tural del pais, y nada tenia que envidiar á las famosas vias romanas. Elegantes pirámides para marcar las leguas, cada una con su correspondiente reloj de sol, bellas fuentes, asientos cómodos, y por último, altos y copudos árboles que ofrecían sombras al fatigado viagero, todo se reunió para formar un conjunto verdaderamente seductor; pero todo ó la mayor parle ha desaparecido por esceso de abandono.
Atraviésase el rio Ulla por el puente de Cesures, cerca de Padron, y se detiene el viagero en Caldas de Reyes para visitar los baños. El terreno que rodea á Caídas es muy frondoso y ameno, y abunda en árboles frutales, dilatados viñedos, buenos pastos, y yerbas medicinales. Entre sus muchas y variadas producciones, debemos citar los limones y naranjas. La situación de la villa es una llanura, y en la confluencia de los rios Humia y Bremaña. Su antigüedad es muy remota. Los romanos, aludiendo á sus excelentes aguas termales, muy frecuentadas en todos tiempos, la llamaron Aquæ–celenæ, y el famoso geógrafo Tolomeo, Aquæ–calidæ. Pertenecía á los galáicos–lucenses, y era capital de los pueblos cilinos ó celenos, griegos de origen. Gozó esta ciudad de los privilegios de municipio, y luego fué silla episcopal, debiendo mencionarse entre sus prelados al célebre Ortigio, gran antagonista de los hereges priscilianistas. El año de 1104 nació en esta villa el rey don Alfonso VII, llamado el Emperador. El historiador arzobispo don Rodrigo, asegura en su crónica, que en razón á este suceso se denominó Caldas de Reyes. En la orilla derecha del rio Bretaña, á la salida de Caldas para Villagarcía, se ve aun un vetusto torreón, el que señála la tradición como lugar del nacimiento de Alfonso VII y en el que pasó sus primeros años bajo la dirección del conde de Trava. Compónese la villa de doscientas setenta casas, algunas muy buenas, una parroquia con advocación de Santo Tomás, una ermita, un estenso palacio ó fortaleza, perteneciente á los marqueses de Bendaña, y dos grandes casas de baños; la una llamada de Acuña, por haber sido construida á costa del ministro de este nombre, está situada á la margen del rio Humia, es un grandioso edificio de sillería que está sin terminar. Tiene dos fuentes, una en lo interior, que surte dos grandes baños, uno destinado para hombres y otro para mugeres. Hay tambien otros tres baños separados para los que padecen males contagiosos. La otra fuente está fuera de la casa, sirve para beber y surtir otros baños pequeños. La segunda casa de baños se llama de Dávila, es también de hermosa construcción, y está en la orilla derecha del citado rio Humia, contiene dos grandes baños generales, (uno para cada sexo) en forma de cuadro, otros dos también generales, pero mas pequeños, y finalmente, otros baños para una sola persona, en cuartos separados. El aguase renueva á cada hora, y las curaciones que á su uso se atribuyen, son numerosísimas, lo que hace ser estos baños de los mas concurridos de Galicia. Caldas tiene bastante comercio, 1,170 habitantes. Es cabeza de un partido judicial que comprende nueve ayuntamientos y cincuenta y tres feligresías. Pertenece á la diócesis de Santiago y á la provincia de Pontevedra.
La ciudad de este nombre es, como la mayor parte de los pueblos de Galicia, de una antigüedad muy lejana, y traspasa los lindes de la historia. Convienen, sin embargo, los historiadores en atribuir su fundación á los griegos que aportaron á estas regiones después de la guerra de Troya, y la impusieron el nombre de Hœllenes, que en su lengua significa congregación ó reunion de gentes. En tiempo de la dominación romana, se llamó Duo–Pontes y Pons–vetus por el gran puente de doce arcos que se construyó entonces, y que, aunque renovado, subsiste aun: de Pons–vetus se deriva el actual nombre de Pontevedra, Su situación en el fondo de la ria de su nombre, cerca de la embocadura del rio Lerez, y la abundancia de jardines, caseríos, bosquecillos y vergeles que la rodean, la hacen ser uno de los pueblos mas agradables y bonito. Su risueña campiña produce toda clase de granos, vinos, legumbres, hortalizas, y toda especie de delicadas frutas, y en el rio se pescan en abundancia los salmones, anguilas, truchas, reos, muples, lampreas, etc., ele. Es Pontevedra puerto habilitado para objetos de construcción naval y víveres. Sus calles son aseadas, bien empedradas y compuestas en general de casas. Tiene cuatro plazas, y en la llamada de la Herrería hay una bonita fuente. Aun conserva Pontevedra sus antiguas murallas con cuatro puertas principales y otras pequeñas. Hay dos parroquias, un convento de monjas, otros dos que fueron de religiosos, un cuartel y un hospital. Como capital de la provincia que lleva su nombre (que es la que antes se denominaba provincia de Tuy), es Pontevedra residencia de un gobernador civil, de un comandante general, diputación provincial, oficinas de rentas, de amortización, etc., etc. También es cabeza de un partido judicial que contiene cuarenta y tres parroquias, y cuenta 4,549 habitantes. Ostenta en sus armas un antiquísimo puente y sobre él un castillo. Muchos son los hombres ilustres que nacieron en Pontevedra, entre los que contaremos á Sorred de Sotomayor, distinguido campeón del rey Pelayo, á Payo Gomez de Chirino, almirante de Castilla, á Bartolomé de Nodal y su hermano Gonzalo, célebres navegantes que descubrieron el cabo de Hornos y el estrecho de San Vicente; al célebre escultor Gregorio Hernandez, y finalmente, al eriudito escritor, historiador y anticuario P. M. Fr. Martin de Sarmiento.
