mayor parte sigue introduciéndose de Inglaterra, por su cómodo precio. El hierro que se saca de la Calabria, aunque de escelente calidad, muy maleable y dulce, y tirado en láminas de las mejores condiciones, no es suficiente para la demanda, y su precio no puede rivalizar con el inglés; pero siempre inspira gran confianza al gobierno el poseer en Sicilia para todo trance estremo los medios de fabricación y los primeros elementos en todos los ramos que tengan relación con industrias tan indispensables como las del vapor, y que tanta influencia tiene en la independencia y defensa de los estados. Todos los trabajos se ejecutan al impulso de dos máquinas de vapor. Las operaciones mas difíciles se ejecutan con facilidad sorprendente, y el taladrar, formar las tuercas y alisar y cepillar superficies de hierro y otras de la misma especie, son obras de un instante, ejecutadas por uno ó dos trabajadores vulgares.
»La fundición de las piezas se encuentra en otra estancia cercana y muy espaciosa, y adyacentes á ellas las oficinas de los cohetes á la Congreve, mistos que en su elaboración han alcanzado aquí modificaciones y mejoras debidas al estudio y á las observaciones de oficiales facultativos napolitanos. Los hornos de fundición son cuatro, y que no habrá inconveniente alguno en aumentar á mayor número si la necesidad lo exijiese, pues, la disposición del terreno permite cualquier ensanche. Una escalera anchurosa y cómoda conduce á la parte del edificio que tiene segundo piso. Se ve, pues, un elegante salon, sostenido por elegantes pilastras de mampostería, y en cuyo ámbito se custodian con el orden de un museo perfecto, los modelos que han servido para los variados hechos, y á donde se irán colocando los sucesivos. Este almacén es ya muy rico, y según el orden y colocación en que se ven dispuestos los artículos, el mas pequeño é insignificante podrá encontrarse con la mayor facilidad cuando se quiera repetir la fundición. Según se dice, el desembolso ha sido de 1.000,000 de ducados; ó sean poco mas de 5.000,000 de ducados, sacrificio no grande para los beneficios que ya se recogen, y que gradualmente se han de reportar, sin tomar en cuenta lo que vale haber emancipado al pais del tributo que en esta parte pagaba al estrangero. La máquina de vapor construida, de trescientos caballos, habrá costado 800,000 ducados; pero ya en las otras de igual fuerza que se están construyendo se nota una economía cuantiosa, y según los cálculos de estos oficiales, los artefactos de la fábrica no saldrán en adelante para el Estado de mayor coste que los importados del estrangero. Ya he indicado que este vasto local linda con el mar, puesto que gran parte de su area ha sido una conquista hecha sobre las aguas Esto permite que se haya practicado por la espalda una dársena que sirve de muelle á donde entran esquifes ó buques de poco calado, á desembarcar los lingotes de hierro ó el carbon, ó bien á tomar las máquinas, útiles ó piezas elaboradas. Sin grande esfuerzo pudieran establecerse verdaderos diques; pero el previsor recelo británico, de que tantas veces ha sido víctima este pais, impedirá absolutamente, ó al menos por ahora, el desarrollo de estas obras. Hasta aqui se ha hecho solo uso del carbon vegetal para la fábrica, puesto que todavía no se ha encontrado el fósil en el reino; pero la abundancia de leñas y arbolado es tal, que se ha de pasar mucho tiempo antes que se deje ver su escasez.»
De esta misma relación oficial vamos á copiar los siguientes pormenores militares de aquel pais: «Las circunstancias en que hace muchos años se encuentra este pais, añade dicha memoria, han obligado al gobierno á convertir en un punto militar y político cierto edificio notable, fuerte y muy espacioso que se deja ver en la llanura arenosa que media entre Portici y Nápoles. Este edificio llámase los Granili. En tiempo de Cárlos III se dejó por muchos años sentir grande escasez de granos, lo cual para una ciudad tan populosa como Nápoles y llena de gente sin ocupación ni arraigo, era un síntoma peligroso que podria trocarse en revolución espantosa, si las comunicaciones por mar se entorpecían, cosa muy fácil entonces por las desavenencias con los ingleses. Para poner remedio mandó levantar este vasto edificio, en donde se encerraban por cuenta del gobierno en la estación conveniente los repuestos del trigo que se espendian luego en los meses de mayor precio al pueblo sin el recargo de los ingresos y de la usura. Fué obra de Fernando VI en 1778. Tiene de largo 2,000 palmos, consta de cuatro pisos su fábrica toda es de bóveda, á un lado y otro de anchos corredores y galerías se abren espantosas estancias que en un tiempo fueron vastos almacenes y hoy sirven para cuarteles.
