cion á esta clase de industria. Los cosecheros que iniciaron este movimiento, empezaron por renovar la caña que ya en la mayor parte de las comarcas estaba degenerada y pobre, introduciéndola de Otahili, cuyas grandes ventajas eran ya conocidas en las plantaciones de las Antillas y de la costa del Perú. Con esto se rejuvenecieron las plantaciones de Almuñecar y Motril, de tal manera, que los marjales que solo rendían, por término medio, de 12 á 15 arrobas de azúcar, llegaron á producir de 30 á 33. Siguieron este ejemplo algunos otros distritos, y todos con las mas felices consecuencias. Pero no bastaban estos esfuerzos al restablecimiento total de un ramo tan decaído. Era necesario adoptar otros métodos de elaboración, en lugar del predominante, vicioso por la mala calidad de la azúcar, y por el desperdicio que ocasionaba en el capital y en el tiempo. Como á estas innovaciones se oponía el hábito arraigado, y luchaba también con la desconfianza que inspiran á las gentes poco instruidas en las imitaciones de modelos estraños, los cosecheros se arredraron, y muy pocos fueron los que aventuraron algunas tentativas. Solo uno, el señor Miró, ó mas ilustrado y resuelto, ó menos temeroso de los errores vulgares, dando el primero un saludable ejemplo, introdujo, antes del año de 1845, algunas mejoras importantes en las manipulaciones de su ingenio de Almuñecar. Tales fueron el molino de tres grandes cilindros horizontales de hierro para esprimir el gabazo, y las prensas hidráulicas que desempeñan la misma operación, á la verdad muy superiores á los antiguos hasta entonces empleados, pero inferiores bajo muchos aspectos á los conocidos en las islas de Cuba y Jamaica. También se pensó en el refino del azúcar, con cuyo objeto se estableció en Almuñecar una compañía inglesa, que mejoró algún tanto aquel artefacto; pero todos estos ensayos eran aislados y mezquinos, y hacia falla un foco central capaz de reanimar las empresas y darles un impulso eficaz y vasto. Este fué el fin que se propuso la sociedad azucarera peninsular, iniciada en 1845, gracias á los esfuerzos de su promotor don Ignacio Lahera, y presidida por el inteligente y laborioso economista don Ramon de Lasagra. En el informe que este último publicó el mismo año sobre el cultivo de las plantaciones y la fabricación de azúcar en las costas de Andalucía, se encuentran todos los datos y cálculos necesarios para el restablecimiento de este importante ramo de producción. Su rendimiento anual, en el estado en que hoy se baila, puede calcularse en 37,000 arrobas.
El lamentable estado de nuestra ganadería, es un hecho tan notorio, y provoca á tan tristes reflexiones, que apenas da lugar mas que á comentarios dolorosos sobre lo que podria ser, y lo que es en la actualidad. El ganado vacuno, escepto en algunos distritos del Norte, de donde han salido las pocas esportaciones que ya hemos notado, es muy inferior á las necesidades de la labor y del consumo, que tiene que acudir, en muchas de nuestras poblaciones, á la mal sana carne de cabra. En algunas grandes dehesas de Andalucía y Estremadura, se crian estos animales en gran número; pero nada se ha hecho para mejorar la raza, que no es de las mejores de Europa; nada para proporcionarles pastos verdes; nada para evitarles los rigores de las estaciones. Los datos que hemos podido adquirir sobre el número de cabezas existentes en las diferentes provincias son tan contradictorios, que no es dable formar un cálculo ni aun siquiera aproximativo. Generalmente reina mucho descuido en la cria y manejo de las reses vacunas. Se abandona este cuidado á la naturaleza, y si no se repiten con tanta frecuencia, como en otros países, destructoras epizootias, se debe á la benignidad y salubridad del clima.
No es menos triste el espectáculo que presenta la actual situación del ganado lanar, y aun lo es mas si se compara con lo que ha sido en otros tiempos, porque los hubo en que nuestras lanas eran las preferidas á todas en las fábricas estrangeras, y en que nuestros paños de Segovia, San Fernando, Brihuega y Guadalajara eran los mas apetecidos por las gentes ricas y los altos personages de todas las naciones europeas. La supremacía de la primera de estas industrias ha pasado á manos de los húngaros, bohemios y alemanes, los cuales no solo han aclimatado nuestra bella raza merina, sino que, apurando lodos los recursos del saber y de la esperiencia, han perfeccionado de un modo increíble sus vellones. Estos adelantos han procedido con lentitud, porque ofrecían grandes dificultades; asi es que en 1800, cuando ya habían trascurrido treinta años desde la introducción de las merinas en Sajonia, la esporlacion de sus lanas á Inglaterra, no pasó de 421,350 libras; pero va en en 1814, llegó á 3.595,146 libras, y en 1827, á 22.700,178. Durante estos mismos períodos, fué disminuyendo la estraccion para el mismo mercado de la lana española y portuguesa. En 1800 se redujo á 7.794,752. En 1814, á 9.234,991, y en 1827, á 4.347,613. En 1849, la esportacion total ha sido 8.523,625, y su valor 31.275,961 reales, y en 1850, se advierte alguna mejora, habiendo subido á 11.971,130 libras, y su valor á 45.428,491 reales.
