ellas de un modo ventajoso, esas han arrastrado una existencia lánguida y vacilante, prosperando desmedidamente en unas épocas, y abatiéndose en otras hasta el desfallecimiento y la nulidad; esas han estraviado los capitales del camino por donde debian conducirlos las necesidades y los recursos del pais; han exasperado los ánimos de los consumidores, condenándoles á privaciones y sacrificios pecuniarios, que la razón pública censura como violaciones del derecho de propiedad, y de la facultad natural que tiene el hombre de comprar lo mas barato y de vender lo mas caro posible; por último, han dado lugar á que el comercio ilícito supla las faltas del legal y honrado propagando la importación fraudulenta, con afrenta de la autoridad y con gravísimo menoscabo de la paz interior, del orden social y de la moral pública.
Comercio. Después de todo lo que precede, no debe aguardar el lector que le presentemos un cuadro muy lisonjero de nuestras relaciones mercantiles con los pueblos civilizados. Bajo un orden de cosas diferente del que nos han preparado nuestros desaciertos en materia de legislación comercial, nuestro mercado debiera ser un enérgico punto de atracción para todas las naciones de la tierra. La abundancia y escelente calidad de las producciones de nuestro territorio, algunas de las cuales no pueden ser reemplazadas por las de ninguno otro; la muchedumbre, seguridad y buena distribución de nuestros puertos de mar; el carácter nacional, hospitalario, franco y generoso, son otros tantos incentivos ofrecidos al cambio y á la especulación; otros tantos llamamientos dirigidos á las familias humanas que carecen de lo que nos sobra, y que poseen lo que nos hace falta. Jamás se ha querido entender una doctrina tan sencilla en los salones de los legisladores, ni en los gabinetes de los ministros de nuestro pais. En ningún otro de la tierra se han tomado medidas mas oportunas para ahogar en su germen el tráfico; para ahuyentar de nuestras costas á los que venian á derramar en ellas el bienestar y la riqueza. Las intenciones no han podido ser mas loables y benévolas; los medios de realizarlas no han podido ser mas equivocados y funestos. Se podría formar una vasta biblioteca con los reglamentos, ordenanzas, instrucciones, aranceles, leyes, decretos y pragmáticas que se han espedido en los últimos reinados sobre comercio, aduanas, registros, guias, manifiestos, resguardos, navegación, consulados y seguros marítimos. Todo el texto de esta voluminosa legislación puede reducirse á una sola palabra: opresión. Todas esas disposiciones son otros tantos eslabones de una inmensa y pesadísima cadena que comprime el vigor de nuestras fuerzas productivas, y nos arranca las ganancias cuantiosas y positivas que nos estaban destinadas por la Providencia y que habrian alimentado en todas las clases de nuestra sociedad una inmesa fermentación de trabajos.
Merced al culpable abandono en que ha yacido entre nosotros el estudio de la estadística, hace pocos meses que habría sido imposible al hombre mas investigador y laborioso, formar un cuadro siquiera aproximativo de las producciones estrangeras que han entrado en España, y de las nacionales que de ellas han salido en el curso de un año. La publicación reciente del Cuadro general del comercio de España, con sus posesiones ultramarinas y potencias estrangeras en 1849 y 1850, formado por la dirección general de aduanas y aranceles, ha llenado cumplidamente aquel importante vacío, suministrando una vasta masa de datos útiles y curiosos que pueden servir de norte al especulador para sus negociaciones; al economistas de materia para sus estudios, y al estadista de faro para guiar sus pasos en el camino de la reforma. De esta abundante mina de noticias y de instrucción, vamos nosotros á sacar los ingredientes mas preciosos para dar á nuestros lectores una idea de la situación actual del comercio esterior en España. Nos limitamos al año 1850, por ser el mas próximo á la época actual, reservándonos la facultad de hacer algunas comparaciones con el año precedente, cuando asi lo exija el esclarecimiento ó la prueba de alguna de las opiniones que juzguemos conveniente emitir. En el desempeño de este trabajo, omitiremos cuanto nos sea posible, pormenores embarazosos, y solo fijaremos nuestra atención en los resultados generales.