«Habiendo desaparecido las causas que determinaron la construcción de este edificio, y las circunstancias producido otras necesidades, hoy dia tiene un uso enteramente militar, y puede considerarse como un campo atrincherado que tiene en respeto á la población con los demás fuertes y castillos que guarnenecen á Nápoles. En este inmenso local pueden alojarse hasta 11,000 infantes con 2,400 caballos y dos baterías, habiendo asimismo disposición para que accidentalmente encuentren allí alojamiento los gefes y oficiales de las tropas.
»A lo largo de la ribera, y como guarneciendo la ciudad por uno y otro lado se encuentran los dos castillos el Nuovo y el del'Uovo, que tantos recuerdos tienen en la historia, teatros de las hazañas de españoles y de los inventos militares de Pedro Navarro. Entre estos dos castillejos se encuentra la dársena, lugar también fuerte y murado. Asi el castillo Nuovo como el del'Uovo, que se encuentran aislados, entrándose en ellos por puentes levadizos, se ven guarnecidos por numerosa artillería y custodiados por suficiente número de soldados que hacen el servicio con la mayor exactitud y vigilancia. En ninguno de estos puntos puede entrarse sin una comunicación espresa del ministro de la Guerra. El Caslel dell'Uovo se comunica con el continente por el sitio en que se estrecha mas el mar con el alto monte, donde en parle tiene su asiento en Nápoles. La estrechura es tal que apenas puede pasar un coche, y se cree fuese separado el Uovo de la tierra antiguamente por algún sacudimiento de la naturaleza, y después, subiéndose por unas empinadas ramblas hacia el monte, se encuentran, primero las casernas de Pizzo Falcone, y luego en la cúspide el castillo formidable de San Telmo. Este castillo, que es la llave de toda la posición, tiene una situación admirable y sus obras desde su fundación en tiempo de Cárlos V, se fueron sucesivamente mejorando por los vireyes españoles, y puede considerarse casi por inespugnable. El espectáculo que ofrece Nápoles contemplado desde los torreones de este castillo no puede encarecerse cumplidamente.
Tiempo es ya de hablar del Vesubio, de esa ma–
»La fundición de las piezas se encuentra en otra estancia cercana y muy espaciosa, y adyacentes á ellas las oficinas de los cohetes á la Congreve, mistos que en su elaboración han alcanzado aquí modificaciones y mejoras debidas al estudio y á las observaciones de oficiales facultativos napolitanos. Los hornos de fundición son cuatro, y que no habrá inconveniente alguno en aumentar á mayor número si la necesidad lo exijiese, pues, la disposición del terreno permite cualquier ensanche. Una escalera anchurosa y cómoda conduce á la parte del edificio que tiene segundo piso. Se ve, pues, un elegante salon, sostenido por elegantes pilastras de mampostería, y en cuyo ámbito se custodian con el orden de un museo perfecto, los modelos que han servido para los variados hechos, y á donde se irán colocando los sucesivos. Este almacén es ya muy rico, y según el orden y colocación en que se ven dispuestos los artículos, el mas pequeño é insignificante podrá encontrarse con la mayor facilidad cuando se quiera repetir la fundición. Según se dice, el desembolso ha sido de 1.000,000 de ducados; ó sean poco mas de 5.000,000 de ducados, sacrificio no grande para los beneficios que ya se recogen, y que gradualmente se han de reportar, sin tomar en cuenta lo que vale haber emancipado al pais del tributo que en esta parte pagaba al estrangero. La máquina de vapor construida, de trescientos caballos, habrá costado 800,000 ducados; pero ya en las otras de igual fuerza que se están construyendo se nota una economía cuantiosa, y según los cálculos de estos oficiales, los artefactos de la fábrica no saldrán en adelante para el Estado de mayor coste que los importados del estrangero. Ya he indicado que este vasto local linda con el mar, puesto que gran parte de su area ha sido una conquista hecha sobre las aguas Esto permite que se haya practicado por la espalda una dársena que sirve de muelle á donde entran esquifes ó buques de poco calado, á desembarcar los lingotes de hierro ó el carbon, ó bien á tomar las máquinas, útiles ó piezas elaboradas. Sin grande esfuerzo pudieran establecerse verdaderos diques; pero el previsor recelo británico, de que tantas veces ha sido víctima este pais, impedirá absolutamente, ó al menos por ahora, el desarrollo de estas obras. Hasta aqui se ha hecho solo uso del carbon vegetal para la fábrica, puesto que todavía no se ha encontrado el fósil en el reino; pero la abundancia de leñas y arbolado es tal, que se ha de pasar mucho tiempo antes que se deje ver su escasez.»