Se ven en Pontevedra las ruinas del antiguo palacio de los Turrichaos, incendiado por los ingleses en 1719, y del que solo se conservan dos altas torres, una de ellas con almenas y ventanas ojivas: también llamó nuestra atención la parroquia de Santa María la Mayor, que es grande y suntuosa, de arquitectura gótica, y su portada de lo mejor que hay en este género. La capilla demuestra Señora de la Peregrina es igualmente buena: la forma una rotonda, y su reconstrucción, que se hizo á fines del siglo pasado, costó cerca de un millon y medio de reales. En ella se celebra una de las mas famosas romerías de Galicia.
En esta ciudad llama la atención un escudo de armas puesto en varias casas principales, cuya enseña consiste en un M coronada; es el de la familia de los Montenegro, cuyo origen esplica Molina de este modo:
«Los Montenegros tienen su suelo y nacimiento en este reino de Galicia, y procedieron de un hidalgo gallego y de una doncella parienta de un rey de Galicia, á la que habiéndole levantado unos traidores una gran traición, fué presa hasta tanto que diese quien la librase, y este hidalgo, movido á compasión, tomó su hecho por propio, y ovo batalla, y cortó la cabeza al capitán de la traición, y vista esta averiguación, el rey la casó luego con este caballero que la libertó, y destos vienen los Montenegros, los cuales traen por armas una
Atraviésase el rio Ulla por el puente de Cesures, cerca de Padron, y se detiene el viagero en Caldas de Reyes para visitar los baños. El terreno que rodea á Caídas es muy frondoso y ameno, y abunda en árboles frutales, dilatados viñedos, buenos pastos, y yerbas medicinales. Entre sus muchas y variadas producciones, debemos citar los limones y naranjas. La situación de la villa es una llanura, y en la confluencia de los rios Humia y Bremaña. Su antigüedad es muy remota. Los romanos, aludiendo á sus excelentes aguas termales, muy frecuentadas en todos tiempos, la llamaron Aquæ–celenæ, y el famoso geógrafo Tolomeo, Aquæ–calidæ. Pertenecía á los galáicos–lucenses, y era capital de los pueblos cilinos ó celenos, griegos de origen. Gozó esta ciudad de los privilegios de municipio, y luego fué silla episcopal, debiendo mencionarse entre sus prelados al célebre Ortigio, gran antagonista de los hereges priscilianistas. El año de 1104 nació en esta villa el rey don Alfonso VII, llamado el Emperador. El historiador arzobispo don Rodrigo, asegura en su crónica, que en razón á este suceso se denominó Caldas de Reyes. En la orilla derecha del rio Bretaña, á la salida de Caldas para Villagarcía, se ve aun un vetusto torreón, el que señála la tradición como lugar del nacimiento de Alfonso VII y en el que pasó sus primeros años bajo la dirección del conde de Trava. Compónese la villa de doscientas setenta casas, algunas muy buenas, una parroquia con advocación de Santo Tomás, una ermita, un estenso palacio ó fortaleza, perteneciente á los marqueses de Bendaña, y dos grandes casas de baños; la una llamada de Acuña, por haber sido construida á costa del ministro de este nombre, está situada á la margen del rio Humia, es un grandioso edificio de sillería que está sin terminar. Tiene dos fuentes, una en lo interior, que surte dos grandes baños, uno destinado para hombres y otro para mugeres. Hay tambien otros tres baños separados para los que padecen males contagiosos. La otra fuente está fuera de la casa, sirve para beber y surtir otros baños pequeños. La segunda casa de baños se llama de Dávila, es también de hermosa construcción, y está en la orilla derecha del citado rio Humia, contiene dos grandes baños generales, (uno para cada sexo) en forma de cuadro, otros dos también generales, pero mas pequeños, y finalmente, otros baños para una sola persona, en cuartos separados. El aguase renueva á cada hora, y las curaciones que á su uso se atribuyen, son numerosísimas, lo que hace ser estos baños de los mas concurridos de Galicia. Caldas tiene bastante comercio, 1,170 habitantes. Es cabeza de un partido judicial que comprende nueve ayuntamientos y cincuenta y tres feligresías. Pertenece á la diócesis de Santiago y á la provincia de Pontevedra.