Comercio. Después de todo lo que precede, no debe aguardar el lector que le presentemos un cuadro muy lisonjero de nuestras relaciones mercantiles con los pueblos civilizados. Bajo un orden de cosas diferente del que nos han preparado nuestros desaciertos en materia de legislación comercial, nuestro mercado debiera ser un enérgico punto de atracción para todas las naciones de la tierra. La abundancia y escelente calidad de las producciones de nuestro territorio, algunas de las cuales no pueden ser reemplazadas por las de ninguno otro; la muchedumbre, seguridad y buena distribución de nuestros puertos de mar; el carácter nacional, hospitalario, franco y generoso, son otros tantos incentivos ofrecidos al cambio y á la especulación; otros tantos llamamientos dirigidos á las familias humanas que carecen de lo que nos sobra, y que poseen lo que nos hace falta. Jamás se ha querido entender una doctrina tan sencilla en los salones de los legisladores, ni en los gabinetes de los ministros de nuestro pais. En ningún otro de la tierra se han tomado medidas mas oportunas para ahogar en su germen el tráfico; para ahuyentar de nuestras costas á los que venian á derramar en ellas el bienestar y la riqueza. Las intenciones no han podido ser mas loables y benévolas; los medios de realizarlas no han podido ser mas equivocados y funestos. Se podría formar una vasta biblioteca con los reglamentos, ordenanzas, instrucciones, aranceles, leyes, decretos y pragmáticas que se han espedido en los últimos reinados sobre comercio, aduanas, registros, guias, manifiestos, resguardos, navegación, consulados y seguros marítimos. Todo el texto de esta voluminosa legislación puede reducirse á una sola palabra: opresión. Todas esas disposiciones son otros tantos eslabones de una inmensa y pesadísima cadena que comprime el vigor de nuestras fuerzas productivas, y nos arranca las ganancias cuantiosas y positivas que nos estaban destinadas por la Providencia y que habrian alimentado en todas las clases de nuestra sociedad una inmesa fermentación de trabajos.
Merced al culpable abandono en que ha yacido entre nosotros el estudio de la estadística, hace pocos meses que habría sido imposible al hombre mas investigador y laborioso, formar un cuadro siquiera aproximativo de las producciones estrangeras que han entrado en España, y de las nacionales que de ellas han salido en el curso de un año. La publicación reciente del Cuadro general del comercio de España, con sus posesiones ultramarinas y potencias estrangeras en 1849 y 1850, formado por la dirección general de aduanas y aranceles, ha llenado cumplidamente aquel importante vacío, suministrando una vasta masa de datos útiles y curiosos que pueden servir de norte al especulador para sus negociaciones; al economistas de materia para sus estudios, y al estadista de faro para guiar sus pasos en el camino de la reforma. De esta abundante mina de noticias y de instrucción, vamos nosotros á sacar los ingredientes mas preciosos para dar á nuestros lectores una idea de la situación actual del comercio esterior en España. Nos limitamos al año 1850, por ser el mas próximo á la época actual, reservándonos la facultad de hacer algunas comparaciones con el año precedente, cuando asi lo exija el esclarecimiento ó la prueba de alguna de las opiniones que juzguemos conveniente emitir. En el desempeño de este trabajo, omitiremos cuanto nos sea posible, pormenores embarazosos, y solo fijaremos nuestra atención en los resultados generales.
Valores de todos los comercios de importación y exportación, escepto Canarias, en el año de 1850, calculados en reales vellón.
BANDERA NACIONAL,
BANDERA NACIONAL,
Importación............... 365.790,661
Esportacion....... 212.500,891
Total................ 578.291,555
BANDERA ESTRANGERA.
Importación...... 78,955,688
Esportacion...... 229.130,816
Total.............................. 308.086,702
POR TIERRA.
Importación...... 34.247,093
Esportacion...... 46.878,847
Total................. 81.125,640
TOTALES.
Importación...... 671.993,640
Esportacion...... 488.666,687
Total general.... 1,160.660,327
Observaciones.
1. Las importaciones han escedido á las esportaciones en 193.386,953 reales. No significa esta diferencia que España ha perdido aquella suma, porque las naciones cambian valores iguales, y solo pierden en este cambio cuando compran lo que no les conviene, ó cuando reciben mercancías malas que han pagado como buenas. De cualquier modo que España haya saldado sus cuentas con los estrangeros, esa suma de cerca de 200.000,000 de esceso entre la entrada y la salida de géneros, sobraba en el pais, y por consiguiente no merece el nombre de pérdida. Pero lo que prueba esa diferencia, es que la cantidad de géneros estrangeros que España consume, es superior á la de géneros españoles que consumen los
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