendo perdido en el mismo año el general Castaños una batalla (1) al pie de sus muros, cayó de nuevo bajo el dominio de los invasores, que la abandonaron definitivamente en 1813.
Se sale de Tudela en dirección á Zaragoza, y despues que se andan cuatro leguas se pasa por Cortes, último pueblo de Navarra, que se eleva en una muy fértil llanura á la derecha del Ebro y del canal imperial que queda como á un cuarto de legua. Hay una parroquia con nombre de San Juan, y un castillo ó palacio de los marqueses de Cortes, que son hoy los duques de Granada de Ega, y dos molinos de aceite. El número de almas que moran en esta villa es de novecientas sesenta. Hay de ella memorias bastante antiguas, y hace muy poco tiempo se emprendieron por una sociedad varias acequias y obras muy importantes y costosas para el riego de su hermosa campiña.
La estension que nos hemos visto precisados á dar á las provincias precedentes por lo importante de las materias de que tratan, nos impide alargarnos en este tanto como quisiéramos, y como en realidad merecen las dos provincias de Leon y Palencia.
La ciudad de Leon es notable por su antigüedad, pues hay quien la supone fundada por la sétima legion de los emperadores romanos sobre las ruinas de la demolida Sublancia, y lo es también por sus monumentos, y por haber sido cabeza del reino de su nombre, donde tuvieron la córte veinte y cuatro reyes antes de que se incorporara á Castilla. En una cornisa del oratorio de la casa de ayuntamiento, se leen los siguientes versos que aluden á esta circunstancia y revelan algunas de las grandezas de la ciudad que nos ocupa.
En argen Leon contemplo
Fuente purpúrea triunfal
De veinte santos ejemplo
Donde está el único templo
Real y sacerdotal.
Tuvo veinte y cuatro reyes
Antes que Castilla leyes;
Hizo el fuero sin querellas,
Libertó las cien doncellas
De las infernales greyes.
(1) En esta desastrosa jornada que lleva el nombre de batalla de Tudela, perdieron los españoles dos mil prisioneros, los almacenes y artillería.
martes, marzo 06, 2012
Viage ilustrado (Pág. 620)
El celebre Sancho el Fuerte miró con particular predilección á Tudela, la adornó con buenos edificios, fortaleció y fijó su resicencia y se encerró en su castillo, cuando efecto de su edad, gordura estremada y otros achaques, se retiró casi del todo de los negocios. por lo que le llamaron el Encerrado. En el mismo castillo falleció el 7 de abril de 1234 Concediósele el título de ciudad en 1390. Reinando Juan II de Aragon en Navarra, sé hizo dueño de Tudela mosen Pierres de Peralta. Sitióla á poco el conde de Foix; pero viniendo á socorrerla el citado Juan II levantó aquel el cerco, año 1470. El mismo rey la concedió nuevas franquicias y celebró en ella una conferencia con el rey de Castilla en 1476 para pacificar las turbulencias que agitaban á Navarra. Su hija doña Leonor, que heredó esta corona, murió en Tudela en 1479. En el reinado de Fernando el Católico, los vecinos de Tudela dieron acogida á muchos aragoneses perseguidos por la Inquisición y amenazaron á los inquisidores con arrojarlos al rio. Fué esta ciudad la ultima de Navarra que se sometió al poder de Castilla, exigiendo antes se les jurase la conservación de sus fueros y franquicias, como lo verificó en la igle–