Tierra de hombres
Su hijo Michael inspiró esta deliciosa novela.
Ellos llevaban (...) sus más bonitos adornos. Cabelleras divididas en cuatro partes recubiertas de rodetes y trenzas sujetas como un moño, o dispuestas como mangos de sarten delante de la cabeza con penachos de plumas rojas (...). En cuanto a los ropajes propiamente dichos, se resumían para estos señores en unos trozos de cuero de antílope que llegaban a las rodillas, o incluso unos calzones de tejido vegetal de colores vivos; para estas damas, era un cinturón de perlas que sujetaban a la cintura unas enaguas verdes, bordadas en seda, adornadas con bolas de cristal o de concha y a veces uno de esos taparrabos de "lambba", cubierto de paja, azul, negro y amarillo, que es tan buscada por las zanzibaritas.
(Un capitán de quince años)
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