cipales que decoran la principal, hay otras dos, la una denominada de la Trinidad ó del Reloj, y otra mas pequeña la Berenguela, del nombre del arzobispo Berenguer que la erigió en el siglo XIV. De esta misma época data la grandiosa cúpula que se eleva sobre el crucero, y que tiene de altura 116 pies y 94 de circunferencia. El interior de esta grandiosa catedral corresponde por su magnificencia á la idea que se concibe al observar la parte esterna. La arquitectura que en ella predomina pertenece á aquel género de transición entre el bizantino y gótico. Compónese de seis naves, en las que se cuentan cincuenta y ocho grupos de columnas. Las naves que ocupan el centro, tienen 75 pies de elevación y 30 de latitud, y sostienen una galena que recorre toda la catedral. Las de los costados solo se alzan á 30 pies, y tienen 15 de anchura. En ellas están construidas hasta veinte y tres capillas, y multitud de confesonarios muy concurridos de penitentes en todas las épocas, en especial en los años de jubileo. El coro, como en nuestras catedrales, ocupa el centro de la iglesia, y está embellecido con multitud de esculturas y dos grandiosos órganos. Dos verjas paralelas de bronce forman el paso desde el coro á la capilla mayor, cerrada con rejas de la misma materia. El altar del Apostol pertenece á un género casi churrigueresco, y fué construido en 1612. No hay en él otra efigie que la de Santiago, ejecutada en piedra, y de un tamaño colosal Está sentado en un sillón, y con trage de peregrino con una rica esclavina de plata, cubierta de piedras preciosas. Parece esta imagen antiquísima, y fué construida tal vez en tiempo del Casto rey. Dos escalerillas de piedra conducen desde el pavimento á la espalda del santo, y por ella suben los peregrinos para dar á aquel por detrás, y respetuosamente, un abrazo y un ósculo; sencilla ceremonia con que terminan su devoto viage. Muy cerca de este altar y dentro de un escaparate de hierro, se conserva un bordón que dicen ser del Apóstol. Los romeros le tocan con fervor, y ganan con esto un rico caudal de indulgencias. Esta capilla mayor fué teatro de varios sucesos históricos, como de la coronación y proclamación de Alfonso II, el emperador, y de la muerte del arzobispo don Suero de Toledo, y del dean Pedro Alvarez, que hemos referido ya. En este célebre altar no puede decir misa ningún eclesiástico que no sea por lo menos cardenal de Santiago. En 1519 la celebró un obispo caldeo, según la liturgia especial de su iglesia. Debajo del mismo altar, y en la antigua capilla de mármol de que hablan nuestras crónicas, es donde se cree estar el venerando sepulcro del Apóstol, entre los de sus dos discípulos Atanasio y Teodoro. El cuerpo del primero estuvo de manifiesto á los fieles bástalos tiempos de Diego Gelmirez, primer arzobispo, que lo mandó cerrar para mayor reverencia y seguridad. Podia, sin embargo bajarse á la capilla subterránea por una escalera oculta lo menos hasta el siglo XIII, pues según la tradición conservada hasta hoy, todos los días bajaba á postrarse ante el túmulo del Apóstol, el glorioso San Francisco de Asis. Enfrente de la Puerta Santa (1) se ve una gran losa rota, que según las tradiciones compostelanas, cubre la entrada de la misteriosa escalera, y se quebró cierta noche en que algunos jóvenes incrédulos intentaron arrancarla para certificarse de si efectivamente cubria el lugar del sepulcro de Santiago. Despuess de la capilla mayor deberemos mencionar la de Santa María de la Cortizela, fundada por Alfonso el Magno, destinada para parroquia de los estrangero, y que en otros tiempos era servida por los monjes benedictinos del vecino monasterio de San Martin; la de la Soledad en el trascoro, en la que se ve en un medallón bajo un relieve que representa la batalla de Clavijo y la del Pilar, que es sin duda la mas bella, fundada en el siglo XVII por el arzobispo Monroy. Otra de las bellezas de esta basílica es el pórtico llamada de la Gloria, en el que está traducida en piedra la misteriosa descripción que del cielo hace el Apocalipsi. El Salvador en su trono rodeado de los evangelistas con los respectivos misales que los caracterizan, los veinte y cuatro ancianos, los patriarcas, los apóstoles, profetas y santos. A uno y otro lado de la gloria están el purgatorio y el infierno, en los que se ven multitud de monstruos, y otras figuras alegóricas que representan los pecados capitales, las pasiones, etc., etc. Esta prolija y delicada obra fué ejecutada en el reinado de San Fernando, por un artista llamado Mateo, y aquel le concedió en recompensa una pension de 100 maravedises anuales por su vida. La capilla de las Reliquias podria llamarse también panteón real, pues contiene con sus correspondientes bustos é inscripciones los cuerpos siguientes: el de don Raimundo ó Ramon de Borgoña, conde de Galicia, hermano del papa Calixto II, y yerno del rey don Alfonso VI; el de don Fernando II, rey de Leon, nieto del anterior; el de don Alfonso IX, hijo de Fernando II; el de la emperatriz doña Berenguela, primera esposa del emperador don Alfonso VII; y finalmente, el de doña Juana de Castro, reina de Castilla, de Leon y de Galicia, esposa de un dia del rey don Pedro el Cruel, y una de sus muchas víctimas.
