Portada del Palacio de los Condes de Guendulain
Este sábado de frio he tenido que ir en plan familiar a Pamplona. Aprovechando que, pese a la baja temperatura, tenía que salir de casa y pasar por la calle Zapatería, he sacado unas fotografías al Palacio de los Condes de Guendulain. Al hacerlo me ha venido a la memoria que, siendo crio, esta casa me fascinaba, no por su grandiosidad arquitectónica ni nada parecido, sino porque su portalada siempre estaba abierta y en el amplio vestibulo había una bellísima carroza antigua, supongo ahora que barroca o rococó. Era una visión que despertaba mi imaginación de niño y hacía que me regalase con mil ensoñaciones aventureras. Hace mucho que esta portada se cerró, debido al gamberrismo que causó daños a tan bello carruaje, y la carroza dejó de ser una bonita imagen que muchos niños de Pamplona guardamos en la memoria. ¿Seguirá allí dentro?
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