La ciudad de este nombre es, como la mayor parte de los pueblos de Galicia, de una antigüedad muy lejana, y traspasa los lindes de la historia. Convienen, sin embargo, los historiadores en atribuir su fundación á los griegos que aportaron á estas regiones después de la guerra de Troya, y la impusieron el nombre de Hœllenes, que en su lengua significa congregación ó reunion de gentes. En tiempo de la dominación romana, se llamó Duo–Pontes y Pons–vetus por el gran puente de doce arcos que se construyó entonces, y que, aunque renovado, subsiste aun: de Pons–vetus se deriva el actual nombre de Pontevedra, Su situación en el fondo de la ria de su nombre, cerca de la embocadura del rio Lerez, y la abundancia de jardines, caseríos, bosquecillos y vergeles que la rodean, la hacen ser uno de los pueblos mas agradables y bonito. Su risueña campiña produce toda clase de granos, vinos, legumbres, hortalizas, y toda especie de delicadas frutas, y en el rio se pescan en abundancia los salmones, anguilas, truchas, reos, muples, lampreas, etc., ele. Es Pontevedra puerto habilitado para objetos de construcción naval y víveres. Sus calles son aseadas, bien empedradas y compuestas en general de casas. Tiene cuatro plazas, y en la llamada de la Herrería hay una bonita fuente. Aun conserva Pontevedra sus antiguas murallas con cuatro puertas principales y otras pequeñas. Hay dos parroquias, un convento de monjas, otros dos que fueron de religiosos, un cuartel y un hospital. Como capital de la provincia que lleva su nombre (que es la que antes se denominaba provincia de Tuy), es Pontevedra residencia de un gobernador civil, de un comandante general, diputación provincial, oficinas de rentas, de amortización, etc., etc. También es cabeza de un partido judicial que contiene cuarenta y tres parroquias, y cuenta 4,549 habitantes. Ostenta en sus armas un antiquísimo puente y sobre él un castillo. Muchos son los hombres ilustres que nacieron en Pontevedra, entre los que contaremos á Sorred de Sotomayor, distinguido campeón del rey Pelayo, á Payo Gomez de Chirino, almirante de Castilla, á Bartolomé de Nodal y su hermano Gonzalo, célebres navegantes que descubrieron el cabo de Hornos y el estrecho de San Vicente; al célebre escultor Gregorio Hernandez, y finalmente, al eriudito escritor, historiador y anticuario P. M. Fr. Martin de Sarmiento.
Se ven en Pontevedra las ruinas del antiguo palacio de los Turrichaos, incendiado por los ingleses en 1719, y del que solo se conservan dos altas torres, una de ellas con almenas y ventanas ojivas: también llamó nuestra atención la parroquia de Santa María la Mayor, que es grande y suntuosa, de arquitectura gótica, y su portada de lo mejor que hay en este género. La capilla demuestra Señora de la Peregrina es igualmente buena: la forma una rotonda, y su reconstrucción, que se hizo á fines del siglo pasado, costó cerca de un millon y medio de reales. En ella se celebra una de las mas famosas romerías de Galicia.
En esta ciudad llama la atención un escudo de armas puesto en varias casas principales, cuya enseña consiste en un M coronada; es el de la familia de los Montenegro, cuyo origen esplica Molina de este modo:
«Los Montenegros tienen su suelo y nacimiento en este reino de Galicia, y procedieron de un hidalgo gallego y de una doncella parienta de un rey de Galicia, á la que habiéndole levantado unos traidores una gran traición, fué presa hasta tanto que diese quien la librase, y este hidalgo, movido á compasión, tomó su hecho por propio, y ovo batalla, y cortó la cabeza al capitán de la traición, y vista esta averiguación, el rey la casó luego con este caballero que la libertó, y destos vienen los Montenegros, los cuales traen por armas una
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