El grande altar de esta capilla constituye uno de los mas célebres y copiosos relicarios del mundo. Entre la multitud de reliquias que contiene, no podemos menos de enumerar la cabeza de Santiago el Menor, traída de Jerusalen por un obispo de Coimbra, y donada a la catedral par la reina doña Urraca en 1116, un lignum–crucis dentro de esa cruz de oro, una espina de la corona de Cristo, parte de su túnica y sepulcro, vestiduras y una gata de leche de la Virgen, los cuerpos enteros de Santa Susana, San Fructuoso, San Cucufato, etc., etc. Tambien se conserva en este altar la bonita cruz de oro, regalo del rey don Alfonso el Magno, de que ya hicimos mérito (2).
La sacristía es estensa y lujosamente adornada con pinturas. En ella vimos entre otros ornatos las mitras que llevan los cardenales. A su derecha está el claustro, que forma un cuadrado cuyos lados tienen ciento cuarenta pies. Su arquitectura es gótica. En las grandes solemnidades se cubre la gran nave de la iglesia en toda su estension de ricas colgaduras de terciopelo carmesí, con anchos galones de oro; dádiva del arzobispo actual, y se cuelga de la media naranja un inmenso incensario, que recibe impulso por
(1) Esta puerta solo se abre en el año santo ó de jubileo, y pasado este se cierra y tabica con grandes ceremonias, por mano del arzobispo, asistido de todo el clero.
(2) En esta capilla de las Reliquias estaba la rica joya llamada el Doblón, por la cual preguntamos al canónigo que nos las mostraba, y nos contestó habia desaparecido con otras muchas alhajas á principios de este siglo. Aqui se conferian antes los grados de doctor.
El grande altar de esta capilla constituye uno de los mas célebres y copiosos relicarios del mundo. Entre la multitud de reliquias que contiene, no podemos menos de enumerar la cabeza de Santiago el Menor, traída de Jerusalen por un obispo de Coimbra, y donada a la catedral par la reina doña Urraca en 1116, un lignum–crucis dentro de esa cruz de oro, una espina de la corona de Cristo, parte de su túnica y sepulcro, vestiduras y una gata de leche de la Virgen, los cuerpos enteros de Santa Susana, San Fructuoso, San Cucufato, etc., etc. Tambien se conserva en este altar la bonita cruz de oro, regalo del rey don Alfonso el Magno, de que ya hicimos mérito (2).
La sacristía es estensa y lujosamente adornada con pinturas. En ella vimos entre otros ornatos las mitras que llevan los cardenales. A su derecha está el claustro, que forma un cuadrado cuyos lados tienen ciento cuarenta pies. Su arquitectura es gótica. En las grandes solemnidades se cubre la gran nave de la iglesia en toda su estension de ricas colgaduras de terciopelo carmesí, con anchos galones de oro; dádiva del arzobispo actual, y se cuelga de la media naranja un inmenso incensario, que recibe impulso por
(1) Esta puerta solo se abre en el año santo ó de jubileo, y pasado este se cierra y tabica con grandes ceremonias, por mano del arzobispo, asistido de todo el clero.
(2) En esta capilla de las Reliquias estaba la rica joya llamada el Doblón, por la cual preguntamos al canónigo que nos las mostraba, y nos contestó habia desaparecido con otras muchas alhajas á principios de este siglo. Aqui se conferian antes los grados de doctor.
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