viernes, octubre 07, 2011

Viage ilustrado (Pág. 592)





Puente de Orense sobre el Miño

Desde luego debemos hablar de las tres referidas maravillas que la dan tanta nombradía, y que seguramente son muy notables. Para ver la primera, esto es, el Santo Cristo, ha de visitarse la catedral, que es donde se encuentra. Ocupa este estenso edificio el centro de la ciudad, y tiene de longitud doscientos ochenta y dos pies, y de latitud ciento cuarenta y siete. Es de arquitectura gótica, pero sus fachadas presentan un todo heterogéneo é irregular, á consecuencia de sus sucesivas ruinas y restauraciones que sufrió en distintas épocas. Hay dos torres desiguales y de escaso mérito, en una de las que está el reloj que tiene cuerda para ocho dias. En el centro de la iglesia está el coro con buena sillería de nogal, bien trabajada, y dos grandes órganos. El altar mayor es un grandioso retablo del género gótico, dedicado á San Martin Furonense, y que fue consagrado en 1194. Al lado del Evangelio, y dentro del recinto de la capilla mayor, está el magnífico túmulo de mármol, que contiene los restos del cardenal don Pedro Quevedo y Quintana, obispo de esta diócesis, que murió en opinion de santidad en el presente siglo: Este monumento suntuoso fué construido en Roma por el escultor español don Antonio Solá, y costeado por el comisario de Cruzada, Varela. En el altar colateral del lado del Evangelio, están los cuerpos de los santos mártires, Facundo y Primitivo, y en el de la Epístola el de Santa Eufemia en una caja de plata. La capilla del Santo Cristo es sin duda la mas notable de la catedral, y tiene un órgano. La efigie, que es de gran veneración en todo Galicia, es de macho mérito artístico: se dice hecha por Nicodemus, y fué traída de Finisterre en el siglo XIV, por el obispo de Orense Vasco Perez Mariño, cuyo sepulcro se ve á pocos pasos del altar del Santo Cristo. Pertenece al conde de Taboada el patronato de esta capilla. Hay ademas en la catedral otras diez y nueve. El cabildo que sirve este antiguo templo se compone del obispo, diez dignidades, ocho canónigos cardenales, y quince llamados díaconales. Hay ademas ocho racioneros, doce capellanes y varios acólitos y otros sirvientes. Unida y dependiente de la catedral está la Iglesia de Santa María la Madre, que algunos creen sirvió en lo anticuo de sede, la cual es de arquitectura elegante. El puente que cruza el Miño, y cuya obra se atribuye á Trajano, es santuoso y uno de los mejores de España; tiene mil trescientos diez y nueve pies de longitud y diez y ocho de latitud. Consta de siete ojos, entre los que es el mas notable el del centro, que tiene ciento cincuenta y seis pies de claro de pilar á pilar, y ciento treinta y cinco de elevación, desde la clave á la superficie del agua, años ostentaba en su entrada por la cidad un torreón que fué demolido. El obispo de Orense, don Lorenzo, restauró esta magnifica fabrica en 1211, y la aumentó con calzadas y arcos á su entrada y salida. Las tres Burgas ó fuentes calientes de Orenses, son conocidas desde las mas antiguas y oscuras épocas. Sus nombre son: Burga de arriba, Burga de abajo y Surtidero, estando encañadas en cantería (según se cree fundadamente, por mano de los romanos), las dos primeras. La Barga de arriba, crece y mengua periódicamente cada diez y seis ó diez y ocho segundos, la de abajo, cae en un gran pilón que sirve de lavadero, y el Surtidero en otro mas pequeño. La temperatura de los manantiales es siempre de cincuenta y cuatro grados de Reaumur, y son muy abundantes. Los vecinos de Orense sacan de estas aguas hirvientes grandes utilidades, pues ademas de sus propiedades medicinales, sirven para multitud de faenas domésticas, como para cocer la comida, colar la ropa, pelar patas de buey, desplumar aves, etc, etc. Para esta última operación basta una sola inmersion. Hay en la ciudad dos parroquias, subdivididas en otras dos, llamadas de Santa Eufemia del Centro, cuya iglesia fué de los jesuítas y, es de bastante mérito, Santa Eufemia del Norte, que ocupa la del convento de dominicos, y la de la Trinidad, denominada de arriba y de abajo. Hubo dos conventos de religiosos franciscos y dominicos. El primero (cuya iglesia está abierta al culto), sirve de cuartel, un seminario conciliar con titulo de San Fernando, un hospital de pobres, palacio episcopal, cárcel cómoda y segura, de nueva planta, y una buena casa consistorial. Esta ocupa uno de los frentes de la plaza Mayor, que es casi cuadrada, y tiene soportales embaldosados. El instituto de segunda enseñanza

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