martes, julio 26, 2011

Viage ilustrado (Pág. 581)

una sencilla maquina, y que merced á la gran cantidad de incienso con que se alimenta, perfuma en el momento toda la basílica. Muy cerca de la puerta del Mediodía se ve un antiguo y renombrado bajo relieve que los canónigos compostelanos quisieron presentar en el sido pasado como un monumento incontestable la fabulosa batalla de Clavijo, del no menos fabuloso feudo de las cien doncellas, y del célebre voto de Santiago abolido en 1834. El alcalde mayor de la ciudad, con un escribano y cuatro arquitectos pasó a reconocer este bajo relieve el 10 de junio de 1771 y estos dieron la curiosa declaración siguiente:
«En la nave nombrada del Vestuario, y en una medalla de grano primo, figura de semicírculo, está hecha de relieve la imagen del Apóstol el Mayor a caballo, y túnica larga. En la mano derecha tiene la espada, y en la izquierda una bandera en que está esculpida una cruz, y en caracteres antiguos y góticos Sanctus Jacobus Apostolus Cristi. El cinturon del santo, pretal del caballo, correas del estribo y cabezada, todo estaba guarnecido de conchas. Delante del santo, é inmediato á la cabeza del caballo, están esculpidas tres figuras, que son doncellas, puestas de rodillas, y con las manos adorando al santo. Tienen trenzas largas, mangas con los vuelos hasta los pies, uno y otro con guarnición de relieve. Detras del santo y junto las ancas del caballo, otras tres con las manos alzadas, y una puesta de rodillas: el ropage son túnicas ceñidas al cuerpo con mangas ajustadas: trage que denota pertenecer á un estado mas llano. El arco que le rodea y las columnas, son de gusto gótico. En él están colocados diez ángeles con sus túnicas, y sobre ellos unas fajas en figura de palios.» Antes de salir de este magnífico templo, en que hay tanto y tanto que admirar, debe verse la suntuosa custodia de cinco pies y medio de altura, toda de plata y oro (1), el copioso archivo, rico en preciosos códices y documentos, y la sala capitular cubierta de bellos tapices regalados por el ministro Acuña.
Santiago es pueblo esencialmente levítico, y asi hay muchos y suntuosos templos. Después de la catedral, debe visitarse el gran monasterio de San Martin Pinario, fundado por el obispo Sisnando en 900, consagrado y dotado por el arzobispo Gelmirez en 1115, que era famoso en Galicia por sus enormes rentas. El monasterio de Ante–Altares ó de San Pelayo (2), erigido por Alfonso el Casto en 877, renovado por Alfonso el Magno en 877, dependencia de la catedral hasta 1077, reunido á San Martin en 1487, y destinado á religiosas benedictinas en 1499; el convento de San Francisco fundado en 1214, en vida del patriarca, por un carbonero llamado Cotolay, y con el auxilio y en terreno de los monges de San Martin; la parroquia de San Miguel; la capilla de las Ánimas; el convento de monjas de las Madres; las ermitas del Pilar y Santa Susana (fundada por Gelmirez en el campó de la Estrella) ; la parroquia de la Angustia del Monte; la colegiata de Sar, edificada por Diego Gelmirez, para señalar el sitio donde se depositó por sus discípulos el cuerpo del Apóstol, antes de ser encerrado en el sepulcro; San Felix de Solovio, vulgo San Fiz, obra del obispo Sisnando, para hospicio de sacerdotes ancianos y pobres, hoy parroquia; el convento de la Enseñanza, de monjas jesuitas ; San Benito y Santa María del Camino, parroquias; el convento de San Agustin; la colegiata de Sancti–Spiritus; la antiquísima parroquia de Santa Maria Salomé; el convento de monjas de Santa Clara, fundado en 1260 por la reina doña Violante, esposa de Alfonso el Sabio; Santa María de Conjo (estramuros), convento de mercenarios, fundado en 1129; el del Carmen, el de Santo Domingo, el de Belbis, el de San Lorenzo, etc., etc. Después de estos edificios religiosos, debe verse el hospital real, grandioso establecimiento en que se da á los enfermos la mas esmerada asistencia, debido á la munificencia de Isabel la Católica, cuando en 1501 fué á visitar el cuerpo del Apóstol; el magnífico edificio del seminario conciliar, al frente de la catedral, edificado por el arzobispo Rajoy en 1766, tiene alguna semejanza con el palacio real de Madrid, y ostenta en su fachada principal un gran bajo relieve que representa la batalla de Clavijo. El colegio de Fonseca, fundado por el arzobispo del mismo nombre en 1544, y en el que están en el dia las salas de dibujo de la sociedad económica. El de San Clemente, renovado por el arzobispo actual, señor Velez, y finalmente, la universidad, hermoso templo alzado á las ciencias. Fué construida á fines del siglo pasado por el arquitecto don José Machado. Ocupa un espacio de tres mil doscientos cuarenta pies y ciento ochenta cada lado de su claustro, sostenido por veinte arcos. La parte esterior está adornada de bellas columnas jónicas, y sobre la portada se ve la estátua de Minerva. La biblioteca es copiosa y escogida, y en ella se guarda la bandera que el regimiento denominado de Literarios, tremoló con gloria en el campo de batalla, en la guerra de la independencia. Estaba formado por los escolares de esta universidad. El trato social en Santiago, como residencia de la rancia nobleza de Galicia, es en estremo agradable y cortés.
Santiago tiene de población veinte y ocho mil novecientos setenta habitantes; hasta 1834 fué capital de todo el reino de Galicia, y de una provincia que ocupaba doscientas cuarenta y dos leguas de superficie: tenia dos regimientos provinciales, el de su nombre y el de Compostela. Hoy es solo cabeza de su partido judicial de ascenso, que comprende cincuenta y siete parroquias, de las que doce corresponden á la ciudad. Tiene su diócesis otras doce sufragáneas, y el cabildo de su catedral se compone de trece dignidades, treinta y un canónigos y veinte capellanes. El comercio es bastante activo y hay fábricas de curtidos, sombreros, jabón, papel y otras.
Cuando se sale de Santiago se quiere desde luego visitar las famosas torres de Altamira que distan de dicha ciudad dos leguas de muy mal camino, y de la villa de Padrón la cuarta parle, si nos guiamos por los cálculos locales, errados é imperfectos las mas veces. Las torres de Altamira son la cabeza de la jurisdicción de su nombre, puesto que colocadas en una encumbrada loma que domina parte de la Amaya, vienen á ser el vigía de la comarca. Nada podemos añadir á lo que tienen dicho autores acreditados sobre la antigüedad de esta casa, ni revelar el tiempo de la fundación de la fortaleza, cuando no se des–

(1) Consta de cuatro cuerpos, y forma un elegante templete, de gusto plateresco, y cuya base es exágona. Las andas en que se coloca son también de plata. Fué construida en 1564 por Antonio de Arce, leonés.

(2) Según el lenguaje del pais, se llama de San Payo. En él solo se admiten jóvenes que pertenezcan á la alta nobleza y con crecido dote.








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