De esta misma relación oficial vamos á copiar los siguientes pormenores militares de aquel pais: «Las circunstancias en que hace muchos años se encuentra este pais, añade dicha memoria, han obligado al gobierno á convertir en un punto militar y político cierto edificio notable, fuerte y muy espacioso que se deja ver en la llanura arenosa que media entre Portici y Nápoles. Este edificio llámase los Granili. En tiempo de Cárlos III se dejó por muchos años sentir grande escasez de granos, lo cual para una ciudad tan populosa como Nápoles y llena de gente sin ocupación ni arraigo, era un síntoma peligroso que podria trocarse en revolución espantosa, si las comunicaciones por mar se entorpecían, cosa muy fácil entonces por las desavenencias con los ingleses. Para poner remedio mandó levantar este vasto edificio, en donde se encerraban por cuenta del gobierno en la estación conveniente los repuestos del trigo que se espendian luego en los meses de mayor precio al pueblo sin el recargo de los ingresos y de la usura. Fué obra de Fernando VI en 1778. Tiene de largo 2,000 palmos, consta de cuatro pisos su fábrica toda es de bóveda, á un lado y otro de anchos corredores y galerías se abren espantosas estancias que en un tiempo fueron vastos almacenes y hoy sirven para cuarteles.
«Habiendo desaparecido las causas que determinaron la construcción de este edificio, y las circunstancias producido otras necesidades, hoy dia tiene un uso enteramente militar, y puede considerarse como un campo atrincherado que tiene en respeto á la población con los demás fuertes y castillos que guarnenecen á Nápoles. En este inmenso local pueden alojarse hasta 11,000 infantes con 2,400 caballos y dos baterías, habiendo asimismo disposición para que accidentalmente encuentren allí alojamiento los gefes y oficiales de las tropas.
»A lo largo de la ribera, y como guarneciendo la ciudad por uno y otro lado se encuentran los dos castillos el Nuovo y el del'Uovo, que tantos recuerdos tienen en la historia, teatros de las hazañas de españoles y de los inventos militares de Pedro Navarro. Entre estos dos castillejos se encuentra la dársena, lugar también fuerte y murado. Asi el castillo Nuovo como el del'Uovo, que se encuentran aislados, entrándose en ellos por puentes levadizos, se ven guarnecidos por numerosa artillería y custodiados por suficiente número de soldados que hacen el servicio con la mayor exactitud y vigilancia. En ninguno de estos puntos puede entrarse sin una comunicación espresa del ministro de la Guerra. El Caslel dell'Uovo se comunica con el continente por el sitio en que se estrecha mas el mar con el alto monte, donde en parle tiene su asiento en Nápoles. La estrechura es tal que apenas puede pasar un coche, y se cree fuese separado el Uovo de la tierra antiguamente por algún sacudimiento de la naturaleza, y después, subiéndose por unas empinadas ramblas hacia el monte, se encuentran, primero las casernas de Pizzo Falcone, y luego en la cúspide el castillo formidable de San Telmo. Este castillo, que es la llave de toda la posición, tiene una situación admirable y sus obras desde su fundación en tiempo de Cárlos V, se fueron sucesivamente mejorando por los vireyes españoles, y puede considerarse casi por inespugnable. El espectáculo que ofrece Nápoles contemplado desde los torreones de este castillo no puede encarecerse cumplidamente.
Tiempo es ya de hablar del Vesubio, de esa ma–