domingo, junio 12, 2011

Viage ilustrado (Pág. 575)

torre está grabada en una peña la siguiente inscripción romana:




MARTI.
AYG. SACR.
G. SEVIVS.
LVPVS.
AR……TECTVS.
AT……..SIS
LVSITANVS. EX. V.°




Para conservar esta notable escritura, cuando la reparacion de la torre, se encerró la peña que la contiene en una caseta de sillería. En la parte superior de la referida peña, se ve un plano circular con un taladro en el centro, en que estaba afianzada la grande estatua del dios Marte. La historia de la torre de Hércules se remonta á épocas muy remotas é inciertas. Muchos aseguran fué edificada por los fenicios, y otros, con mejores fundamentos, atribuyen la fabricion de este hermoso faro, pues con este objeto fué construida, al emperador Trajano, fundándose no solo en la inscripción referida, sino que también en que ningún escritor antiguo hace mención de tan curioso monumento hasta Paulo Orosio, que escribió á principios del siglo V, atribuyéndose á los sarracenos la destrucción de la escalera esterior que lo circuía, y de la estatua de Marte que estaba encima de la inscripción En las turbulentas épocas de la edad media, este faro se convirtió en fortaleza ó castillo, y pertenecía á los arzobispos de Santiago; llamábase el castillo del Faro ó el castillo Viejo. Apasadas por fin las discordias en que ardia Galicia, fué la torre abandonada, y se desmoronó, no quedando mas que las cuatro paredes Asi permanecía á mediados del siglo XVI en que la visitó Molina, como él mismo nos asegura en su descripción de Galicia. En 1682, fué reparada por el duque de Uceda, capitán general de Galicia, construyéndose dos torrecillas encima de la torre, en las que se colocaron dos faroles. Duró poco esta mejora, pues en el reinado de Carlos III la torre no era mas que una ruina, hasta que fué de nuevo reparada por la junta de Comercio como ya dijimos.
El principal paseo de la Coruña es el llamado de la Reunion, que consiste en una alameda compuesta de tres calles de árboles, con bancos de piedra. El paseo de San Carlos ocupa el antizuo baluarte del mismo nombre, y consiste en un bonito jardín, en cuyo centro hay un elegante sepulcro que contiene los restos del general inglés Sir Juan Moore. El paseo de la Torre es el camino que dirige á esta, dejando á la derecha el cementerio, que es proporcionado á la población, y á la izquierda el parque de San Amaro. Presenta una hermosa vista, pues desde él se domina el gran seno que forma el Océano con los tres puertos del Ferrol, Betanzos y la Coruña. También es un agradable paseo el llamado de Santa Margarita por sus bellas vistas. Se ve también ademas de lo mencionado, las magníficas fábricas de la Pallora, que es de cigarros, y en cuyo edificio grandioso se ocupan 2.407 personas entre empleados y operarias, y la de vidrios, en la que se emplean 30 operarios estrangeros y 120 del país. La Coruña es cabeza de un partido judicial que comprende siete ayuntamientos y sesenta y una feligresías: capital de la provincia civil de su nombre, que es de primera clase, y contiene cien ayuntamientos, de la audiencia territorial de Galicia, de la capitanía general del mismo reino, de la comandancia general de su provincia, del gobierno civil, de un partido de rentas, del cuarto departamento de artillería y de una provincia y partido marítimo que lleva su nombre.
Después de la ligera descripción de la Coruña que acabamos de hacer, daremos á nuestros lectores algunas noticias de la historia de esta notable ciudad. Como en todas las poblaciones de remoto é ignorado orígen, se han relatado muchas fábulas sobre su fundación. La crónica general de España, escrita por Alfonso el Sabio dice: «Ercoles é Gerion lidiaron tres dias que non podían vencer, é en cabo venció Ercoles é cortol la cabeza, é mandó en aquel logar facer una torre muy grande é fizo meter la cabeza de Gerion en el simiento, é mandó poblar y una grand cibdad, é facie escribir los nombres de los omes é de las mugeres que venien poblar; é una que y vino, fué una muger que abie nombre Cruña, é por eso puso asi nombre á la cibdad.» Mas dejando á un lado las ficciones poéticas, hallamos que el verdadero nombre antiguo de la ciudad de que hablamos, fué Brigantium, ó Flavium Brigantium, y el sitio que ocupa pertenecía al país de los artabros ó arrotrevas, de los que dice Estrabon tenian varias ciudades á la orilla del mar, y en rededor de aquel gran seno, á cuyas inmediaciones se alzaba el promontorio Céltico ó Nerio, llamado hoy cabo de Finisterre. Tolomeo, que vivía el año 140 de Cristo es el primer escritor que nombra á Flavium Brigantium, ciudad de la costa septentrional de los gallegos lucenses, y situada en el Puerto Magno. Paulo Orosio, que vivió en el siglo V, dice que en Brigantia, ciudad de Galicia, hay un «altísimo pharo. obra memorable entre las pocas de su clase, que se alza á tal altura, que pueden descubrirse las costas de Britania.» Este es el primero que nombra la torre, como ya dijimos, y no puede menos de atribuirse su creación al emperador español Trajano con el mismo objeto que hoy tiene de servir de guia á las naves. Las inmensas ventajas que para la navegación y la pesca ofrecía la privilegiada situación de este hermoso puerto, llevó allí sin duda á sus primeros pobladores; pobres pescadores, que ejercían su industria en canoas de mimbres cubiertas de pieles, los que, según nos dice Dion Casio, se llenaron de asombro al ver la magnitud y estraña forma de las naves romanas, mandadas por Julio César, que tomaron tierra en este puerto brigantino, y de que se apoderó sin resistencia aquel guerrero célebre. Es de creer que desde esta época se acrecentó la población por los esfuerzos de los romanos que conocieron todas las ventajas que podía sacar la marina del imperio de tan escelente puerto. En cuanto al nombre moderno de Coruña, que aparece por primera vez en un documento de fines del siglo XII, parece no cabe duda en que se deriva de Columna, con que se conocía el faro ó torre de Hércules, y de aquí con fácil adulteración Columna, Crumna, Cruña y Coruña. Desde el desembarco de Julio César no vuelve á mencionarse esta ciudad en la historia, hasta 884, en que según, los cronicones de Sebastian, obispo de Salamanca, y del monge de Silos, una flota de piratas normandos hizo un desembarco primero en Gijon, y luego en el Farum Brigantium, y talaron el pais. El rey don Ramiro I, que á la sazón ocupaba el trono de Asturias, envió contra los corsarios un ejército que los derrotó y obligó é reembarcarse en este mismo puerto de la Coruña con pérdida de setenta

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