Un documento oficial que leñemos á la vista, nos suministra los siguientes datos sobre el movimiento comercial de nuestras lanas, comparado con el de las otras naciones productoras, durante el año de 1840, limitándose á los mercados ingleses.
El lamentable estado de nuestra ganadería, es un hecho tan notorio, y provoca á tan tristes reflexiones, que apenas da lugar mas que á comentarios dolorosos sobre lo que podria ser, y lo que es en la actualidad. El ganado vacuno, escepto en algunos distritos del Norte, de donde han salido las pocas esportaciones que ya hemos notado, es muy inferior á las necesidades de la labor y del consumo, que tiene que acudir, en muchas de nuestras poblaciones, á la mal sana carne de cabra. En algunas grandes dehesas de Andalucía y Estremadura, se crian estos animales en gran número; pero nada se ha hecho para mejorar la raza, que no es de las mejores de Europa; nada para proporcionarles pastos verdes; nada para evitarles los rigores de las estaciones. Los datos que hemos podido adquirir sobre el número de cabezas existentes en las diferentes provincias son tan contradictorios, que no es dable formar un cálculo ni aun siquiera aproximativo. Generalmente reina mucho descuido en la cria y manejo de las reses vacunas. Se abandona este cuidado á la naturaleza, y si no se repiten con tanta frecuencia, como en otros países, destructoras epizootias, se debe á la benignidad y salubridad del clima.
No es menos triste el espectáculo que presenta la actual situación del ganado lanar, y aun lo es mas si se compara con lo que ha sido en otros tiempos, porque los hubo en que nuestras lanas eran las preferidas á todas en las fábricas estrangeras, y en que nuestros paños de Segovia, San Fernando, Brihuega y Guadalajara eran los mas apetecidos por las gentes ricas y los altos personages de todas las naciones europeas. La supremacía de la primera de estas industrias ha pasado á manos de los húngaros, bohemios y alemanes, los cuales no solo han aclimatado nuestra bella raza merina, sino que, apurando lodos los recursos del saber y de la esperiencia, han perfeccionado de un modo increíble sus vellones. Estos adelantos han procedido con lentitud, porque ofrecían grandes dificultades; asi es que en 1800, cuando ya habían trascurrido treinta años desde la introducción de las merinas en Sajonia, la esporlacion de sus lanas á Inglaterra, no pasó de 421,350 libras; pero va en en 1814, llegó á 3.595,146 libras, y en 1827, á 22.700,178. Durante estos mismos períodos, fué disminuyendo la estraccion para el mismo mercado de la lana española y portuguesa. En 1800 se redujo á 7.794,752. En 1814, á 9.234,991, y en 1827, á 4.347,613. En 1849, la esportacion total ha sido 8.523,625, y su valor 31.275,961 reales, y en 1850, se advierte alguna mejora, habiendo subido á 11.971,130 libras, y su valor á 45.428,491 reales.
Un documento oficial que leñemos á la vista, nos suministra los siguientes datos sobre el movimiento comercial de nuestras lanas, comparado con el de las otras naciones productoras, durante el año de 1840, limitándose á los mercados ingleses.
Países. Libras.
Alemania ............ 13.849,500
Rusia ........................ 2.944,000
Austria ..................... 13.789,300
Portugal ............... 350,950
España .................... 1.353,250
Alemania ............ 13.849,500
Rusia ........................ 2.944,000
Austria ..................... 13.789,300
Portugal ............... 350,950
España .................... 1.353,250
Hay motivos para esperar una gran reforma en este ramo, cuando se abandone el sistema de trashumacion, resto de los tiempos bárbaros, é incompatible con los esmeros, el estudio y el reposo que requieren los procedimientos empleados en Alemania, para obtener los felices resultados que hemos visto. Hoy los propietarios de grandes rebaños aseguran su subsistencia de antemano, preparándoles en los distritos á que van destinados mantenimiento seguro y fijo, y siempre de tal manera, que lejos de contrariar, auxilie el desarrollo y mejora de los vellones.
Las principales cabañas que posee la Península en el dia, están distribuidas del modo siguiente: diez y nueve en Leon; diez y seis en Soria, diez en Segovia, y ocho en Cuenca y Molina. Sevilla ha esportado en estos últimos tiempos algunas cantidades de lana.
Minería. Este ramo importantísimo de nuestra riqueza territorial ha tomado estraordinatio incremen—
Las principales cabañas que posee la Península en el dia, están distribuidas del modo siguiente: diez y nueve en Leon; diez y seis en Soria, diez en Segovia, y ocho en Cuenca y Molina. Sevilla ha esportado en estos últimos tiempos algunas cantidades de lana.
Minería. Este ramo importantísimo de nuestra riqueza territorial ha tomado estraordinatio incremen—
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